Revised Common Lectionary (Complementary)
[a]111 ¡Alabado sea el Señor!
Daré gracias al Señor con todo mi corazón
al reunirme con su pueblo justo.
2 ¡Qué asombrosas son las obras del Señor!
Todos los que se deleitan en él deberían considerarlas.
3 Todo lo que él hace revela su gloria y majestad;
su justicia nunca falla.
4 Él nos hace recordar sus maravillosas obras.
¡Cuánta gracia y misericordia tiene nuestro Señor!
5 Da alimento a los que le temen;
siempre recuerda su pacto.
6 Ha mostrado su gran poder a su pueblo
al entregarle las tierras de otras naciones.
7 Todo lo que hace es justo y bueno,
y todos sus mandamientos son confiables;
8 siempre son verdaderos,
para ser obedecidos fielmente y con integridad.
9 Él pagó el rescate completo por su pueblo
y les ha garantizado para siempre el pacto que hizo con ellos.
¡Qué santo e imponente es su nombre!
10 El temor del Señor es la base de la verdadera sabiduría;
todos los que obedecen sus mandamientos crecerán en sabiduría.
¡Alábenlo para siempre!
Tratamiento de casas contaminadas
33 Luego el Señor les dijo a Moisés y a Aarón: 34 «Cuando lleguen a Canaán, la tierra que les doy como posesión, puede que yo contamine con moho[a] algunas de las casas de su tierra. 35 El propietario de una casa así deberá acudir al sacerdote y decirle: “Parece que mi casa tiene algún tipo de moho”. 36 Antes que el sacerdote entre a inspeccionar la casa, deberá vaciarla con el fin de que nada de lo que hay dentro sea declarado ceremonialmente impuro. 37 Entonces el sacerdote entrará en la casa y examinará el moho de las paredes. Si encuentra manchas verdosas o rojizas y la contaminación parece estar más profunda que la superficie de la pared, 38 el sacerdote saldrá por la puerta y pondrá la casa en cuarentena durante siete días. 39 Al séptimo día, el sacerdote regresará para inspeccionarla nuevamente. Si encuentra que el moho de las paredes se ha extendido, 40 mandará quitar las piedras de las áreas contaminadas. Luego, el material contaminado será llevado fuera de la ciudad a un lugar designado como ceremonialmente impuro. 41 Entonces se deberá raspar a fondo las paredes de todo el interior de la casa y tirar el material raspado en el lugar impuro fuera de la ciudad. 42 Se traerán piedras nuevas en lugar de las que se han quitado y volverán a cubrirse las paredes con yeso.
43 »Sin embargo, si el moho vuelve a aparecer después de que todas las piedras hayan sido reemplazadas y las paredes hayan sido raspadas y recubiertas con yeso, 44 el sacerdote deberá regresar a la casa y examinarla de nuevo. Si encuentra que el moho se ha extendido, es evidente que las paredes han sido afectadas con un moho grave, y la casa está totalmente contaminada. 45 Deberá ser demolida y todas sus piedras, maderas y yeso deberán ser llevados fuera de la ciudad al lugar designado como ceremonialmente impuro. 46 Los que entren en la casa durante el tiempo de cuarentena quedarán ceremonialmente impuros hasta el anochecer, 47 y todos los que duerman o coman en la casa deberán lavar su ropa.
48 »Si el sacerdote regresa para su inspección y encuentra que el moho no ha vuelto a aparecer en la casa después de haber sido cubiertas las paredes con yeso, declarará pura la casa porque es evidente que el moho ha desaparecido. 49 Para purificar la casa, el sacerdote deberá tomar dos aves, un palo de cedro, un poco de hilo escarlata y una rama de hisopo. 50 Matará una de las aves sobre una vasija de barro llena de agua fresca. 51 Tomará el palo de cedro, la rama de hisopo, el hilo escarlata y el ave viva, y los mojará en la sangre del ave muerta y en el agua fresca. Luego rociará la casa siete veces. 52 Cuando el sacerdote haya purificado la casa exactamente de esta forma, 53 soltará el ave viva en el campo abierto fuera de la ciudad. Mediante este proceso, el sacerdote purificará la casa y quedará ceremonialmente pura.
13 Aférrate al modelo de la sana enseñanza que aprendiste de mí, un modelo formado por la fe y el amor que tienes en Cristo Jesús. 14 Mediante el poder del Espíritu Santo, quien vive en nosotros, guarda con sumo cuidado la preciosa verdad que se te confió.
15 Como tú sabes, todos los de la provincia de Asia me abandonaron, incluso Figelo y Hermógenes.
16 Que el Señor muestre una bondad especial con Onesíforo y toda su familia, porque él me visitó muchas veces y me dio ánimo. Jamás se avergonzó de que yo estuviera en cadenas. 17 Cuando vino a Roma, me buscó por todas partes hasta que me encontró. 18 Que el Señor le muestre una bondad especial el día que Cristo vuelva. Y tú bien sabes de cuánta ayuda fue en Éfeso.
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