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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
La Palabra (España) (BLP)
Version
2 Samuel 3

La guerra entre las familias de Saúl y David se prolongó; pero mientras David se hacía cada día más fuerte, la familia de Saúl se iba debilitando.

Hijos de David en Hebrón

Los hijos que David tuvo en Hebrón fueron: Amnón, su primogénito, de Ajinoán, la de Jezrael; el segundo, Quilab, de Abigail, la mujer de Nabal, el de Carmel; el tercero, Absalón, hijo de Maacá, la hija de Tolmay, rey de Guesur; el cuarto, Adonías, hijo de Jaguit; el quinto, Sefatías, hijo de Abital; y el sexto Jitreán, de Eglá, la mujer de David. Todos estos fueron los hijos que le nacieron a David en Hebrón.

Negociaciones y asesinato de Abner

Mientras duró la guerra entre las familias de Saúl y de David, Abner fue afianzando su posición entre la familia de Saúl.

Saúl había tenido una concubina, llamada Rispá, hija de Ayá. E Isbóset preguntó a Abner:

— ¿Por qué te has acostado con la concubina de mi padre? Abner se enfadó mucho por aquella pregunta de Isbóset y le contestó:

— ¿Acaso me tomas por un perro judaíta? He trabajado fielmente con la casa de Saúl, tu padre, con sus hermanos y amigos, y no te he entregado en poder de David, ¿y ahora me echas en cara un delito con esa mujer? Pues que Dios me castigue, si no hago que se cumpla lo que el Señor juró a David: 10 arrebatar la realeza a la familia de Saúl y consolidar el trono de David sobre Israel y Judá, desde Dan hasta Berseba.

11 Isbóset fue incapaz de responderle nada a Abner, porque le tenía miedo. 12 Entonces Abner envió unos mensajeros a proponer en su nombre a David:

— ¿De quién es el país? Haz un pacto conmigo y yo te ayudaré a poner a todo Israel de tu parte.

13 David respondió:

— Está bien. Haré un pacto contigo. Sólo te pongo una condición: no te recibiré si, cuando vengas a verme, no me traes a Mical, la hija de Saúl. 14 David, además, envió mensajeros a decir a Isbóset, el hijo de Saúl:

— Devuélveme a mi mujer Mical, con la que me casé a cambio de cien prepucios de filisteos.

15 Entonces Isbóset mandó quitársela a su marido Paltiel, hijo de Lais. 16 Su marido salió con ella y fue llorando detrás hasta Bajurín. Abner le dijo:

— Anda, vuélvete ya.

Y él se volvió.

17 Abner habló con los ancianos de Israel y les dijo:

— Desde hace algún tiempo estáis intentando que David sea vuestro rey. 18 Pues ahora podéis conseguirlo, porque el Señor ha dicho a propósito de David: “Por medio de mi siervo David salvaré a mi pueblo Israel del poder de los filisteos y de todos sus enemigos”.

19 Abner habló también con los de Benjamín y luego fue a Hebrón a comunicarle a David el parecer de Israel y de Benjamín. 20 Cuando Abner, escoltado por veinte hombres, llegó a Hebrón para hablar con David, este les ofreció un banquete a él y a sus acompañantes. 21 Luego Abner dijo a David:

— Ahora me iré a reunir a todo Israel ante el rey, mi señor, para que hagan un pacto contigo y puedas ser rey, como deseas.

David despidió a Abner y él se marchó en paz.

22 Los soldados de David venían con Joab de una expedición, trayendo consigo un gran botín. Abner ya no estaba con David en Hebrón, pues lo había despedido y se había marchado en paz. 23 Cuando llegaron Joab y la tropa que lo acompañaba, les contaron que Abner, el hijo de Ner, había venido a ver al rey y que este lo había despedido y le había dejado irse en paz. 24 Entonces Joab se presentó al rey y le dijo:

— ¿Qué has hecho? Resulta que Abner viene a ti, ¡y tú lo dejas marchar tan tranquilo! 25 ¿Acaso no sabes que Abner, el hijo de Ner, ha venido para engañarte, para espiar tus movimientos y para conocer todo lo que haces?

26 Cuando Joab salió de hablar con David, envió unos mensajeros tras Abner, que lo hicieron volver desde el pozo de Sirá, sin que David se enterara. 27 Cuando Abner volvió a Hebrón, Joab se lo llevó aparte, junto a la puerta de la ciudad, como para hablar con él en privado, y allí mismo lo hirió en el vientre y lo mató para vengar a su hermano Asael. 28 Inmediatamente después, David se enteró y dijo:

— ¡Yo y mi reino somos inocentes ante el Señor y para siempre de la sangre de Abner, el hijo de Ner! 29 ¡Que la culpa recaiga sobre la cabeza de Joab y sobre toda su familia! ¡Que nunca falten en su casa quienes padezcan flujos de sangre o lepra, quienes manejen el huso, quienes mueran a espada o carezcan de alimento!

30 Joab y su hermano Abisay habían matado a Abner, porque este les había matado a su hermano en la batalla de Gabaón.

31 David ordenó a Joab y a todos sus acompañantes:

— Rasgaos las vestiduras, vestíos con sacos y haced duelo por Abner.

El rey David iba detrás del féretro. 32 Cuando enterraron a Abner en Hebrón, el rey se puso a gritar y a llorar junto a la tumba de Abner, y también lloró todo el pueblo. 33 Entonces el rey entonó esta elegía por Abner:

¿Tenías que morir, Abner,
de una muerte tan infame?
34 Tus manos estaban libres
y en tus pies no había cadenas.
Caíste como quien cae
a manos de criminales.

Y todo el pueblo siguió llorando por él.

35 Luego se allegaron a David para hacerle comer algo mientras aún fuese de día. Pero David hizo este juramento:

— ¡Que Dios me castigue, si antes de ponerse el sol pruebo pan o alguna otra cosa!

36 Cuando la gente se enteró, a todos les pareció bien, como todo lo que hacía el rey. 37 Y aquel día todo el pueblo y todo Israel quedaron convencidos de que el rey no había tenido nada que ver en el asesinato de Abner, el hijo de Ner. 38 El rey dijo a sus servidores:

— Habréis de saber que hoy ha caído en Israel un gran jefe. 39 Yo hoy me siento débil, aunque sea el rey ungido, y esa gente, los hijos de Seruyá, son más fuertes que yo. ¡Que el Señor les dé su merecido por su maldad!

1 Corintios 14

Los dones del Espíritu y el provecho de la comunidad

14 Buscad, pues, sin descanso el amor y ambicionad también los dones del Espíritu, pero sobre todo el don de comunicar mensajes de parte de Dios. Pues quien habla un lenguaje misterioso se dirige a Dios, pero no a los seres humanos; impulsado por el Espíritu, habla de cosas misteriosas que nadie entiende. En cambio, el que comunica mensajes de parte de Dios, se dirige a los seres humanos, les sirve de provecho espiritual, los anima y los consuela. El que posee el don de hablar un lenguaje misterioso se beneficia a sí mismo, mientras que quien tiene el don de comunicar mensajes divinos, contribuye al provecho espiritual de la Iglesia. Me gustaría que todos disfrutaseis de ese don de hablar un lenguaje misterioso; sin embargo, prefiero que tengáis el de comunicar mensajes de parte de Dios. Y es que para el provecho espiritual de la Iglesia, es más útil el que comunica mensajes que quien habla un lenguaje misterioso, a no ser que alguien interprete ese lenguaje misterioso.

En concreto, hermanos, suponed que yo os visito y que me dirijo a vosotros utilizando ese lenguaje misterioso. ¿De qué os aprovecharía si no os comunicase alguna revelación, algún conocimiento, algún mensaje o alguna enseñanza? Tenéis el caso de los instrumentos musicales, la flauta o el arpa, por ejemplo. Si no emiten clara y distintamente los sonidos, ¿cómo saber si es la flauta o el arpa lo que suena? Y si el toque de la trompeta llega de forma irreconocible, ¿quién va a prepararse para la batalla? Pues lo mismo vosotros: si os expresáis en un lenguaje misterioso en lugar de usar palabras inteligibles, ¿quién entendería lo que decís? ¡Estaréis hablando a las paredes!

10 En el mundo hay infinidad de idiomas, y cada uno tiene su forma particular. 11 Pero si desconozco la forma de un idioma, seré un extranjero para quien quiera hablar conmigo, y él lo será para mí. 12 Pues lo mismo vosotros: ya que tanto ambicionáis los dones del Espíritu, procurad, al menos, poseer en abundancia los que contribuyan al provecho espiritual de la Iglesia.

13 Concluyendo: el que posea el don de hablar en un lenguaje misterioso, pídale a Dios el don de interpretarlo. 14 Porque si estoy orando en ese lenguaje misterioso, mi espíritu ora ciertamente, pero mi mente no recibe fruto alguno. 15 ¿Qué hacer entonces? Trataré de orar impulsado por el Espíritu, pero intentando comprender lo que digo; trataré de cantar impulsado por el Espíritu, pero intentando entender lo que canto. 16 Supongamos que, impulsado por el Espíritu, prorrumpes en una alabanza a Dios; ¿cómo podrá responder “Amén” a tu acción de gracias el simple fiel, si no sabe lo que has dicho? 17 Habrás pronunciado una magnífica acción de gracias, inútil, sin embargo, para el provecho espiritual del que te escucha. 18 Yo, por mi parte, le agradezco a Dios el poder hablar ese lenguaje misterioso mejor que cualquiera de vosotros. 19 Con todo, cuando nos reunimos en asamblea, prefiero decir cinco palabras inteligibles e instructivas, a pronunciar diez mil en un lenguaje ininteligible.

20 Hermanos, no os comportéis como niños al razonar. Tened, sí, la inocencia del niño en lo que atañe al mal; pero, en cuanto a vuestros razonamientos, sed personas hechas y derechas. 21 Está escrito en la ley: En otros idiomas y por boca de extranjeros hablaré a este pueblo, y ni siquiera así me escucharán, dice el Señor. 22 El don, pues, de hablar un lenguaje misterioso tiene carácter de signo para los incrédulos, no para los creyentes. En cambio, el don de comunicar mensajes de parte de Dios está destinado a los creyentes, más bien que a los incrédulos. 23 Supongamos que toda la comunidad de creyentes se reúne en asamblea y que todos se expresan en ese lenguaje misterioso. Si en ese momento entra un simple fiel o un no creyente, pensará que estáis locos. 24 Por el contrario, si ese simple fiel o ese no creyente entra mientras todos están comunicándose mensajes de parte de Dios, es muy posible que entre todos le hagan recapacitar y reconocer sus pecados, 25 dejando al descubierto sus más íntimos secretos. Caerá entonces de rodillas y adorará a Dios, proclamando que Dios se encuentra verdaderamente entre vosotros.

Normas prácticas para el buen funcionamiento de la asamblea

26 Concretando, hermanos: cuando os reunís, no hay inconveniente en que uno cante, otro enseñe, otro comunique una revelación, otro hable un lenguaje misterioso, otro, en fin, interprete ese lenguaje. Pero que todo se encamine al provecho espiritual. 27 Si se trata de hablar un lenguaje misterioso, que lo hagan dos o, a lo sumo, tres; y, además, por turno y contando con alguien que interprete lo que dicen. 28 Si no hay tal intérprete, guárdese silencio en la asamblea y hable cada uno consigo mismo y con Dios.

29 En cuanto a los que comunican mensajes de parte Dios, que hablen dos o tres, y los demás limítense a dar su parecer. 30 Pero si uno de los asistentes recibe mientras tanto una revelación, deberá callarse el que está hablando. 31 Todos podéis, con tal que lo hagáis por turno, comunicar los mensajes recibidos de Dios, para que todos aprendan y sean exhortados. 32 Por lo demás, el don de comunicar estos mensajes divinos debe estar controlado por los que tienen ese don, 33 pues no quiere Dios el desorden, sino la paz.

Como es costumbre en las demás comunidades cristianas, 34 las mujeres deben guardar silencio en la asamblea; no les está, pues, permitido tomar la palabra, sino que deben mostrar el debido respeto, como manda la ley. 35 Si desean saber algo, que se lo pregunten en casa a sus maridos, porque no está bien que la mujer hable en la asamblea.

36 Tened en cuenta que no partió de vosotros la palabra de Dios, ni sois vosotros los únicos en haberla recibido. 37 Quien presuma de recibir mensajes de parte de Dios o de ser persona animada por el Espíritu, deberá reconocer que esto que os escribo es mandato del Señor. 38 Y si no lo reconoce, que no se haga ilusiones de ser él reconocido.

39 En una palabra, hermanos: ambicionad el don de comunicar mensajes de parte Dios, aunque sin cerrar el paso a quienes hablan un lenguaje misterioso. 40 En cualquier caso, hacedlo todo de forma conveniente y ordenada.

Ezequiel 12

Predicción del cautiverio

12 El Señor me dirigió la palabra:

— Hijo de hombre, vives entre ciudadanos rebeldes que tienen ojos pero no ven, y oídos pero no oyen; son realmente rebeldes. Así pues, hijo de hombre, prepárate un equipo de deportado y sal como deportado en pleno día, a la vista de todos. Abandona tu residencia y ve a otra residencia a la vista de todos, como un deportado; tal vez así se den cuenta de que son ciudadanos rebeldes. Sacarás tu equipo de deportado en pleno día, a la vista de todos, pero tú saldrás por la tarde, como salen los deportados. Haz un agujero en la pared a la vista de todos, y sal por él. Te echarás el equipo al hombro, a la vista de todos, y saldrás cuando haya anochecido, con la cara cubierta para no ver la tierra, pues te he convertido en un símbolo para Israel.

Yo hice como se me había ordenado: saqué mi equipo de día, como si fuera el de un deportado; por la tarde practiqué un agujero en la pared y salí con mi equipo al hombro cuando ya había anochecido, a la vista de todos. Por la mañana el Señor me dirigió la palabra:

Hijo de hombre, ¿no te han preguntado los israelitas, esa gente rebelde, qué es lo que haces? Si lo hacen, 10 les dirás: “Esto dice el Señor Dios: Este oráculo se refiere a Jerusalén y a todos los israelitas que viven allí”. 11 Y añadirás: “Yo soy un símbolo para vosotros”. Tendrán, pues, que hacer lo mismo que he hecho yo; marcharán deportados al destierro. 12 Hasta el príncipe que vive con ellos tendrá que cargar su equipo al hombro cuando haya anochecido; practicarán un agujero en la pared para que pueda salir por él, y saldrá con la cara cubierta para no ver la tierra. 13 Extenderé mi red a su paso para que caiga en mi trampa; después lo llevaré a Babilonia, la tierra de los caldeos, donde morirá sin poder verla. 14 Dispersaré a los cuatro vientos a sus ayudas de cámara y a todo su séquito, y desenvainaré la espada en pos de ellos. 15 Así, cuando los disperse por las naciones paganas y los disemine por otras tierras, reconocerán que yo soy el Señor. 16 Pero dejaré a algunos de ellos, que escaparán a la espada, al hambre y a la peste; de ese modo podrán contar en las naciones adonde vayan las abominaciones que habéis cometido, y así reconocerán que yo soy el Señor.

Un signo complementario

17 El Señor me dirigió la palabra:

18 — Hijo de hombre, cuando comas, lo harás atemorizado, y cuando bebas, estarás inquieto y angustiado. 19 Dirás a la gente del país: Esto dice el Señor Dios con respecto a los habitantes de Jerusalén, a los que viven en la tierra de Israel: Cuando coman, lo harán atemorizados; y cuando beban, estarán asustados, pues su tierra quedará devastada, vacía de cuanto contiene, por culpa de la violencia de sus habitantes. 20 Las ciudades habitadas quedarán en ruinas, y la tierra será pura desolación; así reconoceréis que yo soy el Señor.

Falsedad de algunos dichos populares

21 El Señor me dirigió la palabra:

22 — Hijo de hombre, ¿qué dicho es ese que utilizáis referente a la tierra de Israel, cuando decís: “Pasan los días y las visiones no se cumplen”? 23 Pues les dirás lo siguiente: Esto dice el Señor Dios: Voy a poner fin a este dicho; ya no volverá a ser pronunciado en Israel. Y les dirás además: “Los días ya están cerca, y con ellos el contenido de cada visión”. 24 Ya no habrá visiones falsas ni presagios engañosos en la comunidad de Israel. 25 Yo soy el Señor, quien habla, y lo que hablo se cumplirá sin dilación. Y precisamente en vuestros días, casa rebelde, pronunciaré una palabra y haré que se cumpla —oráculo del Señor Dios—.

26 El Señor me dirigió la palabra:

27 — Hijo de hombre, ahí tienes a la comunidad de Israel, que anda diciendo: “La visión de este va para largo, profetiza para un tiempo aún lejano”. 28 Diles lo siguiente: Esto dice el Señor Dios: No volverán a retrasarse mis palabras; todo lo que yo diga, se cumplirá —oráculo del Señor Dios—.

Salmos 51

Salmo 51 (50)

Dios, apiádate de mí

51 Al maestro del coro. Salmo de David. Cuando, tras haber mantenido relaciones con Betsabé, lo visitó el profeta Natán.

Apiádate de mí, oh Dios, por tu amor,
por tu gran compasión borra mi falta;
límpiame por entero de mi culpa,
purifícame de mis pecados.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, sólo contra ti pequé,
yo hice lo que tú aborreces;
así que serás justo en tu sentencia,
serás irreprochable cuando juzgues.
Yo, en la culpa fui engendrado,
en pecado me concibió mi madre.
Tú amas la verdad en lo más íntimo,
la sabiduría me muestras en lo oculto.
Rocíame con hisopo y quedaré purificado,
límpiame y seré más blanco que la nieve.
10 Déjame sentir la alegría y el regocijo;
que se gocen los huesos que dañaste.
11 Aparta tu rostro de mis pecados,
borra tú todas mis culpas.
12 Crea en mí, oh Dios, un corazón puro,
renueva en mi interior un espíritu firme.
13 No me alejes de tu presencia,
no apartes de mí tu santo espíritu.
14 Devuélveme el gozo de tu salvación,
que un espíritu generoso me sostenga.
15 Yo enseñaré tus sendas a los malvados
y los pecadores regresarán a ti.
16 Líbrame de verter sangre,
oh Dios, Dios que me salvas,
y mi lengua cantará tu justicia.
17 Señor, abre mis labios
y mi boca pregonará tu alabanza.
18 No te satisfacen los sacrificios,
si te ofrezco un holocausto no lo quieres.
19 El sacrificio a Dios es un espíritu apenado,
tú, Dios, no rechazas el corazón dolorido y humilde.
20 Favorece complacido a Sión,
reconstruye los muros de Jerusalén;
21 entonces te agradarán los sacrificios justos,
los holocaustos y el sacrificio perfecto,
entonces sobre tu altar te ofrecerán novillos.

La Palabra (España) (BLP)

La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España