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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina-Valera Antigua (RVA)
Version
Números 34

34 Y JEHOVA habló á Moisés, diciendo:

Manda á los hijos de Israel, y diles: Cuando hubiereis entrado en la tierra de Canaán, es á saber, la tierra que os ha de caer en heredad, la tierra de Canaán según sus términos;

Tendréis el lado del mediodía desde el desierto de Zin hasta los términos de Edom; y os será el término del mediodía al extremo del mar salado hacia el oriente:

Y este término os irá rodeando desde el mediodía hasta la subida de Acrabbim, y pasará hasta Zin; y sus salidas serán del mediodía á Cades-barnea; y saldrá á Hasar-addar, y pasará hasta Asmón;

Y rodeará este término, desde Asmón hasta el torrente de Egipto, y sus remates serán al occidente.

Y el término occidental os será la gran mar: este término os será el término occidental.

Y el término del norte será este: desde la gran mar os señalaréis el monte de Hor;

Del monte de Hor señalaréis á la entrada de Hamath, y serán las salidas de aquel término á Sedad;

Y saldrá este término á Ziphón, y serán sus remates en Hasar-enán: este os será el término del norte.

10 Y por término al oriente os señalaréis desde Hasar-enán hasta Sepham;

11 Y bajará este término desde Sepham á Ribla, al oriente de Ain: y descenderá el término, y llegará á la costa de la mar de Cinnereth al oriente;

12 Después descenderá este término al Jordán, y serán sus salidas al mar Salado: esta será vuestra tierra: por sus términos alrededor.

13 Y mandó Moisés á los hijos de Israel, diciendo: Esta es la tierra que heredaréis por suerte, la cual mandó Jehová que diese á las nueve tribus, y á la media tribu:

14 Porque la tribu de los hijos de Rubén según las casas de sus padres, y la tribu de los hijos de Gad según las casas de sus padres, y la media tribu de Manasés, han tomado su herencia:

15 Dos tribus y media tomaron su heredad de esta parte del Jordán de Jericó al oriente, al nacimiento del sol.

16 Y habló Jehová á Moisés, diciendo:

17 Estos son los nombres de los varones que os aposesionarán la tierra: Eleazar el sacerdote, y Josué hijo de Nun.

18 Tomaréis también de cada tribu un príncipe, para dar la posesión de la tierra.

19 Y estos son los nombres de los varones: De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jephone.

20 Y de la tribu de los hijos de Simeón, Samuel hijo de Ammiud.

21 De la tribu de Benjamín; Elidad hijo de Chislón.

22 Y de la tribu de los hijos de Dan, el príncipe Bucci hijo de Jogli.

23 De los hijos de José: de la tribu de los hijos de Manasés, el príncipe Haniel hijo de Ephod.

24 Y de la tribu de los hijos de Ephraim, el príncipe Chêmuel hijo de Siphtán.

25 Y de la tribu de los hijos de Zabulón, el príncipe Elisaphán hijo de Pharnach.

26 Y de la tribu de los hijos de Issachâr, el príncipe Paltiel hijo de Azan.

27 Y de la tribu de los hijos de Aser, el príncipe Ahiud hijo de Selomi.

28 Y de la tribu de los hijos de Nephtalí, el príncipe Pedael hijo de Ammiud.

29 Estos son á los que mandó Jehová que hiciesen la partición de la herencia á los hijos de Israel en la tierra de Canaán.

Salmos 78:38-72

38 Empero él misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía: Y abundó para apartar su ira, Y no despertó todo su enojo.

39 Y acordóse que eran carne; Soplo que va y no vuelve.

40 Cuántas veces lo ensañaron en el desierto, Lo enojaron en la soledad!

41 Y volvían, y tentaban á Dios, Y ponían límite al Santo de Israel.

42 No se acordaron de su mano, Del día que los redimió de angustia;

43 Cuando puso en Egipto sus señales, Y sus maravillas en el campo de Zoán;

44 Y volvió sus ríos en sangre, Y sus corrientes, porque no bebiesen.

45 Envió entre ellos una mistura de moscas que los comían, Y ranas que los destruyeron.

46 Dió también al pulgón sus frutos, Y sus trabajos á la langosta.

47 Sus viñas destruyó con granizo, Y sus higuerales con piedra;

48 Y entregó al pedrisco sus bestias, Y al fuego sus ganados.

49 Envió sobre ellos el furor de su saña, Ira y enojo y angustia, Con misión de malos ángeles.

50 Dispuso el camino á su furor; No eximió la vida de ellos de la muerte, Sino que entregó su vida á la mortandad.

51 E hirió á todo primogénito en Egipto, Las primicias de las fuerzas en las tiendas de Châm.

52 Empero hizo salir á su pueblo como ovejas, Y llevólos por el desierto, como un rebaño.

53 Y guiólos con seguridad, que no tuvieron miedo; Y la mar cubrió á sus enemigos.

54 Metiólos después en los términos de su santuario, En este monte que ganó su mano derecha.

55 Y echó las gentes de delante de ellos, Y repartióles una herencia con cuerdas; E hizo habitar en sus moradas á las tribus de Israel.

56 Mas tentaron y enojaron al Dios Altísimo, Y no guardaron sus testimonios;

57 Sino que se volvieron, y se rebelaron como sus padres: Volviéronse como arco engañoso.

58 Y enojáronlo con sus altos, Y provocáronlo á celo con sus esculturas.

59 Oyólo Dios, y enojóse, Y en gran manera aborreció á Israel.

60 Dejó por tanto el tabernáculo de Silo, La tienda en que habitó entre los hombres;

61 Y dió en cautividad su fortaleza, Y su gloria en mano del enemigo.

62 Entregó también su pueblo á cuchillo, Y airóse contra su heredad.

63 El fuego devoró sus mancebos, Y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales.

64 Sus sacerdotes cayeron á cuchillo, Y sus viudas no lamentaron.

65 Entonces despertó el Señor á la manera del que ha dormido, Como un valiente que grita excitado del vino:

66 E hirió á sus enemigos en las partes posteriores: Dióles perpetua afrenta.

67 Y desechó el tabernáculo de José, Y no escogió la tribu de Ephraim.

68 Sino que escogió la tribu de Judá, El monte de Sión, al cual amó.

69 Y edificó su santuario á manera de eminencia, Como la tierra que cimentó para siempre.

70 Y eligió á David su siervo, Y tomólo de las majadas de las ovejas:

71 De tras las paridas lo trajo, Para que apacentase á Jacob su pueblo, y á Israel su heredad.

72 Y apacentólos con entereza de su corazón; Y pastoreólos con la pericia de sus manos.

Isaías 26

26 EN aquel día cantarán este cantar en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos: salud puso Dios por muros y antemuro.

Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades.

Tú le guardarás en completa paz, cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti se ha confiado.

Confiad en Jehová perpetuamente: porque en el Señor Jehová está la fortaleza de los siglos.

Porque derribó los que moraban en lugar sublime: humilló la ciudad ensalzada, humillóla hasta la tierra, derribóla hasta el polvo.

Hollarála pie, los pies del afligido, los pasos de los menesterosos.

El camino del justo es rectitud: Tú, Recto, pesas el camino del justo.

También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado: á tu nombre y á tu memoria es el deseo del alma.

Con mi alma te he deseado en la noche; y en tanto que me durare el espíritu en medio de mí, madrugaré á buscarte: porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.

10 Alcanzará piedad el impío, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará á la majestad de Jehová.

11 Jehová, bien que se levante tu mano, no ven: verán al cabo, y se avergonzarán los que envidian á tu pueblo; y á tus enemigos fuego los consumirá.

12 Jehová, tú nos depararás paz; porque también obraste en nosotros todas nuestras obras.

13 Jehová Dios nuestro, señores se han enseñoreado de nosotros fuera de ti; mas en ti solamente nos acordaremos de tu nombre.

14 Muertos son, no vivirán: han fallecido, no resucitarán: porque los visitaste, y destruiste, y deshiciste toda su memoria.

15 Añadiste al pueblo, oh Jehová, añadiste al pueblo: hicístete glorioso: extendíste lo hasta todos los términos de la tierra.

16 Jehová, en la tribulación te buscaron: derramaron oración cuando los castigaste.

17 Como la preñada cuando se acerca el parto gime, y da gritos con sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh Jehová.

18 Concebimos, tuvimos dolores de parto, parimos como viento: salud ninguna hicimos en la tierra, ni cayeron los moradores del mundo.

19 Tus muertos vivirán; junto con mi cuerpo muerto resucitarán. ­Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío, cual rocío de hortalizas; y la tierra echará los muertos.

20 Anda, pueblo mío, éntrate en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la ira.

21 Porque he aquí que Jehová sale de su lugar, para visitar la maldad del morador de la tierra contra él; y la tierra descubrirá sus sangres, y no más encubrirá sus muertos.

1 Juan 4

AMADOS, no creáis á todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas son salidos en el mundo.

En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo es venido en carne es de Dios:

Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo es venido en carne, no es de Dios: y éste es el espíritu del anticristo, del cual vosotros habéis oído que ha de venir, y que ahora ya está en el mundo.

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque el que en vosotros está, es mayor que el que está en el mundo.

Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.

Nosotros somos de Dios: el que conoce á Dios, nos oye: el que no es de Dios, no nos oye. Por esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.

Carísimos, amémonos unos á otros; porque el amor es de Dios. Cualquiera que ama, es nacido de Dios, y conoce á Dios.

El que no ama, no conoce á Dios; porque Dios es amor.

En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió á su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.

10 En esto consiste el amor: no que nosotros hayamos amado á Dios, sino que él nos amó á nosotros, y ha enviado á su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

11 Amados, si Dios así nos ha amado, debemos también nosotros amarnos unos á otros.

12 Ninguno vió jamás á Dios. Si nos amamos unos á otros, Dios está en nosotros, y su amor es perfecto en nosotros:

13 En esto conocemos que estamos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.

14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo para ser Salvador del mundo.

15 Cualquiera que confesare que Jesús es el Hijo de Dios, Dios está en él, y él en Dios.

16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que vive en amor, vive en Dios, y Dios en él.

17 En esto es perfecto el amor con nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.

18 En amor no hay temor; mas el perfecto amor echa fuera el temor: porque el temor tiene pena. De donde el que teme, no está perfecto en el amor.

19 Nosotros le amamos á él, porque él nos amó primero.

20 Si alguno dice, Yo amo á Dios, y aborrece á su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama á su hermano al cual ha visto, ¿cómo puede amar á Dios á quien no ha visto?

21 Y nosotros tenemos este mandamiento de él: Que el que ama á Dios, ame también á su hermano.