Revised Common Lectionary (Complementary)
Esperanza y dependencia en Dios
131 Canto de ascenso gradual[a]. De David. Oh SEÑOR, no se ha envanecido mi corazón
ni mis ojos se han enaltecido
ni he andado en pos de grandezas
ni de cosas demasiado sublimes para mí.
2 Más bien, he sosegado y acallado mi alma como un niño destetado al lado
de su madre.
Como un niño destetado está mi alma dentro de mí.
3 Espera, oh Israel, en el SEÑOR desde ahora y para siempre.
10 Entonces el profeta Ananías quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías y lo rompió. 11 Y Ananías habló en presencia de todo el pueblo, diciendo:
—Así ha dicho el SEÑOR: “De esta manera romperé el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, del cuello de todas las naciones, dentro de dos años”.
Y Jeremías se fue por su camino.
Castigo del falso profeta Ananías
12 Después que el profeta Ananías rompió el yugo del cuello del profeta Jeremías, vino la palabra del SEÑOR a Jeremías, diciendo:
13 —Ve, habla a Ananías y dile que así ha dicho el SEÑOR: “Tú has roto yugos de madera, pero en lugar de ellos harás yugos de hierro”. 14 Porque así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel: “He puesto un yugo de hierro sobre el cuello de todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y le servirán. Le he dado a él aun los animales del campo”.
15 Entonces el profeta Jeremías dijo al profeta Ananías:
—Escucha, Ananías: El SEÑOR no te ha enviado, y tú has hecho que este pueblo confíe en la mentira. 16 Por tanto, así ha dicho el SEÑOR: “He aquí, yo te quito de sobre la faz de la tierra. Morirás en este mismo año, porque incitaste a la rebelión contra el SEÑOR”.
17 En el mismo año, en el mes séptimo[a], murió Ananías.
3 ¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿O qué beneficio hay en la circuncisión? 2 Mucho, en todo sentido. Primeramente, que las palabras de Dios les han sido confiadas. 3 ¿Qué, pues, si algunos de ellos han sido infieles? ¿Acaso podrá la infidelidad de ellos invalidar la fidelidad de Dios? 4 ¡De ninguna manera! Antes bien, sea Dios veraz aunque todo hombre sea mentiroso, como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras y venzas cuando seas juzgado[a].
5 Pero si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Acaso es injusto Dios que da el castigo? (Hablo como hombre). 6 ¡De ninguna manera! Porque en tal caso, ¿cómo juzgaría Dios al mundo? 7 Pero si la verdad de Dios abundó en mi falsedad para su gloria, ¿por qué todavía soy juzgado yo como pecador? 8 ¿Y por qué no decir: “Hagamos lo malo para que venga lo bueno”? De esto se nos calumnia, y algunos afirman que así decimos. La condenación de los tales es justa.
Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano