Revised Common Lectionary (Complementary)
Dios es mi refugio
SALMO 142 (141)
David compuso este himno cuando huía de Saúl y se escondió en una cueva.
142 Mi Dios,
a ti elevo mi voz
para pedirte ayuda;
a ti elevo mi voz
para pedirte compasión.
2-3 Cuando me siento deprimido,
a ti te hago saber lo que me angustia.
Tú sabes cómo me comporto.
Hay algunos que a mi paso
me tienden una trampa.
4 Mira bien a mi derecha:
¡nadie me presta atención!
¡No hay nadie que me proteja!
¡A nadie le importo!
5 Dios mío,
a ti te ruego y te digo:
«¡Tú eres mi refugio!
¡En este mundo
tú eres todo lo que tengo!»
6 ¡Atiende mis ruegos,
pues me encuentro muy débil!
¡Líbrame de mis enemigos,
pues son más fuertes que yo!
7 ¡Sácame de esta angustia,
para que pueda alabarte!
Al ver que me tratas bien,
los justos harán fiesta.
Dios reconstruirá a Israel
11 »Cuando llegue ese día,
haré que los descendientes de David,
vuelvan a reinar sobre Israel.
Volverán a ser fuertes como antes.
12 Así, lo que quede de Edom
y de las otras naciones
volverá a ser de Israel,
el pueblo que alaba mi nombre.
Yo soy el Dios de Israel,
y les juro que así será.
13 »Ya está cerca el día
en que tendrán abundantes cosechas.
No habrán terminado de cosechar el trigo
cuando tendrán que volver a sembrar;
no habrán acabado de preparar el vino
cuando tendrán que plantar más viñas.
»¡En los cerros y en las colinas
correrá el vino como un río!
14 »Pueblo de Israel,
cuando llegue ese día,
los haré volver a su país.
Entonces reconstruirán sus ciudades
y volverán a habitarlas;
plantarán viñedos y beberán su vino,
sembrarán huertos y comerán sus frutos.
15 Yo mismo los plantaré en su tierra,
y nadie volverá a arrancarlos
de la tierra que les di.
Yo soy su Dios,
y les juro que así lo haré.»
31-32 Jesús siguió diciendo:
«Ustedes, los que viven en esta época, son como los niños que se sientan a jugar en las plazas, y gritan a otros niños:
“Tocamos la flauta,
pero ustedes no bailaron.
Cantamos canciones tristes,
pero ustedes no lloraron.”
33 »Porque Juan el Bautista ayunaba y no bebía vino, y ustedes decían que tenía un demonio. 34 Luego, vine yo, el Hijo del hombre, que como y bebo, y ustedes dicen que soy un glotón y un borracho; que soy amigo de gente de mala fama y de los que cobran impuestos para Roma.[a] 35 Pero recuerden que la sabiduría de Dios se prueba por sus resultados.»
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