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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
Josué 22-24

El altar junto al Jordán

22 Josué mandó llamar a los rubenitas y gaditas, y a la media tribu de Manasés, y les dijo:

«Ustedes han cumplido con lo que les mandó Moisés, el siervo del Señor, y a mí me han obedecido en todo.(A) En todo este tiempo no han abandonado a sus hermanos, y se han esforzado por cumplir los mandamientos del Señor nuestro Dios. Ahora que nuestro Señor y Dios ha dado reposo a sus hermanos, tal y como lo había prometido, ya pueden volver a sus campamentos, a la tierra que es de ustedes, y que Moisés, el siervo del Señor, les dio al otro lado del Jordán. Solamente les pido que cumplan fielmente el mandamiento y la ley que Moisés, siervo del Señor, les dio: que amen al Señor nuestro Dios, y que se mantengan en todos sus caminos; que cumplan sus mandamientos y lo sigan solamente a él, y que le sirvan con todo su corazón y con toda su alma.»

Luego de bendecirlos, Josué los despidió, y ellos volvieron a sus campamentos.

Una media tribu de Manasés había recibido de Moisés un territorio en Basán; a la otra mitad Josué le dio tierras entre sus hermanos en la región occidental del río Jordán. También a ellos los bendijo y los envió a sus campamentos. Les dijo:

«Vuelvan a sus tierras. Ya que llevan grandes riquezas y mucho ganado, y plata, oro, bronce y muchos vestidos, compartan con sus hermanos ese botín que le arrebataron a sus enemigos.»

Los hijos de Rubén y de Gad, y la media tribu de Manasés, se marcharon y se alejaron de los hijos de Israel. Salieron de Silo, que estaba en la tierra de Canaán, y se fueron a Galaad, donde en conformidad con lo que el Señor le mandó a Moisés tenían sus posesiones.

10 Cuando llegaron a los límites del Jordán, en la tierra de Canaán, los hijos de Rubén y de Gad y la media tribu de Manasés levantaron un altar muy grande e impresionante junto al río Jordán. 11 El pueblo de Israel se enteró de que sus hermanos habían edificado ese altar junto al Jordán, frente a la tierra de Canaán, 12 y en cuanto lo supieron, todos ellos se reunieron en Silo, dispuestos a ir y pelear contra ellos, 13 aunque antes enviaron a Finés, hijo del sacerdote Eleazar, para que hablara en Galaad con los hijos de Rubén y Gad, y con la media tribu de Manasés. 14 Finnes fue acompañado de diez jefes que representaban a cada una de las familias de Israel. 15 Éstos fueron a hablar con los hijos de Rubén y de Gad, y con la media tribu de Manasés, y les dijeron:

16 «Todo el pueblo del Señor pregunta: “¿Por qué faltan a su juramento y pecan contra el Dios de Israel? ¿Por qué se apartan de su camino levantando un altar y rebelándose contra él?(B) 17 ¿No ha sido suficiente la maldad de Pegor, de la que todavía no estamos limpios, y por la cual hubo tantas muertes entre el pueblo del Señor,(C) 18 para que ahora ustedes se aparten y ya no lo sigan?” Hoy ustedes se rebelan contra el Señor, ¡y mañana él se enojará contra todo el pueblo de Israel! 19 Si creen que la tierra que les ha tocado es impura, vengan a nuestra tierra, que es posesión del Señor, pues allí está su tabernáculo, y tomen las tierras que deseen; pero no se rebelen contra el Señor ni contra nosotros, pues así lo dan a entender al levantar otro altar, aparte del que ya tiene el Señor nuestro Dios. 20 ¿Acaso no fue un gran pecado el que cometió Acán hijo de Zeraj, al tomar lo que estaba bajo maldición, y por eso el Señor se enojó con toda la comunidad de Israel? ¡Y ese hombre no murió solo en su maldad!»(D)

21 Los hijos de Rubén y de Gad, y la media tribu de Manasés, les respondieron a los jefes de las familias de Israel:

22 «El Señor, el Dios de dioses, sabe que no lo hicimos por rebelión o por pecar contra él. El Señor, el Dios de dioses, lo sabe, y que lo sepa también Israel: si mentimos, que nos haga morir hoy mismo. 23 Si levantamos el altar por no querer seguir al Señor, o para ofrecer a otros dioses sacrificios, holocaustos u ofrendas de paz, que el Señor mismo nos lo demande. 24 Nosotros levantamos este altar por temor de que el día de mañana los hijos de ustedes les pregunten a los nuestros: “Y ustedes, ¿qué relación tienen con el Señor, Dios de Israel? 25 Si el Señor ha puesto el Jordán por lindero entre ustedes, los hijos de Rubén y de Gad, y nosotros, así que ustedes no tienen nada que ver con el Señor.” Entonces los hijos de ustedes harían que los nuestros dejaran de honrarlo. 26 Por eso decidimos levantar este altar. No para ofrecer holocaustos ni sacrificios, 27 sino como un testimonio entre ustedes y nosotros, y para los que nazcan después, para que sepan que nosotros podemos servir al Señor con nuestros holocaustos, sacrificios y ofrendas de paz. Así el día de mañana los hijos de ustedes no podrán decir a los nuestros que no tenemos nada que ver con el Señor. 28 Nosotros pensamos: “Si acaso llegaran a decirnos eso a nosotros, o a nuestras generaciones futuras, les diremos que se fijen en la semejanza de este altar, que hicieron nuestros padres, con el altar del Señor; pues no lo hicieron para ofrecer holocaustos o sacrificios, sino como un testimonio entre ustedes y nosotros.” 29 No permita el Señor que alguna vez nos rebelemos contra él, ni que nos apartemos o dejemos de seguirlo, porque no levantamos este altar para ofrecer holocaustos, ni ofrendas o sacrificios. Nosotros reconocemos que hay un solo altar del Señor nuestro Dios, y que éste se halla delante de su tabernáculo.»

30 Cuando el sacerdote Finés y los jefes del pueblo y de las tribus de Israel oyeron las palabras de los hijos de Rubén y de Gad, y de los hijos de Manasés, les pareció bien lo que dijeron. 31 Entonces Finés, que era hijo del sacerdote Eleazar, les dijo:

«Hoy hemos comprendido que el Señor está entre nosotros, porque ustedes no han intentado traicionar al Señor. Han librado de su enojo a los hijos de Israel.»

32 Entonces Finés, hijo del sacerdote Eleazar, y los jefes, dejaron a los hijos de Rubén y de Gad, y regresaron a la tierra de Canaán para informar de lo sucedido a los hijos de Israel. 33 La respuesta les pareció bien, y bendijeron a Dios y no hablaron más de pelear ni de destruir la tierra que habitaban los hijos de Rubén y de Gad. 34 Éstos, por su parte, llamaron al altar «Testimonio», pues dijeron: «Este altar es para nosotros un testimonio de que el Señor es Dios.»

Exhortación de Josué al pueblo

23 Mucho tiempo después de que el Señor hizo reposar a los israelitas de todos sus enemigos, y cuando Josué ya era viejo, éste llamó a todo Israel, es decir, a los ancianos, jefes de tribus, jueces y oficiales, y les dijo:

«Yo estoy ya viejo y entrado en años. Ustedes han visto todo lo que el Señor nuestro Dios ha hecho con estas naciones, para bien de ustedes. En realidad, ha sido el Señor quien peleó y venció. Yo repartí estos pueblos por sorteo, y como herencia de sus tribus; lo mismo los que fueron derrotados como los que todavía quedan, desde el río Jordán hasta el Mar Grande, hacia donde se pone el sol. Pero el Señor nuestro Dios todavía va a arrojar a esos pueblos de la presencia de ustedes, para que tomen posesión de sus tierras, tal y como el Señor nuestro Dios lo prometió. Por lo tanto, deben poner todo su esfuerzo en obedecer y cumplir con todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda. Así evitarán mezclarse con quienes viven entre ustedes. No mencionen el nombre de sus dioses, ni juren por ellos; no los sirvan ni se inclinen ante ellos, porque es al Señor nuestro Dios a quien ustedes deben seguir siempre, como lo han hecho hasta el día de hoy. Ante los propios ojos de ustedes el Señor ha expulsado a grandes y poderosas naciones, y hasta el día de hoy nadie ha podido hacerles frente. 10 Uno solo de ustedes puede poner en fuga a mil;(E) porque ustedes cuentan con la ayuda del Señor su Dios, que es quien pelea, tal y como lo prometió.(F) 11 Tengan mucho cuidado de ustedes mismos, y amen al Señor nuestro Dios con todo el corazón. 12 Si se apartan de él y se juntan con la gente de los otros pueblos que aún quedan entre ustedes, y pactan matrimonios y se mezclan con ellos, y ellos con ustedes, 13 el Señor nuestro Dios no peleará ya contra esas naciones en favor de ustedes, sino que ellos serán para ustedes una trampa, un tropiezo y un azote en sus costados; ¡les serán como espinas en los ojos, hasta que desaparezcan de esta buena tierra que el Señor nuestro Dios les ha dado!

14 »Yo estoy listo ya para entrar por el camino de la muerte. Ustedes deben reconocer de todo corazón y con toda el alma, que ninguna de las promesas que el Señor nuestro Dios les hizo ha quedado sin cumplirse. Todas ellas se han cumplido. 15 Pero así como ustedes han recibido las buenas promesas que el Señor nuestro Dios les hizo, así también los tratará mal y los arrojará de la tierra que les ha dado, 16 si se apartan de él y no cumplen el pacto que el Señor su Dios hizo con ustedes, y si van y honran a dioses ajenos y se inclinan ante ellos. Entonces el Señor se enojará, y ustedes morirán y serán expulsados de esta buena tierra que él les ha dado.»

Discurso de despedida de Josué

24 Josué reunió en Siquén a todas las tribus de Israel, llamó a los ancianos de Israel, a los jefes de tribu, y a los jueces y oficiales, y todos se presentaron ante Dios. Entonces Josué le dijo a todo el pueblo:

«Así dice el Señor, Dios de Israel: “Hace mucho tiempo su antepasado Téraj,(G) padre de Abrahán y de Najor, habitaba al otro lado del río y servía a otros dioses. Pero de aquel lado del río(H) llamé a Abrahán, el padre de ustedes, y lo conduje por toda la tierra de Canaán; le di un hijo, que fue Isaac, e hice que tuviera una descendencia numerosa.(I) Isaac fue el padre de Jacob y de Esaú.(J) A Esaú le di en propiedad el monte de Seir,(K) pero Jacob y sus hijos se fueron a vivir a Egipto.(L) Después envié a Moisés y a Aarón, y herí a todo Egipto e hice prodigios en ese país,(M) y más tarde los saqué de allí. Cuando sus padres salieron de Egipto y llegaron al mar Rojo, vieron que los egipcios los seguían con carros y caballería, y se llenaron de miedo; pero me pidieron ayuda y yo, el Señor, oscurecí el camino de los egipcios, y el mar se les vino encima y los cubrió. Ustedes son testigos oculares de todo lo que hice en Egipto.(N) Después de eso, anduvieron mucho tiempo por el desierto. Más tarde los introduje en la tierra que habitaban los amorreos, al otro lado del Jordán, y aunque ellos pelearon contra ustedes, yo los vencí, y ya destruidos los puse en sus manos(O) y les entregué sus tierras. Después Balac hijo de Sipor, que era rey de los moabitas, se levantó en armas para pelear contra Israel, y mandó llamar a Balaam hijo de Beor, para que los maldijera. 10 Pero yo no hice caso de las maldiciones de Balaam, y en lugar de maldecirlos los bendijo varias veces,(P) y así los libré del rey Balac. 11 Ustedes cruzaron el Jordán(Q) y vinieron a Jericó, y sus habitantes pelearon contra ustedes:(R) los amorreos, los ferezeos, los cananeos, los hititas, los gergeseos, los jivitas y jebuseos, pero yo los vencí y los puse en sus manos. 12 Antes que ustedes llegaran envié tábanos,(S) y los dos reyes de los amorreos huyeron a toda prisa, sin que yo usara tu espada ni tu arco. 13 Yo les he dado a ustedes tierras que no trabajaron, ciudades que no edificaron, y hasta comen de las viñas y olivares que no plantaron.”(T)

14 »Por todo esto, respeten y honren al Señor. Sírvanle con integridad y de todo corazón. Echen fuera a los dioses que sus padres adoraron en el otro lado del río y en Egipto, y que aún están entre ustedes, y en su lugar sirvan al Señor. 15 Pero si no les parece bien servirle, escojan hoy a quién quieren servir, si a los dioses que sus padres adoraron cuando aún estaban al otro lado del río, o a los dioses que sirven los amorreos en esta tierra donde ahora ustedes viven. Por mi parte, mi casa y yo serviremos al Señor.»

16 El pueblo respondió:

«¡Jamás dejaremos al Señor por servir a otros dioses! 17 ¡El Señor es nuestro Dios! Fue él quien nos sacó, a nosotros y a nuestros padres, del país donde éramos esclavos. Hizo grandes señales en Egipto, y en todos los caminos por donde hemos andado, y en todos los pueblos por los que hemos cruzado, siempre nos ha protegido. 18 El Señor arrojó de nuestra presencia a todos los pueblos, incluso a los amorreos que habitaban esta tierra. Así que nosotros serviremos al Señor, porque él es nuestro Dios.»

19 Entonces Josué le dijo al pueblo:

«Ustedes no pueden servir al Señor, porque él es un Dios santo y celoso, y no soporta rebeliones ni pecados. 20 Si ustedes dejan al Señor para servir a otros dioses, él vendrá y les irá muy mal, porque los exterminará, ¡a pesar de haberles hecho tanto bien!»

21 El pueblo le respondió a Josué:

«Eso no sucederá, porque nosotros serviremos al Señor.»

22 Josué les contestó:

«Ustedes mismos son sus propios testigos de que han elegido al Señor, y de que le van a servir.»

Y ellos respondieron:

«Lo somos.»

23 Entonces Josué les dijo:

«Echen fuera ahora mismo los dioses ajenos que están entre ustedes, y humíllense de corazón ante el Señor y Dios de Israel.»

24 Y el pueblo le respondió:

«Al Señor nuestro Dios serviremos, y obedeceremos su voz.»

25 Ese mismo día Josué hizo un pacto en Siquén con el pueblo, y le dio estatutos y leyes. 26 Estas palabras las escribió en el libro de la ley de Dios; luego tomó una gran piedra, la puso debajo de la encina que estaba junto al santuario del Señor, 27 y le dijo a todo el pueblo:

«A partir de hoy esta piedra nos servirá de testigo, porque ante ella se han oído todas las palabras que el Señor nos ha dicho. Por lo tanto, ella será un testigo contra ustedes, para que no le mientan a su Dios.»

28 Después de eso, Josué despidió al pueblo, y cada uno se fue a su territorio.

Muerte de Josué(U)

29 Después de estos sucesos murió Josué hijo de Nun, siervo del Señor, a la edad de ciento diez años. 30 Lo sepultaron en Timnat Seraj,(V) que fue la parte que le tocó, y que está en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas. 31 Durante todo el tiempo de vida de Josué y de los ancianos que le sobrevivieron, los cuales conocían todas las obras que el Señor había hecho en favor de Israel, el pueblo de Israel sirvió al Señor.

Sepultan los huesos de José en Siquén

32 Los huesos de José, que los hijos de Israel habían traído de Egipto,(W) fueron enterrados en Siquén, en el terreno que por cien piezas de plata[a] Jacob compró(X) a los hijos de Jamor, padre de Siquén. Ese terreno quedó en posesión de los hijos de José.

Muerte de Eleazar

33 También murió Eleazar hijo de Aarón, y fue enterrado en la colina de su hijo Finés, la cual le dieron en el monte de Efraín.

Lucas 3

Predicación de Juan el Bautista(A)

Era el año decimoquinto del imperio de Tiberio César. Poncio Pilato era entonces gobernador de Judea, Herodes era tetrarca de Galilea, su hermano Felipe era tetraca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias era tetrarca de Abilinia. Anás y Caifás eran sumos sacerdotes. En esos días Dios le habló a Juan hijo de Zacarías en el desierto. Juan fue entonces por toda la región cercana al Jordán, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados, tal y como está escrito en el libro del profeta Isaías:

«Una voz clama en el desierto:
Preparen el camino del Señor
y enderecen sus sendas.
Todo valle será rellenado,
y todo monte y colina será nivelado.
Los caminos torcidos serán enderezados,
las sendas dispares serán allanadas,
y todos verán la salvación de Dios.»(B)

A las multitudes que acudían para ser bautizadas, Juan les decía: «¡Generación de víboras!(C) ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera? Produzcan frutos dignos de arrepentimiento, y no comiencen a decirse: “Tenemos a Abrahán por padre”,(D) porque yo les digo que aun de estas piedras Dios puede levantar hijos a Abrahán. El hacha ya está lista para derribar de raíz a los árboles; por tanto, todo árbol que no dé buen fruto será cortado y echado en el fuego.»(E)

10 La gente le preguntaba: «Entonces, ¿qué debemos hacer?» 11 Y Juan les respondía: «El que tenga dos túnicas, comparta una con el que no tiene ninguna, y el que tenga comida, haga lo mismo.» 12 También unos cobradores de impuestos llegaron para ser bautizados,(F) y le preguntaron: «Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?» 13 Él les dijo: «No cobren más de lo que deban cobrar.» 14 Unos soldados también le preguntaron: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?» Y Juan les respondió: «No extorsionen ni calumnien a nadie, y confórmense con su salario.»

15 Como el pueblo estaba expectante y todos se preguntaban si acaso Juan sería el Cristo, 16 Juan les dijo a todos: «A decir verdad, yo los bautizo en agua, pero después de mí viene uno que es más poderoso que yo, y de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado. Él los bautizará en Espíritu Santo y fuego. 17 Ya tiene el bieldo en la mano, de modo que limpiará su era; recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en un fuego que nunca se apagará.»

18 Con exhortaciones como éstas, y con muchas otras, anunciaba al pueblo estas buenas noticias. 19 Además, Juan reprendió al tetrarca Herodes por causa de Herodías, que era mujer de su hermano Felipe. Pero a todas las maldades que Herodes había cometido, 20 añadió esta otra: encerró a Juan en la cárcel.(G)

El bautismo de Jesús(H)

21 Un día en que todo el pueblo estaba siendo bautizado, también fue bautizado Jesús. Y mientras Jesús oraba, el cielo se abrió 22 y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma de paloma. Entonces vino una voz del cielo, que decía: «Tú eres mi Hijo amado, en quien me complazco.»(I)

Genealogía de Jesús(J)

23 Cuando Jesús comenzó su ministerio, tenía unos treinta años. Según se creía, era hijo de José, que fue hijo de Elí, 24 que fue hijo de Matat, que fue hijo de Leví, que fue hijo de Melqui, que fue hijo de Janaí, que fue hijo de José, 25 que fue hijo de Matatías, que fue hijo de Amós, que fue hijo de Nahúm, que fue hijo de Esli, que fue hijo de Nagay, 26 que fue hijo de Mat, que fue hijo de Matatías, que fue hijo de Semei, que fue hijo de José, que fue hijo de Yodá, 27 que fue hijo de Joana, que fue hijo de Resa, que fue hijo de Zorobabel, que fue hijo de Salatiel, que fue hijo de Nerí, 28 que fue hijo de Melqui, que fue hijo de Adi, que fue hijo de Cosán, que fue hijo de Elmodam, que fue hijo de Er, 29 que fue hijo de Josué, que fue hijo de Eliezer, que fue hijo de Jorín, que fue hijo de Matat, 30 que fue hijo de Leví, que fue hijo de Simeón, que fue hijo de Judá, que fue hijo de José, que fue hijo de Jonán, que fue hijo de Eliaquín, 31 que fue hijo de Melea, que fue hijo de Mainán, que fue hijo de Matata, que fue hijo de Natán, 32 que fue hijo de David, que fue hijo de Yesé, que fue hijo de Obed, que fue hijo de Booz, que fue hijo de Salmón, que fue hijo de Nasón, 33 que fue hijo de Aminadab, que fue hijo de Aram, que fue hijo de Esrón, que fue hijo de Fares, que fue hijo de Judá, 34 que fue hijo de Jacob, que fue hijo de Isaac, que fue hijo de Abrahán, que fue hijo de Téraj, que fue hijo de Najor, 35 que fue hijo de Serug, que fue hijo de Ragau, que fue hijo de Peleg, que fue hijo de Éber, que fue hijo de Sala, 36 que fue hijo de Cainán, que fue hijo de Arfaxad, que fue hijo de Sem, que fue hijo de Noé, que fue hijo de Lamec, 37 que fue hijo de Matusalén, que fue hijo de Enoc, que fue hijo de Yared, que fue hijo de Malalel, que fue hijo de Cainán, 38 que fue hijo de Enós, que fue hijo de Set, que fue hijo de Adán, que fue creado por Dios.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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