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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)
Version
Salmos 8

Al director musical. Sígase la tonada de «La canción del lagar».[a] Salmo de David.

Oh Señor, Soberano nuestro,
    ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra!
    ¡Has puesto tu gloria sobre los cielos!

A causa de tus adversarios
    has hecho que brote la alabanza[b]
de labios de los chiquillos y de los niños de pecho,
    para silenciar al enemigo y al rebelde.

Cuando contemplo tus cielos,
    obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que allí fijaste,
me pregunto:
    «¿Qué es el hombre, para que pienses en él?
    ¿Qué es el ser humano,[c] para que lo tengas en cuenta?»
Pues lo hiciste poco menos que Dios,[d]
    y lo coronaste de gloria y de honra;
lo entronizaste sobre la obra de tus manos,
    ¡todo lo sometiste a su dominio!
Todas las ovejas, todos los bueyes,
    todos los animales del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
    y todo lo que surca los senderos del mar.

Oh Señor, Soberano nuestro,
    ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra!

Génesis 20

Abraham y Abimélec

20 Abraham partió desde allí en dirección a la región del Néguev, y se quedó a vivir entre Cades y Sur. Mientras vivía en Guerar, Abraham decía que Sara, su esposa, era su hermana. Entonces Abimélec, rey de Guerar, mandó llamar a Sara y la tomó por esposa. Pero aquella noche Dios se le apareció a Abimélec en sueños y le dijo:

―Puedes darte por muerto a causa de la mujer que has tomado, porque ella es casada.

Pero, como Abimélec todavía no se había acostado con ella, le contestó:

―Señor, ¿acaso vas a matar al inocente?[a] Como Abraham me dijo que ella era su hermana, y ella me lo confirmó, yo hice todo esto de buena fe y sin mala intención.

―Sí, ya sé que has hecho todo esto de buena fe —le respondió Dios en el sueño—; por eso no te permití tocarla, para que no pecaras contra mí. Pero ahora devuelve esa mujer a su esposo, porque él es profeta y va a interceder por ti para que vivas. Si no lo haces, ten por seguro que morirás junto con todos los tuyos.

En la madrugada del día siguiente, Abimélec se levantó y llamó a todos sus servidores para contarles en detalle lo que había ocurrido, y un gran temor se apoderó de ellos. Entonces Abimélec llamó a Abraham y le dijo:

―¡Qué nos has hecho! ¿En qué te he ofendido, que has traído un pecado tan grande sobre mí y sobre mi reino? ¡Lo que me has hecho no tiene nombre! 10 ¿Qué pretendías conseguir con todo esto?

A la pregunta de Abimélec, 11 Abraham contestó:

―Yo pensé que en este lugar no había temor de Dios, y que por causa de mi esposa me matarían. 12 Pero en realidad ella es mi hermana, porque es hija de mi padre, aunque no de mi madre; y además es mi esposa. 13 Cuando Dios me mandó dejar la casa de mi padre y andar errante, yo le dije a mi esposa: “Te pido que me hagas este favor: Dondequiera que vayamos, di siempre que soy tu hermano”.

14 Abimélec tomó entonces ovejas y vacas, esclavos y esclavas, y se los regaló a Abraham. Al mismo tiempo, le devolvió a Sara, su esposa, 15 y le dijo:

―Mira, ahí está todo mi territorio; quédate a vivir donde mejor te parezca.

16 A Sara le dijo:

―Le he dado a tu hermano mil monedas de plata, que servirán de compensación por todo lo que te ha pasado; así quedarás vindicada ante todos los que están contigo.[b]

17 Entonces Abraham oró a Dios, y Dios sanó a Abimélec y permitió que su esposa y sus siervas volvieran a tener hijos, 18 porque, a causa de lo ocurrido con Sara, la esposa de Abraham, el Señor había hecho que todas las mujeres en la casa de Abimélec quedaran estériles.

Gálatas 3:23-29

23 Antes de venir esta fe, la ley nos tenía presos, encerrados hasta que la fe se revelara. 24 Así que la ley vino a ser nuestro guía encargado de conducirnos a Cristo,[a] para que fuéramos justificados por la fe. 25 Pero, ahora que ha llegado la fe, ya no estamos sujetos al guía.

Hijos de Dios

26 Todos vosotros sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, 27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo. 28 Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos sois uno solo en Cristo Jesús. 29 Y, si pertenecéis a Cristo, sois la descendencia de Abraham y herederos según la promesa.

Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)

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