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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Oseas 2:14-20

El amor del Señor por un Israel infiel

14 «Pero luego volveré a conquistarla.
    La llevaré al desierto
    y allí le hablaré tiernamente.
15 Le devolveré sus viñedos
    y convertiré el valle de la Aflicción[a] en una puerta de esperanza.
Allí se me entregará
    como lo hizo hace mucho tiempo cuando era joven,
    cuando la liberé de su esclavitud en Egipto.
16 Al llegar ese día—dice el Señor—,
    me llamarás “esposo mío”
    en vez de “mi señor”[b].
17 Oh Israel, yo borraré los muchos nombres de Baal de tus labios
    y nunca más los mencionarás.
18 En ese día haré un pacto
    con todos los animales salvajes, las aves de los cielos
y los animales que corren sobre la tierra,
    para que no te hagan daño.
Quitaré de la tierra todas las armas de guerra,
    todas las espadas y todos los arcos,
para que puedas vivir sin temor,
    en paz y seguridad.
19 Te haré mi esposa para siempre,
    mostrándote rectitud y justicia,
    amor inagotable y compasión.
20 Te seré fiel y te haré mía,
    y por fin me conocerás como el Señor.

Salmos 103:1-13

Salmo de David.

103 Que todo lo que soy alabe al Señor;
    con todo el corazón alabaré su santo nombre.
Que todo lo que soy alabe al Señor;
    que nunca olvide todas las cosas buenas que hace por mí.
Él perdona todos mis pecados
    y sana todas mis enfermedades.
Me redime de la muerte
    y me corona de amor y tiernas misericordias.
Colma mi vida de cosas buenas;
    ¡mi juventud se renueva como la del águila!

El Señor da rectitud
    y hace justicia a los que son tratados injustamente.

Dio a conocer su carácter a Moisés
    y sus obras al pueblo de Israel.
El Señor es compasivo y misericordioso,
    lento para enojarse y está lleno de amor inagotable.
No nos reprenderá todo el tiempo
    ni seguirá enojado para siempre.
10 No nos castiga por todos nuestros pecados;
    no nos trata con la severidad que merecemos.
11 Pues su amor inagotable hacia los que le temen
    es tan inmenso como la altura de los cielos sobre la tierra.
12 Llevó nuestros pecados tan lejos de nosotros
    como está el oriente del occidente.
13 El Señor es como un padre con sus hijos,
    tierno y compasivo con los que le temen.

Salmos 103:22

22 Alabe al Señor todo lo que él ha creado,
    todo lo que hay en su reino.

Que todo lo que soy alabe al Señor.

2 Corintios 3:1-6

¿Otra vez comenzamos a elogiarnos a nosotros mismos? ¿Acaso somos como otros, que necesitan llevarles cartas de recomendación o que les piden que se escriban tales cartas en nombre de ellos? ¡Por supuesto que no! La única carta de recomendación que necesitamos son ustedes mismos. Sus vidas son una carta escrita en nuestro[a] corazón; todos pueden leerla y reconocer el buen trabajo que hicimos entre ustedes. Es evidente que son una carta de Cristo que muestra el resultado de nuestro ministerio entre ustedes. Esta «carta» no está escrita con pluma y tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente. No está tallada en tablas de piedra, sino en corazones humanos.

Estamos seguros de todo esto debido a la gran confianza que tenemos en Dios por medio de Cristo. No es que pensemos que estamos capacitados para hacer algo por nuestra propia cuenta. Nuestra aptitud proviene de Dios. Él nos capacitó para que seamos ministros de su nuevo pacto. Este no es un pacto de leyes escritas, sino del Espíritu. El antiguo pacto escrito termina en muerte; pero, de acuerdo con el nuevo pacto, el Espíritu da vida.

Marcos 2:13-22

Jesús llama a Leví (Mateo)

13 Entonces Jesús salió de nuevo a la orilla del lago y enseñó a las multitudes que se acercaban a él. 14 Mientras caminaba, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en su cabina de cobrador de impuestos. «Sígueme y sé mi discípulo», le dijo Jesús. Entonces Leví se levantó y lo siguió.

15 Más tarde, Leví invitó a Jesús y a sus discípulos a una cena en su casa, junto con muchos cobradores de impuestos y otros pecadores de mala fama. (Había mucha de esa clase de gente entre los seguidores de Jesús). 16 Cuando los maestros de la ley religiosa, que eran fariseos,[a] lo vieron comer con los cobradores de impuestos y otros pecadores, preguntaron a los discípulos: «¿Por qué come con semejante escoria[b]?».

17 Cuando Jesús los oyó, les dijo: «La gente sana no necesita médico, los enfermos sí. No he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores».

Discusión acerca del ayuno

18 Cierta vez que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, algunas personas se acercaron a Jesús y le preguntaron:

—¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los fariseos?

19 Jesús les contestó:

—¿Acaso los invitados de una boda ayunan mientras festejan con el novio? Por supuesto que no. No pueden ayunar mientras el novio está con ellos; 20 pero un día el novio será llevado, y entonces sí ayunarán.

21 »Además, ¿a quién se le ocurriría remendar una prenda vieja con tela nueva? Pues el remiendo nuevo encogería y se desprendería de la tela vieja, lo cual dejaría una rotura aún mayor que la anterior.

22 »Y nadie pone vino nuevo en cueros viejos. Pues el vino reventaría los cueros, y tanto el vino como los cueros se echarían a perder. El vino nuevo necesita cueros nuevos.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.