Revised Common Lectionary (Complementary)
Salmo 9
Te doy gracias, Señor, con todo mi corazón
9 Al maestro del coro; con instrumentos de música. Salmo de David.
2 Te doy gracias, Señor, con todo mi corazón,
yo proclamaré todas tus maravillas.
3 En ti me alegraré y me regocijaré;
alabaré, Altísimo, tu nombre.
4 Mis enemigos retroceden,
se debilitan, sucumben ante ti,
5 porque tú me has hecho justicia
sentado, juez justo, en tu trono.
6 Tú castigas al pagano, destruyes al malvado
borrando su nombre para siempre.
7 El enemigo se ha derrumbado sin remedio,
has demolido sus ciudades, anulado su recuerdo.
8 Pero el Señor permanecerá por siempre;
él prepara su trono para el juicio,
9 para juzgar al mundo con justicia,
para juzgar con rectitud a las naciones.
10 Sea el Señor refugio del oprimido,
refugio en tiempo de angustia.
11 En ti confían los que conocen tu nombre
pues tú, Señor, no abandonas a quien te busca.
12 ¡Ensalcen al Señor que mora en Sión,
canten a los pueblos sus proezas!
13 El vengador se acuerda de ellos,
no olvida el grito de los humildes.
14 ¡Ten piedad, Señor, de mí;
mira cómo mis enemigos me afligen!
Tú que me alejas de las puertas de la muerte
Segunda visión: los cuernos y los herreros
2 Alcé la vista y, al mirar, vi cuatro cuernos. 2 Pregunté entonces al ángel que hablaba conmigo:
— ¿Qué representan esos cuernos?
El ángel me respondió:
— Representan el poder de quienes dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén.
3 A continuación el Señor me hizo ver cuatro herreros.
4 Y yo pregunté:
— ¿Qué es lo que estos vienen a hacer?
Me contestó:
— Los cuernos representan a quienes dispersaron a Judá hasta el punto de que ya nadie podía levantar cabeza; los herreros, por su parte, vienen para hacer temblar y derribar los poderes que esas naciones desencadenaron contra el país de Judá a fin de dispersarlo.
Tercera visión: la cinta para medir
5 Alcé la vista y, al mirar, vi a un hombre que tenía en la mano una cinta para medir.
Sexta visión: el libro volando
5 Alcé de nuevo la vista y, al mirar, vi un libro que volaba. 2 El ángel me preguntó:
— ¿Qué ves?
Yo respondí:
— Un libro que va volando y que tiene diez metros de largo por cinco de ancho.
3 El ángel me dijo:
— Es la maldición que abarca a toda esta tierra, pues por una cara lleva escrito: “ningún ladrón quedará impune”; y por la otra cara: “ningún perjuro quedará impune”. 4 Yo le he dado licencia —oráculo del Señor del universo— para que entre en la casa del ladrón y del que jura en falso utilizando mi nombre, y para que se instale allí hasta que todas sus vigas y sus piedras se conviertan en ruinas.
Últimas recomendaciones
12 Les pedimos, hermanos, que tengan en consideración a quienes desempeñan entre ustedes la misión de presidirlos y aconsejarlos en el nombre del Señor. 13 Estímenlos y ámenlos de manera especial como merece su tarea, y que la paz reine entre ustedes.
14 Les recomendamos también, hermanos, que corrijan a los indisciplinados, animen a los tímidos y sostengan a los débiles, teniendo paciencia con todos. 15 Miren que nadie devuelva mal por mal; al contrario, busquen siempre hacerse el bien los unos a los otros y a todos. 16 Estén siempre alegres. 17 No cesen de orar. 18 Manténganse en constante acción de gracias, porque esto es lo que Dios quiere de ustedes como cristianos.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España