Revised Common Lectionary (Complementary)
Salmo 145 (144)
El Señor es bueno con todos
145 Salmo de David.
Dios mío, mi rey, yo te alabaré,
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
2 Cada día te bendeciré,
alabaré tu nombre por siempre jamás.
3 El Señor es grande, digno de alabanza,
es insondable su grandeza.
4 Por generaciones se ensalzarán tus obras,
se contarán tus proezas.
5 Proclamaré tus maravillas
y el esplendor de tu gloria.
6 Se hablará del poder de tus prodigios,
yo narraré tus grandezas.
7 Se evocará tu inmensa bondad,
se cantará tu justicia.
8 El Señor es clemente y compasivo,
paciente y grande en amor.
3 El Señor va a restaurar
la viña de Jacob y la viña de Israel
que los saqueadores habían arrasado
destruyendo sus sarmientos.
La caída de Nínive
4 El escudo de sus guerreros es rojo,
los soldados visten de púrpura;
están listos para el combate,
empuñan las lanzas.
El acero de los carros flamea como fuego;
5 recorren vertiginosos los caminos,
se precipitan por las plazas;
parecen antorchas encendidas,
que se agitan como relámpagos.
6 [El rey] pasa revista a sus capitanes
que se atropellan en su marcha
al correr hacia la muralla
para asegurar el parapeto.
7 Las esclusas de los canales son forzadas,
el palacio se desploma.
8 La reina, descubierta, es deportada;
sus esclavas se golpean el pecho
y gimen igual que palomas.
9 Nínive es como un estanque
cuyas aguas se escapan.
¡Deteneos, deteneos!
Mas nadie se da la vuelta.
10 ¡Saquead la plata, saquead el oro!
El tesoro es magnífico,
los objetos preciosos incontables.
11 Destrucción, vacío y devastación,
corazones desfallecidos,
rodillas temblorosas,
entrañas estremecidas,
rostros demudados.
12 ¿Dónde está la guarida de los leones?
En ella los cachorros se alimentaban;
al salir el león, quedaba la leona
para que nadie atemorizara a los cachorros.
13 Desgarraba el león
la presa para sus cachorros,
la despedazaba para sus leonas
y llenaba de caza sus guaridas,
de carne fresca sus cuevas.
5 Vosotros sois los que tenéis que poneros a prueba y someteros a examen, a ver si os mantenéis en la fe. Y si reconocéis que Cristo no vive en vosotros, será tanto como no superar la prueba. 6 Espero que reconozcáis, sin embargo, que nosotros sí la hemos superado.
7 Suplicamos a Dios que no hagáis nada malo. No con el fin de que aparezca que somos nosotros quienes tenemos la razón, sino para que vosotros os portéis bien aunque nosotros demos la impresión de no haber superado la prueba. 8 Pues si tenemos algún poder, no es para utilizarlo contra la verdad, sino en favor de la verdad. 9 Lo que nos alegra es que vosotros os encontréis fuertes, aunque nosotros parezcamos débiles; lo que pedimos es que os corrijáis. 10 Por eso os escribo en estos términos estando ausente, para que, cuando esté presente, no me vea obligado a proceder con dureza, utilizando un poder que el Señor me ha confiado para construir y no para derribar.
La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España