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Read the New Testament in 24 Weeks

A reading plan that walks through the entire New Testament in 24 weeks of daily readings.
Duration: 168 days
La Palabra (España) (BLP)
Version
1 Pedro 3:8-5:14

Hacer el bien sin miedo al sufrimiento

En fin, tened todos un mismo pensar, compartid penas y alegrías, portaos fraternalmente, sed misericordiosos y sencillos. No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto. Al contrario, bendecid, pues habéis sido llamados a heredar una bendición. 10 En efecto:

Quien desee amar la vida
y conocer días felices,
debe guardar su lengua del mal,
y sus labios de la falsedad.
11 Debe apartarse del mal y practicar el bien,
debe buscar la paz y correr tras ella.
12 Pues los ojos del Señor se fijan en los buenos,
y sus oídos atienden a sus ruegos.
Rechaza, en cambio, el Señor
a quienes practican el mal.

13 Y ¿quién podrá haceros daño, si os entregáis con ardor a la práctica del bien? 14 Pero, aun cuando tengáis que sufrir por comportaros rectamente, ¡dichosos vosotros! No les tengáis miedo ni os acobardéis. 15 Glorificad en vuestro corazón a Cristo, el Señor, estando dispuestos en todo momento a dar razón de vuestra esperanza a cualquiera que os pida explicaciones. Pero, eso sí, hacedlo con dulzura y respeto, 16 como quien tiene limpia la conciencia, para que quienes critican vuestra buena conducta cristiana, queden avergonzados de sus calumnias. 17 Porque más vale sufrir, si así lo quiere Dios, por hacer el bien, que por hacer el mal.

El bautismo que salva

18 También Cristo murió por los pecados, una vez por todas, el inocente por los culpables, para conduciros a Dios. Como mortal, sufrió la muerte; como espiritual fue devuelto a la vida. 19 Fue entonces también cuando proclamó su mensaje a los espíritus que se hallaban en prisión, 20 es decir, a los desobedientes del tiempo de Noé, cuando Dios esperaba pacientemente mientras se construía el arca, en la que unos pocos —ocho personas— se salvaron a través del agua. 21 Aquello fue una imagen del bautismo que ahora os salva. Bautismo que no consiste en quitar una suciedad corporal, sino en comprometerse ante Dios a llevar una conducta limpia. Y os salva en virtud de la resurrección de Jesucristo, 22 que, ascendido al cielo, comparte el poder soberano de Dios y tiene bajo su autoridad a todas las potencias celestiales.

Romper con una vida de pecado

Si Cristo padeció en su cuerpo, haceos a la idea de que también vosotros tenéis que padecer, pues el que está sufriendo corporalmente se supone que ha roto con el pecado para vivir el resto de su vida mortal conforme a la voluntad de Dios y no conforme a las pasiones humanas. Porque bastante tiempo habéis pasado ya viviendo al estilo de los paganos, es decir, entregados al desenfreno y a la liviandad, a crápulas, orgías, borracheras y abominables cultos idolátricos. Ahora, ellos se extrañan y os insultan porque no os lanzáis junto con ellos a ese torrente desbordado de lujuria. Pero tendrán que rendir cuentas al que está preparado para juzgar a vivos y muertos. Por eso precisamente, también a los que ya murieron se les anunció el mensaje de salvación, a fin de que, juzgados como mortales, obtengan de Dios la vida del espíritu.

Administradores fieles

Se aproxima el final de todas las cosas. Sed, por tanto, juiciosos y sobrios, para que podáis dedicaros a la oración. Ante todo, amaos entrañablemente unos a otros, pues el amor alcanza el perdón de los pecados por muchos que sean. Practicad de buen grado la hospitalidad mutua. 10 Que todos, como buenos administradores de los múltiples dones de Dios, pongan al servicio de los demás el don que recibieron. 11 El que habla, que comunique palabra de Dios; el que presta un servicio, hágalo consciente de que es Dios quien le da las fuerzas. Así, en todo lo que hagáis, Dios resultará glorificado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder por siempre y para siempre. Amén.

Compartiendo los sufrimientos de Cristo

12 Queridos, no os asombre como algo inesperado la tremenda prueba desatada contra vosotros. 13 Alegraos, más bien, de compartir los sufrimientos de Cristo, para que el día de su gloriosa manifestación también vosotros saltéis de júbilo. 14 Dichosos si sois ultrajados por seguir a Cristo; eso quiere decir que el Espíritu glorioso de Dios alienta en vosotros. 15 Que ninguno de vosotros tenga que sufrir por asesino, ladrón, malhechor o entrometido. 16 Pero si es por ser cristiano, que no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar ese nombre. 17 Porque ha llegado el tiempo del juicio, que ha de comenzar por el mismo pueblo de Dios. Y si comienza por nosotros, ¿qué pueden esperar los que se niegan a aceptar el evangelio de Dios? 18 Pues si el bueno a duras penas se salva, ¿qué suerte correrán el impío y el pecador? 19 Así que, incluso los que sufren en conformidad con la voluntad divina, deben confiarse a la fidelidad del Creador, sin dejar de hacer el bien.

IV.— CONSEJOS DIVERSOS (5,1-14)

A los dirigentes de la Iglesia

Esto es lo que pido a vuestros dirigentes yo, que comparto con ellos la tarea y soy testigo de la pasión de Cristo y partícipe de la gloria que está a punto de revelarse: apacentad el rebaño de Dios confiado a vuestro cargo; velad sobre él, no a la fuerza o por una rastrera ganancia, sino gustosamente y con generosidad, como Dios quiere; no como dictadores sobre quienes estén a vuestro cargo, sino como modelos del rebaño. Y el día en que se manifieste el Pastor supremo recibiréis el premio imperecedero de la gloria.

A los fieles

En cuanto a vosotros, jóvenes, respetad a vuestros mayores. Que la sencillez presida vuestras mutuas relaciones, pues Dios hace frente a los orgullosos y concede, en cambio, su favor a los humildes. Así que someteos al poder de Dios, para que él os encumbre en el momento oportuno. Confiadle todas vuestras preocupaciones, ya que él se preocupa de vosotros. No os dejéis seducir ni sorprender. Vuestro enemigo el diablo ronda como león rugiente buscando a quién devorar. Resistidlo firmes en la fe, conscientes de que vuestros hermanos dispersos por el mundo soportan los mismos sufrimientos. 10 Y Dios, fuente de todo bien, que os ha llamado a compartir con Cristo su gloria eterna, después de estos breves padecimientos, os restablecerá, os confirmará, os fortalecerá y os colocará sobre una base inconmovible. 11 Suyo es el poder para siempre. Amén.

Saludos finales

12 Por medio de Silvano, a quien considero hermano de vuestra total confianza, os he escrito brevemente para animaros y aseguraros que esta es la verdadera gracia de Dios. ¡Manteneos en ella!

13 Os saluda la iglesia de Babilonia, a la que Dios ha elegido, lo mismo que a vosotros. También os saluda mi hijo Marcos. 14 Saludaos mutuamente con un beso de amor fraternal. Paz a todos los que vivís unidos a Cristo.

La Palabra (España) (BLP)

La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España