Revised Common Lectionary (Complementary)
7 Porque por amor de ti he sufrido afrenta;
La vergüenza ha cubierto mi rostro.
8 He venido a ser un forastero para mis hermanos,
Y un desconocido para los hijos de mi madre.
9 Porque me devora el celo de tu casa;
Y los denuestos de los que te insultaban cayeron sobre mí.
10 Lloré afligiendo con ayuno mi alma,
Y esto se me vuelve en pretexto de insulto.
11 Me vestí de saco,
Y les fue un motivo más de burla.
12 Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta,
Y me zaherían en sus canciones los bebedores.
13 Pero yo a ti oraba, oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad;
Oh Dios, por la abundancia de tu misericordia,
Por la verdad de tu salvación, escúchame.
14 Sácame del lodo, y no sea yo sumergido;
Sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas.
15 No me anegue la corriente de las aguas,
Ni me trague el abismo,
Ni el pozo cierre sobre mí su boca.
16 Respóndeme, Jehová, porque benigna es tu misericordia;
Mírame conforme a tu gran compasión.
17 No escondas de tu siervo tu rostro,
Porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme.
18 Acércate a mi alma, rescátala;
Líbrame a causa de mis enemigos.
Conspiración del pueblo y oración de Jeremías
18 Y dijeron: Venid y maquinemos contra Jeremías; porque la ley no faltará al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta. Venid e hirámoslo con la lengua, y no atendamos a ninguna de sus palabras.
19 Oh Jehová, mira por mí, y presta atención a la voz de los que contienden conmigo.
20 ¿Es que se paga mal por bien, para que hayan cavado hoyo a mi alma? Acuérdate que me puse delante de ti para hablar el bien por ellos, para apartar de ellos tu ira.
21 Por tanto, entrega sus hijos a hambre, entrégalos al poder de la espada, y queden sus mujeres sin hijos, y viudas; y sus maridos sean puestos a muerte, y sus jóvenes heridos a espada en la batalla.
22 Óigase clamor de sus casas, cuando traigas sobre ellos de repente un ejército; porque cavaron un hoyo para prenderme, y a mis pies han escondido lazos.
23 Pero tú, oh Jehová, conoces todo su plan contra mí para matarme; no perdones su maldad, ni borres su pecado de delante de tu rostro; sino deja que tropiecen delante de ti; haz así con ellos en el tiempo de tu enojo.
Arresto y liberación de Pedro y Juan
17 Entonces, levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos;
18 y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública.
19 Mas un ángel del Señor, abrió de noche las puertas de la cárcel y, sacándolos, dijo:
20 Id, y puestos en pie en el templo, hablad al pueblo todas las palabras de esta vida.
21 Habiendo oído esto, entraron al amanecer en el templo, y enseñaban. Entretanto, se presentaron el sumo sacerdote y los que estaban con él, y convocaron al sanedrín y a todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron a la cárcel para que fuesen traídos.
22 Pero cuando llegaron los alguaciles, no los hallaron en la cárcel; entonces volvieron e informaron,
23 diciendo: Por cierto, hemos hallado la cárcel cerrada con toda seguridad, y los guardias afuera de pie ante las puertas; mas cuando abrimos, a nadie hallamos dentro.
24 Cuando oyeron estas palabras el sumo sacerdote y el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes, se preguntaban perplejos en qué vendría a parar aquello.
25 Pero se presentó uno, que les dio esta noticia: He aquí, los varones que pusiste en la cárcel están en pie en el templo, y enseñan al pueblo.
26 Entonces fue el jefe de la guardia con los alguaciles, y los trajo sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.