Read the New Testament in 24 Weeks
Advertencia contra los falsos profetas
4 Estimados hermanos, actualmente hay muchos falsos profetas en el mundo. Por eso, no le crean a todo el que dice estar inspirado por el Espíritu. Mejor pongan a prueba a todo que dice ser profeta[a] para comprobar si viene de Dios. 2 Así es como reconocerán al Espíritu de Dios. Todo profeta[b] que diga: «Yo creo que Jesús es el Mesías que vino al mundo y vino como ser humano», es de Dios. 3 Y todo profeta que no confiese a Jesús, no es de Dios sino del enemigo de Cristo. Ustedes ya han oído que el enemigo de Cristo viene, y ya está en el mundo.
4 Hijitos, ustedes son de Dios y por esto ya han derrotado a los enemigos de Cristo porque el que está en ustedes es más grande que el que está en el mundo. 5 Ellos son del mundo, hablan de lo del mundo y el mundo les hace caso. 6 Pero nosotros somos de Dios, y el que conoce a Dios hace caso de lo que decimos; pero el que no conoce a Dios no nos hace caso. Así es como podemos distinguir entre el que habla por el Espíritu de la verdad[c] y el profeta que habla por un espíritu que engaña a la gente.
El amor viene de Dios
7 Estimados hermanos, amémonos unos a otros porque el amor viene de Dios. Todo el que ama tiene a Dios como su Padre y conoce a Dios. 8 El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor. 9 En esto Dios nos demostró su amor: en que envió a su único Hijo al mundo para que tuviéramos vida por medio de él. 10 El verdadero amor de Dios no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino el amor que Dios demostró al enviar a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.
11 Estimados hermanos, si Dios nos demostró su amor de esa manera, debemos amarnos unos a otros. 12 Nadie ha visto jamás a Dios. Sin embargo, si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se ha manifestado plenamente en nosotros.
13 Así es como podemos saber que nosotros permanecemos en Dios y él en nosotros: porque él nos ha dado su Espíritu. 14 Nosotros vimos y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser el Salvador del mundo. 15 Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en Dios y Dios en él. 16 Así sabemos que Dios nos ama y confiamos en el amor que él nos tiene.
Dios es amor. El que permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él. 17 De esta manera, el amor alcanza su plenitud en nosotros, y así podremos estar seguros en el día del juicio. Tenemos esa confianza porque como Jesús[d] es, así somos nosotros en este mundo. 18 El amor no sufre del miedo. Por el contrario, el amor que es maduro echa fuera el miedo, pues el miedo tiene que ver con el castigo. Así que el que sufre del miedo, todavía tiene que madurarse en el tema del amor.
19 Nosotros amamos porque Dios nos amó primero. 20 Si alguno dice que ama a Dios, pero odia a su hermano, es un mentiroso. Porque si no ama a su hermano, a quien puede ver, mucho menos va a amar a Dios, a quien no puede ver. 21 Dios[e] nos dio este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano.
Fe victoriosa
5 Todo el que cree que Jesús es el Cristo, ha llegado a ser hijo de Dios. El que ama al Padre, también ama a los hijos de ese Padre. 2 Si amamos a Dios y ponemos en práctica sus mandamientos, sabemos que amamos a los hijos de Dios. 3 Pues demostramos el amor a Dios poniendo en práctica sus mandamientos, y sus mandamientos no son difíciles de poner en práctica, 4 porque todo aquel que sea hijo de Dios vence al mundo. Nuestra fe nos ha dado la victoria sobre el mundo. 5 ¿Quién es el que vence al mundo? El que cree que Jesús es el Hijo de Dios.
El testimonio de Dios
6 Jesucristo es el que vino a nosotros mediante agua y sangre[f]; no vino solamente mediante agua sino también mediante sangre. El Espíritu da testimonio de que esto es cierto, porque el Espíritu es la verdad. 7 Hay tres testigos: 8 el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo en su testimonio. 9 Si aceptamos el testimonio de los hombres, debemos reconocer que el testimonio de Dios es más importante; y lo que Dios nos dice es la verdad acerca de su propio Hijo. 10 El que cree en el Hijo de Dios acepta lo que dice Dios. Pero el que no cree está diciendo indirectamente que Dios es un mentiroso, porque no cree en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. 11 Este es el testimonio: Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida se encuentra en su Hijo. 12 El que tiene al Hijo tiene esa vida, pero el que no tiene al Hijo de Dios, no la tiene.
13 Les escribo esto a ustedes que creen en el Hijo de Dios, para que sepan que ya participan de la vida eterna. 14 La seguridad que tenemos al estar unidos a Dios es esta: Dios escucha nuestras oraciones cuando le pedimos conforme a su voluntad. 15 Puesto que sabemos que Dios nos oye, tengamos la certeza de que él nos dará cualquier cosa que le pidamos.
16 Si alguno ve que su hermano en Cristo está cometiendo un pecado que no lo lleva a la muerte eterna, debe orar por su hermano y Dios le dará vida a su hermano. Digo un pecado que no lleva a la muerte eterna, porque hay un pecado que lleva a la muerte eterna, en ese caso yo no digo que se ore. 17 Cualquier tipo de injusticia es pecado, pero hay pecados que no llevan a la muerte eterna.
18 Sabemos que el que ha llegado a ser hijo de Dios no sigue pecando, porque el Hijo de Dios lo mantiene seguro, y el maligno no le puede hacer daño. 19 Sabemos que somos de Dios aunque el mundo entero esté controlado por el maligno. 20 También sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado el entendimiento para conocer al único Dios verdadero. Nosotros lo conocemos, pues estamos en su Hijo Jesucristo. Él es el verdadero Dios y la vida eterna. 21 Hijitos, manténganse alejados de los dioses falsos[g].
© 2005, 2015 Bible League International