Old/New Testament
3 Dios dice[a]: Si un hombre se divorcia de su mujer,
y ella se va de su lado
y llega a ser de otro hombre,
¿volverá él a ella?
¿No quedará esa tierra totalmente profanada(A)?
Pues tú eres una ramera con muchos amantes[b](B),
y sin embargo, vuelves a mí(C) —declara el Señor.
2 Alza tus ojos a las alturas(D) desoladas y mira:
¿dónde no te has prostituido?
Junto a los caminos te sentabas para ellos(E)
como el árabe en el desierto,
y has profanado la tierra(F)
con tu prostitución y tu maldad.
3 Por eso fueron detenidas las lluvias(G),
y no hubo lluvia de primavera;
pero tú tenías frente de ramera,
no quisiste avergonzarte(H).
4 ¿No acabas de llamarme:
«Padre mío(I), tú eres el amigo[c](J) de mi juventud(K)», pensando:
5 «¿Guardará rencor para siempre(L)?
¿Estará indignado[d] hasta el fin?».
He aquí, así has hablado,
pero has hecho lo malo,
y has hecho tu voluntad[e].
Infidelidad de Israel y de Judá
6 Y el Señor me dijo en días del rey Josías: ¿Has visto lo que hizo la infiel Israel? Ella andaba sobre todo monte alto y bajo todo árbol frondoso, y allí fornicaba[f](M). 7 Y me dije: «Después que ella haya hecho todas estas cosas, volverá a mí»; mas no regresó(N), y lo vio su pérfida hermana Judá(O). 8 Y vio[g] que a causa de todos los adulterios de la infiel Israel, yo la había despedido, dándole carta de divorcio(P); con todo, su pérfida hermana Judá no tuvo temor, sino que ella también fue y se hizo ramera(Q). 9 Y sucedió que por la liviandad con que fornicó, profanó la tierra(R), y cometió adulterio con la piedra y con el leño(S). 10 A pesar de todo esto, su pérfida hermana Judá tampoco se volvió a mí de todo corazón(T), sino con engaño —declara el Señor.
11 Y el Señor me dijo: Más justa ha probado ser la infiel Israel que la pérfida Judá(U).
12 Ve y proclama estas palabras al norte, y di:
«Regresa, infiel Israel(V)» —declara el Señor—,
«no te miraré[h] con ira(W),
porque soy misericordioso» —declara el Señor—;
«no guardaré rencor para siempre(X).
13 Solo reconoce tu iniquidad,
pues contra el Señor tu Dios te has rebelado(Y),
has repartido tus favores[i] a los extraños(Z) bajo todo árbol frondoso(AA),
y no has obedecido mi voz» —declara el Señor.
14 «Volved, hijos infieles» —declara el Señor—, «porque yo soy vuestro dueño(AB), y os tomaré, uno de cada ciudad y dos de cada familia, y os llevaré a Sión(AC)». 15 Entonces os daré pastores según mi corazón, que os apacienten(AD) con conocimiento y con inteligencia(AE). 16 Y sucederá que en aquellos días, cuando os multipliquéis y crezcáis en la tierra —declara el Señor— no se dirá más: «Arca del pacto del Señor»; no les vendrá a la mente ni la recordarán, no la echarán de menos ni será hecha de nuevo(AF). 17 En aquel tiempo llamarán a Jerusalén: «Trono del Señor(AG)»; y todas las naciones acudirán a ella(AH), a Jerusalén, a causa del nombre del Señor(AI); y no andarán más tras la terquedad de su malvado corazón(AJ). 18 En aquellos días andará la casa de Judá con la casa de Israel(AK), y vendrán juntas de la tierra del norte(AL) a la tierra que di en heredad a vuestros padres(AM).
19 Yo había dicho:
«¡Cómo quisiera ponerte entre mis[j] hijos,
y darte una tierra deseable,
la más hermosa heredad de las naciones(AN)!».
Y decía: «Padre mío(AO) me llamaréis,
y no os apartaréis de seguirme».
20 Ciertamente, como una mujer se aparta pérfidamente de su amado[k],
así habéis obrado pérfidamente conmigo(AP),
oh casa de Israel —declara el Señor.
21 Se oye una voz sobre las alturas desoladas,
el llanto de las súplicas de los hijos de Israel;
porque han pervertido su camino(AQ),
han olvidado al Señor su Dios(AR).
22 Volved, hijos infieles,
yo sanaré vuestra infidelidad(AS).
Aquí estamos, venimos a ti,
porque tú, el Señor, eres nuestro Dios.
23 Ciertamente engaño son las colinas(AT),
y el tumulto sobre los montes;
ciertamente, en el Señor nuestro Dios
está la salvación de Israel(AU).
24 Pero lo vergonzoso consumió el trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud: sus ovejas y sus vacas, sus hijos y sus hijas(AV). 25 Acostémonos en nuestra vergüenza, y que nos cubra nuestra humillación; porque hemos pecado contra el Señor nuestro Dios, nosotros y nuestros padres desde nuestra juventud hasta hoy(AW), y no hemos obedecido la voz del Señor nuestro Dios(AX).
Un llamado al arrepentimiento
4 Si has de volver, oh Israel —declara el Señor—
vuélvete a mí(AY).
Si quitas de mi presencia tus abominaciones,
y no vacilas(AZ),
2 y juras: «Vive el Señor(BA)»,
en verdad, en juicio y en justicia(BB),
entonces se bendecirán en Él las naciones(BC),
y en Él se gloriarán(BD).
3 Porque así dice el Señor a los hombres de Judá y de Jerusalén:
Romped el barbecho(BE),
y no sembréis entre espinos(BF).
4 Circuncidaos para el Señor,
y quitad los prepucios de vuestros corazones,
hombres de Judá y habitantes de Jerusalén(BG),
no sea que mi furor(BH) salga como fuego
y arda y no haya quien lo apague(BI),
a causa de la maldad de vuestras obras.
5 Declarad en Judá y proclamad en Jerusalén, y decid:
Tocad la trompeta en la tierra(BJ);
clamad en alta voz, y decid:
«Reuníos y entremos
en las ciudades fortificadas(BK)».
6 Izad bandera(BL) hacia Sión;
buscad refugio, no os detengáis;
porque traigo del norte la calamidad,
una gran destrucción(BM).
7 Ha salido el león de la[l] espesura,
y el destructor de naciones se ha puesto en marcha(BN);
ha salido de su lugar
para convertir tu tierra en desolación(BO).
Tus ciudades quedarán en ruinas, sin habitantes(BP).
8 Por eso, vestíos de cilicio,
lamentaos y gemid(BQ);
porque no se ha apartado de nosotros
la ardiente ira del Señor(BR).
9 Y sucederá en aquel día —declara el Señor—
que fallará el corazón del rey
y el corazón de los príncipes(BS);
se quedarán atónitos los sacerdotes
y los profetas se pasmarán(BT).
10 Entonces dije: ¡Ah, Señor Dios[m]! Ciertamente has engañado(BU) en gran manera a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: «Paz tendréis», cuando tienen la espada al cuello[n](BV).
11 En aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalén: Un viento abrasador de las alturas desoladas del desierto(BW), en dirección a la hija de mi pueblo, no para aventar, ni para limpiar, 12 un viento demasiado fuerte para esto[o], vendrá a mi mandato[p]. Ahora yo[q] pronunciaré juicios contra ellos.
13 He aquí que él sube como las nubes(BX),
y como un torbellino sus carros(BY);
sus caballos son más ligeros que las águilas(BZ).
¡Ay de nosotros, porque estamos perdidos(CA)!
14 Lava de maldad tu corazón, Jerusalén,
para que seas salva.
¿Hasta cuándo morarán dentro de ti
pensamientos perversos(CB)?
15 Porque una voz lo anuncia desde Dan(CC),
y proclama el mal desde los montes de Efraín.
16 Avisadlo a las naciones: ¡Aquí están!
Proclamad sobre Jerusalén:
«Sitiadores vienen de tierra lejana(CD)
y alzan sus voces(CE) contra las ciudades de Judá.
17 Como guardas de campo están apostados contra ella por todos lados(CF),
porque se ha rebelado contra mí(CG)» —declara el Señor.
18 Tu comportamiento y tus acciones
te han traído[r] estas cosas.
Esta es tu maldad(CH). ¡Qué amarga(CI)!
¡Cómo ha penetrado hasta tu corazón!
19 ¡Alma mía[s], alma mía[t]!
Estoy angustiado, ¡oh corazón mío[u]!
Mi corazón se agita dentro de mí;
no callaré(CJ),
porque has oído, alma mía[v](CK),
el sonido de la trompeta,
el pregón de guerra(CL).
20 Desastre sobre desastre se anuncia(CM),
porque es arrasada toda la tierra(CN);
de repente son arrasadas mis tiendas,
en un instante mis cortinas(CO).
21 ¿Hasta cuándo he de ver la bandera
y he de oír el sonido de la trompeta?
22 Porque mi pueblo es necio,
no me conoce;
hijos torpes son,
no son inteligentes(CP).
Astutos son para hacer el mal,
pero hacer el bien no saben(CQ).
23 Miré a la tierra, y he aquí que estaba sin orden y vacía[w];
y a los cielos, y no tenían luz(CR).
24 Miré a los montes, y he aquí que temblaban,
y todas las colinas se estremecían[x](CS).
25 Miré, y he aquí que no había hombre alguno,
y todas las aves del cielo habían huido(CT).
26 Miré, y he aquí que la tierra fértil[y] era un desierto(CU),
y todas sus ciudades estaban arrasadas
delante del Señor, delante del ardor de su ira.
27 Porque así dice el Señor:
Una desolación será toda la tierra(CV),
pero no causaré una destrucción total(CW).
28 Por eso se enlutará la tierra(CX),
y se oscurecerán los cielos arriba(CY),
porque he hablado, lo he decidido,
y no me arrepentiré[z], ni me retractaré de ello(CZ).
29 Al ruido de jinetes y arqueros huye toda la ciudad(DA);
entran en las espesuras y trepan por los peñascos(DB).
Toda ciudad está abandonada,
y no queda en ellas morador alguno(DC).
30 Y tú, desolada, ¿qué harás(DD)?
Aunque te vistas de escarlata,
aunque te pongas[aa] adornos de oro,
aunque te agrandes con pintura los ojos(DE),
en vano te embelleces;
te desprecian tus amantes,
solo buscan tu vida(DF).
31 Porque oí un grito[ab] como de mujer de parto(DG),
angustia como de primeriza;
era el grito[ac] de la hija de Sión que se ahogaba,
y extendía sus manos[ad](DH), diciendo:
¡Ay ahora de mí, porque desfallezco[ae] ante los asesinos!
Corrupción de Jerusalén y Judá
5 Recorred las calles de Jerusalén(DI),
y mirad ahora, e informaos;
buscad en sus plazas,
a ver si halláis algún hombre(DJ),
si hay quien haga justicia, que busque la verdad[af],
y yo la perdonaré(DK).
2 Pues aunque digan: «Vive el Señor»,
de cierto juran falsamente(DL).
3 Oh, Señor, ¿no buscan tus ojos(DM) la verdad[ag]?
Tú los heriste,
mas no les dolió;
tú los consumiste(DN),
mas ellos rehusaron recibir corrección(DO).
Endurecieron sus rostros(DP) más que la roca[ah],
rehusaron arrepentirse.
4 Entonces yo dije: Ciertamente estos solo son gente ignorante,
son necios,
porque no conocen el camino del Señor
ni las ordenanzas de su Dios(DQ).
5 Me dirigiré a los grandes
y les hablaré(DR),
porque ellos sí conocen el camino del Señor
y las ordenanzas de su Dios.
Pero también todos ellos a una habían quebrado el yugo
y roto las coyundas(DS).
6 Por tanto los herirá el león de la selva(DT),
el lobo de los desiertos los destruirá(DU);
un leopardo acecha sus ciudades(DV),
y todo el que salga de ellas será despedazado,
porque son muchas sus transgresiones,
y numerosas sus apostasías(DW).
7 ¿Por qué he de perdonarte por esto?
Tus hijos me han abandonado
y han jurado(DX) por lo que no es Dios(DY).
Cuando los sacié, cometieron adulterio(DZ)
y fueron en tropel a casa de las rameras.
8 Eran caballos cebados y fogosos,
cada cual relinchando tras la mujer de su prójimo(EA).
9 ¿No he de castigar a este pueblo[ai]? —declara el Señor.
De una nación como esta,
¿no he de vengarme(EB)?
10 Subid por entre sus hileras de vides y destruid,
mas no hagáis destrucción total;
arrancad sus sarmientos,
pues no son del Señor;
11 porque la casa de Israel y la casa de Judá
han obrado pérfidamente conmigo(EC) —declara el Señor.
12 Han mentido acerca del Señor(ED);
dijeron: Él no existe(EE);
ninguna calamidad vendrá sobre nosotros(EF),
y no veremos ni espada ni hambre(EG).
13 Los profetas son como el viento,
y la palabra no está en ellos(EH).
Que así se les haga a ellos.
14 Por tanto, así dice el Señor, Dios de los ejércitos:
Por cuanto han[aj] hablado esta palabra,
he aquí, pongo mis palabras en tu boca por fuego
y a este pueblo por leña, y los consumirá(EI).
15 He aquí, voy a traer de lejos una nación contra vosotros(EJ), oh casa de Israel —declara el Señor.
Es una nación fuerte,
es una nación antigua,
una nación cuya lengua no conoces,
y no podrás entender lo que hable(EK).
16 Su aljaba es como sepulcro abierto(EL),
todos ellos son valientes(EM).
17 Devorará tu mies y tu pan,
devorará a tus hijos y a tus hijas,
devorará tus ovejas y tus vacas(EN),
devorará tus viñas y tus higueras(EO);
a espada destruirá tus ciudades fortificadas(EP) en que confías.
18 Sin embargo, aun en aquellos días —declara el Señor— no llevaré a cabo una destrucción total de vosotros. 19 Y[ak] cuando te pregunten[al]: «¿Por qué el Señor nuestro Dios nos ha hecho todo esto?». Les dirás: «Así como me dejasteis y servisteis a dioses extraños(EQ) en vuestra tierra, así serviréis a extranjeros en una tierra que no es vuestra(ER)».
20 Anunciad esto en la casa de Jacob
y proclamadlo en Judá, diciendo:
21 «Oíd ahora esto, pueblo necio e insensible[am],
que tienen ojos y no ven,
tienen oídos y no oyen(ES).
22 ¿No me teméis(ET)?» —declara el Señor.
«¿No tembláis delante de mí,
que puse la arena como frontera del mar,
límite perpetuo que no traspasará?
Aunque se agiten las olas, no prevalecerán;
aunque rujan, no pasarán sobre ella(EU).
23 Pero este pueblo tiene un corazón terco y rebelde(EV);
se han desviado y se han ido.
24 Y no dicen en su corazón:
“Temamos ahora al Señor nuestro Dios,
que da la lluvia a su tiempo(EW),
tanto la lluvia de otoño como la de primavera(EX),
y que reserva para nosotros
las semanas establecidas de la cosecha(EY)”.
25 Vuestras iniquidades han alejado estas cosas(EZ),
y vuestros pecados os han privado del bien.
26 Porque en mi pueblo se encuentran impíos
que vigilan como cazadores al acecho[an];
ponen trampa,
atrapan hombres(FA).
27 Como una jaula llena de pájaros,
así están sus casas llenas de engaño(FB);
por eso se engrandecieron y se enriquecieron.
28 Han engordado y se han puesto lustrosos(FC).
También sobrepasan en[ao] obras de maldad;
no defienden la causa,
la causa del huérfano, para que prospere,
ni defienden[ap] los derechos del pobre(FD).
29 ¿No he de castigar por esto?» —declara el Señor.
«De una nación como esta
¿no he de vengarme(FE)?».
Predicción de la apostasía
4 Pero el Espíritu(A) dice claramente que en los últimos tiempos(B) algunos apostatarán de la fe, prestando atención a espíritus engañadores(C) y a doctrinas de demonios(D), 2 mediante la hipocresía de mentirosos que tienen cauterizada la conciencia(E); 3 prohibiendo casarse(F) y mandando abstenerse de alimentos(G) que Dios ha creado(H) para que con acción de gracias(I) participen de ellos los que creen y que han conocido la verdad. 4 Porque todo lo creado por Dios(J) es bueno y nada se debe rechazar si se recibe con acción de gracias(K); 5 porque es santificado mediante la palabra de Dios(L) y la oración.
El buen ministro de Cristo
6 Al señalar estas cosas a los hermanos(M) serás un buen ministro(N) de Cristo Jesús, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina(O) que has seguido(P). 7 Pero nada tengas que ver con las fábulas(Q) profanas(R) propias de viejas. Más bien disciplínate a ti mismo[a] para la piedad(S); 8 porque el ejercicio físico(T) aprovecha poco, pero la piedad(U) es provechosa para todo, pues tiene promesa(V) para la vida presente(W) y también para la futura. 9 Palabra fiel es esta(X), y digna de ser aceptada por todos[b]. 10 Porque por esto trabajamos y nos esforzamos, porque hemos puesto nuestra esperanza(Y) en el Dios vivo(Z), que es el Salvador de todos los hombres(AA), especialmente de los creyentes. 11 Esto manda y enseña[c](AB). 12 No permitas(AC) que nadie menosprecie tu juventud; antes, sé ejemplo de[d] los creyentes(AD) en palabra, conducta, amor, fe y pureza(AE). 13 Entretanto que llego[e](AF), ocúpate en la lectura[f](AG) de las Escrituras, la exhortación y la enseñanza. 14 No descuides el don espiritual que está en ti, que te fue conferido por medio de la profecía(AH) con la imposición de manos(AI) del presbiterio[g](AJ). 15 Reflexiona sobre estas cosas; dedícate a ellas, para que tu aprovechamiento sea evidente a todos. 16 Ten cuidado de ti mismo(AK) y de la enseñanza; persevera en estas cosas, porque haciéndolo asegurarás la salvación tanto para ti mismo como para los que te escuchan[h](AL).
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