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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
Génesis 2

Así fueron acabados los cielos y la tierra y todas sus huestes(A). En el séptimo día ya Dios había completado la[a] obra que había estado haciendo(B), y reposó en el día séptimo de toda la[b] obra que había hecho(C). Dios bendijo el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la[c] obra que Él había creado y hecho[d].

El huerto del Edén

Estos son los orígenes[e] de los cielos y de la tierra cuando fueron creados(D), el día en que el Señor Dios hizo la tierra y los cielos(E). Aún no había ningún arbusto del campo en la tierra, ni había aún brotado ninguna planta[f] del campo(F), porque el Señor Dios no había enviado lluvia sobre la tierra(G), ni había hombre para labrar[g] la tierra. Pero se levantaba de la tierra un vapor[h] que regaba toda la superficie[i] del suelo.

Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra(H), y sopló en su nariz el aliento de vida, y fue el hombre un ser[j] viviente(I). Y el Señor Dios plantó un huerto hacia el oriente, en Edén(J), y puso allí al hombre que había formado. El Señor Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer(K). Asimismo, en medio del huerto, hizo brotar el árbol de la vida y el árbol del conocimiento[k] del bien y del mal(L).

10 Del Edén salía un río(M) para regar el huerto, y de allí se dividía y se convertía en otros cuatro ríos[l]. 11 El nombre del primero es Pisón. Este es el que rodea toda la tierra de Havila(N), donde hay oro. 12 El oro de aquella tierra es bueno; allí hay bedelio y ónice. 13 El nombre del segundo río es Gihón. Este es el que rodea la tierra de Cus. 14 El nombre del tercer río es Tigris[m](O). Este es el que corre[n] al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Éufrates[o](P).

15 El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén para que lo cultivara y lo cuidara. 16 Y el Señor Dios ordenó al hombre: «De todo árbol del huerto podrás comer(Q), 17 pero del árbol del conocimiento[p] del bien y del mal no comerás[q], porque el día que de él comas, ciertamente morirás(R)».

Formación de la mujer

18 Entonces el Señor Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda adecuada[r](S)». 19 Y el Señor Dios formó de la tierra todo animal del campo y toda ave del cielo(T), y los trajo al hombre(U) para ver cómo los llamaría. Como el hombre llamó a cada ser viviente, ese fue su nombre. 20 El hombre puso nombre a todo ganado y a las aves del cielo y a todo animal del campo, pero para Adán[s] no se encontró una ayuda que fuera adecuada para él[t](V). 21 Entonces el Señor Dios hizo caer un sueño profundo(W) sobre el hombre, y este se durmió. Y Dios tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar. 22 De la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre(X), formó[u] una mujer y la trajo al hombre. 23 Y el hombre dijo:

«Esta es ahora hueso de mis huesos,
Y carne de mi carne(Y).
Ella[v] será llamada mujer[w],
Porque del hombre[x] fue tomada».

24 Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne(Z). 25 Ambos estaban desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban(AA).

Mateo 2

Visita de los sabios

Después de nacer Jesús(A) en Belén de Judea, en tiempos[a] del rey Herodes(B), unos sabios[b][c] del oriente llegaron a Jerusalén, preguntando: «¿Dónde está el Rey de los judíos(C) que ha nacido? Porque vimos Su estrella en el oriente(D) y lo hemos venido a adorar». Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él. Entonces, el rey reunió a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, y averiguó de ellos dónde había de nacer el Cristo. Y ellos le dijeron: «En Belén de Judea(E), porque así está escrito por el[d] profeta:

“Y , Belén(F), tierra de Judá,
De ningún modo eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un Gobernante
Que pastoreará(G) a Mi pueblo Israel”».

Entonces Herodes llamó a los sabios en secreto y de ellos determinó el tiempo exacto en que había aparecido la estrella(H). Y enviándolos a Belén, dijo: «Vayan y busquen con diligencia al Niño; y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya y lo adore».

Después de oír al rey, los sabios se fueron; y la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre el lugar donde estaba el Niño. 10 Cuando vieron la estrella, se regocijaron mucho con gran alegría. 11 Entrando en la casa, vieron al Niño con Su madre María(I), y postrándose lo adoraron(J); y abriendo sus tesoros le presentaron obsequios de oro, incienso y mirra. 12 Y habiendo sido advertidos por Dios en sueños(K) que no volvieran a Herodes, se fueron para su tierra por otro camino.

Huida a Egipto

13 Después de haberse marchado ellos, un[e] ángel del Señor(L) se apareció* a José en sueños, diciendo: «Levántate, toma al Niño y a Su madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te diga; porque Herodes quiere buscar y matar al Niño[f]».

14 Y levantándose José, tomó de noche al Niño y a Su madre, y se trasladó a Egipto; 15 estuvo allá hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor habló por medio del profeta, diciendo: «De Egipto llamé a Mi Hijo(M)».

La matanza de los niños

16 Herodes, al verse burlado por los sabios, se enfureció en gran manera, y mandó matar a todos los niños que había en Belén y en todos sus alrededores, de dos años para abajo, según el tiempo que había averiguado de los sabios(N). 17 Entonces se cumplió lo que fue dicho por medio del profeta Jeremías, cuando dijo:

18 «Se oyó una voz en Ramá,
Llanto y gran lamentación;
Raquel que llora a sus hijos,
Y que no quiso ser consolada
Porque ya no existen(O)».

Regreso a Nazaret

19 Pero cuando murió Herodes, un ángel del Señor se apareció* en sueños(P) a José en Egipto, diciéndole: 20 «Levántate, toma al Niño y a Su madre y vete a la tierra de Israel, porque los que atentaban contra[g] la vida del Niño han muerto».

21 Y levantándose, José tomó al Niño y a Su madre, y vino a la tierra de Israel. 22 Pero cuando oyó que Arquelao reinaba sobre Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá; y advertido por Dios en sueños(Q), se fue para la región de Galilea. 23 Cuando llegó, vivió en una ciudad llamada Nazaret(R), para que se cumpliera lo que fue dicho por medio de los profetas: «Él será llamado Nazareno(S)».

Esdras 2

Los que volvieron con Zorobabel

(A)Estos son los hijos de la provincia que subieron de la cautividad, de los desterrados que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado cautivos a Babilonia y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad, los cuales vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvai, Rehum y Baana.

El número de hombres del pueblo de Israel: los hijos de Paros, 2,172; los hijos de Sefatías, 372; los hijos de Ara(B), 775; los hijos de Pahat Moab, de los hijos de Jesúa y de Joab(C), 2,812; los hijos de Elam, 1,254; los hijos de Zatu, 945; los hijos de Zacai, 760; 10 los hijos de Bani, 642; 11 los hijos de Bebai, 623; 12 los hijos de Azgad, 1,222; 13 los hijos de Adonicam(D), 666; 14 los hijos de Bigvai, 2,056; 15 los hijos de Adín, 454; 16 los hijos de Ater, de Ezequías, 98; 17 los hijos de Bezai, 323; 18 los hijos de Jora, 112; 19 los hijos de Hasum, 223; 20 los hijos de Gibar, 95; 21 los hombres[a] de Belén(E), 123; 22 los hombres de Netofa, 56; 23 los hombres de Anatot, 128; 24 los hijos de Azmavet, 42; 25 los hijos de Quiriat Jearim, Cafira y Beerot, 743; 26 los hijos de Ramá(F) y Geba, 621; 27 los hombres de Micmas, 122; 28 los hombres de Betel[b] y Hai, 223; 29 los hijos de Nebo, 52; 30 los hijos de Magbis, 156; 31 los hijos del otro Elam, 1,254; 32 los hijos de Harim, 320; 33 los hijos de Lod, Hadid y Ono, 725; 34 los hombres de Jericó(G), 345; 35 los hijos de Senaa, 3,630.

36 Los sacerdotes: los hijos de Jedaías(H), de la casa de Jesúa, 973; 37 los hijos de Imer(I), 1,052; 38 los hijos de Pasur(J), 1,247; 39 los hijos de Harim(K), 1,017.

40 Los levitas: los hijos de Jesúa y de Cadmiel, de los hijos de Hodavías, 74. 41 Los cantores: los hijos de Asaf, 128. 42 Los hijos de los porteros: los hijos de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los hijos de Hatita, los hijos de Sobai, en total 139.

43 Los sirvientes del templo(L): los hijos de Ziha, los hijos de Hasufa, los hijos de Tabaot, 44 los hijos de Queros, los hijos de Siaha, los hijos de Padón, 45 los hijos de Lebana, los hijos de Hagaba, los hijos de Acub, 46 los hijos de Hagab, los hijos de Salmai, los hijos de Hanán, 47 los hijos de Gidel, los hijos de Gahar, los hijos de Reaía, 48 los hijos de Rezín, los hijos de Necoda, los hijos de Gazam, 49 los hijos de Uza, los hijos de Paseah, los hijos de Besai, 50 los hijos de Asena, los hijos de Mehunim, los hijos de Nefusim, 51 los hijos de Bacbuc, los hijos de Hacufa, los hijos de Harhur, 52 los hijos de Bazlut, los hijos de Mehída, los hijos de Harsa, 53 los hijos de Barcos, los hijos de Sísara, los hijos de Tema, 54 los hijos de Nezía, los hijos de Hatifa.

55 Los hijos de los siervos de Salomón(M): los hijos de Sotai, los hijos de Soferet, los hijos de Peruda, 56 los hijos de Jaala, los hijos de Darcón, los hijos de Gidel, 57 los hijos de Sefatías, los hijos de Hatil, los hijos de Poqueret Hazebaim, los hijos de Ami. 58 El total de los sirvientes del templo y de los hijos de los siervos de Salomón, era de 392.

59 Y estos fueron los que subieron de Tel Mela, Tel Harsa, Querub, Addán e Imer, aunque no pudieron demostrar si sus casas paternas o su descendencia eran de Israel: 60 los hijos de Delaía, los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, 652.

61 De los hijos de los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos, los hijos de Barzilai, que había tomado por mujer a una de las hijas de Barzilai el galaadita(N), con cuyo nombre fue llamado. 62 Estos buscaron en su registro de genealogías, pero no se hallaron, y fueron considerados inmundos y excluidos del sacerdocio(O). 63 El gobernador[c] les dijo que no comieran de las cosas santísimas(P) hasta que un sacerdote se levantara con Urim y Tumim(Q).

64 Toda la asamblea reunida era de 42,360, 65 sin contar sus siervos y siervas, que eran 7,337; y tenían 200 cantores y cantoras(R). 66 Sus caballos eran 736; sus mulos, 245; 67 sus camellos, 435; sus asnos, 6,720.

68 Cuando algunos de los jefes de casas paternas llegaron a la casa del Señor que está en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias en la casa de Dios para reedificarla sobre sus mismos cimientos. 69 Según sus medios dieron al tesoro para la obra 61,000 dracmas (518.5 kilos) de oro, 5,000 minas (2,850 kilos) de plata(S) y 100 túnicas sacerdotales.

70 Los sacerdotes y los levitas, algunos del pueblo, los cantores, los porteros y los sirvientes del templo habitaban en sus ciudades, y el resto de Israel en sus ciudades(T).

Hechos 2

La venida del Espíritu Santo

Cuando llegó[a] el día de Pentecostés(A), estaban todos juntos en un mismo lugar, y de repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que[b] llenó toda la casa donde estaban sentados(B). Se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose[c], se posaron[d] sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo(C) y comenzaron a hablar en otras lenguas(D), según el Espíritu les daba habilidad para expresarse.

Había judíos que moraban en Jerusalén, hombres piadosos(E), procedentes de todas las naciones bajo el cielo. Al ocurrir este estruendo(F), la multitud se juntó; y estaban desconcertados porque cada uno los oía hablar en su propia lengua[e].

Estaban asombrados y se maravillaban(G), diciendo: «Miren, ¿no son galileos(H) todos estos que están hablando? ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua[f] en la que hemos nacido? Partos, medos y elamitas, habitantes de Mesopotamia, Judea y Capadocia, del Ponto(I) y de Asia[g](J), 10 de Frigia(K) y de Panfilia(L), de Egipto y de las regiones de Libia alrededor de Cirene(M), viajeros(N) de Roma, tanto judíos como prosélitos[h](O), 11 cretenses y árabes, los oímos hablar en nuestros propios idiomas de las maravillas de Dios».

12 Todos estaban asombrados y perplejos(P), diciéndose unos a otros: «¿Qué quiere decir esto?». 13 Pero otros se burlaban y decían: «Están borrachos[i](Q)».

Primer sermón de Pedro

14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once apóstoles(R), alzó la voz y les declaró: «Hombres de Judea y todos los que viven en Jerusalén, sea esto de su conocimiento y presten atención a mis palabras. 15 Porque estos no están borrachos como ustedes suponen, pues apenas es la hora tercera[j](S); 16 sino que esto es lo que fue dicho por medio del profeta Joel:

17 (T)Y sucederá en los últimos días”, dice Dios,
Que derramaré de Mi Espíritu sobre toda carne;
Y sus hijos y sus hijas profetizarán,
Sus jóvenes verán visiones,
Y sus ancianos soñarán sueños;
18 Y aun sobre Mis siervos y sobre Mis siervas
Derramaré de Mi Espíritu en esos días,
Y profetizarán.
19 -”Y mostraré prodigios arriba en el cielo
Y señales abajo en la tierra:
Sangre, fuego y columna[k] de humo.
20 -”El sol se convertirá en tinieblas
Y la luna en sangre,
Antes que venga el día grande y glorioso[l] del Señor.
21 -”Y sucederá[m] que todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo(U)”.

22 »Hombres de Israel, escuchen estas palabras: Jesús el Nazareno(V), varón confirmado[n] por Dios entre ustedes con milagros[o], prodigios y señales[p](W) que Dios hizo en medio de ustedes a través de Él(X), tal como ustedes mismos saben. 23 Este fue entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento[q] de Dios(Y), y ustedes lo clavaron en una cruz por manos de impíos[r] y lo mataron(Z). 24 Pero Dios lo resucitó(AA), poniendo fin a la agonía de la muerte, puesto que no era posible que Él quedara bajo el dominio de ella(AB). 25 Porque David dice de Él:

(AC)Veía siempre al Señor en mi presencia;
Pues está a mi diestra para que yo no sea sacudido.
26 -”Por lo cual mi corazón se alegró y mi lengua se regocijó;
Y aun hasta mi carne descansará en esperanza;
27 Pues Tú no abandonarás mi alma en el Hades[s](AD),
Ni permitirás[t] que Tu Santo vea corrupción(AE).
28 -”Me has hecho conocer los caminos de la vida;
Me llenarás de gozo con Tu presencia”.

29 »Hermanos[u], del patriarca(AF) David les puedo decir con franqueza que murió y fue sepultado(AG), y su sepulcro(AH) está entre nosotros hasta el día de hoy. 30 Pero siendo profeta(AI), y sabiendo que Dios le había jurado sentar a uno de sus descendientes[v] en su trono(AJ), 31 miró hacia el futuro y habló de la resurrección de Cristo[w], que ni fue abandonado en el Hades[x], ni Su carne sufrió[y] corrupción(AK).

32 »A este Jesús resucitó Dios(AL), de lo cual todos nosotros somos testigos(AM). 33 Así que, exaltado a[z] la diestra de Dios(AN), y habiendo recibido del Padre la promesa(AO) del Espíritu Santo(AP), ha derramado(AQ) esto que ustedes ven y oyen. 34 Porque David no ascendió a los cielos, pero él mismo dice:

(AR)Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a Mi diestra,
35 Hasta que ponga a Tus enemigos por estrado de Tus pies’”.

36 Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel(AS), que a este Jesús a quien ustedes crucificaron(AT), Dios lo ha hecho Señor y Cristo[aa](AU)».

Efectos del sermón de Pedro

37 Al oír esto, conmovidos profundamente[ab], dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: «Hermanos[ac], ¿qué haremos(AV)?». 38 Entonces Pedro les dijo: «Arrepiéntanse(AW) y sean bautizados(AX) cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo. 39 Porque la promesa es para ustedes y para sus hijos(AY) y para todos los que están lejos(AZ), para tantos como el Señor nuestro Dios llame».

40 Y Pedro, con muchas otras palabras testificaba(BA) solemnemente y les exhortaba diciendo: «Sean salvos de esta perversa generación(BB)». 41 Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como 3,000 almas[ad](BC). 42 Y se dedicaban continuamente(BD) a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan(BE) y a la oración[ae](BF).

Comunión de los creyentes

43 Sobrevino temor a toda persona; y muchos prodigios y señales[af](BG) se hacían por los apóstoles[ag]. 44 Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común(BH); 45 vendían sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos(BI), según la necesidad de cada uno. 46 Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan(BJ) en los hogares(BK), comían juntos[ah] con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo(BL). Y el Señor añadía cada día al número(BM) de ellos los que iban siendo salvos(BN).

Nueva Biblia de las Américas (NBLA)

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