Revised Common Lectionary (Complementary)
La prosperidad viene de Jehová
Cántico gradual; para Salomón
127 Si Jehová no edifica la casa,
en vano trabajan los que la edifican;
si Jehová no guarda la ciudad,
en vano vela la guardia.
2 Por demás es que os levantéis de madrugada
y vayáis tarde a reposar,
y que comáis pan de dolores,
pues que a su amado dará Dios el sueño.
3 Herencia de Jehová son los hijos;
cosa de estima el fruto del vientre.
4 Como saetas en manos del valiente,
así son los hijos tenidos en la juventud.
5 ¡Bienaventurado el hombre
que llenó su aljaba de ellos!
No será avergonzado
cuando hable en la puerta con los enemigos.
12 Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud,
antes que vengan los días malos,
y lleguen los años de los cuales digas:
«No tengo en ellos contentamiento»;
2 antes que se oscurezcan el sol y la luz,
la luna y las estrellas,
y vuelvan las nubes tras la lluvia;
3 cuando tiemblen los guardias de la casa
y se encorven los hombres fuertes;
cuando cesen de trabajar las molineras, porque habrán disminuido,
y se queden a oscuras las que miran por las ventanas;
4 cuando las puertas de afuera se cierren,
y se vaya apagando el ruido del molino;
cuando se escuche la voz del ave,
pero las canciones dejen de oírse;
5 cuando se tema también a las alturas,
y se llene de peligros el camino,
y florezca el almendro,
y la langosta sea una carga,
y se pierda el apetito;
porque el hombre va a su morada eterna,
y rondarán por las calles quienes hacen duelo;
6 antes que la cadena de plata se quiebre,
se rompa el cuenco de oro,
el cántaro se quiebre junto a la fuente
y la polea se rompa sobre el pozo;
7 antes que el polvo vuelva a la tierra, como era,
y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.
8 «¡Vanidad de vanidades —dijo el Predicador—,
todo es vanidad!»
13 El fin de todo el discurso que has oído es: Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre. 14 Pues Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa oculta, sea buena o sea mala.
La angustia y la ansiedad(A)
22 Dijo luego a sus discípulos: «Por tanto os digo: No os angustiéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. 23 La vida es más que la comida, y el cuerpo más que el vestido. 24 Considerad los cuervos, que ni siembran ni siegan; que ni tienen despensa ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? 25 ¿Y quién de vosotros podrá, con angustiarse, añadir a su estatura un codo? 26 Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os angustiáis por lo demás?
27 »Considerad los lirios, cómo crecen: no trabajan ni hilan, pero os digo que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. 28 Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? 29 Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud, 30 porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo, pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de ellas. 31 Buscad, más bien, el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.
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