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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Salmos 96:1-9

Que todo el mundo cante al Señor

(1 Cr 16:23-33)

Canten al SEÑOR una nueva canción;
    que todo el mundo cante al SEÑOR.
Canten al SEÑOR, bendigan su nombre;
    anuncien todos los días las buenas noticias de que él nos da la victoria.
Cuenten entre las naciones acerca de su gloria;
    cuéntenles a todos los pueblos las maravillas de Dios.

El SEÑOR es grande y digno de la máxima alabanza;
    es más temible que todos los dioses.
Los dioses de otras naciones no son sino ídolos;
    en cambio, el SEÑOR hizo el cielo.
Hay esplendor y majestad ante su presencia;
    poder y belleza en su templo santo.

Familias de las naciones, alaben al SEÑOR;
    den la gloria y el poder al SEÑOR.
Alaben el nombre del SEÑOR;
    lleven ofrendas al templo.
Alaben al SEÑOR en su hermoso templo;
    que toda la tierra tiemble delante de él.

Salmos 96:10-13

10 Anuncien a las naciones: «¡El SEÑOR es Rey!»
    Él estableció el mundo, no será removido.
    El SEÑOR juzgará a los pueblos con imparcialidad.

11 Que el cielo se alegre;
    que la tierra se ponga contenta;
    que el mar y todo lo que hay en él griten de alegría;
12 que estén felices los campos y todo lo que crece en ellos;
    que los árboles del bosque canten de alegría.
13 Que todo el mundo esté feliz
    porque el SEÑOR viene a gobernar[a] al mundo.
Él gobernará al mundo con justicia
    y a las naciones con verdad.

Isaías 14:3-11

Burla y castigo contra el rey de Babilonia

Cuando el SEÑOR te deje descansar de tus penas, sufrimientos y de la esclavitud a que te viste sometido, entonces vas a cantar esta canción en son de burla contra el rey de Babilonia:

Vean en qué terminó el opresor,
    cómo acabó su enojo arrogante.
El SEÑOR quebró el bastón del perverso,
    el cetro del tirano,
que sin parar golpeaba furiosamente a las naciones;
    oprimiendo a las naciones con enojo,
    persiguiéndolas sin parar.
Ahora toda la tierra descansa y está tranquila;
    la gente comienza a celebrar.
Hasta los pinos y los cedros del Líbano
    se alegran de tu derrota, pues:
«Desde que tú has caído,
    nadie ha venido a talarnos».

Allá abajo en el lugar de los muertos[a],
    todo es emoción en espera de tu llegada.
Las sombras de los muertos se levantan,
    salen a tu encuentro todos los líderes de la tierra,
    los reyes se levantan de sus tronos.
10 Todos ellos responderán y te dirán:
    «Tú también perdiste fuerza como nosotros,
    terminaste igual».
11 Al lugar de los muertos vino a parar tu orgullo
    y la música de tus arpas.
Allí te espera tu cama de gusanos
    y tu cobija de lombrices.

Mateo 14:1-12

La muerte de Juan el Bautista

(Mr 6:14-29; Lc 9:7-9)

14 En ese tiempo, Herodes era gobernador de Galilea y oyó hablar de Jesús. Entonces les dijo a sus siervos: «Este hombre es en realidad Juan el Bautista que ha resucitado. Por eso tiene el poder de hacer estos milagros».

Este Herodes era el que había arrestado a Juan y lo había mandado encadenar y meter en la cárcel. Lo hizo por causa de Herodías, esposa de su hermano Felipe. Juan siempre le decía: «No es correcto que vivas con ella». Y por eso Herodes quería matarlo, pero le daba miedo hacerlo porque el pueblo consideraba que Juan era un profeta.

Cuando llegó el día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías bailó para él y sus invitados. A Herodes le gustó mucho el baile y por eso prometió darle cualquier cosa que pidiera. Herodías ya le había dicho a su hija lo que tenía que pedir y entonces ella le dijo a Herodes: «Dame en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».

El rey se puso triste, pero tenía que cumplir su promesa y no quería quedar mal con sus invitados. Entonces dio la orden de darle lo que ella quería. 10 Mandó a unos hombres a que le cortaran la cabeza a Juan en la cárcel. 11 Los hombres trajeron la cabeza en una bandeja, se la dieron a la muchacha y ella se la dio a su mamá. 12 Después llegaron los seguidores de Juan, se llevaron el cuerpo y lo enterraron. Luego fueron a contarle a Jesús lo que había pasado.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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