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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Salmos 49-50

No confíes en las riquezas

SALMO 49 (48)

Himno compuesto por la familia de Coré.

49 1-2 ¡Escúchenme ustedes,
pueblos que habitan este mundo!
Y ustedes, gente pobre y humilde;
y ustedes, gente rica y poderosa,
¡préstenme atención!
No sólo voy a hablarles
como habla la gente sabia,
sino que expresaré mis ideas
con la mayor inteligencia.
Voy a decirles una adivinanza,
y mientras toco el arpa
les diré de qué se trata.

¿Por qué voy a tener miedo
cuando lleguen los problemas?
¿Por qué voy a tener miedo
cuando me ataquen mis enemigos?
¡No tengo por qué temerles
a esos ricos orgullosos
que confían en sus riquezas!
Ninguno de ellos
es capaz de salvar a otros;
ninguno de ellos
tiene comprada la vida.

La vida tiene un precio muy alto:
¡ningún dinero la puede comprar!
No hay quien viva para siempre
y nunca llegue a morir.
10 Mueren los sabios,
y mueren los necios.
¡Eso no es nada nuevo!
Al fin de cuentas,
sus riquezas pasan a otras manos.
11 Podrán haber tenido tierras,
y haberlas puesto a su nombre,
pero su hogar permanente
será tan sólo la tumba;
¡de allí no saldrán jamás!

12 Puede alguien ser muy rico,
y no vivir para siempre;
al fin le espera la muerte
como a cualquier animal.

13 Esto es lo que les espera
a quienes confían en sí mismos;
en esto acaban los orgullosos.
14 Su destino final es el sepulcro;
la muerte los va llevando
como guía el pastor a sus ovejas.
En cuanto bajen a la tumba,
abandonarán sus antiguos dominios.
El día de mañana
los justos abrirán sus tumbas
y esparcirán sus huesos.
15 ¡Pero a mí, Dios me librará
del poder de la muerte,
y me llevará a vivir con él!

16 Tú no te fijes
en los que se hacen ricos
y llenan su casa con lujos,
17 pues cuando se mueran
no van a llevarse nada.
18 Mientras estén con vida,
tal vez se sientan contentos
y haya quien los felicite
por tener tanto dinero;
19 pero al fin de cuentas
no volverán a ver la luz;
morirán como murieron sus padres.

20 Puede alguien ser muy rico,
y jamás imaginarse
que al fin le espera la muerte
como a cualquier animal.

Dios acusa al malvado

SALMO 50 (49)

Himno de Asaf.

50 Nuestro Dios,
el Dios supremo,
llama a los habitantes de la tierra
desde donde sale el sol
hasta donde se pone.
Desde la ciudad de Jerusalén,
desde la ciudad bella y perfecta,
Dios deja ver su luz.
¡Ya viene nuestro Dios!
Pero no viene en silencio:
Delante de él viene un fuego
que todo lo destruye;
a su alrededor, ruge la tormenta.

Para juzgar a su pueblo,
Dios llama como testigos
al cielo y a la tierra.
Y declara:

«Que se pongan a mi lado
los que me son fieles,
los que han hecho un pacto conmigo
y me ofrecieron un sacrificio».

Y el cielo da a conocer
que Dios mismo será el juez,
y que su juicio será justo.
Dios mismo declara:

«Israel, pueblo mío,
escúchame, que quiero hablarte.
¡Yo soy tu único Dios,
y seré tu acusador!
Yo no considero malo
que me ofrezcas animales
para sacrificarlos en mi altar;
pero no necesito que me ofrezcas
los terneros de tu establo,
ni los cabritos de tus corrales,
10 pues yo soy el dueño
de los animales del bosque
y del ganado de los cerros.
11 Yo conozco muy bien
a todas las aves del cielo,
y siempre tomo en cuenta
a los animales más pequeños.

12 »Si yo tuviera hambre,
no te pediría de comer,
pues soy el dueño del mundo
y de todo cuanto hay en él.
13 ¿Acaso crees que me alimento
con la carne de los toros,
y que bebo sangre de carnero?
14 ¡Yo soy el Dios altísimo!
¡Mejor tráeme ofrendas de gratitud
y cúmpleme tus promesas!
15 ¡Llámame cuando tengas problemas!
Yo vendré a salvarte,
y tú me darás alabanza».

16 Al malvado, Dios le dice:

«Tú no tienes ningún derecho
de andar repitiendo mis leyes,
ni de hablar siquiera de mi pacto,
17 pues no quieres que te corrija
ni tomas en cuenta mis palabras.
18 Si ves a un ladrón,
corres a felicitarlo;
con gente infiel en su matrimonio
haces gran amistad.
19 Para hablar mal
no tiene freno tu boca;
para decir mentiras
se te desata la lengua.
20 A tu propio hermano lo ofendes,
y siempre hablas mal de él.
21 A pesar de todo eso,
he preferido callarme.
Pero estás muy equivocado
si crees que soy como tú.
Ahora voy a reprenderte:
voy a aclararte las cosas.

22 »Tú te olvidas de mí;
si no quieres que te despedace,
sigue estos consejos;
de lo contrario,
no habrá quien te salve.
23 Si de veras quieres honrarme,
tráeme ofrendas de gratitud.
Si corriges tu conducta,
yo te salvaré».

Romanos 1

Pablo saluda a los hermanos en Roma

Queridos hermanos y hermanas de la iglesia en Roma:

Yo soy servidor y apóstol de Jesucristo porque Dios me eligió para anunciar las buenas noticias que él tiene para nosotros. 2-4 Dios había prometido enviarnos a su Hijo. Así lo habían anunciado sus profetas en la Biblia.

Esas buenas noticias nos dicen que su hijo Jesucristo vino al mundo como descendiente del rey David. Jesucristo murió, pero Dios lo resucitó por el poder de su Espíritu, y con eso demostró que Jesucristo es el poderoso Hijo de Dios.

Jesús me demostró su amor y me eligió para que le sirva como apóstol, pues quiere que todo el mundo lo obedezca y crea en él.

Ustedes, que viven en Roma, son algunos de los que han creído en Jesucristo. Dios los ama y los ha apartado para que sean parte de su pueblo. Le pido a Dios, nuestro Padre, y al Señor Jesucristo, que también ellos les demuestren su amor y les den su paz.

Agradecimiento

En primer lugar, doy gracias a mi Dios por cada uno de ustedes, en nombre de Jesucristo. En todas partes se habla bien de ustedes, y se sabe que confían en Dios y lo obedecen.

Yo sirvo a Dios anunciando las buenas noticias acerca de su Hijo, y lo hago de todo corazón. Dios es testigo de que siempre oro por ustedes, 10 y de que siempre le pido que me permita ir por fin a visitarlos, si él así lo quiere. 11 Tengo muchos deseos de ir a verlos y darles ayuda espiritual. Así su confianza en Dios será permanente, 12 y podremos ayudarnos unos a otros, gracias a la fuerza de esa confianza que tenemos en Dios.

13 Hermanos en Cristo, quiero que sepan que muchas veces he tratado de ir a Roma para verlos, pero nunca ha faltado algo que me lo impida. Me gustaría ir allá para anunciar esta buena noticia, como ya lo he hecho en otros lugares, para que muchos crean en Jesús. 14-15 Tengo que anunciar esta buena noticia a todo el mundo, no importa que sepan mucho o no sepan nada, ni que sean humildes o importantes. Por eso tengo tantos deseos de ir a Roma.

La buena noticia es poderosa

16 No me da vergüenza anunciar esta buena noticia. Gracias al poder de Dios, todos los que la escuchan y creen en Jesús son salvados; no importa si son judíos o no lo son. 17 La buena noticia nos enseña que Dios acepta a los que creen en Jesús. Como dice la Biblia: «Aquellos a quienes Dios ha aceptado, y confían en él, vivirán para siempre.»

Todos somos culpables

18 Pero la gente ha negado, injustamente, la verdad acerca de cómo es Dios. Y el Dios altísimo está muy enojado por toda esa maldad e injusticia. 19 Esa gente sabe todo lo que se puede saber acerca de Dios, pues Dios mismo se lo ha mostrado.

20 Por medio de lo que Dios ha creado, todos podemos conocerlo, y también podemos ver su poder. Así que esa gente no tiene excusa, 21 pues saben de Dios, pero no lo respetan ni le dan las gracias. No piensan más que en hacer lo malo y en puras tonterías. 22 Creen que lo saben todo, pero en realidad no saben nada. 23 En vez de adorar al único y poderoso Dios, que vive para siempre, adoran a ídolos que ellos mismos se han hecho: ídolos con forma de seres humanos, mortales al fin y al cabo, o con forma de pájaros, de animales de cuatro patas y de serpientes.

24 Por eso Dios los ha dejado hacer lo que quieran, y sus malos pensamientos los han llevado a hacer con sus cuerpos cosas vergonzosas. 25 En vez de adorar al Dios verdadero, adoran a dioses falsos; adoran las cosas que Dios ha creado, en vez de adorar al Dios que las creó y que merece ser adorado por siempre. Amén.

26 Por esa razón, Dios ha dejado que esa gente haga todo lo malo que quiera. Por ejemplo, entre ellos hay mujeres que no quieren tener relaciones sexuales con los hombres, sino con otras mujeres. 27 Y también hay hombres que se comportan de la misma manera, pues no volvieron a tener relaciones sexuales con sus mujeres, sino que se dejaron dominar por sus deseos de tener relaciones con otros hombres. De este modo, hicieron cosas vergonzosas los unos con los otros, y ahora sufren en carne propia el castigo que se buscaron.

28 Como no han querido tener en cuenta a Dios, Dios los ha dejado hacer todo lo malo que su mente inútil los lleva a hacer. 29 Son gente injusta, malvada y codiciosa. Son envidiosos, asesinos, peleadores, tramposos y chismosos. 30 Hablan mal de los demás, odian a Dios, son insolentes y orgullosos, y se creen muy importantes. Siempre están inventando nuevas maneras de hacer el mal, y no obedecen a sus padres. 31 No quieren entender la verdad, ni se puede confiar en ellos. No aman a nadie ni se compadecen de nadie. 32 Dios ya lo ha dicho, y ellos lo saben, que quienes hacen esto merecen la muerte. Y a pesar de eso, no sólo siguen haciéndolo, sino que felicitan a quienes también lo hacen.