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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Salmos 88

Salmo 88 (87)

Estoy harto de males

88 Canto. Salmo de los hijos de Coré. Al maestro del coro. Para la enfermedad. Para responder. Poema de Hemán el Ezraíta.

Señor, Dios salvador mío,
día y noche ante ti grito.
Que mi súplica llegue a ti,
que escuche tu oído mi clamor;
porque estoy harto de males
y roza mi vida el reino de los muertos.
Me ven ya entre los difuntos,
parezco un ser acabado.
Entre los muertos me encuentro,
estoy como los que yacen en su tumba
sin que tú ya los recuerdes,
pues están alejados de ti.
En una fosa profunda me has dejado,
en las tinieblas, en las sombras;
sobre mí ha caído tu ira,
con tus olas me golpeas. [ Pausa]
Has alejado de mí a mis amigos,
me has hecho odioso para ellos;
estoy encerrado y no puedo salir;
10 mis ojos se consumen de pena.
Señor, a ti clamo sin cesar,
hacia ti elevo mis manos.
11 ¿Harás un milagro por los muertos?
¿Se alzarán para alabarte las sombras?
12 ¿Se proclama tu amor en la tumba,
tu fidelidad en el mundo de los muertos?
13 ¿Se conocen tus prodigios en la fosa,
tu justicia en la tierra del olvido?
14 Pero yo, Señor, te imploro,
de mañana mi ruego a ti llega.
15 Señor, ¿por qué me rechazas
y me ocultas tu rostro?
16 Débil, agonizante desde mi juventud,
aguanto tus horrores y estoy desconcertado.
17 Tu ira ha pasado sobre mí,
tus terrores me han destruido.
18 Como agua me rodean todo el día
y me cercan todos juntos.
19 Alejaste de mí al amigo, al compañero,
¡las tinieblas me hacen compañía!

2 Reyes 20:1-11

Enfermedad y curación de Ezequías (Is 38,1-8)

20 Por aquel tiempo enfermó gravemente Ezequías. El profeta Isaías, hijo de Amós, fue a visitarlo y le dijo:

— Esto dice el Señor: “Pon en orden tus asuntos, pues vas a morir; no te curarás”.

Ezequías se volvió cara a la pared y oró con estas palabras al Señor:

— ¡Ay, Señor! recuerda que me he comportado con fidelidad y rectitud en tu presencia, haciendo lo que te agrada.

Y rompió a llorar a lágrima viva. Antes de que Isaías hubiese salido del patio, le llegó este mensaje del Señor:

— Vuelve y dile a Ezequías, el jefe de mi pueblo: “Así dice el Señor, Dios de tu antepasado David: He oído tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a curarte, y dentro de tres días podrás ir al Templo del Señor. Voy a alargar tu vida otros quince años; libraré a ti y a esta ciudad de caer en poder del rey de Asiria, y la defenderé por mi honor y el de David, mi servidor”.

Luego Isaías ordenó:

— Tráiganme una torta de higos.

Se la llevaron, la aplicaron sobre la parte enferma y Ezequías sanó. Entonces Ezequías preguntó a Isaías:

— ¿Cuál será la señal de que el Señor me curará y de que en tres días podré ir al Templo?

Isaías le respondió:

— Esta será la señal de que el Señor cumplirá la promesa que te ha hecho. ¿Qué prefieres, que la sombra avance diez grados o que retroceda otros tantos?

10 Ezequías dijo:

— Lo normal es que la sombra avance. Prefiero que retroceda diez grados.

11 Entonces el profeta Isaías invocó al Señor, y el Señor hizo que la sombra retrocediera diez grados en el reloj de sol de Ajaz.

Marcos 9:14-29

Curación de un muchacho poseído por el demonio (Mt 17,14-21; Lc 9,37-43)

14 Cuando volvieron a donde estaban los otros discípulos, vieron que había mucha gente reunida con ellos y que estaban discutiendo con los maestros de la ley. 15 Al ver a Jesús, la gente se quedó sorprendida y corrieron todos a saludarlo. 16 Jesús preguntó a sus discípulos:

— ¿De qué están discutiendo con ellos?

17 Uno de entre la gente le contestó:

— Maestro, te he traído a mi hijo, que está poseído por un espíritu mudo. 18 Cuando menos se espera, se apodera de él y lo derriba al suelo, haciéndole arrojar espuma por la boca y rechinar los dientes hasta que se queda rígido. Pedí a tus discípulos que lo expulsaran, pero no lo han conseguido.

19 Jesús exclamó:

— Gente incrédula, ¿hasta cuándo habré de estar entre ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho.

20 Se lo llevaron y, cuando el espíritu vio a Jesús, en seguida se puso a zarandear con violencia al muchacho, que cayó al suelo revolcándose y echando espuma por la boca. 21 Jesús preguntó al padre:

— ¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?

Le contestó:

— Desde niño. 22 Muchas veces ese espíritu lo arroja al fuego o al agua para matarlo. Si puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos.

23 Jesús le contestó:

— ¡Cómo “si puedes”! Para el que tiene fe, todo es posible.

24 Entonces el padre del muchacho exclamó:

— ¡Yo tengo fe, pero ayúdame a tener más!

25 Jesús, al ver que se aglomeraba la gente, increpó al espíritu impuro, diciéndole:

— ¡Espíritu mudo y sordo, te ordeno que salgas de él y que no vuelvas a entrar en él jamás!

26 El espíritu, gritando y haciendo que el muchacho se retorciera con violencia, salió de él dejándolo como muerto, de manera que, en efecto, todos los presentes lo consideraban muerto. 27 Pero Jesús lo tomó de la mano y lo levantó, y el muchacho quedó en pie.

28 Más tarde, cuando los discípulos entraron en casa, preguntaron aparte a Jesús:

— ¿Por qué nosotros no pudimos expulsar ese demonio?

29 Jesús les contestó:

— Este es un género de demonio que nadie puede expulsar si no es por medio de la oración.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España