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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Salmos 95

95 ¡Vengan, cantemos al Señor!
    Aclamemos con alegría a la Roca de nuestra salvación.
Acerquémonos a él con acción de gracias.
    Cantémosle salmos de alabanza,
porque el Señor es Dios grande,
    un gran Rey sobre todos los dioses.
En sus manos sostiene las profundidades de la tierra
    y las montañas más imponentes.
El mar le pertenece, pues él lo creó;
    sus manos también formaron la tierra firme.

Vengan, adoremos e inclinémonos.
    Arrodillémonos delante del Señor, nuestro creador,
    porque él es nuestro Dios.
Somos el pueblo que él vigila,
    el rebaño a su cuidado.

¡Si tan solo escucharan hoy su voz!
El Señor dice: «No endurezcan el corazón como lo hizo Israel en Meriba,
    como lo hizo el pueblo en el desierto de Masá.
Allí sus antepasados me tentaron y pusieron a prueba mi paciencia,
    a pesar de haber visto todo lo que hice.
10 Durante cuarenta años estuve enojado con ellos y dije:
“Son un pueblo cuyo corazón se aleja de mí;
    rehúsan hacer lo que les digo”.
11 Así que en mi enojo juré:
    “Ellos nunca entrarán en mi lugar de descanso”».

1 Samuel 16:1-13

Samuel unge a David como rey

16 Ahora bien, el Señor le dijo a Samuel:

—Ya has hecho suficiente duelo por Saúl. Lo he rechazado como rey de Israel, así que llena tu frasco con aceite de oliva y ve a Belén. Busca a un hombre llamado Isaí que vive allí, porque he elegido a uno de sus hijos para que sea mi rey.

Pero Samuel le preguntó:

—¿Cómo puedo hacerlo? Si Saúl llega a enterarse, me matará.

—Lleva contigo una novilla—le contestó el Señor—y di que has venido para ofrecer un sacrificio al Señor. Invita a Isaí al sacrificio, y te mostraré a cuál de sus hijos ungirás para mí.

Así que Samuel hizo como el Señor le indicó. Cuando llegó a Belén, los ancianos del pueblo salieron a su encuentro temblando.

—¿Qué pasa?—le preguntaron—. ¿Vienes en son de paz?

—Sí—contestó Samuel—, vine para ofrecer un sacrificio al Señor. Purifíquense y vengan conmigo al sacrificio.

Luego Samuel realizó el rito de purificación para Isaí y sus hijos y también los invitó al sacrificio.

Cuando llegaron, Samuel se fijó en Eliab y pensó: «¡Seguramente este es el ungido del Señor!».

Pero el Señor le dijo a Samuel:

—No juzgues por su apariencia o por su estatura, porque yo lo he rechazado. El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón.

Entonces Isaí le dijo a su hijo Abinadab que caminara delante de Samuel. Pero Samuel dijo:

—Este no es el que el Señor ha elegido.

Después Isaí llamó a Simea,[a] pero Samuel dijo:

—Tampoco es este a quien el Señor ha elegido.

10 De la misma manera, Isaí le presentó sus siete hijos a Samuel. Pero Samuel le dijo:

—El Señor no ha elegido a ninguno de ellos.

11 Después Samuel preguntó:

—¿Son estos todos los hijos que tienes?

—Queda todavía el más joven—contestó Isaí—. Pero está en el campo cuidando las ovejas y las cabras.

—Manda llamarlo de inmediato—dijo Samuel—. No nos sentaremos a comer hasta que él llegue.

12 Entonces Isaí mandó a buscarlo. El joven era trigueño y apuesto, y de hermosos ojos.

Y el Señor dijo:

—Este es, úngelo.

13 Al estar David de pie entre sus hermanos, Samuel tomó el frasco de aceite de oliva que había traído y ungió a David con el aceite. Y el Espíritu del Señor vino con gran poder sobre David a partir de ese día. Luego Samuel regresó a Ramá.

1 Pedro 5:1-5

Consejos para los líderes y los jóvenes

Y ahora, una palabra para ustedes los ancianos en las iglesias. También soy un anciano y testigo de los sufrimientos de Cristo. Y yo también voy a participar de su gloria cuando él sea revelado a todo el mundo. Como anciano igual que ustedes, les ruego: cuiden del rebaño que Dios les ha encomendado. Háganlo con gusto, no de mala gana ni por el beneficio personal que puedan obtener de ello, sino porque están deseosos de servir a Dios. No abusen de la autoridad que tienen sobre los que están a su cargo, sino guíenlos con su buen ejemplo. Así, cuando venga el Gran Pastor, recibirán una corona de gloria y honor eternos.

Del mismo modo, ustedes los más jóvenes tienen que aceptar la autoridad de los ancianos; y todos vístanse con humildad en su trato los unos con los otros, porque

«Dios se opone a los orgullosos
    pero da gracia a los humildes»[a].

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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