Revised Common Lectionary (Complementary)
Las malas lenguas
Al director. Poema de David, cuando Doeg el edomita fue a contarle a Saúl que David había ido a la casa de Ajimélec.
1 ¿Por qué te enorgulleces de lo mal que haces, tú, héroe poderoso?
El fiel amor de Dios dura todo el día.
2 Tú, lengua traicionera,
siempre estás planeando cómo destruir a alguien,
practicas la mentira como quien afila la navaja.
3 Prefieres el mal al bien,
mentir a decir la verdad. Selah
4 A ti y a tu lengua venenosa
les encanta hacerle daño a la gente.
5 Por eso Dios te destruirá para siempre;
te agarrará y te expulsará de tu vivienda;
te arrancará la vida. Selah
6 Al ver eso, los justos respetarán a Dios;
pero se burlarán de aquel, diciendo:
7 «Miren, ese es el guerrero
que no buscó la protección de Dios,
sino que confió en sus riquezas
y se afianzó en su maldad».
8 Pero yo soy como un árbol de olivo frondoso del templo de Dios.
Siempre confío y confiaré en el fiel amor de Dios.
9 Dios mío, sin cesar te daré gracias por todo lo que has hecho;
siempre proclamaré tu nombre[a] ante tu pueblo fiel porque eres bueno.
[b]
12 Y en cuanto a la sabiduría, ¿dónde encontrarla?
¿Dónde está la sede de la inteligencia?
13 El hombre ignora el camino que lleva hacia ella;
no se encuentra en este mundo.
14 Las profundidades del océano dicen: «Aquí no está la sabiduría».
El mar dice: «No está conmigo».
15 No se puede dar oro fino a cambio de ella;
con ninguna plata se puede comprar.
16 No puedes cambiarla por oro de Ofir[a],
ni por ónice ni por zafiros.
17 Vale más que el oro o el vidrio[b].
No se puede dar a cambio de objetos de oro fino.
18 Ni para qué mencionar el coral y el jaspe.
La sabiduría es más valiosa que los rubíes.
19 El topacio de Etiopía no vale nada comparado con la sabiduría.
No se puede comerciar con ella a cambio de oro puro.
20 Entonces, ¿de dónde viene la sabiduría?
¿Dónde está la sede de la inteligencia?
21 Se oculta de los ojos de todo ser vivo.
Se les escabulle a las aves del cielo.
22 El Abadón[c] y la muerte dicen:
«Sólo hemos oído hablar de ella».
23 Dios entiende su camino
y sabe dónde está.
24 Porque él mira los confines de la tierra;
ve todo lo que sucede bajo el cielo.
25 En una ocasión él determinó el peso del viento,
y luego decidió la cantidad de las aguas.
26 Después reglamentó la lluvia
y el curso de la tormenta y los truenos.
27 Luego vio la sabiduría y le dio valor.
Él la aprobó e incluso la escudriñó.
28 Así que le dijo a la humanidad:
«Respetar al Señor, eso es sabiduría.
Apartarse del mal, eso es inteligencia».
Los dos caminos
(Lc 13:24)
13 »Entren por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la destrucción. Mucha gente toma ese camino. 14 En cambio, la puerta que lleva a la verdadera vida es muy angosta, el camino muy duro y sólo unos pocos lo encuentran.
No se dejen engañar
(Lc 6:43-44; 13:25-27)
15 »Tengan cuidado con los falsos profetas, pues ellos están disfrazados de mansas ovejas, pero por dentro son lobos feroces. 16 Ustedes los reconocerán por la clase de fruto que den. El bien no viene de la gente mala, así como las uvas no se recogen de los espinos, ni los higos se recogen de los cardos. 17 De la misma manera, todo árbol bueno da fruto bueno, pero un árbol malo da fruto malo. 18 Un buen árbol no puede dar fruto malo ni tampoco un árbol malo puede dar fruto bueno. 19 Todo árbol que no dé fruto bueno, será cortado y echado al fuego. 20 Por eso digo que reconocerán a los falsos profetas por la clase de fruto que den.
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