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New Testament in a Year

Read the New Testament from start to finish, from Matthew to Revelation.
Duration: 365 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Mateo 26:51-75

51 De pronto, uno de los que estaban con Jesús sacó la espada y, de un golpe, le cortó una oreja al criado del sumo sacerdote. 52 Pero Jesús le dijo:

— Guarda tu espada en su vaina, pues todos los que empuñan espada, a espada morirán. 53 ¿Acaso piensas que no puedo pedir ayuda a mi Padre, y que él me enviaría ahora mismo más de doce legiones de ángeles? 54 Pero en ese caso, ¿cómo se cumplirían las Escrituras según las cuales las cosas tienen que suceder así?

55 Entonces dijo Jesús a aquel tropel de gente:

— ¿Por qué han venido a arrestarme con espadas y garrotes, como si yo fuera un ladrón? Todos los días me sentaba en el Templo para enseñar, y no me han arrestado. 56 Pero todo esto sucede para que se cumpla lo que escribieron los profetas.

Y en aquel momento, todos los discípulos de Jesús lo abandonaron y huyeron.

Jesús ante el Consejo Supremo (Mc 14,53-65; Lc 22,54-55.63-71; Jn 18,12-14.19-24)

57 Los que habían apresado a Jesús lo llevaron a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se hallaban reunidos los maestros de la ley y los ancianos. 58 Pedro, que lo había seguido de lejos hasta la mansión del sumo sacerdote, entró también y se sentó junto a los criados para ver en qué terminaba todo aquello. 59 Los jefes de los sacerdotes y el pleno del Consejo Supremo andaban buscando un testimonio falso contra Jesús para condenarlo a muerte. 60 Pero no lo encontraban, a pesar de los muchos testigos falsos que comparecían ante ellos. Finalmente comparecieron dos, 61 que dijeron:

— Este ha afirmado: “Yo puedo derribar el Templo de Dios y reconstruirlo en tres días”.

62 Levantándose entonces el sumo sacerdote, dijo a Jesús:

— ¿No tienes nada que alegar a lo que estos testifican contra ti?

63 Pero Jesús permaneció en silencio. Entonces el sumo sacerdote le conminó:

— ¡En nombre del Dios vivo, te exijo que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios!

64 Jesús le respondió:

— Tú lo has dicho. Y añadiré que más adelante verán al Hijo del hombre sentado junto al Todopoderoso y viniendo sobre las nubes del cielo.

65 Al oír esto, el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras y exclamó:

— ¡Ha blasfemado! ¿Para qué necesitamos más testimonios? ¡Ya han oído su blasfemia! 66 ¿Qué les parece?

Ellos contestaron:

— ¡Que merece la muerte!

67 Y se pusieron a escupirlo en la cara y a darle puñetazos mientras otros lo abofeteaban 68 diciendo:

— ¡Adivina, Mesías, quién te ha pegado!

Pedro niega a Jesús (Mc 14,66-72; Lc 22,56-62; Jn 18,15-18.25-27)

69 Entre tanto, Pedro estaba sentado fuera, en el patio. Se le acercó una criada, y le dijo:

— Tú eres uno de los que acompañaban a Jesús, el galileo.

70 Pedro lo negó delante de todos, diciendo:

— ¡No sé de qué hablas!

71 Luego se dirigió hacia la puerta y, cuando salía, lo vio otra criada, que aseguró a los que estaban allí:

— Este también andaba con Jesús de Nazaret.

72 Otra vez lo negó Pedro, jurando:

— ¡No sé quién es ese hombre!

73 Algo más tarde se acercaron a Pedro unos que estaban allí, y le dijeron:

— Pues no cabe duda de que tú eres de los suyos; el acento mismo te delata.

74 Entonces él comenzó a jurar y perjurar:

— ¡No sé quién es ese hombre!

Y al instante cantó un gallo. 75 Pedro se acordó de que Jesús le había dicho: “Antes de que cante el gallo me habrás negado tres veces”. Y saliendo de allí, se echó a llorar amargamente.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España