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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)
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Levítico 19-20

Llamado a la santidad

19 El Señor le ordenó a Moisés que hablara con toda la asamblea de los israelitas y les dijera: «Sed santos, porque yo el Señor vuestro Dios soy santo.

»Respetad todos vosotros a vuestra madre y a vuestro padre, y observad mis sábados. Yo soy el Señor vuestro Dios.

»No os volváis a los ídolos inútiles, ni os hagáis dioses de metal fundido. Yo soy el Señor vuestro Dios.

»Cuando le ofrezcáis al Señor un sacrificio de comunión, hacedlo de tal manera que el Señor lo acepte de buen grado. Coméoslo el día en que lo sacrifiquéis o al día siguiente. Lo que sobre para el tercer día, deberéis quemarlo. Si alguien lo come al tercer día, tal sacrificio no le será válido, pues la carne ya se habrá descompuesto. Cualquiera que lo coma sufrirá las consecuencias de su pecado por profanar lo que ha sido consagrado al Señor. Tal persona será eliminada de su pueblo.

Relaciones sociales

»Cuando llegue el tiempo de la cosecha, no seguéis hasta el último rincón de vuestros campos ni recojáis todas las espigas que allí queden.

10 »No rebusquéis hasta el último racimo de sus viñas, ni recojáis las uvas que se hayan caído. Dejadlas para los pobres y los extranjeros. Yo soy el Señor vuestro Dios.

11 »No robéis.

»No mintáis.

»No engañéis a vuestro prójimo.

12 »No juréis en mi nombre solo por jurar, ni profanéis el nombre de vuestro Dios. Yo soy el Señor.

13 »No explotes a tu prójimo, ni lo despojes de nada.

»No retengas el salario de tu jornalero hasta el día siguiente.

14 »No maldigas al sordo, ni le pongas tropiezos al ciego, sino teme a tu Dios. Yo soy el Señor.

15 »No perviertas la justicia, ni te muestres parcial en favor del pobre o del rico, sino juzga a todos con justicia.

16 »No andes difundiendo calumnias entre tu pueblo, ni expongas la vida de tu prójimo con falsos testimonios. Yo soy el Señor.

17 »No alimentes odios secretos contra tu hermano, sino reprende con franqueza a tu prójimo para que no sufras las consecuencias de su pecado.

18 »No seas vengativo con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo.[a] Yo soy el Señor.

Otras exigencias de la santidad

19 »Cumplid mis estatutos:

»No crucéis animales de especies diferentes.

»No plantéis en vuestro campo dos clases distintas de semilla.

»No uséis ropa tejida con dos clases distintas de hilo.

20 »Si un hombre se acuesta con una esclava prometida a otro en matrimonio, pero que aún no ha sido rescatada ni declarada libre, a los dos se les impondrá el castigo debido,[b] pero no se les condenará a muerte porque ella aún no ha sido declarada libre. 21 No obstante, el hombre deberá ofrecer al Señor un carnero como ofrenda por su culpa. Lo llevará a la entrada de la Tienda de reunión, 22 y el sacerdote hará expiación ante el Señor por el pecado cometido. De este modo, su pecado le será perdonado.

23 »Cuando vosotros entréis en la tierra y plantéis cualquier clase de árboles frutales, durante tres años no comeréis su fruto, sino que lo consideraréis inmundo.[c] 24 En el cuarto año todo su fruto será consagrado como una ofrenda de alabanza al Señor, 25 y en el quinto año ya podréis comer de su fruto. De este modo, aumentaréis vuestras cosechas. Yo soy el Señor vuestro Dios.

26 »No comáis nada que tenga sangre.

»No practiquéis la adivinación ni los sortilegios.

27 »No os cortéis el cabello en redondo ni os despuntéis la barba.

28 »No os hagáis heridas en el cuerpo por causa de los muertos, ni tatuajes en la piel. Yo soy el Señor.

29 »No degradéis a vuestra hija haciendo de ella una prostituta, para que tampoco se prostituya la tierra ni se llene de perversidad.

Otros deberes

30 »Observad mis sábados, y tened reverencia por mi santuario. Yo soy el Señor.

31 »No acudáis a la nigromancia, ni busquéis a los espiritistas, porque os haréis impuros por causa de ellos. Yo soy el Señor vuestro Dios.

32 »Ponte de pie en presencia de los mayores.

»Respeta a los ancianos.

»Teme a tu Dios. Yo soy el Señor.

33 »Cuando algún extranjero se establezca en vuestro país, no lo tratéis mal. 34 Al contrario, tratadlo como si fuera uno de vosotros. Amadlo como a vosotros mismos, porque también vosotros fuisteis extranjeros en Egipto. Yo soy el Señor y Dios de Israel.

35 »No cometáis injusticias falseando las medidas de longitud, de peso y de capacidad. 36 Usad balanzas, pesas y medidas[d] justas. Yo soy el Señor vuestro Dios, que os saqué de Egipto.

37 »Obedeced todos mis estatutos. Poned por obra todos mis preceptos. Yo soy el Señor».

Castigos por el pecado

20 El Señor le ordenó a Moisés que les dijera a los israelitas: «Todo israelita o extranjero residente en Israel que entregue a uno de sus hijos para quemarlo como sacrificio a Moloc será condenado a muerte. Los miembros de la comunidad lo matarán a pedradas. Yo mismo me pondré en contra de ese hombre y lo eliminaré de su pueblo porque, al entregar a uno de sus hijos para quemarlo como sacrificio a Moloc, profana mi santuario y mi santo nombre.

»Si los miembros de la comunidad hacen caso omiso del hombre que haya entregado alguno de sus hijos a Moloc, y no lo condenan a muerte, yo mismo me pondré en contra de él y de su familia; eliminaré del pueblo a ese hombre y a todos los que se hayan prostituido con él siguiendo a Moloc.

»También me pondré en contra de quien acuda a la nigromancia y a los espiritistas, y por seguirlos se prostituya. Lo eliminaré de su pueblo.

»Consagraos a mí, y sed santos, porque yo soy el Señor vuestro Dios.

»Obedeced mis estatutos y ponedlos por obra. Yo soy el Señor, que os santifico.

»Si alguien maldice a su padre o a su madre, será condenado a muerte: ha maldecido a su padre, o a su madre, y será responsable de su propia muerte.

10 »Si alguien comete adulterio con la mujer de su prójimo, tanto el adúltero como la adúltera serán condenados a muerte.

11 »Si alguien se acuesta con la mujer de su padre, deshonra a su padre. Tanto el hombre como la mujer serán condenados a muerte, de la cual ellos mismos serán responsables.

12 »Si alguien se acuesta con su nuera, hombre y mujer serán condenados a muerte. Han cometido un acto depravado, y ellos mismos serán responsables de su propia muerte.

13 »Si alguien se acuesta con otro hombre como quien se acuesta con una mujer, comete un acto abominable y los dos serán condenados a muerte, de la cual ellos mismos serán responsables.

14 »Si alguien tiene relaciones sexuales con hija y madre, comete un acto depravado. Tanto él como ellas morirán quemados, para que no haya tal depravación entre vosotros.

15 »Si alguien tiene trato sexual con un animal, será condenado a muerte, y se matará también al animal.

16 »Si una mujer tiene trato sexual con un animal, se les dará muerte a ambos, y ellos serán responsables de su muerte.

17 »Si alguien tiene relaciones sexuales con una hermana suya, comete un acto vergonzoso y los dos serán ejecutados en público. Ha deshonrado a su hermana, y sufrirá las consecuencias de su pecado.

18 »Si alguien se acuesta con una mujer y tiene relaciones sexuales con ella durante su período menstrual, pone al descubierto su flujo, y también ella expone el flujo de su sangre. Los dos serán eliminados de su pueblo.

19 »No tendrás relaciones sexuales ni con tu tía materna ni con tu tía paterna, pues eso significaría la deshonra de un pariente cercano y los dos sufrirían las consecuencias de su pecado.

20 »Si alguien se acuesta con su tía, deshonra a su tío, y los dos sufrirán las consecuencias de su pecado: morirán sin tener descendencia.

21 »Si alguien viola a la esposa de su hermano, comete un acto de impureza: ha deshonrado a su hermano, y los dos se quedarán sin descendencia.

22 »Cumplid todos mis estatutos y preceptos; ponedlos por obra, para que no os vomite la tierra adonde os llevo a vivir. 23 No viváis según las costumbres de las naciones que por amor a vosotros voy a expulsar. Porque ellas hicieron todas estas cosas, y yo las aborrecí. 24 Pero a vosotros os digo: “Poseeréis la tierra que perteneció a esas naciones, tierra donde abundan la leche y la miel. Yo mismo os la daré a vosotros como herencia”.

»Yo soy el Señor vuestro Dios, que os he distinguido entre las demás naciones. 25 Por consiguiente, también vosotros debéis distinguir entre los animales puros y los impuros, y entre las aves puras y las impuras. No os hagáis detestables vosotros mismos por causa de animales, de aves o de cualquier alimaña que se arrastra por el suelo, pues yo os los he señalado como impuros. 26 Sed vosotros santos, porque yo, el Señor, soy santo, y os he distinguido entre las demás naciones, para que seáis míos.

27 »Cualquiera de vosotros, hombre o mujer, que sea nigromante o espiritista será condenado a muerte. Morirá apedreado, y será responsable de su propia muerte».

Mateo 27:51-66

51 En ese momento, la cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló y se partieron las rocas. 52 Se abrieron los sepulcros, y muchos santos que habían muerto resucitaron. 53 Salieron de los sepulcros y, después de la resurrección de Jesús, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos.

54 Cuando el centurión y los que con él estaban custodiando a Jesús vieron el terremoto y todo lo que había sucedido, quedaron aterrados y exclamaron:

―¡Verdaderamente este era el Hijo[a] de Dios!

55 Estaban allí, mirando de lejos, muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle. 56 Entre ellas se encontraban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

Sepultura de Jesús(A)

57 Al atardecer, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había convertido en discípulo de Jesús. 58 Se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús, y Pilato ordenó que se lo dieran. 59 José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia 60 y lo puso en un sepulcro nuevo de su propiedad que había cavado en la roca. Luego hizo rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro, y se fue. 61 Allí estaban, sentadas frente al sepulcro, María Magdalena y la otra María.

La guardia ante el sepulcro

62 Al día siguiente, después del día de la preparación, los jefes de los sacerdotes y los fariseos se presentaron ante Pilato.

63 ―Señor —dijeron—, nosotros recordamos que mientras ese engañador aún vivía dijo: “A los tres días resucitaré”. 64 Por eso, ordena que se selle el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, roben el cuerpo y digan al pueblo que ha resucitado. Ese último engaño sería peor que el primero.

65 ―Llevaos una guardia de soldados —les ordenó Pilato—, e id a asegurar el sepulcro lo mejor que podáis.

66 Así que ellos fueron, cerraron el sepulcro con una piedra y lo sellaron; y dejaron puesta la guardia.

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