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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Salmos 32

Salmo[a] de David.

32 ¡Oh, qué alegría para aquellos
    a quienes se les perdona la desobediencia,
    a quienes se les cubre su pecado!
Sí, ¡qué alegría para aquellos
    a quienes el Señor les borró la culpa[b] de su cuenta,
    los que llevan una vida de total transparencia!
Mientras me negué a confesar mi pecado,
    mi cuerpo se consumió,
    y gemía todo el día.
Día y noche tu mano de disciplina pesaba sobre mí;
    mi fuerza se evaporó como agua al calor del verano. Interludio

Finalmente te confesé todos mis pecados
    y ya no intenté ocultar mi culpa.
Me dije: «Le confesaré mis rebeliones al Señor»,
    ¡y tú me perdonaste! Toda mi culpa desapareció. Interludio

Por lo tanto, que todos los justos oren a ti, mientras aún haya tiempo,
    para que no se ahoguen en las desbordantes aguas del juicio.
Pues tú eres mi escondite;
    me proteges de las dificultades
    y me rodeas con canciones de victoria. Interludio

El Señor dice: «Te guiaré por el mejor sendero para tu vida;
    te aconsejaré y velaré por ti.
No seas como el mulo o el caballo, que no tienen entendimiento,
    que necesitan un freno y una brida para mantenerse controlados».

10 Muchos son los dolores de los malvados,
    pero el amor inagotable rodea a los que confían en el Señor.
11 ¡Así que alégrense mucho en el Señor y estén contentos, ustedes los que le obedecen!
    ¡Griten de alegría, ustedes de corazón puro!

1 Reyes 19:1-8

Elías huye a Sinaí

19 Cuando Acab llegó a su casa, le contó a Jezabel todo lo que Elías había hecho, incluso la manera en que había matado a todos los profetas de Baal. Entonces Jezabel le mandó este mensaje a Elías: «Que los dioses me hieran e incluso me maten si mañana a esta hora yo no te he matado, así como tú los mataste a ellos».

Elías tuvo miedo y huyó para salvar su vida. Se fue a Beerseba, una ciudad de Judá, y dejó allí a su sirviente. Luego siguió solo todo el día hasta llegar al desierto. Se sentó bajo un solitario árbol de retama y pidió morirse: «Basta ya, Señor; quítame la vida, porque no soy mejor que mis antepasados que ya murieron».

Entonces se acostó y durmió debajo del árbol. Mientras dormía, un ángel lo tocó y le dijo: «¡Levántate y come!». Elías miró a su alrededor, y cerca de su cabeza había un poco de pan horneado sobre piedras calientes y un jarro de agua. Así que comió y bebió, y volvió a acostarse.

Entonces el ángel del Señor regresó, lo tocó y le dijo: «Levántate y come un poco más, de lo contrario, el viaje que tienes por delante será demasiado para ti».

Entonces se levantó, comió y bebió, y la comida le dio fuerza suficiente para viajar durante cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar al monte Sinaí,[a] la montaña de Dios.

Hebreos 2:10-18

10 Dios—para quien y por medio de quien todo fue hecho—eligió llevar a muchos hijos a la gloria. Convenía a Dios que, mediante el sufrimiento, hiciera a Jesús un líder perfecto, apto para llevarlos a la salvación.

11 Por lo tanto, Jesús y los que él hace santos tienen el mismo Padre. Por esa razón, Jesús no se avergüenza de llamarlos sus hermanos, 12 pues le dijo a Dios:

«Anunciaré tu nombre a mis hermanos.
    Entre tu pueblo reunido te alabaré»[a].

13 También dijo:

«Pondré mi confianza en él»,
    es decir, «yo y los hijos que Dios me ha dado»[b].

14 Debido a que los hijos de Dios son seres humanos—hechos de carne y sangre—el Hijo también se hizo de carne y sangre. Pues solo como ser humano podía morir y solo mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía[c] el poder sobre la muerte. 15 Únicamente de esa manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte.

16 También sabemos que el Hijo no vino para ayudar a los ángeles, sino que vino para ayudar a los descendientes de Abraham. 17 Por lo tanto, era necesario que en todo sentido él se hiciera semejante a nosotros, sus hermanos,[d] para que fuera nuestro Sumo Sacerdote fiel y misericordioso, delante de Dios. Entonces podría ofrecer un sacrificio que quitaría los pecados del pueblo. 18 Debido a que él mismo ha pasado por sufrimientos y pruebas, puede ayudarnos cuando pasamos por pruebas.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.