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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
Números 6

El voto de los nazareos

El Señor habló con Moisés, y le dijo:

«Habla con los hijos de Israel, y diles que el hombre o la mujer que se aparte y haga voto de nazareo[a] para consagrarse a mí, deberá abstenerse de vino y de sidra; no beberá vinagre de vino ni de sidra, ni beberá ningún licor de uva, ni comerá tampoco uvas frescas ni secas. Todo el tiempo de su nazareato deberá abstenerse de comer de todo producto de la vid, incluso de los granillos y el hollejo.

»Mientras dure su voto de nazareato, y hasta que se cumpla el término de su consagración a mí, no se afeitará la cabeza con navaja. Estará consagrado a mí, y se dejará crecer el cabello.

»Mientras dure su consagración a mí, no podrá acercarse a ninguna persona muerta. Ni siquiera podrá acercarse a su padre o a su madre muertos, ni a su hermano o hermana muertos, porque sobre él reposa su consagración a mí, su Dios. Mientras dure su nazareato, estará consagrado a mí.

»Si alguien, de manera repentina, muere junto a él, su consagración se habrá contaminado, por lo que al séptimo día, es decir, en el día de su purificación, se rapará la cabeza. 10 El octavo día llevará al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión, dos tórtolas o dos palominos. 11 El sacerdote ofrecerá uno de ellos en expiación y el otro en holocausto. Así, ese día hará expiación por el que pecó a causa del muerto, y santificará su cabeza. 12 Consagrará para mí los días de su nazareato, y presentará un cordero de un año en expiación por la culpa; pero los primeros días serán anulados por cuanto su nazareato fue contaminado.

13 »Ésta es la ley del nazareo para el día que se cumpla el término de su nazareato. El nazareo acudirá a la puerta del tabernáculo de reunión 14 y me presentará su ofrenda, que será un cordero de un año, sin defecto, en holocausto; una cordera de un año, sin defecto, en expiación; y un carnero sin defecto como ofrenda de paz, 15 más un canastillo de tortas de flor de harina sin levadura, amasadas con aceite, hojaldras sin levadura untadas con aceite, con su ofrenda y sus libaciones. 16 El sacerdote ofrecerá esto delante de mí, y hará su expiación y su holocausto. 17 Me ofrecerá además el carnero como ofrenda de paz, junto con el canastillo de los panes sin levadura, y me ofrecerá también su ofrenda y sus libaciones. 18 Entonces el nazareo se rapará la cabeza consagrada a la puerta del tabernáculo de reunión, y tomará los cabellos de su cabeza consagrada y los echará sobre el fuego que está debajo de la ofrenda de paz. 19 Después el sacerdote tomará la espaldilla cocida del carnero, una torta sin levadura del canastillo, y una hojaldra sin levadura, y las pondrá en manos del nazareo, después de que éste se haya rapado la cabeza consagrada. 20 Luego el sacerdote mecerá todo esto delante de mí como ofrenda mecida, además del pecho mecido y de la espaldilla separada, y todo esto será una ofrenda santa para el sacerdote. Después de esto el nazareo podrá beber vino.

21 »Ésta es la ley para el que haga un voto de nazareo, y la ofrenda que deberá presentar al Señor por su nazareato, además de lo que sus propios recursos le permitan. Todo se hará según el voto que haya hecho, y conforme a la ley de su nazareato.»(A)

La bendición sacerdotal

22 El Señor habló con Moisés, y le dijo:

23 «Habla con Aarón y sus hijos, y diles que de esta manera bendecirán a los hijos de Israel. Les dirán:

24 »¡Que el Señor te bendiga, y te cuide!
25 ¡Que el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti,
y tenga de ti misericordia!
26 ¡Que el Señor alce su rostro sobre ti,
y ponga en ti paz!

27 »De esta manera invocarán ellos mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.»

Salmos 40-41

Plegaria por la liberación divina(A)

Al músico principal. Salmo de David.

40 Yo puse mi esperanza en el Señor,
y él inclinó su oído y escuchó mi clamor;
me sacó del hoyo de la desesperación,
me rescató del cieno pantanoso,
y plantó mis pies sobre una roca;
¡me hizo caminar con paso firme!
Puso en mis labios un nuevo canto,
un canto de alabanza a nuestro Dios.
Muchos vieron esto y temieron,
y pusieron su esperanza en el Señor.

Dichoso el hombre que confía en el Señor
y no en gente soberbia y mentirosa.
Tú, Señor mi Dios, has pensado en nosotros,
y has realizado grandes maravillas;
no es posible hablar de todas ellas.
Quisiera contarlas, hablar de cada una,
pero su número es incontable.

Las ofrendas y los sacrificios no te agradan;
tú no pides holocaustos ni ofrendas de expiación,
pero me has abierto los oídos.
Por eso dije: «Aquí vengo ya.»
En el pergamino se habla de mí.
Hacer tu voluntad, Dios mío, me agrada;
tu ley la llevo dentro de mí.(B)
He proclamado tu justicia ante la gran multitud,
y tú, Señor, lo sabes muy bien.
No he refrenado mis labios.
10 Mi corazón no ha ocultado tu justicia.
He dado a conocer tu fidelidad y tu salvación.
Nunca, en la reunión de mis hermanos,
dejé de hablar de tu misericordia y tu verdad.

11 Señor, ¡no me niegues tu misericordia!
¡Permite que siempre me acompañen
tu misericordia y tu verdad!
12 Son muchos los males que me acechan;
mi maldad se ha volcado contra mí,
y me ha opacado la vista.
Tengo más problemas que pelos en la cabeza;
¡estoy totalmente descorazonado!

13 Señor, ¡dígnate ayudarme!
Señor, ¡ven pronto a socorrerme!
14 ¡Que sean avergonzados y confundidos
todos los que buscan acabar con mi vida!
¡Que retrocedan en vergonzosa derrota
todos los que buscan mi mal!
15 ¡Que sean derrotados por sus ofensas
todos los que se burlan de mí!
16 Pero que se alegren todos los que te buscan;
Señor, que siempre proclamen tu grandeza
todos los que aman tu salvación.

17 Y a mí, que estoy pobre y afligido,
¡no me olvides, Señor!
Tú eres mi ayuda y mi libertador;
¡No te tardes en responderme, Dios mío!

Oración por la salud

Al músico principal. Salmo de David.

41 ¡Dichoso aquél que piensa en los pobres!
En los días malos el Señor lo ayudará.
El Señor lo cuidará y le dará vida,
lo hará vivir feliz en la tierra,
y no lo dejará caer en manos de sus enemigos.
Cuando esté enfermo, el Señor lo sustentará;
suavizará sus males mientras recobra la salud.

Yo le pido al Señor que me tenga compasión,
que me sane, pues he pecado contra él.
Mis enemigos hablan mal de mí, y dicen:
«¿Cuándo morirá? ¿Cuándo será olvidado?»
Si vienen a verme, sólo dicen sandeces;
guardan en su mente las malas noticias,
y en cuanto salen a la calle las divulgan.

Todos los que me odian se unen contra mí
y sólo piensan malas cosas. Hasta dicen:
«Lo que tiene es cosa del demonio;
cayó en cama, y no volverá a levantarse.»
Aun mi mejor amigo, en quien yo confiaba,
el que comía conmigo, me ha traicionado.(C)

10 Pero tú, Señor, ¡ten compasión de mí!
¡devuélveme la salud, y les daré su merecido!
11 Con esto sabré que soy de tu agrado:
si mi enemigo no llega a burlarse de mí.
12 Y a mí, ¡sosténme por causa de mi integridad!
¡permíteme estar en tu presencia para siempre!

13 ¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel,
Por los siglos de los siglos!(D)
¡Amén y Amén!

Cantares 4

El esposo alaba a la esposa

¡Qué hermosa eres, amiga mía!
¡Qué hermosa eres!
Son tus ojos dos palomas
que se asoman tras el velo,
y tus cabellos, un rebaño de cabritos
que desciende de los montes de Galaad.
Comparables son tus dientes
a un rebaño de blancas ovejas
recién bañadas y trasquiladas.
Todas ellas tienen su pareja;
ningún espacio dejan vacío.
Tus labios son un hilo carmesí,
y tus palabras son cautivadoras.
Tus mejillas son dos gajos de granada
que se asoman tras el velo.
Tu cuello, cual la torre de David,
es de elegante estructura;
de esa torre penden mil escudos,
¡todos ellos escudos de valientes!
Son tus pechos dos cervatos gemelos,
que reposan entre los lirios.
Hasta que llegue el día
y las sombras se disipen,
quiero ir al monte de la mirra;
quiero ir a la colina del incienso.

Toda tú eres hermosa, amiga mía;
no tienes ningún defecto.
Acompáñame desde el Líbano, esposa mía;
acompáñame desde el Líbano.
Baja conmigo de la cumbre del Amana,
bajemos de la cumbre del Senir y del Hermón;
donde están las guaridas de los leones,
donde están las cuevas de los leopardos.

Hermana y esposa mía,
con una sola mirada tuya
y con un solo hilo de tu collar
me robaste el corazón.
10 Hermana y esposa mía,
¡cuán deliciosas son tus caricias!
¡Son más deliciosas que el vino!
¡Es más dulce el olor de tus perfumes
que el de todas las especias aromáticas!
11 De tus labios fluye miel, esposa mía;
leche y miel hay debajo de tu lengua.
La fragancia de tus vestidos
evoca la fragancia del monte Líbano.

12 Eres un jardín cercado,
hermana y esposa mía;
eres cerrada fuente, ¡sellado manantial!
13 Eres un jardín de granados,
donde crecen frutos exquisitos,
y flores de alheña y nardos;
14 nardo y azafrán, cálamo y canela,
toda clase de árboles de incienso,
y mirra y áloes, y las más finas especias.
15 Eres fuente de los jardines,
eres pozo de aguas vivas
que fluyen desde el Líbano.

16 ¡Levántate, viento del norte!
¡Ven acá, viento del sur!
¡Vengan y soplen en mi jardín,
para que se esparzan sus aromas!
¡Ven, amado mío, a tu jardín
y deléitate con sus dulces frutos!

Hebreos 4

Por eso, temamos a Dios mientras tengamos todavía la promesa de entrar en su reposo, no sea que alguno de ustedes parezca haberse quedado atrás. Porque la buena nueva se nos ha anunciado a nosotros lo mismo que a ellos; pero de nada les sirvió a ellos el oír esta palabra porque, cuando la oyeron, no la acompañaron con fe. Pero los que creímos hemos entrado en el reposo, conforme a lo que él dijo:

«Por eso, en mi furor juré:
“No entrarán en mi reposo”»,(A)

aun cuando sus obras estaban acabadas desde la creación del mundo. En cierto lugar se dice así del séptimo día: «Dios reposó de todas sus obras en el séptimo día.»(B) Y una vez más dice: «No entrarán en mi reposo».(C) Por lo tanto, y puesto que aún falta que algunos entren en el reposo, y como aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de su desobediencia, vuelve a determinarse un día, «Hoy», al decir después de tanto tiempo, por medio de David:

«Si ustedes oyen hoy su voz,
no endurezcan su corazón».(D)

Si Josué les hubiera dado el reposo,(E) no habría hablado después de otro día. De modo que aún queda un reposo para el pueblo de Dios. 10 Porque el que entra en su reposo, reposa también de sus obras, como Dios reposó de las suyas.(F)

11 Procuremos, pues, entrar en ese reposo, para que nadie siga el ejemplo de los que desobedecieron. 12 La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que las espadas de dos filos, pues penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. 13 Nada de lo que Dios creó puede esconderse de él, sino que todas las cosas quedan al desnudo y descubiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que rendir cuentas.

Jesús el gran sumo sacerdote

14 Por lo tanto, y ya que en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, retengamos nuestra profesión de fe. 15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. 16 Por tanto, acerquémonos confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para cuando necesitemos ayuda.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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