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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Salmos 5

Plegaria pidiendo protección

Al músico principal; sobre Nehilot. Salmo de David

Escucha, Jehová, mis palabras;
considera mi gemir.
Atiende a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío,
porque a ti oraré.
Jehová, de mañana oirás mi voz;
de mañana me presentaré delante de ti
y esperaré.

Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad,
el malo no habitará junto a ti.
Los insensatos no estarán delante de tus ojos;
aborreces a todos los que hacen iniquidad.
Destruirás a los que hablan mentira;
al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová.

Mas yo entraré en tu casa por la abundancia de tu misericordia;
adoraré con reverencia hacia tu santo Templo.
Guíame, Jehová, en tu justicia,
a causa de mis enemigos;
endereza delante de mí tu camino.

En la boca de ellos no hay sinceridad;
su interior está lleno de maldad,
sepulcro abierto es su garganta,
su lengua es mentirosa.
10 ¡Castígalos, Dios!
¡Caigan por sus mismas intrigas!
Por la multitud de sus transgresiones échalos fuera,
porque se rebelaron contra ti.

11 Pero alégrense todos los que en ti confían;
den voces de júbilo para siempre,
porque tú los defiendes;
en ti se regocijen los que aman tu nombre.
12 Tú, Jehová, bendecirás al justo;
como con un escudo lo rodearás de tu favor.

Jonás 4

Pero Jonás se disgustó en extremo, y se enojó. Así que oró a Jehová y le dijo:

—¡Ah, Jehová!, ¿no es esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis, porque yo sabía que tú eres un Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte y de gran misericordia, que te arrepientes del mal. Ahora, pues, Jehová, te ruego que me quites la vida, porque mejor me es la muerte que la vida.

Pero Jehová le respondió:

—¿Haces bien en enojarte tanto?

Jonás salió de la ciudad y acampó hacia el oriente de ella; allí se hizo una enramada y se sentó a su sombra, para ver qué sucedería en la ciudad. Entonces Jehová Dios dispuso que una calabacera creciera sobre Jonás para que su sombra le cubriera la cabeza y lo librara de su malestar. Jonás se alegró mucho por la calabacera. Pero, al amanecer del día siguiente, Dios dispuso que un gusano dañara la calabacera, y ésta se secó. Y aconteció que, al salir el sol, envió Dios un fuerte viento del este. El sol hirió a Jonás en la cabeza, y sintió que se desmayaba. Entonces, deseando la muerte, decía:

—Mejor sería para mí la muerte que la vida.

Pero Dios dijo a Jonás:

—¿Tanto te enojas por la calabacera?

—Mucho me enojo, hasta la muerte —respondió él.

10 Entonces Jehová le dijo:

—Tú tienes lástima de una calabacera en la que no trabajaste, ni a la cual has hecho crecer, que en espacio de una noche nació y en espacio de otra noche pereció, 11 ¿y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?

Hechos 8:26-40

Felipe y el etíope

26 Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: «Levántate y ve hacia el sur por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.» 27 Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace, reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros y había venido a Jerusalén para adorar, 28 volvía sentado en su carro, leyendo al profeta Isaías.

29 El Espíritu dijo a Felipe: «Acércate y júntate a ese carro.» 30 Acudiendo Felipe, lo oyó que leía al profeta Isaías, y dijo:

—Pero ¿entiendes lo que lees?

31 Él dijo:

—¿Y cómo podré, si alguien no me enseña?

Y rogó a Felipe que subiera y se sentara con él. 32 El pasaje de la Escritura que leía era éste:

«Como oveja a la muerte fue llevado;
y como cordero mudo delante del que lo trasquila,
así no abrió su boca.
33 En su humillación no se le hizo justicia;
mas su generación, ¿quién la contará?,
porque fue quitada de la tierra su vida.»

34 Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe:

—Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo o de algún otro?

35 Entonces Felipe, abriendo su boca y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. 36 Yendo por el camino llegaron a un lugar donde había agua, y dijo el eunuco:

—Aquí hay agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?

37 Felipe dijo:

—Si crees de todo corazón, bien puedes.

Él respondiendo, dijo:

—Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.

38 Mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y lo bautizó. 39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe y el eunuco no lo vio más; y siguió gozoso su camino. 40 Pero Felipe se encontró en Azoto; y, al pasar, anunciaba el evangelio en todas las ciudades hasta llegar a Cesarea.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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