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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
Nehemías 1-3

Oración de Nehemías por Jerusalén

Palabras de Nehemías hijo de Jacalías:

«En el mes de Quisleu del año veinte, mientras yo me encontraba en Susa, que era la ciudad capital del reino, recibí la visita de Jananí, uno de mis hermanos, y de algunos varones de Judá. Al preguntarles por los judíos que habían escapado con vida del cautiverio, y por Jerusalén, me dijeron: “Los cautivos que quedaron con vida están muy mal y pasando por muchas vergüenzas; la muralla de Jerusalén está en ruinas, y las puertas de la ciudad fueron quemadas.”

»Cuando escuché esto, me senté a llorar y durante varios días me puse en duelo; y ayuné y oré al Dios de los cielos. Le dije:

“Señor, Dios de los cielos, tú eres fuerte, grande y temible. Cumples tu pacto y eres misericordioso con los que te aman y guardan tus mandamientos. Yo te ruego que prestes atención a las súplicas que de día y de noche te hace este humilde siervo tuyo en favor de Israel. Reconozco que tu pueblo Israel ha pecado contra ti, lo mismo que mis antepasados y yo. Nuestra corrupción ha llegado a los extremos, pues no hemos cumplido con los mandamientos, leyes y estatutos que le diste a tu siervo Moisés.

”Recuerda que ya le habías advertido a Moisés, que si nosotros llegáramos a pecar, tú nos dispersarías entre las naciones,(A) pero que si nos arrepentíamos y te buscábamos y cumplíamos tus mandamientos, y los poníamos por obra, tú nos harías volver y nos llevarías a la tierra que elegiste como residencia de tu nombre, aun cuando nos hubieras dispersado hasta los confines de los cielos.(B)

10 ”Señor, somos tu pueblo; somos tus siervos. ¡Tú, con tu gran poder y tu brazo poderoso, nos liberaste de la esclavitud! 11 Yo te ruego, Señor, que prestes atención a las súplicas de este humilde siervo tuyo, y a las de todos tus siervos, que honran tu nombre. Concédele a este siervo tuyo tener éxito ante el rey, para que me conceda lo que le solicite.”

»En esos días yo era el copero del rey.

Artajerjes envía a Nehemías a Jerusalén

»En el mes de Nisán, del año veinte del reinado de Artajerjes, mientras yo me disponía a servirle vino al rey, éste me miró, y como nunca antes me había visto triste en su presencia, me preguntó: “¿Por qué estás triste, Nehemías? Enfermo no estás. Lo que reflejas es un profundo pesar.”

»Yo sentí mucho miedo, y le respondí: “¡Larga vida a Su Majestad! ¿Cómo no estar triste, si la ciudad donde mis padres están sepultados se encuentra en ruinas, y sus puertas han sido consumidas por el fuego?”(C)

»El rey me preguntó entonces: “¿Y qué es lo que pides?” Yo oré al Dios de los cielos, y le respondí al rey: “Si es la voluntad de Su Majestad, y este siervo suyo es digno de su bondad, permítame Su Majestad ir a Judá, a la ciudad donde están sepultados mis padres, para reedificarla.”

»El rey, que tenía a su lado a la reina, me preguntó: “¿Cuánto tiempo necesitas? ¿Cuándo piensas regresar?” Y yo le dije el tiempo que necesitaba, y el rey consintió en dejarme partir.

»También le dije: “Si es la voluntad de Su Majestad, que se me den cartas para los gobernadores del otro lado del río, para que me permitan pasar y yo pueda llegar a Judá, y una carta más para que Asaf, el guardián de los bosques del rey, me provea de la madera necesaria para reforzar las puertas del palacio del Templo, las murallas de la ciudad, y la casa donde voy a vivir.”

»Todo eso me lo concedió el rey, porque la bondad de mi Dios estaba conmigo.

»Fui entonces con los gobernadores del otro lado del río, y les entregué las cartas del rey. Además, el rey había enviado a sus capitanes y a soldados de caballería, para que me escoltaran. 10 Pero cuando lo supieron Sambalat el horonita y Tobías, el siervo amonita, se enojaron mucho, pues no les gustó que alguien se preocupara por el bien de los israelitas.

Nehemías anima al pueblo a reconstruir las murallas

11 »Tres días después de haber llegado a Jerusalén, 12 me levanté por la noche y salí, acompañado de varios hombres y sin que nadie supiera lo que Dios me había inspirado hacer en Jerusalén. No llevaba yo más caballo que el que iba montando. 13 Salí de noche y recorrí la puerta del Valle que va a la fuente del Dragón y a la puerta del Basurero, y pude ver que las murallas de Jerusalén habían sido derribadas y que las puertas habían sido consumidas por el fuego. 14 Luego me dirigí a la puerta de la Fuente y al estanque del Rey, pero como mi caballo no podía pasar 15 subí al torrente y observé la muralla. Aprovechando que era de noche, la rodeé y luego entré por la puerta del Valle. Después de eso, regresé. 16 Los oficiales no supieron a dónde había ido, ni qué había hecho, porque a nadie le había dicho nada; ni al pueblo ni a los sacerdotes, y menos aún a gente importante. Ninguno de los que estaban reconstruyendo la ciudad supo lo que hice.

17 »Cuando regresé, les dije: “¿Ya vieron lo mal que estamos? Jerusalén está desierta, y todas sus puertas han sido quemadas. ¡Anímense y vayamos todos a levantar las murallas de Jerusalén. ¡Basta ya de esta vergüenza!”

18 »En cuanto les conté la gran ayuda que mi Dios me había brindado, y lo que el rey me había dicho, todos exclamaron: “¡Sí, comencemos a reconstruir las murallas!” Y se dispusieron a poner manos a la obra.

19 »Pero la noticia llegó a oídos de Sambalat el horonita, de Tobías, el siervo amonita, y de Guesén el árabe, y se burlaron de nosotros y despectivamente nos dijeron: “¿Qué es lo que hacen? ¿Acaso están rebelándose contra el rey?”

20 »Yo les respondí: “El Dios de los cielos es quien nos ayuda. Nosotros, sus siervos, hemos decidido reconstruir las murallas, y lo vamos a hacer. Ustedes no tienen ninguna autoridad, ni arte ni parte en Jerusalén.”

Distribución de las obras de reconstrucción

»Entonces el sumo sacerdote Eliasib y los demás sacerdotes se dispusieron a reconstruir la puerta de las Ovejas. La repararon hasta la torre de Hamea, y reconstruyeron la torre de Jananel con la ayuda de la gente de Jericó y de Zacur hijo de Imri.

»Los descendientes de Sená reconstruyeron la Puerta del Pescado y revistieron de madera las puertas y les pusieron cerraduras y cerrojos. Contaron con la ayuda de Meremot, el hijo de Urías y nieto de Cos; de Mesulán, el hijo de Berequías y nieto de Mesezabel; y de Sadoc hijo de Baná. A su lado estaban los tecoítas, aunque en las obras del Señor no se contó con la ayuda de los jefes del pueblo.

»La puerta Vieja fue restaurada por Joyadá hijo de Paseaj y por Mesulán hijo de Besodías, quienes recubrieron de madera las puertas y les pusieron cerraduras y cerrojos. A su lado estaban Melatías el gabaonita y Yadón el meronotita, que venían de Gabaón y de Mispá, pueblos que estaban bajo el dominio del gobernador de la ribera occidental del río Éufrates. También los ayudaron Uziel hijo de Jaraías, que sabía trabajar la plata, y el perfumista Jananías, que repararon la muralla de Jerusalén hasta su parte ancha; y Refaías hijo de Jur, que gobernaba la mitad de la región de Jerusalén. 10 Frente a su casa se les unió Jedaías hijo de Jarumaf, y también Jatús hijo de Jasabnías. 11 Malquías hijo de Jarín y Jasub hijo de Pajat Moab restauraron otro tramo de la muralla y de la torre de los Hornos. 12 A ellos se les unieron Salún hijo de Halojés, que era gobernador de la mitad de la región de Jerusalén, y con sus hijas.

13 »Janún y los habitantes de Zanoaj restauraron la puerta del Valle; reconstruyeron mil codos de la muralla, hasta la puerta del Basurero, y a las puertas les pusieron cerraduras y cerrojos. 14 Malquías hijo de Recab, que gobernaba la provincia de Bet Haqueren, reconstruyó la puerta del Basurero y otras puertas, y les puso cerraduras y cerrojos.

15 »La puerta de la Fuente fue reconstruida por Salún hijo de Coljozé, que era gobernador de la región de Mispá; fue él quien recubrió de madera las puertas, y quien les puso cerraduras y cerrojos; además, reconstruyó la muralla del estanque de Siloé, que va hacia el huerto del rey y llega a las escaleras que bajan de la ciudad de David. 16 Nehemías hijo de Azbuc, que era gobernador de la otra mitad de Betsur, reconstruyó las murallas que pasan frente al sepulcro de David, hasta el estanque labrado y la Mansión de los Valientes. 17 Le siguieron los levitas Rejún hijo de Bani y Jasabías, que era el gobernador de la mitad de la región de Keila, el cual reconstruyó a nombre de su región.

18 »A continuación se les unieron sus parientes Bavay hijo de Henadad, que era el gobernador de la otra mitad de Keila, 19 y Ezer hijo de Josué, que era el gobernador de Mispá, los cuales reconstruyeron las murallas que pasan frente a la cuesta de la armería de la esquina. 20 Le siguió Baruc hijo de Zabay, que con mucho fervor restauró el tramo que va de la esquina hasta la puerta de la casa de Eliasib, el sumo sacerdote. 21 El siguiente tramo, que va de la entrada de la casa de Eliasib hasta la parte final, lo restauró Meremot, el hijo de Urías y nieto de Cos. 22 Después de él se unieron a la restauración los sacerdotes de la llanura. 23 Benjamín y Jasub restauraron las murallas que estaban frente a su casa; Azarías, el hijo de Maseías y nieto de Jananías continuó el trabajo cerca de su casa. 24 Binúi hijo de Henadad reconstruyó el tramo que va de la casa de Azarías al ángulo entrante de la muralla, y hasta la esquina. 25 Le siguió Palal hijo de Uzay, que restauró el frente de la esquina y la torre que sobresale del palacio real, la cual está en el patio de la cárcel. Le siguió Pedaías hijo de Farós.

26 »Los sirvientes del templo que habitaban en Ofel no se quedaron atrás, pues restauraron incluso el frente de la puerta de las Aguas y la torre que sobresale. 27 Los tecoítas reconstruyeron el tramo que está frente a la torre que sobresale, y la muralla de Ofel.

28 »Los sacerdotes reconstruyeron la puerta de los Caballos, y el tramo de la muralla que estaba frente a su casa. 29 Sadoc hijo de Imer restauró la muralla frente a su casa, y lo mismo hizo Semaías hijo de Secanías, que era el guardián de la puerta Oriental. 30 Le siguieron Jananías hijo de Selemías y Janún, el sexto hijo de Salaf, que restauraron otro tramo de la muralla, seguidos de Mesulán hijo de Berequías, que restauró el tramo frente a su casa. 31 Malquías, el hijo del platero, restauró el tramo de la casa de los criados del templo y de los comerciantes, que está frente a la puerta del Juicio, hasta llegar a la sala de la esquina. 32 Los plateros y los comerciantes continuaron con la restauración desde la sala de la esquina hasta la puerta de las Ovejas.

Hechos 2:1-21

La llegada del Espíritu Santo

Cuando llegó el día de Pentecostés,(A) todos ellos estaban juntos y en el mismo lugar. De repente, un estruendo como de un fuerte viento vino del cielo, y sopló y llenó toda la casa donde se encontraban. Entonces aparecieron unas lenguas como de fuego, que se repartieron y fueron a posarse sobre cada uno de ellos. Todos ellos fueron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu los llevaba a expresarse.

En aquel tiempo vivían en Jerusalén judíos piadosos, que venían de todas las naciones conocidas. Al escucharse aquel estruendo, la multitud se juntó, y se veían confundidos porque los oían hablar en su propia lengua. Estaban atónitos y maravillados, y decían: «Fíjense: ¿acaso no son galileos todos estos que están hablando? ¿Cómo es que los oímos hablar en nuestra lengua materna? Aquí hay partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto y Asia. 10 Están los de Frigia y Panfilia, los de Egipto y los de las regiones de África que están más allá de Cirene. También están los romanos que viven aquí, tanto judíos como prosélitos, 11 y cretenses y árabes, ¡y todos los escuchamos hablar en nuestra lengua acerca de las maravillas de Dios!» 12 Todos ellos estaban atónitos y perplejos, y se decían unos a otros: «¿Y esto qué significa?» 13 Pero otros se burlaban, y decían: «¡Están borrachos!»

Primer discurso de Pedro

14 Entonces Pedro se puso de pie, junto con los otros once, y con potente voz dijo: «Varones judíos, y ustedes, habitantes todos de Jerusalén, sepan esto, y entiendan bien mis palabras. 15 Contra lo que ustedes suponen, estos hombres no están borrachos, pues apenas son las nueve de la mañana. 16 Más bien, esto es lo que dijo el profeta Joel:

17 »Dios ha dicho:
En los últimos días derramaré de mi Espíritu
sobre toda la humanidad.
Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán;
sus jóvenes tendrán visiones
y sus ancianos tendrán sueños.
18 En esos días derramaré de mi Espíritu
sobre mis siervos y mis siervas,
y también profetizarán.
19 Haré prodigios en el cielo,
y en la tierra se verán señales de sangre,
de fuego y de vapor de humo.
20 El sol se oscurecerá,
la luna se pondrá roja como sangre,
antes de que llegue el día del Señor
y se muestre en toda su grandeza.
21 Y todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.(B)

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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