Revised Common Lectionary (Complementary)
Libro V: Salmos 107—150
Salmo de gratitud por la liberación
107 ¡Alaben al SEÑOR, porque
es bueno;
porque para siempre es su misericordia!
2 Díganlo los redimidos del SEÑOR, los que ha redimido del poder del enemigo
3 y los que ha congregado de las tierras del oriente y del occidente,
del norte y del sur.
33 Él convierte los ríos en desierto
y las fuentes de aguas en tierra sedienta.
34 Convierte las tierras fértiles en salobres
por la maldad de los que las habitan.
35 Convierte el desierto en estanques
de agua
y la tierra seca en manantiales.
36 Allí establece a los hambrientos
y fundan una ciudad en que habitar.
37 Siembran campos, plantan viñas
y logran abundante fruto.
38 Los bendice, y se multiplican en gran manera;
y no deja que disminuya su ganado.
39 Cuando son reducidos en número
y menoscabados
a causa de la opresión, de la calamidad y de la congoja,
40 derrama menosprecio sobre
los príncipes,
y les hace andar errantes, vagabundos, sin camino.
41 Y levanta de la miseria al necesitado y hace multiplicar las familias como rebaños de ovejas.
42 Véanlo los rectos y alégrense; pero toda maldad cierre la boca.
43 Quien sea sabio y guarde estas cosas entenderá los hechos misericordiosos del SEÑOR.
16 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:
—Reúneme a setenta hombres de los ancianos de Israel, a quienes tú conozcas como ancianos y oficiales del pueblo. Tráelos al tabernáculo de reunión, y que se presenten allí contigo. 17 Yo descenderé y hablaré allí contigo, tomaré del Espíritu que está en ti y lo pondré en ellos. Luego ellos llevarán contigo la carga del pueblo, y ya no la llevarás tú solo. 18 Y al pueblo dirás: “Santifíquense para mañana, y comerán carne. Pues han llorado a oídos del SEÑOR diciendo: ‘¡Quién nos diera de comer carne! Porque nos iba mejor en Egipto’. El SEÑOR, pues, les dará carne, y comerán. 19 No comerán un día ni dos días, ni cinco días ni diez días ni veinte días, 20 sino hasta un mes; hasta que se les salga por las narices, y tengan náuseas. Por cuanto han menospreciado al SEÑOR, que está en medio de ustedes, y han llorado delante de él diciendo: ‘¿Por qué salimos de Egipto?’ ”.
21 Entonces dijo Moisés:
—Yo estoy en medio de un pueblo de seiscientos mil hombres de infantería, y tú dices: “Les daré carne, y comerán todo un mes”. 22 ¿Se habrían de degollar para ellos las ovejas y las vacas para que les fuera suficiente? ¿Se habrían de juntar para ellos todos los peces del mar para que les fueran suficientes?
23 Entonces el SEÑOR respondió a Moisés:
—¿Acaso se ha acortado la mano del SEÑOR? ¡Ahora verás si se cumple para ti mi palabra, o no!
31 Entonces de parte del SEÑOR salió un viento que trajo codornices desde el mar y las dejó caer junto al campamento, hasta la distancia de un día de camino de este lado y un día de camino del otro lado, hasta la altura de noventa centímetros sobre el suelo. 32 Entonces el pueblo permaneció levantado todo aquel día y toda la noche, y todo el día siguiente, recogiendo las codornices. El que menos, recogió diez montones[a]; y las tendieron para sí alrededor del campamento.
La vida del nuevo hombre en Cristo
17 Esto digo e insisto en el Señor: que no se conduzcan más como se conducen los gentiles, en la vanidad de sus mentes, 18 teniendo el entendimiento entenebrecido, alejados de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos, debido a la dureza de su corazón. 19 Una vez perdida toda sensibilidad, se entregaron a la sensualidad para cometer ávidamente toda clase de impurezas. 20 Pero ustedes no han aprendido así a Cristo, 21 si en verdad le han oído y han sido enseñados en él, así como la verdad está en Jesús. 22 Con respecto a su antigua manera de vivir, despójense del viejo hombre que está viciado por los deseos engañosos; 23 pero renuévense en el espíritu de su mente 24 y vístanse del nuevo hombre que ha sido creado a semejanza de Dios en justicia y santidad de verdad.
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