Revised Common Lectionary (Complementary)
Queja de Jeremías
7 SEÑOR, me convenciste,
y yo me dejé convencer;
fuiste más fuerte que yo
y me ganaste.
Soy motivo de burla cada día,
todos se burlan de mí.
8 Cuando hablo, grito;
anuncio el dolor y la violencia.
El mensaje del SEÑOR es causa de mi desgracia.
Se ha convertido en algo de lo que la gente se burla todo el día.
9 Yo dije: «Ya no anunciaré más de él;
no volveré a hablar en su nombre»,
pero su mensaje dentro de mí
se convierte en un fuego ardiente
que me cala hasta los huesos.
Hago todo lo que puedo por contenerlo,
pero me es imposible.
10 He escuchado a muchos que susurran burlonamente:
«¡El terror lo tiene rodeado!
¡Anunciemos el terror,
anunciémoslo!»
Incluso mis amigos me observan
para ver si me equivoco, y dicen:
«Esperemos a que se equivoque
y así podremos derrotarlo para poder vengarnos de él».
11 Pero el SEÑOR está conmigo
como un poderoso guerrero.
Por eso los que me persiguen
tropezarán y no podrán ganar;
fracasarán y quedarán avergonzados.
Su deshonor será permanente,
nunca se olvidará.
12 SEÑOR Todopoderoso,
que juzgas lo que está bien,
que ves nuestros deseos y pensamientos,
déjame ver tu venganza en contra de ellos.
Te lo pido porque he puesto mi caso en tus manos.
13 ¡Canten al SEÑOR! ¡Alaben al SEÑOR!
Porque él salva al pobre del control de los malvados.
7 Por ti he soportado ofensas,
mi cara se ha cubierto de deshonra.
8 Mis hermanos me tratan como a un extraño;
los hijos de mi madre me tratan como a un desconocido.
9 La emoción que siento por tu casa me está consumiendo;
recibo las ofensas de los que te insultan.
10 Cuando lloro y ayuno,
ellos se burlan de mí.
11 Me visto de luto
y hacen chistes a costa mía.
12 Hablan mal de mí en los lugares públicos;
los borrachos me dedican canciones.
13 SEÑOR, ruego tu buena voluntad en este momento.
Dios mío, por tu fiel amor respóndeme;
por tu lealtad,
sálvame.
14 Sácame del lodo,
no dejes que me hunda;
Líbrame de mis enemigos
y de las aguas profundas.
15 No dejes que la corriente me arrastre,
ni que me trague el hondo remolino,
que no se cierre sobre mí como la boca de un pozo.
16 SEÑOR, respóndeme con todo tu fiel amor;
por tu gran compasión, ven a mí y ayúdame.
17 No te alejes de mí que soy tu siervo.
Estoy en problemas, respóndeme pronto.
18 Ven a rescatarme,
líbrame de mis enemigos.
Muertos al pecado, vivos para Cristo
6 Bueno, ¿ahora qué vamos a decir? ¿Será que debemos seguir pecando para que Dios nos perdone aun más[a]? 2 ¡Claro que no! Ya hemos muerto al pecado, así que no podemos seguir viviendo en el pecado. 3 No saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Jesucristo nos unimos a él en su muerte. 4 Cuando fuimos bautizados, también fuimos enterrados con Cristo y así compartimos su muerte para que así como Cristo resucitó por el gran poder del Padre, nosotros también andemos de acuerdo a la nueva vida.
5 Así que si fuimos unidos a Cristo en una muerte como la de él, también nos uniremos con él en su resurrección. 6 Sabemos que nuestra vida de antes murió con Cristo en la cruz para que fuera destruido lo que desea pecar dentro de nosotros y dejáramos de ser esclavos del pecado. 7 Un muerto está libre del poder del pecado. 8 Como nosotros hemos muerto con Cristo, tenemos fe de que también viviremos con él. 9 Sabemos que Cristo resucitó y no morirá más. La muerte ya no tiene ningún poder sobre él. 10 Cristo murió para derrotar al pecado de una vez para siempre y ahora vive su nueva vida para dar honra a Dios. 11 Así mismo, ustedes considérense muertos en cuanto al pecado y vivos para servir a Dios en Jesucristo.
24 »Un estudiante no es más importante que su maestro, ni un esclavo más importante que su amo. 25 Un estudiante debe estar satisfecho de ser como su maestro. Un esclavo debe estar satisfecho de ser como su amo. Si al jefe del hogar se atrevieron a llamarlo Beelzebú[a], ¿qué no le dirán al resto de la familia?
Témanle a Dios, no a la gente
(Lc 12:2-7)
26 »Así que no tengan miedo de ellos, pues no hay nada escondido que no llegue a descubrirse, ni nada oculto que no llegue a darse a conocer. 27 Lo que les digo en la oscuridad, repítanlo a pleno día; lo que les digo al oído, quiero que lo proclamen desde las azoteas. 28 No les tengan miedo a los que matan el cuerpo pero no el alma. Más bien témanle a Dios que puede destruir tanto el cuerpo como el alma en el infierno. 29 Se compran dos pajaritos con sólo una moneda, pero aun cuando son capturados no dejan de estar bajo el cuidado del Padre de ustedes.[b] 30 Dios les tiene contados a ustedes hasta sus cabellos. 31 Así que no tengan miedo, ustedes valen más que muchos pajaritos.
No se avergüencen de Jesús
(Lc 12:8-9)
32 »Si ante la gente alguien está dispuesto a decir que cree en mí, yo también lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. 33 Pero al que me niegue ante los demás, yo también lo negaré ante mi Padre que está en el cielo.
Jesús provocará desacuerdos
(Lc 12:51-53; 14:26-27)
34 »No crean que he venido para traer paz a la tierra. No he venido para traer paz, sino para traer desacuerdo y para 35 causar divisiones en la familia:
»“El hijo estará en contra de su papá.
La hija estará en contra de su mamá.
La nuera estará en contra de su suegra.
36 (A)Los enemigos de uno serán sus propios parientes”.[c]
37 »El que ama a su papá o a su mamá más que a mí, no le doy el honor de ser mi seguidor. El que ama a su hijo o a su hija más que a mí, tampoco puede ser uno de mis seguidores. 38 El que no acepta la cruz que se le entrega al seguirme, no merece ser de los míos. 39 El que se aferra a su vida, la perderá; pero el que dé su vida por mí, la encontrará.
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