Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Salmos 73

Libro 3 (Salmos 73—89)

¡Qué bueno es Dios!

SALMO 73 (72)

Himno de Asaf.

73 Dios es muy bueno con Israel
y con la gente sincera.
Yo estuve a punto de pecar;
poco me faltó para caer,
pues me llené de envidia
al ver cómo progresan
los orgullosos y los malvados.
¡Tan llenos están de salud
que no les preocupa nada!
No tienen los problemas de todos;
no sufren como los demás.
Se adornan con su orgullo
y exhiben su violencia.
¡Tan gordos están
que los ojos se les saltan!
¡En la cara se les ven
sus malos pensamientos!
Hablan mal de la gente;
¡de todo el mundo se burlan!
Tan grande es su orgullo
que sólo hablan de violencia.
Con sus palabras ofenden
a Dios y a todo el mundo.
10 ¡Pero hay gente que los consulta
y cree todo lo que dicen!
11 Piensan que el Dios altísimo
no lo sabe ni llegará a saberlo.
12 ¡Así son los malvados!
¡No se preocupan de nada,
y cada vez son más ricos!

13 ¡De nada me sirvió hacer el bien
y evitar los malos pensamientos!
14 ¡Esos malvados
me golpean a todas horas!
¡En cuanto amanece me castigan!
15 Si hubiera pensado como los malvados,
habría traicionado al pueblo de Dios.
16 Traté de entender esto,
pero me resultó muy difícil.
17 Entonces fui al santuario de Dios,
y fue allí donde entendí
cómo terminarán los malvados:
18 Dios los ha puesto en peligro,
y van hacia su propia desgracia.
19 En un abrir y cerrar de ojos
terminarán por ser destruidos;
el terror acabará con ellos.
20 Cuando Dios entre en acción,
hará que sean olvidados
como se olvida una pesadilla.

21 Dios mío,
yo estuve muy afligido;
me sentí muy amargado.
22 He sido muy testarudo;
me he portado mal contigo:
¡me he portado como una bestia!
23 A pesar de todo,
siempre he estado contigo;
tu poder me mantiene con vida,
24 y tus consejos me dirigen;
cuando este mundo llegue a su fin,
me recibirás con grandes honores.
25 ¿A quién tengo en el cielo?
¡A nadie más que a ti!
Contigo a mi lado,
nada me falta en este mundo.
26 Ya casi no tengo fuerzas,
pero a ti siempre te tendré;
¡mi única fuerza eres tú!
27 Los que se apartan de ti
acabarán por ser destruidos;
los que no te sean fieles
acabarán perdiendo la vida.
28 Pero yo estaré cerca de ti,
que es lo que más me gusta.
Tú eres mi Dios y mi dueño,
en ti encuentro protección;
¡por eso quiero contar
todo lo que has hecho!

Job 40:6-14

Pero Dios le respondió a Job desde la tempestad, y le dijo:

«¡Vamos a ver qué tan valiente eres!
Ahora yo voy a hablar,
y tú me vas a escuchar.

»¿Tienes que acusarme de injusto
para probar que eres inocente?
¿Acaso tu voz y tu poder
se comparan a los míos?
10 Si así es, ¡demuéstralo!
11 No controles tu enojo;
¡humilla a los orgullosos!
12 Fíjate en esos malvados,
y aplástalos donde se encuentren;
13 ¡envuélvelos y entiérralos
en la tumba más profunda!
14 Entonces tendré que admitir
que eres lo bastante poderoso
para alcanzar la victoria.

Job 42:1-6

Respuesta final de Job

42 Entonces Job le respondió a Dios:

«Reconozco tu gran poder;
nadie puede impedirte
llevar a cabo tus planes.
Tú preguntas quién soy yo,
que siendo un ignorante
he puesto en duda tu sabiduría.
Reconozco que he dicho cosas
que no alcanzo a comprender,
cosas que son maravillosas
y que en realidad no conozco.

»Tú dijiste:

“Ahora yo voy a hablar,
y tú me vas a escuchar”.

»Lo que antes sabía de ti
era lo que me habían contado,
pero ahora mis ojos te han visto,
y he llegado a conocerte.
Así que retiro lo dicho,
y te ruego me perdones».

Lucas 22:31-33

¡Manténganse firmes!

31 Después, Jesús le dijo a Pedro:

—Pedro, escucha bien. Satanás ha pedido permiso a Dios para ponerles pruebas difíciles a todos ustedes, y Dios se lo ha dado. 32 Pero yo he pedido a Dios que te ayude, para que te mantengas firme. Por un tiempo vas a dejarme solo, pero después cambiarás. Cuando eso pase, ayudarás a tus compañeros para que siempre se mantengan fieles a mí.

33 Enseguida Pedro le dijo:

—Señor, si tengo que ir a la cárcel contigo, iré; y si tengo que morir contigo, moriré.

Lucas 22:54-62

Pedro niega que conoce a Jesús

54 Los que arrestaron a Jesús lo llevaron al palacio del jefe de los sacerdotes. Pedro los siguió desde lejos.

55 Allí, en medio del patio del palacio, habían encendido una fogata, y se sentaron alrededor de ella. Pedro también se sentó con ellos. 56 En eso, una sirvienta vio a Pedro sentado junto al fuego, y mirándolo fijamente dijo:

—Éste también andaba con Jesús.

57 Pedro lo negó:

—¡Mujer, yo ni siquiera lo conozco!

58 Al poco rato, un hombre lo vio y dijo:

—¡Tú también eres uno de los seguidores de Jesús!

Pedro contestó:

—¡No, hombre! ¡No lo soy!

59 Como una hora después, otro hombre insistió y dijo:

—Estoy seguro de que éste era uno de sus seguidores, pues también es de Galilea.

60 Pedro contestó:

—¡Hombre, ni siquiera sé de qué me hablas!

No había terminado Pedro de hablar cuando de inmediato el gallo cantó. 61 En ese momento, Jesús se volvió y miró a Pedro. Entonces Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: «Hoy, antes de que el gallo cante, vas a decir tres veces que no me conoces.» 62 Pedro salió de aquel lugar y se puso a llorar con mucha tristeza.