Revised Common Lectionary (Complementary)
Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén. Salmo de David.
133 ¡Qué maravilloso y agradable es
cuando los hermanos conviven en armonía!
2 Pues la armonía es tan preciosa como el aceite de la unción
que se derramó sobre la cabeza de Aarón,
que corrió por su barba
hasta llegar al borde de su túnica.
3 La armonía es tan refrescante como el rocío del monte Hermón
que cae sobre las montañas de Sion.
Y allí el Señor ha pronunciado su bendición,
incluso la vida eterna.
9 »Cuando recojas las cosechas de tu tierra, no siegues el grano en las orillas de tus campos ni levantes lo que caiga de los segadores. 10 Harás lo mismo con la cosecha de la uva, no cortes hasta el último racimo de las vides ni recojas las uvas que caigan al suelo. Déjalas para los pobres y para los extranjeros que viven entre ustedes. Yo soy el Señor tu Dios.
11 »No robes.
»No se engañen ni se estafen unos a otros.
12 »No traigas vergüenza al nombre de tu Dios al usarlo para jurar en falso. Yo soy el Señor.
13 »No defraudes ni le robes a tu prójimo.
»No retengas hasta el día siguiente el salario de tus obreros contratados.
14 »No insultes al sordo ni hagas tropezar al ciego. Debes temer a tu Dios; yo soy el Señor.
15 »No tuerzas la justicia en asuntos legales al favorecer al pobre ni al ser parcial con el rico y poderoso. Siempre juzga con imparcialidad a las personas.
16 »No disemines chismes difamatorios entre tu pueblo.[a]
»No te quedes con los brazos cruzados cuando la vida de tu prójimo corre peligro. Yo soy el Señor.
17 »No fomentes odio en tu corazón contra ninguno de tus parientes.[b] Aclara los asuntos con la gente en forma directa, a fin de que no seas culpable de su pecado.
18 »No busques vengarte, ni guardes rencor contra tus hermanos israelitas, sino ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.
El mandamiento más importante
25 Cierto día, un experto en la ley religiosa se levantó para probar a Jesús con la siguiente pregunta:
—Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?
26 Jesús contestó:
—¿Qué dice la ley de Moisés? ¿Cómo la interpretas?
27 El hombre contestó:
—“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza y con toda tu mente” y “Ama a tu prójimo como a ti mismo”[a].
28 —¡Correcto!—le dijo Jesús—. ¡Haz eso y vivirás!
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