Revised Common Lectionary (Complementary)
2 Miren, Dios ha venido a salvarme.
Confiaré en él y no tendré temor.
El Señor Dios es mi fuerza y mi canción;
él me ha dado la victoria».
3 ¡Con alegría ustedes beberán abundantemente
de la fuente de la salvación!
4 En ese día maravilloso cantarán:
«¡Den gracias al Señor! ¡Alaben su nombre!
Cuenten a las naciones lo que él ha hecho;
háganles saber lo poderoso que él es.
5 Canten al Señor, porque ha hecho cosas maravillosas.
Den a conocer su alabanza en el mundo entero.
6 ¡Que todos los habitantes de Jerusalén[a] griten sus alabanzas con alegría!
Pues grande es el Santo de Israel, que vive en medio de ustedes».
6 ¡Qué aflicción les espera a ustedes que están a sus anchas en medio de lujos en Jerusalén,[a]
y a ustedes que se sienten seguros en Samaria!
Son famosos y conocidos en Israel,
y la gente acude a ustedes en busca de ayuda.
2 Pero vayan a Calne
y vean lo que ocurrió allí.
Vayan luego a la gran ciudad de Hamat
y desciendan a la ciudad filistea de Gat.
Ustedes no son mejores que ellos,
y miren cómo fueron destruidos.
3 No quieren pensar en el desastre que viene,
pero sus acciones solo acercan más el día del juicio.
4 Qué terrible será para ustedes que se dejan caer en camas de marfil
y están a sus anchas en sus sillones,
comiendo corderos tiernos del rebaño
y becerros selectos engordados en el establo.
5 Entonan canciones frívolas al son del arpa
y se creen músicos tan magníficos como David.
6 Beben vino en tazones llenos
y se perfuman con lociones fragantes.
No les importa la ruina de su nación.[b]
7 Por lo tanto, ustedes serán los primeros en ser llevados cautivos.
De repente se acabarán todas sus fiestas.
8 El Señor Soberano ha jurado por su propio nombre y esto es lo que dice el Señor Dios de los Ejércitos Celestiales:
«Desprecio la arrogancia de Israel[c]
y odio sus fortalezas.
Entregaré esta ciudad
a sus enemigos junto con todo lo que hay en ella».
Un llamado a dar con generosidad
8 Ahora quiero que sepan, amados hermanos, lo que Dios, en su bondad, ha hecho por medio de las iglesias de Macedonia. 2 Estas iglesias están siendo probadas con muchas aflicciones y además son muy pobres; pero a la vez rebosan de abundante alegría, la cual se desbordó en gran generosidad.
3 Pues puedo dar fe de que dieron no solo lo que podían, sino aún mucho más. Y lo hicieron por voluntad propia. 4 Nos suplicaron una y otra vez tener el privilegio de participar en la ofrenda para los creyentes de Jerusalén.[a] 5 Incluso hicieron más de lo que esperábamos, porque su primer paso fue entregarse ellos mismos al Señor y a nosotros, tal como Dios quería.
6 Así que le hemos pedido a Tito—quien los alentó a que comenzaran a dar—que regrese a ustedes y los anime a completar este ministerio de ofrendar. 7 Dado que ustedes sobresalen en tantas maneras—en su fe, sus oradores talentosos, su conocimiento, su entusiasmo y el amor que reciben de nosotros[b]—quiero que también sobresalgan en este acto bondadoso de ofrendar.
8 No estoy ordenándoles que lo hagan, pero pongo a prueba qué tan genuino es su amor al compararlo con el anhelo de las otras iglesias.
9 Ustedes conocen la gracia generosa de nuestro Señor Jesucristo. Aunque era rico, por amor a ustedes se hizo pobre para que mediante su pobreza pudiera hacerlos ricos.
10 Este es mi consejo: sería bueno que completaran lo que comenzaron hace un año. El año pasado, ustedes fueron los primeros en querer dar y fueron los primeros en comenzar a hacerlo. 11 Ahora deberían terminar lo que comenzaron. Que el anhelo que mostraron al principio corresponda ahora con lo que den. Den en proporción a lo que tienen. 12 Todo lo que den es bien recibido si lo dan con entusiasmo. Y den según lo que tienen, no según lo que no tienen. 13 Claro, con eso no quiero decir que lo que ustedes den deba hacerles fácil la vida a otros y difícil a ustedes. Solo quiero decir que debería haber cierta igualdad. 14 Ahora mismo ustedes tienen en abundancia y pueden ayudar a los necesitados. Más adelante, ellos tendrán en abundancia y podrán compartir con ustedes cuando pasen necesidad. De esta manera, habrá igualdad. 15 Como dicen las Escrituras:
«A los que recogieron mucho, nada les sobraba,
y a los que recogieron solo un poco, nada les faltaba»[c].
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