Old/New Testament
Que Israel confíe en Dios no en Egipto
30 El SEÑOR dice: «Qué mal les irá a los hijos rebeldes,
que llevan a cabo sus planes en contra de mis deseos
y confirman alianzas con una copa de vino,
no con mi espíritu.
Con eso amontonan sus pecados.
2 Ellos bajan a Egipto, sin pedir mi consejo,
a pedir protección del faraón
y a cobijarse bajo la sombra de Egipto.
3 La protección del faraón no hará más que avergonzarlos.
Cobijarse bajo la sombra de Egipto será su desgracia.
4 Aunque sus funcionarios estén en Zoán
y sus embajadores lleguen a Janés[a]
5 todos serán avergonzados
por causa de un pueblo que no les puede ayudar.
No les será de ayuda ni provecho,
lo único que les traerá será vergüenza y desgracia».
Profecía para Judá
6 Esta es una profecía acerca de los animales del Néguev:
Cargan su riqueza en burros
y sus tesoros en los lomos de los camellos
por una tierra peligrosa y difícil,
llena de leonas y leones rugientes,
de víboras y serpientes voladoras.
Los llevan a un pueblo que no les podrá ayudar.
7 Egipto no sirve, la ayuda que brinda no es nada.
Yo lo llamo «Monstruo inútil».
8 Ahora ve y delante de ellos
escribe en una tablilla.
Escribe esto en un libro,
para que quede de testimonio eterno para el futuro:
9 Porque este es un pueblo rebelde
que se niega a obedecer.
Son hijos mentirosos,
hijos que no quieren obedecer la enseñanza del SEÑOR.
10 Ellos les dicen a los videntes:
«No tengan visiones»,
y a los profetas:
«No nos profeticen la verdad.
Dígannos mentiras,
profeticen falsedades.
11 Quítense de en medio,
dejen el camino libre.
No nos pongan más frente
al Santo Dios de Israel».
12 Debido a esto, el Santo Dios de Israel dice:
«Como se negaron a aceptar este mensaje,
pusieron su confianza en la opresión y la deshonestidad,
y se entregaron a todo eso,
13 ese pecado será para ustedes
como una grieta que se extiende en la muralla abultada
y a punto de derribarse,
cuya caída llega de repente, en un instante.
14 Su destrucción es como cuando una jarra de barro
se rompe en mil pedazos.
Ni un solo pedazo sirve siquiera
para sacar las brasas del fuego
o agua del tanque».
15 Por eso el Señor DIOS,
el Santo de Israel, dice:
«Regresen, cálmense
y permanecerán seguros.
Quédense tranquilos, confíen
y serán fortalecidos.
16 Pero ustedes se negaron y dijeron:
“¡No! Huiremos en nuestros caballos”.
Por eso, ustedes tendrán que huir.
Y también dijeron ustedes:
“Cabalgaremos rápido”.
Así que por decir eso,
los que los persiguen a ustedes cabalgarán rápido.
17 Uno de ellos pondrá a correr a mil de ustedes.
Y cinco bastarán para que todos ustedes huyan,
hasta que ustedes queden reducidos a unos pocos,
como queda un palo en lo alto de un monte
o una bandera sobre una colina».
El generoso amor de Dios por su pueblo
18 Por lo tanto, el SEÑOR espera para apiadarse de ustedes.
Se levanta para mostrarles compasión.
Porque el SEÑOR es un Dios justo,
afortunados todos los que esperan en él.
19 Pueblo de Sion, pueblo que vive en Jerusalén, ya no tendrás motivos para llorar. Dios tendrá compasión de ti cuando oiga tu grito de auxilio. Tan pronto lo oiga, él te responderá. 20 Puede que el Señor te dé pan de sufrimiento y agua de aflicción, pero tu Maestro ya no se mantendrá oculto; tus ojos lo verán. 21 Cuando te desvíes a la izquierda o a la derecha, oirás una voz detrás de ti diciéndote: «Por ahí es el camino, sigue por él». 22 Tú considerarás como algo sucio a tus ídolos cubiertos de plata y a tus imágenes recubiertas de oro, los tirarás con repugnancia como quien tira una toalla higiénica sucia, y dirás: «¡Fuera!»
23 Dios mandará lluvia a tus sembrados. Te dará alimento, producto de la tierra, rica y fértil. Ese día tu ganado pacerá en grandes campos. 24 Tu buey y tus burros que aran la tierra comerán el mejor forraje, zarandeado con pala y rastrillo.
25 El día que suceda la gran masacre y caigan las torres, habrá manantiales y ríos en todo monte alto y en cada colina elevada. 26 La luz de la luna brillará como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces más brillante, como la luz de siete días. Será el día en que el SEÑOR vendará las lesiones de su pueblo y sanará las heridas de los golpes recibidos.
Castigo de Asiria
27 Miren, el SEÑOR viene de lejos,
ardiendo de ira y echando humo.
Sus labios están hinchados de ira
y su lengua es como fuego que consume.
28 Su aliento es como río desbordado
que llega hasta el cuello,
para zarandear a las naciones
en la zaranda de la destrucción.
Coloca en las quijadas de los pueblos
un freno que los hace desviarse.
29 Ustedes cantarán una canción
como hacen en las noches que se celebra una fiesta.
Estarán llenos de alegría
como quien al son de la flauta va hacia el monte del SEÑOR,
la roca de Israel.
30 El SEÑOR hará que todos oigan su voz majestuosa
y observen su brazo poderoso bajando con gran furia,
y una llama de fuego destructor,
como un rayo con abundante lluvia y granizo.
31 Asiria tendrá miedo del SEÑOR
cuando la castigue con su vara.
32 Cada golpe que el SEÑOR le descargue
con su vara de castigo,
será al son de panderos y de arpas.
Agitando su brazo peleará contra ellos.
33 Pues Tofet[b] está preparado desde hace tiempo,
listo también para el rey.
Él hizo una hoguera ancha y profunda,
con mucho fuego y leña.
El SEÑOR con su aliento le prenderá fuego
como una corriente de azufre ardiente.
Advertencia a los que confían en Egipto
31 Qué mal les irá a los que bajan
hasta Egipto a pedir ayuda.
Confían en la gran cantidad de sus caballos y carros de combate,
y en la fuerza de los jinetes.
Pero no toman en cuenta al Santo Dios de Israel;
no buscan al SEÑOR.
2 Sin embargo, Dios es muy sabio,
y traerá destrucción.
No dice algo y luego hace lo contrario.
Él se levantará en contra de los que hacen el mal
y en contra de los que los apoyan.
3 Porque los egipcios son sólo seres humanos, no son Dios.
Sus caballos son de carne, no espíritu.
Cuando el SEÑOR extienda su brazo,
el que viene a socorrerlos se tambaleará;
el que los ayudó caerá,
y ambos terminarán destruidos.
4 Esto es lo que el SEÑOR me ha dicho:
«Gruñe el león, el león joven, sobre su presa.
Llaman a un grupo de pastores para que lo espanten.
Pero él no se asusta al oírlos,
ni se inquieta por el ruido que hacen.
De la misma forma, el SEÑOR Todopoderoso
baja a luchar en[c] el monte Sion y sobre su cumbre.
5 Como pájaros revoloteando sobre su nido,
así protegerá el SEÑOR Todopoderoso a Jerusalén.
La protegerá y salvará;
la defenderá y rescatará».
6 Pueblo de Israel, vuelvan a aquel contra quien tanto se rebelaron. 7 Porque ese día ustedes renunciarán a los ídolos de oro y plata que se hicieron con sus manos llenas de pecado.
8 Asiria será derrotada a espada,
pero no por un ser humano.
Será destruida por espada,
pero no por seres humanos.
Huirá de la espada,
pero sus jóvenes serán esclavizados.
9 Su roca[d] desaparecerá debido al pánico,
y sus oficiales desertarán cuando vean la bandera de batalla.
Lo ha decidido el SEÑOR,
que tiene en Sion un fuego,
y un horno en Jerusalén.
4 Por eso sigan así, manteniéndose firmes en el Señor, mis estimados hermanos. Los quiero mucho y espero verlos pronto. Ustedes son mi alegría y mi orgullo.
Algunas recomendaciones
2 Suplico a Evodia y a Síntique que se pongan de acuerdo como hermanas en el Señor. 3 Y también te pido a ti, que has sido mi leal compañero, que las ayudes, pues ellas lucharon conmigo, Clemente y mis otros compañeros para difundir la buena noticia de salvación. El nombre de cada uno de ellos ya está escrito en el libro de la vida.[a]
4 Alégrense siempre en el Señor. 5 Lo digo de nuevo: ¡Alégrense! Que todos sepan que ustedes son amables y gentiles. El Señor está cerca. 6 No se preocupen por nada, más bien pídanle al Señor lo que necesiten y agradézcanle siempre. 7 La paz de Dios hará guardia sobre todos sus pensamientos y sentimientos porque ustedes pertenecen a Jesucristo. Su paz lo puede hacer mucho mejor que nuestra mente humana.[b]
8 En fin, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, noble, correcto, puro, hermoso y admirable. También piensen en lo que tiene alguna virtud, en lo que es digno de reconocimiento. Mantengan su mente ocupada en eso. 9 Hagan todo lo que les enseñé, todo lo que aprendieron al verme y oírme, y el Dios de paz estará con ustedes.
Pablo agradece a los creyentes de Filipos
10 Estoy muy contento al ver que de nuevo ustedes se preocupan por mi bienestar. Sé que siempre se han preocupado por mí, pero no habían tenido oportunidad de demostrármelo. 11 No digo esto porque necesite ayuda, pues he aprendido a adaptarme a cualquier situación. 12 Yo sé cómo vivir en pobreza o en abundancia. Conozco el secreto de estar feliz en todos los momentos y circunstancias: pasando hambre o estando satisfecho; teniendo mucho o teniendo poco. 13 Puedo enfrentar cualquier situación porque Cristo me da el poder para hacerlo.
14 De todos modos, han hecho bien en ayudarme ahora que estoy pasando dificultades. 15 Filipenses, ustedes muy bien saben que cuando comencé a anunciar la buena noticia de salvación, al salir de Macedonia, ustedes fueron la única iglesia que me ayudó con mis ingresos y gastos. 16 Y cuando estuve en Tesalónica ustedes me enviaron ayuda más de una vez. 17 En realidad, yo no pretendo que me den regalos, sino que ustedes reciban todos los beneficios de Dios por ser generosos. 18 Ya recibí todo lo que me mandaron. Tengo todo lo que necesito y hasta tengo de sobra porque recibí la ayuda que me enviaron con Epafrodito. Sus ayudas son como ofrendas de delicioso perfume, sacrificios que agradan a Dios. 19 Le pido a mi Dios que les dé a ustedes todo lo que necesitan, conforme a las espléndidas riquezas que tiene en Jesucristo. 20 ¡A nuestro Dios Padre sea el honor por toda la eternidad! Así sea.
Saludos finales
21 Saluden a todo el pueblo de Dios en Jesucristo. Los hermanos que están conmigo también les mandan saludos. 22 Todo el pueblo de Dios los saluda, en especial los que están al servicio del emperador.
23 Que nuestro Señor Jesucristo los bendiga en abundancia.
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