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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)
Version
2 Reyes 17

Oseas, rey de Israel(A)

17 En el año duodécimo del reinado de Acaz, rey de Judá, Oseas hijo de Elá ascendió al trono de Israel, y reinó en Samaria nueve años. Hizo lo que ofende al Señor, aunque no tanto como los reyes de Israel que le habían precedido.

Salmanasar, rey de Asiria, atacó a Oseas, lo hizo su vasallo y le impuso tributo. Más tarde, el rey de Asiria descubrió que Oseas lo traicionaba, pues este había enviado emisarios a So, rey de Egipto, y además había dejado de pagarle el tributo anual. Por eso el rey de Asiria mandó arrestarlo y lo metió en la cárcel. Después invadió el país entero, marchó contra Samaria y sitió la ciudad durante tres años. En el año noveno del reinado de Oseas, el rey de Asiria, después de conquistar Samaria, deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en Jalaj, en Gozán (que está junto al río Jabor) y en las ciudades de los medos.

El pecado de Israel

Todo esto sucedió porque los israelitas habían pecado contra el Señor su Dios, que los había sacado de Egipto, librándolos del poder del faraón, rey de Egipto. Adoraron a otros dioses y siguieron las costumbres de las naciones que el Señor había expulsado delante de ellos, como también las prácticas que introdujeron los reyes de Israel. Además blasfemaron[a] contra el Señor su Dios, y dondequiera que habitaban se construían altares paganos. Desde las torres de vigilancia hasta las ciudades fortificadas, 10 y en cada colina y bajo todo árbol frondoso, erigieron piedras sagradas e imágenes de la diosa Aserá; 11 y en todos los altares paganos quemaron incienso, siguiendo el ejemplo de las naciones que el Señor había desterrado delante de ellos. Fueron tantas las maldades que cometieron que provocaron la ira del Señor. 12 Rindieron culto a los ídolos, aunque el Señor se lo había prohibido categóricamente. 13 Por eso el Señor les dio esta advertencia a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y videntes: «¡Volveos de vuestros malos caminos! Cumplid mis mandamientos y decretos, y obedeced todas las leyes que ordené a vuestros antepasados, y que os di a conocer a vosotros por medio de mis siervos los profetas».

14 Con todo, no hicieron caso, sino que fueron tan tercos como lo habían sido sus antepasados, que no confiaron en el Señor su Dios. 15 Rechazaron los decretos y las advertencias del Señor y el pacto que él había hecho con sus antepasados. Se fueron tras ídolos inútiles, de modo que se volvieron inútiles ellos mismos; y, aunque el Señor lo había prohibido, siguieron las costumbres de las naciones vecinas. 16 Abandonaron todos los mandamientos del Señor su Dios, y se hicieron dos ídolos fundidos en forma de becerro y una imagen de la diosa Aserá. Se postraron ante todos los astros del cielo y adoraron a Baal; 17 sacrificaron en el fuego a sus hijos e hijas; practicaron la adivinación y la hechicería; en fin, se entregaron a hacer lo que ofende al Señor, provocando así su ira.

18 Por lo tanto, el Señor se enojó mucho contra Israel y lo arrojó de su presencia. Solo quedó la tribu de Judá. 19 Pero aun Judá dejó de cumplir los mandatos del Señor su Dios y siguió las costumbres que introdujo Israel. 20 Por eso el Señor rechazó a todos los israelitas: los afligió y los entregó en manos de invasores, y acabó por arrojarlos de su presencia.

21 Cuando él arrancó de la familia de David a los israelitas, estos hicieron rey a Jeroboán hijo de Nabat. Jeroboán, por su parte, los alejó del camino del Señor y los hizo cometer un gran pecado. 22 De hecho, los israelitas imitaron todos los pecados de Jeroboán y no se apartaron de ellos. 23 Finalmente, el Señor arrojó a Israel de su presencia, tal como lo había anunciado por medio de sus siervos los profetas. Así pues, fueron desterrados y llevados cautivos a Asiria, donde hasta el día de hoy se han quedado.

Repoblación de Samaria

24 Para reemplazar a los israelitas en los poblados de Samaria, el rey de Asiria trajo gente de Babilonia, Cuta, Ava, Jamat y Sefarvayin. Estos tomaron posesión de Samaria y habitaron en sus poblados. 25 Al principio, cuando se establecieron, no adoraban al Señor, de modo que el Señor les envió leones que causaron estragos en la población. 26 Entonces le dieron este informe al rey de Asiria: «La gente que deportaste y estableciste en los poblados de Samaria no sabe lo que requiere el dios de ese país. Por esta razón, él les ha enviado leones, para que los maten».

27 El rey de Asiria dio esta orden: «Haced que regrese a vivir en Samaria uno de los sacerdotes que vosotros capturasteis allí, y que le enseñe a la población lo que requiere el dios de ese país». 28 Así que uno de los sacerdotes que habían sido deportados de Samaria fue a vivir a Betel y comenzó a enseñarles cómo adorar al Señor.

29 Sin embargo, todos esos pueblos se fabricaron sus propios dioses en las ciudades donde vivían, y los colocaron en los altares paganos que habían construido los samaritanos. 30 Los de Babilonia hicieron a Sucot Benot; los de Cuta, a Nergal; los de Jamat, a Asimá, 31 y los de Ava, a Nibjaz y a Tartac. Los de Sefarvayin quemaban a sus hijos como sacrificio a Adramélec y a Anamélec, dioses de Sefarvayin; 32 adoraban también al Señor, pero de entre ellos mismos nombraron sacerdotes a toda clase de gente para que oficiaran en los altares paganos. 33 Aunque adoraban al Señor, servían también a sus propios dioses, según las costumbres de las naciones de donde habían sido deportados.

34 Hasta el día de hoy persisten en sus antiguas costumbres. No adoran al Señor ni actúan según sus decretos y sus normas, ni según la ley y el mandamiento que el Señor ordenó a los descendientes de Jacob, a quien le dio el nombre de Israel. 35 Cuando el Señor hizo un pacto con los israelitas, les ordenó:

«No adoréis a otros dioses ni os inclinéis delante de ellos; no les sirváis ni les ofrezcáis sacrificios. 36 Adorad solo al Señor, que os sacó de Egipto con gran despliegue de fuerza y poder. Es a él a quien debéis adorar y ofrecerle sacrificios. 37 Tened cuidado de cumplir siempre los decretos y ordenanzas, leyes y mandamientos que él os dio por escrito. No adoréis a otros dioses. 38 No olvidéis el pacto que él ha hecho con vosotros. Por tanto, no adoréis a otros dioses, 39 sino solo al Señor vuestro Dios. Y él os librará del poder de vuestros enemigos».

40 Sin embargo, no hicieron caso, sino que persistieron en sus antiguas costumbres. 41 Aquellos pueblos adoraban al Señor, y al mismo tiempo servían a sus propios ídolos. Hasta el día de hoy, sus hijos y sus descendientes siguen actuando como sus antepasados.

Tito 3

La conducta del creyente

Recuérdales a todos que deben mostrarse obedientes y sumisos ante los gobernantes y las autoridades. Siempre deben estar dispuestos a hacer lo bueno: a no hablar mal de nadie, sino a buscar la paz y ser respetuosos, demostrando plena humildad en su trato con todo el mundo.

En otro tiempo también nosotros éramos necios y desobedientes. Estábamos descarriados y éramos esclavos de todo género de pasiones y placeres. Vivíamos en la malicia y en la envidia. Éramos detestables y nos odiábamos unos a otros. Pero, cuando se manifestaron la bondad y el amor de Dios nuestro Salvador, él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia, sino por su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo, el cual fue derramado abundantemente sobre nosotros por medio de Jesucristo nuestro Salvador. Así lo hizo para que, justificados por su gracia, llegáramos a ser herederos que abrigan la esperanza de recibir la vida eterna. Este mensaje es digno de confianza, y quiero que lo recalques, para que los que han creído en Dios se empeñen en hacer buenas obras. Esto es excelente y provechoso para todos.

Evita las necias controversias y genealogías, las discusiones y peleas sobre la ley, porque carecen de provecho y de sentido. 10 Al que cause divisiones, amonéstalo dos veces, y después evítalo. 11 Puedes estar seguro de que tal individuo se condena a sí mismo por ser un perverso pecador.

Instrucciones personales y saludos finales

12 Tan pronto como te haya enviado a Artemas o a Tíquico, haz todo lo posible por ir a Nicópolis a verme, pues he decidido pasar allí el invierno. 13 Ayuda en todo lo que puedas al abogado Zenas y a Apolos, de modo que no les falte nada para su viaje. 14 Que aprendan los nuestros a empeñarse en hacer buenas obras, a fin de que atiendan a lo que es realmente necesario y no lleven una vida inútil.

15 Saludos de parte de todos los que me acompañan. Saludos a los que nos aman en la fe.

Que la gracia sea con todos vosotros.

Oseas 10

10 Israel era una vid frondosa
    que daba fruto a su antojo.
Pero cuanto más aumentaba su fruto,
    más altares se construía;
cuanto más prosperaba su país,
    más hermosas hacía sus piedras sagradas.
Su corazón es escurridizo,
    pero tendrá que cargar con su culpa.
El Señor destrozará sus altares
    y devastará sus piedras sagradas.

Tal vez dirán: «No hemos temido al Señor,
    y por eso no tenemos rey.
Pero, aun si lo tuviéramos,
    ¿qué podría hacer por nosotros?»
Hablan solo por hablar;
    juran en falso y hacen tratos;
¡por eso florecen los pleitos
    como la mala yerba en el campo!
Temen los moradores de Samaria
    por el becerro que adoran en Bet Avén.[a]
El pueblo del becerro hará duelo por él,
    lo mismo que sus sacerdotes idólatras.
Harán lamentos por su esplendor,
    porque se lo llevarán al destierro.
El becerro será llevado a Asiria
    como tributo para el gran rey.
Efraín quedará avergonzado;
    Israel se avergonzará de sus ídolos.[b]
Samaria y su rey desaparecerán
    como rama arrastrada por el agua.
Serán destruidos sus santuarios paganos,
    lugares de pecado de Israel.
    ¡Cardos y espinos crecerán sobre sus altares!
Entonces dirán a las montañas: «¡Cubridnos!»,
    y a las colinas: «¡Caed sobre nosotros!»

«Tú, Israel, has venido pecando
    desde los días de Guibeá,
    y allí te has mantenido.
¡En Guibeá, la guerra
    tomará por sorpresa a los malvados!
10 Cuando yo quiera, los castigaré;
    entonces las naciones se juntarán contra ellos
    para aprisionarlos por su doble perversión.
11 Efraín es una novilla adiestrada
    a la que le gusta trillar,
    pero yo no quise ponerle el yugo.
Pero ahora voy a uncir a Efraín,
    y Judá tendrá que arar,
    y Jacob emparejará la tierra».

12 ¡Sembrad para vosotros justicia!
    ¡Cosechad el fruto del amor,
    y poneos a labrar el barbecho!
¡Ya es tiempo de buscar al Señor!,
    hasta que él venga y os envíe lluvias de justicia.
13 Pero vosotros sembrasteis maldad, cosechasteis crímenes
    y comisteis el fruto de la mentira,
porque confiasteis en vuestros carros
    y en la multitud de vuestros guerreros.
14 Un estruendo de guerra se levantará contra tu pueblo,
    y todas tus fortalezas serán devastadas,
como devastó Salmán a Bet Arbel en el día de la batalla,
    cuando las madres fueron destrozadas
    junto con sus hijos.
15 Esto es lo que Betel os hizo a vosotros,
    a causa de vuestra extrema maldad.
¡Pues el rey de Israel será destruido por completo
    en cuanto amanezca!

Salmos 129-131

Cántico de los peregrinos.

129 Mucho me han angustiado desde mi juventud
    —que lo repita ahora Israel—,
mucho me han angustiado desde mi juventud,
    pero no han logrado vencerme.
Sobre la espalda me pasaron el arado,
    abriéndome en ella profundos[a] surcos.
Pero el Señor, que es justo,
    me libró de las ataduras de los impíos.

Que retrocedan avergonzados
    todos los que odian a Sión.
Que sean como la hierba en el techo,
    que antes de crecer se marchita;
que no llena las manos del segador
    ni el regazo del que cosecha.
Que al pasar nadie les diga:
    «La bendición del Señor sea con vosotros;
    os bendecimos en el nombre del Señor».

Cántico de los peregrinos.

130 A ti, Señor, elevo mi clamor
    desde las profundidades del abismo.
Escucha, Señor, mi voz.
    Estén atentos tus oídos a mi voz suplicante.

Si tú, Señor, tuvieras en cuenta los pecados,
    ¿quién, Señor, sería declarado inocente?[b]
Pero en ti se halla perdón,
    y por eso debes ser temido.

Espero al Señor, lo espero con toda el alma;
    en su palabra he puesto mi esperanza.
Espero al Señor con toda el alma,
    más que los centinelas la mañana.

Como esperan los centinelas la mañana,
    así tú, Israel, espera al Señor.
Porque en él hay amor inagotable;
    en él hay plena redención.
Él mismo redimirá a Israel
    de todos sus pecados.

Cántico de los peregrinos. De David.

131 Señor, mi corazón no es orgulloso,
    ni son altivos mis ojos;
no busco grandezas desmedidas,
    ni proezas que excedan a mis fuerzas.

Todo lo contrario:
    he calmado y aquietado mis ansias.
Soy como un niño recién amamantado en el regazo de su madre.
    ¡Mi alma es como un niño recién amamantado!

Israel, pon tu esperanza en el Señor
    desde ahora y para siempre.

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