Old/New Testament
15 ¶ Y el SEÑOR habló a Moisés, diciendo:
2 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hubiereis entrado en la tierra de vuestras habitaciones, que yo os doy,
3 e hiciereis ofrenda encendida al SEÑOR, holocausto, o sacrificio, para ofrecer voto, o de vuestra voluntad, o para hacer en vuestras solemnidades olor grato al SEÑOR, de vacas o de ovejas;
4 entonces el que ofreciere su ofrenda al SEÑOR, traerá por presente una décima de un efa de flor de harina, amasada con la cuarta parte de un hin de aceite;
5 y de vino para la libación ofrecerás la cuarta parte de un hin, además del holocausto o del sacrificio, por cada cordero.
6 Y por cada carnero harás presente de dos décimas de flor de harina, amasada con el tercio de un hin de aceite;
7 y de vino para la libación ofrecerás el tercio de un hin, en olor grato al SEÑOR.
8 Y cuando ofreciereis novillo en holocausto o sacrificio, para ofrecer voto, o sacrificio de paz al SEÑOR,
9 ofrecerás con el novillo un presente de tres décimas de flor de harina, amasada con la mitad de un hin de aceite;
10 y de vino para la libación ofrecerás la mitad de un hin, en ofrenda encendida de olor grato al SEÑOR.
11 Así se hará con cada buey, o carnero, o cordero, lo mismo de ovejas que de cabras.
12 Conforme al número así haréis con cada uno, según el número de ellos.
13 Todo natural hará estas cosas así, para ofrecer ofrenda encendida de olor grato al SEÑOR.
14 Y cuando habitare con vosotros extranjero, o cualquiera que estuviere entre vosotros, por vuestras edades, si hiciere ofrenda encendida de olor grato al SEÑOR, como vosotros hiciereis, así hará él.
15 Un mismo estatuto tendréis, vosotros de la congregación y el extranjero que mora con vosotros; estatuto que será perpetuo, por vuestras edades; como vosotros, así será el extranjero delante del SEÑOR.
16 Una misma ley y un mismo derecho tendréis, vosotros y el extranjero que mora con vosotros.
17 También habló el SEÑOR a Moisés, diciendo:
18 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hubiereis entrado en la tierra a la cual yo os llevo,
19 será que cuando comenzareis a comer del pan de la tierra, ofreceréis ofrenda al SEÑOR.
20 De lo primero que amasareis, ofreceréis una torta en ofrenda; como la ofrenda de la era, así la ofreceréis.
21 De las primicias de vuestras masas daréis al SEÑOR ofrenda por vuestras generaciones.
22 ¶ Y cuando errareis, y no hiciereis todos estos mandamientos que el SEÑOR ha dicho a Moisés,
23 todas las cosas que el SEÑOR os ha mandado por la mano de Moisés, desde el día que el SEÑOR mandó a Moisés, y en adelante, por vuestras edades,
24 será que, si el pecado fue hecho por yerro con ignorancia de la congregación, toda la congregación ofrecerá un novillo como holocausto, en olor grato al SEÑOR, con su presente y su libación, conforme a la ley; y un macho cabrío como el pecado.
25 Y reconciliará el sacerdote a toda la congregación de los hijos de Israel; y les será perdonado, porque yerro es; y ellos traerán sus ofrendas, ofrenda encendida al SEÑOR, y sus pecados delante del SEÑOR, que cometieron en su ignorancia.
26 Y será perdonado a toda la congregación de los hijos de Israel, y al extranjero que mora entre ellos, por cuanto es yerro de todo el pueblo.
27 Y si una persona pecare por yerro, ofrecerá una cabra de un año como el pecado.
28 Y el sacerdote reconciliará a la persona que habrá errado por ignorancia, cuando pecare por yerro delante del SEÑOR, la reconciliará, y le será perdonado.
29 El natural entre los hijos de Israel, y el extranjero que habitare entre ellos, una misma ley tendréis para el que hiciere algo por yerro.
30 ¶ Mas el alma que hiciere algo a conciencia, así el natural como el extranjero, al SEÑOR injurió; y la tal persona será cortada de en medio de su pueblo.
31 Por cuanto tuvo en poco la palabra del SEÑOR, y dio por nulo su mandamiento, enteramente será cortada esa persona; su iniquidad será sobre ella.
32 Y estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron un hombre que recogía leña en día de sábado.
33 Y los que le hallaron recogiendo leña lo trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación;
34 y lo pusieron bajo guarda, porque no estaba declarado qué se le había de hacer.
35 Y el SEÑOR dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo con piedras toda la congregación fuera del campamento.
36 Entonces la congregación lo sacó fuera del campamento, y lo apedrearon con piedras, y murió; como el SEÑOR mandó a Moisés.
37 ¶ Y el SEÑOR habló a Moisés, diciendo:
38 Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan flecos (franjas) en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada fleco de los bordes del vestido un cordón de cárdeno.
39 Y os servirá de fleco, para que cuando lo viereis, os acordéis de todos los mandamientos del SEÑOR, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales fornicáis.
40 Para que os acordéis, y hagáis todos mis mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios.
41 Yo el SEÑOR vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. YO SOY vuestro Dios.
16 ¶ Y Coré, hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví; y Datán y Abiram, hijos de Eliab; y On, hijo de Pelet, de los hijos de Rubén, tomaron hombres,
2 y se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones de nombre;
3 y se juntaron contra Moisés y Aarón, y les dijeron: Basta ya de vosotros, porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está el SEÑOR; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación del SEÑOR?
4 Y cuando lo oyó Moisés, se postró sobre su rostro;
5 y habló a Coré y a todo su séquito, diciendo: Mañana mostrará el SEÑOR quién es suyo, y al santo lo hará llegar a sí; y al que él escogiere, él lo acercará a sí.
6 Haced esto: tomad incensarios, Coré y todo su séquito,
7 y poned fuego en ellos, y poned en ellos sahumerio delante del SEÑOR mañana; y será que el varón a quien el SEÑOR escogiere, aquel será el santo; esto os baste, hijos de Leví.
8 Dijo más Moisés a Coré: Oíd ahora, hijos de Leví:
9 ¿Os es poco que el Dios de Israel os haya apartado de la congregación de Israel, haciéndoos acercar a sí para que ministraseis en el servicio del tabernáculo del SEÑOR, y estuvierais delante de la congregación para ministrarles?
10 ¿Y que te hizo acercar a ti, y a todos tus hermanos los hijos de Leví contigo; para que procuréis también el sacerdocio?
11 Por tanto, tú y todo tu séquito sois los que os juntáis contra el SEÑOR; pues Aarón, ¿qué es, para que contra él murmuréis?
12 ¶ Y envió Moisés a llamar a Datán y Abiram, hijos de Eliab; mas ellos respondieron: No iremos allá.
13 ¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos morir en el desierto, sino que también te enseñorees de nosotros imperiosamente?
14 Ni tampoco nos has metido tú en tierra que fluya leche y miel, ni nos has dado heredades de tierras y viñas; ¿has de arrancar los ojos de estos hombres? No subiremos.
15 Entonces Moisés se enojó en gran manera, y dijo al SEÑOR: No mires a su presente; ni aun un asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he hecho mal.
16 Después dijo Moisés a Coré: Tú y todo tu séquito, poneos mañana delante del SEÑOR; tú, y ellos, y Aarón;
17 y tomad cada uno su incensario, y poned sahumerio en ellos, y acercaos delante del SEÑOR cada uno con su incensario, doscientos cincuenta incensarios; tú también, y Aarón, cada uno con su incensario.
18 Y tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, y pusieron también en ellos sahumerio, y se pusieron a la puerta del tabernáculo del testimonio con Moisés y Aarón.
19 Ya Coré había hecho juntar contra ellos toda la congregación a la puerta del tabernáculo del testimonio; entonces la gloria del SEÑOR apareció a toda la congregación.
20 Y el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón, diciendo:
21 Apartaos de entre esta congregación, y los consumiré en un momento.
22 Y ellos se echaron sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne, ¿no es un varón el que pecó? ¿Y te airarás contra toda la congregación?
23 ¶ Entonces el SEÑOR habló a Moisés, diciendo:
24 Habla a la congregación, diciendo: Apartaos de en derredor de la tienda de Coré, Datán, y Abiram.
25 Y Moisés se levantó, y fue a Datán y a Abiram; y los ancianos de Israel fueron en pos de él.
26 Y él habló a la congregación, diciendo: Apartaos ahora de las tiendas de estos impíos hombres, y no toquéis ninguna cosa suya, para que no perezcáis por ventura en todos sus pecados.
27 Y se apartaron de las tiendas de Coré, de Datán, y de Abiram en derredor; y Datán y Abiram salieron y se pusieron a las puertas de sus tiendas, con sus mujeres, sus hijos, y sus chiquitos.
28 Y dijo Moisés: En esto conoceréis que el SEÑOR me ha enviado para que hiciera todas estas cosas; y que no las hice de mi propio corazón.
29 Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si fueren ellos visitados a la manera de todos los hombres, el SEÑOR no me envió.
30 Mas si el SEÑOR hiciere una nueva cosa, y la tierra abriere su boca, y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron al SEÑOR.
31 Y aconteció, que al acabar él de hablar todas estas palabras, se rompió la tierra que estaba debajo de ellos;
32 y abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, y a sus casas; a todos los hombres de Coré, y a toda su hacienda.
33 Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación.
34 Y todo Israel, los que estaban en derredor de ellos, huyeron al estruendo de ellos; porque decían: Por ventura no nos trague la tierra.
35 ¶ Y salió fuego del SEÑOR, y consumió los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el sahumerio.
36 Entonces el SEÑOR habló a Moisés, diciendo:
37 Di a Eleazar, hijo de Aarón sacerdote, que tome los incensarios de en medio del incendio, y derrame más allá el fuego; porque son santificados
38 los incensarios de estos pecadores contra sus almas; y harán de ellos planchas extendidas para cubrir el altar; por cuanto ofrecieron con ellos delante del SEÑOR, son santificados; y serán por señal a los hijos de Israel.
39 Y el sacerdote Eleazar tomó los incensarios de bronce con que los quemados habían ofrecido; y los extendieron para cubrir el altar,
40 en recuerdo a los hijos de Israel, que ningún extraño que no sea de la simiente de Aarón, llegue a ofrecer sahumerio delante del SEÑOR, para que no sea como Coré, y como su séquito; según se lo dijo el SEÑOR por mano de Moisés.
41 ¶ El día siguiente, toda la congregación de los hijos de Israel se quejaron contra Moisés y Aarón, diciendo: Vosotros habéis dado muerte al pueblo del SEÑOR.
42 Y aconteció que, cuando se juntó la congregación contra Moisés y Aarón, miraron hacia el tabernáculo del testimonio, y he aquí la nube lo había cubierto, y apareció la gloria del SEÑOR.
43 Y vinieron Moisés y Aarón delante del tabernáculo del testimonio.
44 ¶ Y el SEÑOR habló a Moisés, diciendo:
45 Apartaos de en medio de esta congregación, y los consumiré en un momento. Y ellos se echaron sobre sus rostros.
46 Y dijo Moisés a Aarón: Toma el incensario, y pon en él fuego del altar, y sobre él pon incienso, y ve presto a la congregación, y reconcílialos; porque el furor ha salido de delante de la faz del SEÑOR; la mortandad ha comenzado.
47 Entonces tomó Aarón su incensario, como Moisés dijo, y corrió en medio de la congregación; y he aquí que la mortandad había comenzado en el pueblo; y él puso incienso, y reconcilió el pueblo.
48 Y se puso entre los muertos y los vivos, y la mortandad cesó.
49 Y los que murieron de aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin los muertos por el negocio de Coré.
50 Después se volvió Aarón a Moisés a la puerta del tabernáculo del testimonio, cuando la mortandad había cesado.
6 ¶ Y salió de allí, y vino a su tierra, y le siguieron sus discípulos.
2 Llegado el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, estaban atónitos, diciendo: ¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es ésta que le es dada, y tales maravillas que por sus manos son hechas?
3 ¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, y de José, y de Judas, y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros, sus hermanas? Y se escandalizaban de él.
4 Pero Jesús les decía: No hay profeta deshonrado sino en su tierra, y entre sus parientes, y en su casa.
5 Y no pudo hacer allí alguna maravilla; solamente sanó unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos.
6 Y estaba maravillado de la incredulidad de ellos. Y rodeaba las aldeas de alrededor, enseñando.
7 ¶ Y llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio potestad sobre los espíritus inmundos.
8 Y les mandó que no llevaran nada para el camino, sino solamente báculo; ni alforja, ni pan, ni dinero en la bolsa;
9 mas que calzaran sandalias, y no vistieran dos túnicas.
10 Y les decía: Dondequiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de allí.
11 Y todos aquellos que no os recibieren ni os oyeren, saliendo de allí, sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, en testimonio a ellos. De cierto os digo que será más tolerable para los de Sodoma y Gomorra en el día del juicio, que para aquella ciudad.
12 Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintieran.
13 Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y sanaban.
14 ¶ Y oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre era hecho notorio; y dijo: Juan el que bautizaba, ha resucitado de los muertos, y por tanto, virtudes obran en él.
15 Otros decían: Elías es. Y otros decían: Profeta es, o alguno de los profetas.
16 Y oyéndolo Herodes, dijo: Este es Juan el que yo degollé; él ha resucitado de los muertos.
17 Porque el mismo Herodes había enviado, y prendido a Juan, y le había aprisionado en la cárcel a causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; porque la había tomado por mujer.
18 Porque Juan decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano.
19 Mas Herodías le acechaba, y deseaba matarle, y no podía;
20 porque Herodes temía a Juan, conociéndolo varón justo y santo; y le tenía respeto; y escuchándole, hacía muchas cosas; y le oía de buena gana.
21 Y venido un día oportuno, en que Herodes, en la fiesta de su nacimiento, daba una cena a sus príncipes y tribunos, y a los principales de Galilea;
22 y entrando la hija de Herodías, y danzando, y agradando a Herodes y a los que estaban con él a la mesa, el rey dijo a la muchacha: Pídeme lo que quisieres, que yo te lo daré.
23 Y le juró: Todo lo que me pidieres te daré, hasta la mitad de mi reino.
24 Y saliendo ella, dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella dijo: La cabeza de Juan el Bautista.
25 Entonces ella entró prestamente al rey, y pidió, diciendo: Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan Bautista.
26 Y el rey se entristeció mucho; mas a causa del juramento, y de los que estaban con él a la mesa, no quiso desecharla.
27 Y luego el rey, enviando uno de la guardia, mandó que fuera traída su cabeza;
28 el cual fue, y le degolló en la cárcel, y trajo su cabeza en un plato, y la dio a la muchacha, y la muchacha la dio a su madre.
29 Y oyéndolo sus discípulos, vinieron y tomaron su cuerpo, y le pusieron en un sepulcro.
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