Old/New Testament
Señal de la vara de Aarón
17 Entonces el SEÑOR habló a Moisés diciendo: 2 “Habla a los hijos de Israel y toma doce varas, una vara por cada casa paterna, de todos sus dirigentes de casas paternas. Escribe el nombre de cada uno en su vara, 3 y en la vara que corresponde a Leví escribe el nombre de Aarón; pues habrá una vara para cada jefe de su casa paterna. 4 Pondrás estas varas en el tabernáculo de reunión, delante del testimonio, donde yo me encontraré con ustedes. 5 Y sucederá que florecerá la vara del hombre que yo escoja. Así quitaré de sobre mí las quejas de los hijos de Israel con que murmuran contra ustedes”.
6 Moisés habló a los hijos de Israel, y todos sus dirigentes le dieron varas, una vara por cada dirigente de cada casa paterna, doce varas en total. Y la vara de Aarón estaba entre sus varas. 7 Luego Moisés puso las varas delante del SEÑOR en el tabernáculo de reunión.
8 Y sucedió que al día siguiente Moisés entró en el tabernáculo de reunión y vio que la vara de Aarón, de la casa de Leví, había brotado, echado botones, dado flores y producido almendras maduras. 9 Entonces Moisés llevó de delante del SEÑOR todas las varas a los hijos de Israel. Ellos las vieron y tomaron cada uno su vara.
10 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: “Vuelve a poner la vara de Aarón delante del testimonio, para que sea guardada como señal para los rebeldes. Así harás cesar sus quejas contra mí, para que ellos no mueran”.
11 Moisés hizo como le mandó el SEÑOR; así lo hizo. 12 Entonces los hijos de Israel hablaron a Moisés diciendo: “¡He aquí que perecemos! ¡Estamos perdidos! ¡Todos nosotros estamos perdidos! 13 Cualquiera que se acerque[a] al tabernáculo del SEÑOR, morirá. ¿Acabaremos pereciendo todos?”.
Deberes de sacerdotes y levitas
18 El SEÑOR dijo a Aarón: “Tú, tus hijos y tu casa paterna contigo cargarán con las ofensas contra el santuario. Y tú y tus hijos contigo cargarán con las ofensas contra el sacerdocio de ustedes. 2 Haz también que se acerquen a ti tus hermanos, la tribu de Leví, la tribu de tu padre. Ellos te acompañarán y te servirán, mientras tú y tus hijos contigo sirven delante del tabernáculo del testimonio. 3 Ellos cumplirán lo que tú ordenes y lo que ha sido ordenado con respecto a todo el tabernáculo, pero no se acercarán a los utensilios del santuario ni al altar, para que no mueran ellos y ustedes. 4 Ellos te acompañarán y tendrán el cuidado del tabernáculo de reunión en todo el servicio del tabernáculo. Ningún extraño se ha de acercar a ustedes.
5 “Ustedes tendrán el cuidado del santuario y el cuidado del altar, para que no haya más ira contra los hijos de Israel. 6 He aquí, yo he tomado a sus hermanos, los levitas, de entre los hijos de Israel, y se los he dado como un donativo; son dados al SEÑOR, para llevar a cabo el servicio del tabernáculo de reunión. 7 Pero tú y tus hijos contigo cumplirán con su sacerdocio en todo asunto relacionado con el altar, y servirán del velo adentro. Yo les entrego su sacerdocio como servicio y obsequio[b], pero el extraño que se acerque será muerto”.
Remuneración de los sacerdotes
8 El SEÑOR dijo además a Aarón: “He aquí, yo te he dado el cuidado de mis ofrendas alzadas. Todas las cosas que los hijos de Israel consagran te las he dado a ti como porción, y a tus hijos como provisión perpetua.
9 “Esto te corresponderá de las cosas más sagradas reservadas del fuego. Toda ofrenda suya: cada ofrenda vegetal, cada sacrificio por el pecado o cada sacrificio por la culpa, que ellos me han de presentar, será cosa muy sagrada para ti y para tus hijos. 10 La comerás como cosa muy sagrada. Todo varón podrá comer de ella; será para ti algo sagrado.
11 “Esto también será para ti: la ofrenda alzada de los donativos y todas las ofrendas mecidas de los hijos de Israel las he dado a ti, a tus hijos y a tus hijas contigo, como provisión perpetua. Todo el que esté puro en tu casa podrá comer de ellas.
12 “También será para ti lo mejor del aceite nuevo, lo mejor del vino nuevo y del grano, y las primicias que sean presentadas al SEÑOR. 13 Las primicias de todos los productos de su tierra, las cuales ellos traerán al SEÑOR, serán para ti. Todo el que esté puro en tu casa podrá comer de ellas.
14 “Todo lo que en Israel es dedicado por completo será para ti.
15 “Todo el que abre la matriz de todo ser, ya sea de hombre o de animal, que se ofrece al SEÑOR, será para ti. Pero sin falta rescatarás al primogénito del hombre; también rescatarás el primogénito del animal inmundo. 16 En cuanto al rescate, efectuarás el rescate de ellos al mes de nacidos, mediante el precio de cincuenta y cinco gramos de plata, según la moneda del santuario, la cual tiene once gramos. 17 Pero no rescatarás el primogénito de la vaca, el primogénito de la oveja o el primogénito de la cabra, pues están consagrados. Rociarás su sangre sobre el altar, y quemarás su sebo como ofrenda quemada de grato olor al SEÑOR. 18 Su carne será para ti, así como el pecho de la ofrenda mecida y el muslo derecho serán para ti.
19 “Todas las ofrendas alzadas de las cosas sagradas que los hijos de Israel presenten al SEÑOR, las he dado para ti, para tus hijos y para tus hijas contigo, como provisión perpetua. Constituye un perpetuo pacto de sal delante del SEÑOR, para ti y para tus descendientes contigo”.
20 El SEÑOR dijo también a Aarón: “No recibirás heredad en su tierra ni parte entre ellos. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel”.
Remuneración de los levitas
21 “He aquí, he dado a los hijos de Leví todos los diezmos de Israel, como heredad, a cambio del servicio que llevan a cabo en el tabernáculo de reunión. 22 De aquí en adelante, los hijos de Israel no se acercarán al tabernáculo de reunión, para que no carguen con el pecado y mueran. 23 Solo los levitas llevarán a cabo el servicio del tabernáculo de reunión y cargarán con las ofensas de ellos. Este es un estatuto perpetuo, a través de sus generaciones.
“Ellos no poseerán heredad entre los hijos de Israel, 24 porque he dado a los levitas por heredad los diezmos, lo que los hijos de Israel presenten al SEÑOR como ofrenda alzada. Por eso les he dicho: ‘No recibirán heredad entre los hijos de Israel’ ”.
25 El SEÑOR también habló a Moisés diciendo: 26 “Habla a los levitas y diles: ‘Cuando tomen de los hijos de Israel los diezmos que les he dado de ellos como la heredad de ustedes, ustedes presentarán, como ofrenda alzada al SEÑOR, el diezmo del diezmo. 27 Y su ofrenda alzada será considerada como el grano de la era o como el producto del lagar. 28 Así también ustedes presentarán al SEÑOR una ofrenda alzada de todos sus diezmos que hayan recibido de los hijos de Israel. Darán de ello la ofrenda alzada del SEÑOR al sacerdote Aarón. 29 De todos los obsequios que reciban, presentarán cada ofrenda alzada al SEÑOR; de todo lo mejor de ellos ofrecerán la porción que ha de ser consagrada’.
30 “Además les dirás: ‘Después de haber presentado lo mejor de ellos como ofrenda alzada, el diezmo les será contado a los levitas como el fruto de la era o como el fruto del lagar. 31 Lo podrán comer en cualquier lugar, ustedes y sus familias, pues es su remuneración por su trabajo en el tabernáculo de reunión. 32 Y después de que hayan presentado lo mejor de ello como ofrenda alzada, no cargarán por ello pecado. Así no profanarán las cosas consagradas por los hijos de Israel, y no morirán’ ”.
El agua para la impureza
19 Entonces el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón, diciendo que 2 este es el estatuto de la ley que el SEÑOR ha mandado diciendo: “Di a los hijos de Israel que te traigan una vaca roja, sin defecto, en la cual no haya mancha y sobre la cual nunca haya sido puesto yugo. 3 La darán al sacerdote Eleazar, y él la sacará fuera del campamento y la hará degollar en su presencia.
4 “El sacerdote Eleazar tomará con su dedo parte de la sangre, y rociará siete veces hacia la parte frontal del tabernáculo de reunión. 5 Después hará que quemen la vaca en su presencia. Hará quemar su piel, su carne y su sangre junto con su estiércol. 6 Luego el sacerdote tomará madera de cedro, hisopo y lana carmesí, y los echará en el fuego en que arde la vaca.
7 “Luego el sacerdote lavará sus vestiduras y lavará su cuerpo con agua. Después entrará en el campamento, aunque quedará impuro hasta el anochecer. 8 Asimismo, el que quemó la vaca lavará su ropa con agua y lavará su cuerpo con agua, y quedará impuro hasta el anochecer.
9 “Después un hombre que esté puro recogerá las cenizas de la vaca y las pondrá fuera del campamento, en un lugar limpio. Y la congregación de los hijos de Israel las guardará; serán para el agua para la purificación de la impureza. 10 También el que recoja las cenizas de la vaca lavará su ropa, y quedará impuro hasta el anochecer. Esto será un estatuto perpetuo para los hijos de Israel y para el extranjero que resida entre ellos.
11 “El que toque el cadáver de cualquier persona quedará impuro durante siete días. 12 Él deberá purificarse con aquella agua en el tercer día y en el séptimo día y quedará puro. Si no se purifica en el tercer día y en el séptimo día, no quedará puro. 13 Todo el que toque un cadáver, el cuerpo de alguien que ha muerto, y que no se purifica, contaminará el tabernáculo del SEÑOR. Esa persona será excluida de Israel, por cuanto el agua para la impureza no fue rociada sobre él. Aún queda impuro, y su impureza permanece sobre él.
14 “Estas son las instrucciones para cuando alguno muera en una tienda: Todo el que entre en la tienda, y todo el que se encuentre en ella, quedará impuro durante siete días. 15 Toda vasija abierta que no tenga tapa ajustada será inmunda.
16 “Cualquiera que en campo abierto toque a quien haya sido muerto a espada, un cadáver, algún hueso humano o alguna tumba, quedará impuro durante siete días. 17 Para el que esté impuro, tomarán parte de la ceniza de la vaca quemada por el pecado y sobre ella echarán agua fresca en una vasija. 18 Una persona que esté pura tomará hisopo y lo mojará en el agua. Luego rociará la tienda, todos los utensilios, a las personas presentes, y al que tocó un hueso, uno que ha sido matado, un cadáver o una tumba. 19 El que esté puro rociará sobre el impuro en el tercero y en el séptimo día. Después de purificarlo en el séptimo día, este lavará su ropa y lavará su cuerpo con agua; y al anochecer será puro.
20 “El hombre que estando impuro no se purifica, esa persona será excluida de la congregación, porque ha contaminado el santuario del SEÑOR. Si no ha sido rociada sobre él el agua para la impureza, queda impuro. 21 Esto será para ustedes[c] un estatuto perpetuo.
“También el que rocíe el agua para la impureza lavará su ropa, y el que toque el agua para la impureza quedará impuro hasta el anochecer. 22 Todo lo que el impuro toque será inmundo. Y la persona que lo toque quedará impura hasta el anochecer”.
Jesús alimenta a cinco mil
30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. 31 Él les dijo:
—Vengan ustedes aparte a un lugar desierto, y descansen un poco.
Porque eran muchos los que iban y venían, y ni siquiera tenían oportunidad para comer. 32 Y se fueron solos en la barca a un lugar desierto. 33 Pero muchos los vieron ir y los reconocieron. Y corrieron allá a pie de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. 34 Cuando Jesús salió, vio una gran multitud y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor. Entonces comenzó a enseñarles muchas cosas.
35 Como la hora era ya muy avanzada, sus discípulos se acercaron a él y le dijeron:
—El lugar es desierto y la hora avanzada. 36 Despídelos para que vayan a los campos y las aldeas de alrededor y compren para sí algo que comer.
37 Él les respondió y dijo:
—Denles ustedes de comer.
Le dijeron:
—¿Que vayamos y compremos pan con el salario de más de seis meses, y les demos de comer?
38 Él les dijo:
—¿Cuántos panes tienen? Vayan y vean.
Al enterarse, le dijeron:
—Cinco, y dos pescados.
39 Él les mandó que hicieran recostar a todos por grupos sobre la hierba verde. 40 Se recostaron por grupos, de cien en cien y de cincuenta en cincuenta. 41 Y él tomó los cinco panes y los dos pescados y, alzando los ojos al cielo, bendijo y partió los panes. Luego iba dando a sus discípulos para que los pusieran delante de los hombres, y también repartió los dos pescados entre todos. 42 Todos comieron y se saciaron, 43 y recogieron doce canastas llenas de los pedazos de pan y de los pescados. 44 Y los que comieron los panes eran como cinco mil hombres.
Jesús camina sobre el agua
45 En seguida obligó a sus discípulos a entrar en la barca para ir delante de él a Betsaida, en la otra orilla, mientras él despedía a la multitud. 46 Y habiéndose despedido de ellos, se fue al monte a orar. 47 Al caer la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra. 48 Viendo que ellos se fatigaban remando porque el viento les era contrario, a la madrugada[a], él fue a ellos caminando sobre el mar, y quería pasarlos de largo. 49 Pero cuando ellos vieron que él caminaba sobre el mar, pensaron que era un fantasma y clamaron a gritos; 50 porque todos lo vieron y se turbaron. Pero en seguida habló con ellos y les dijo: “¡Tengan ánimo! ¡Yo soy! ¡No teman!”.
51 Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento. Ellos estaban sumamente perplejos, 52 pues aun no habían comprendido lo de los panes; más bien, sus corazones estaban endurecidos.
Jesús sana a muchos en Genesaret
53 Y cuando cruzaron a la otra orilla, llegaron a la tierra de Genesaret y amarraron la barca. 54 Pero cuando ellos salieron de la barca, en seguida la gente lo reconoció. 55 Recorrieron toda aquella región, y comenzaron a traer en camillas a los que estaban enfermos a donde oían que él estaba. 56 Dondequiera que entraba, ya sea en aldeas o ciudades o campos, ponían en las plazas a los que estaban enfermos, y le rogaban que solo pudieran tocar el borde de su manto. Y todos los que lo tocaban quedaban sanos.
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