New Testament in a Year
La Cena del Señor
(Mr 14:22-26; Lc 22:15-20; 1 Co 11:23-25)
26 Mientras comían, Jesús tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió, se lo dio a sus seguidores y dijo:
—Tomen este pan y coman, este es mi cuerpo.
27 Luego tomó la copa y después de dar gracias se la dio a ellos, y dijo:
—Beban todos de esta copa, 28 porque esto es mi sangre que establece el nuevo pacto, la cual es derramada para perdonar los pecados de muchos. 29 Les digo que nunca volveré a beber vino hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el reino de mi Padre.
30 Después cantaron una canción de alabanza y se fueron al monte de los Olivos.
Se anuncia la negación de Pedro
(Mr 14:27-31; Lc 22:31-34; Jn 13:36-38)
31 (A)Entonces Jesús les dijo:
—Todos ustedes perderán la fe en mí debido a lo que me sucederá esta noche, porque dice en las Escrituras:
“Mataré al pastor
y las ovejas del rebaño serán dispersadas”.[a]
32 Pero después de que yo resucite, iré delante de ustedes a Galilea.
33 Pedro respondió:
—Aunque todos pierdan la fe en ti yo nunca lo haré.
34 Jesús le dijo:
—Te digo la verdad: esta misma noche, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces.
35 Pedro le dijo:
—Aun si tengo que morir contigo, no te negaré.
Todos los otros seguidores dijeron lo mismo.
Jesús ora solo
(Mr 14:32-42; Lc 22:39-46)
36 Después Jesús fue con ellos a un lugar llamado Getsemaní y les dijo:
—Siéntense aquí mientras voy allí a orar.
37 Luego tomó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo con él y comenzó a sentirse triste y angustiado. 38 Después les dijo:
—¡Mi tristeza es tan grande que me siento morir! Quédense aquí, manténganse despiertos conmigo.
39 Caminó un poco, se postró rostro en tierra y oró así: «Padre mío, si es posible, no me dejes tomar esta copa. Sin embargo, no hagas lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».
40 Después regresó a sus seguidores, los encontró durmiendo y le dijo a Pedro:
—¿No pudieron estar despiertos conmigo por una hora? 41 Quédense despiertos y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto a hacer lo correcto, pero el cuerpo es débil.
42 Una vez más, se fue y oró así: «Padre mío, si no es posible que me quites esta copa, haz lo que tú quieras».
43 Entonces vino y los encontró durmiendo otra vez porque no podían mantener los ojos abiertos. 44 Los dejó, se fue de nuevo y empezó a orar por tercera vez con las mismas palabras de antes. 45 Luego volvió a donde estaban sus seguidores y les preguntó:
—¿Todavía están durmiendo y descansando? Pues llegó el momento en el que el Hijo del hombre será entregado en manos de pecadores. 46 ¡Levántense y vámonos! ¡Miren, aquí está el que me va a traicionar!
Arresto de Jesús
(Mr 14:43-50; Lc 22:47-53; Jn 18:3-12)
47 Mientras Jesús todavía estaba hablando, llegó Judas, uno de los doce seguidores. Venía acompañado de mucha gente con espadas y garrotes. Eran enviados por los jefes de los sacerdotes y los ancianos líderes del pueblo. 48 El que lo traicionaba les había dado una señal, diciéndoles: «Al que yo salude con un beso en la mejilla, ese es. Arréstenlo». 49 Inmediatamente, Judas se acercó a Jesús y le dijo:
—¡Hola, Maestro!
Y le dio un beso en la mejilla. 50 Jesús le dijo:
—Amigo, haz lo que viniste a hacer.
Entonces se acercaron, lo agarraron y lo arrestaron.
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