Read the New Testament in 24 Weeks
Los dirigentes de la iglesia
3 Esto es cierto: el que quiera ser dirigente,[a] aspira a una buena obra. 2 Es necesario que un dirigente lleve una vida que nadie tenga por qué criticar y que muestre las siguientes cualidades: ser sensato, respetable, fiel a su esposa,[b] tener domino propio, estar dispuesto a recibir en su hogar a los necesitados y ser capaz de instruir a otros en la fe. 3 Un dirigente no debe emborracharse ni pelear, sino ser amable, pacífico y no amar el dinero. 4 Debe dirigir bien a su propia familia, es decir, que sus hijos les obedezca y siempre los respete. 5 Si un hombre no sabe dirigir a su propia familia, entonces tampoco podrá cuidar de la iglesia de Dios. 6 No debe ser nuevo creyente para que no se enorgullezca y no caiga en la misma condenación en que cayó el diablo. 7 Además, debe tener el respeto de la gente que no es de la iglesia. De esa manera evitará críticas y no caerá en las trampas que el diablo tratará de ponerle.
Los que sirven en la iglesia
8 Así también, los ayudantes[c] deben ser respetables, sinceros, no tomar mucho vino y no ganar dinero de manera deshonesta. 9 Deben seguir la fe que ahora Dios nos ha dado a conocer y tener la conciencia limpia. 10 Primero, hay que ponerlos a prueba y entonces, si no hay nada en su contra, podrán servir a la iglesia.
11 Así mismo, las mujeres[d] deben tener estas cualidades: tener el respeto de los demás, no hablar mal de otros, tener dominio propio y ser dignas de confianza en todo lo que hacen. 12 Los ayudantes deben ser fiel a su esposa[e] y dirigir bien a sus hijos y su hogar. 13 Los ayudantes que hacen bien su trabajo obtienen un puesto honorable y fortalecen su fe en Jesucristo.
La verdad que Dios nos ha revelado
14 Espero ir a verte pronto; sin embargo, te escribo estas instrucciones por ahora. 15 Tal vez no pueda llegar pronto, así que quiero que sepas cómo se debe vivir en la familia[f] de Dios. Esa familia es la iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad. 16 En ella se basa nuestra vida dedicada a Dios. Sin lugar a dudas, qué grande es esa verdad que no se nos reveló sino hasta ahora:
Cristo[g] se dio a conocer en cuerpo humano,
lo que enseñó fue comprobado por el Espíritu
y luego él fue presentado a los ángeles.
Fue anunciado a las naciones,
gente de todo el mundo creyó en él,
y nuevamente recibió el honor que antes tenía.
Advertencia sobre los falsos maestros
4 El Espíritu Santo dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, les harán caso a espíritus que mienten y seguirán enseñanzas de demonios. 2 Esas enseñanzas llegan a través de mentirosos quienes con sus palabras falsas engañan a la gente. Ellos no saben la diferencia entre el bien y el mal. Es como si su entendimiento hubiera sido quemado con hierro candente. 3 Dicen que es prohibido casarse y que algunos alimentos no se deben comer, pero Dios creó esos alimentos. Los que son creyentes y conocen la verdad saben que pueden comerlos dando gracias a Dios. 4 Todo lo que Dios creó es bueno y nada debe ser rechazado, sino recibido con agradecimiento. 5 Todo lo que Dios hizo es purificado por lo que él dijo y por la oración.
Un buen siervo de Jesucristo
6 Enséñales todo esto a los hermanos, y así serás un buen siervo de Jesucristo, nutrido por las palabras de la fe y la excelente enseñanza que has seguido. 7 Pero rechaza los cuentos irreverentes y tontos, y más bien entrénate para una vida dedicada a Dios. 8 El ejercicio físico te sirve de algo, pero una vida dedicada a Dios te trae bendiciones tanto para la vida presente como para la del mundo venidero.[h] 9 Todos pueden estar seguros de que esto es cierto: 10 que por esto mismo trabajamos y luchamos porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente. Él es Salvador de todos los seres humanos, pero en particular de aquellos que creen en él.
11 Enseña a todos lo que te digo y diles que lo pongan en práctica. 12 No dejes que nadie te considere menos por ser joven. Sé ejemplo para los creyentes en tu hablar, en tu conducta, en amor, en fe y en pureza. 13 Mientras yo llego, ocúpate de leerles a los creyentes las Escrituras, animándolos y enseñándoles. 14 No se te olvide el don que recibiste por medio de profecía cuando los ancianos líderes te impusieron las manos.
15 Presta atención a estas cosas y dedica tu vida a hacerlas para que todos vean el avance de tu trabajo. 16 Ten cuidado con tu forma de vivir y con lo que enseñas. Si eres constante, asegurarás tanto tu salvación como la de los que escuchen tus enseñanzas.
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