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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
1 Samuel 1

Nacimiento de Samuel

Hubo un hombre de Ramataim, sufita de los montes de Efraín, que se llamaba Elcana hijo de Jeroham hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo. Tenía dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el de la otra, Penina. Penina tenía hijos, pero Ana no los tenía. Todos los años, aquel hombre subía de su ciudad para adorar y ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí: Ofni y Finees, sacerdotes de Jehová.

Cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba a Penina, su mujer, la parte que le correspondía, así como a cada uno de sus hijos e hijas. Pero a Ana le daba una parte escogida, porque amaba a Ana, aunque Jehová no le había concedido tener hijos. Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola porque Jehová no le había concedido tener hijos.

Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así, por lo cual Ana lloraba y no comía. Y Elcana, su marido, le decía: «Ana, ¿por qué lloras? ¿por qué no comes? ¿y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?»

Después de comer y beber en Silo, Ana se levantó, y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová, 10 ella, con amargura de alma, oró a Jehová y lloró desconsoladamente. 11 E hizo voto diciendo: «¡Jehová de los ejércitos!, si te dignas mirar a la aflicción de tu sierva, te acuerdas de mí y no te olvidas de tu sierva, sino que das a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja por su cabeza.»

12 Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí observaba sus labios. 13 Pero Ana oraba en silencio y solamente se movían sus labios; su voz no se oía, por lo que Elí la tuvo por ebria. 14 Entonces le dijo Elí:

—¿Hasta cuándo estarás ebria? ¡Digiere tu vino!

15 Pero Ana le respondió:

—No, señor mío; soy una mujer atribulada de espíritu. No he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. 16 No tengas a tu sierva por una mujer impía, porque sólo por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he estado hablando hasta ahora.

17 —Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho —le dijo Elí.

18 —Halle tu sierva gracia delante de tus ojos —respondió ella.

Se fue la mujer por su camino, comió, y no estuvo más triste.

19 Se levantaron de mañana, adoraron delante de Jehová y volvieron de regreso a su casa en Ramá. Elcana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella. 20 Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, «por cuanto —dijo— se lo pedí a Jehová».

21 Después Elcana, el marido, subió con toda su familia para ofrecer a Jehová el sacrificio acostumbrado y su voto. 22 Pero Ana no subió, sino dijo a su marido:

—Yo no subiré hasta que el niño sea destetado. Entonces lo llevaré, será presentado delante de Jehová y se quedará allá para siempre.

23 Elcana, su marido, le respondió:

—Haz lo que bien te parezca y quédate hasta que lo destetes; así cumpla Jehová su palabra.

Se quedó la mujer y crió a su hijo hasta que lo destetó. 24 Después que lo destetó, y siendo el niño aún muy pequeño, lo llevó consigo a la casa de Jehová en Silo, con tres becerros, un efa de harina y una vasija de vino. 25 Tras inmolar el becerro, trajeron el niño a Elí. 26 Y Ana le dijo:

—¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti, orando a Jehová. 27 Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. 28 Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová.

Y adoró allí a Jehová.

Romanos 1

Salutación

Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras: evangelio que se refiere a su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos.

Por medio de él recibimos la gracia y el apostolado para conducir a todas las naciones a la obediencia de la fe por amor de su nombre; entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo. A todos los que estáis en Roma, amados de Dios y llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Deseo de Pablo de visitar Roma

Primeramente doy gracias a mi Dios, mediante Jesucristo, por todos vosotros, porque vuestra fe se divulga por todo el mundo. Dios, a quien sirvo en mi espíritu anunciando el evangelio de su Hijo, me es testigo de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones, 10 rogando que de alguna manera, si es la voluntad de Dios, tenga al fin un próspero viaje para ir a vosotros, 11 porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis fortalecidos; 12 esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí.

13 Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros para tener también entre vosotros algún fruto, como lo he tenido entre los demás gentiles, pero hasta ahora he sido estorbado. 14 A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. 15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.

El poder del evangelio

16 No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree, del judío primeramente y también del griego, 17 pues en el evangelio, la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: «Mas el justo por la fe vivirá».

La culpabilidad de la humanidad

18 La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad, 19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó: 20 Lo invisible de él, su eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la creación del mundo y se puede discernir por medio de las cosas hechas. Por lo tanto, no tienen excusa, 21 ya que, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias. Al contrario, se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. 22 Pretendiendo ser sabios, se hicieron necios, 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes de hombres corruptibles, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

24 Por lo cual, también los entregó Dios a la inmundicia, en los apetitos de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

26 Por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues aun sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. 27 Del mismo modo también los hombres, dejando la relación natural con la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.

28 Como ellos no quisieron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para hacer cosas que no deben. 29 Están atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y perversidades. 30 Son murmuradores, calumniadores, enemigos de Dios, injuriosos, soberbios, vanidosos, inventores de males, desobedientes a los padres, 31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia. 32 Esos, aunque conocen el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

Jeremías 39

Caída de Jerusalén(A)

39 En el noveno año de Sedequías, rey de Judá, en el mes décimo, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron. En el undécimo año de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve días del mes, se abrió una brecha en el muro de la ciudad. Entraron todos los jefes del rey de Babilonia y acamparon a la puerta del Medio: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim, jefe de los eunucos, Nergal-sarezer, alto funcionario, y todos los demás jefes del rey de Babilonia. Al verlos, Sedequías, rey de Judá, y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de noche de la ciudad por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos muros; y salió el rey por el camino del Arabá. Pero el ejército de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en la llanura de Jericó. Lo apresaron y lo hicieron subir a Ribla, en tierra de Hamat, donde estaba Nabucodonosor, rey de Babilonia, el cual lo sentenció. Degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de éste, en Ribla. Asimismo, el rey de Babilonia hizo degollar a todos los nobles de Judá, y al rey Sedequías le sacó los ojos y lo aprisionó con grillos para llevarlo a Babilonia. Los caldeos incendiaron la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén. Al resto del pueblo que había quedado en la ciudad y a los que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, Nabuzaradán, capitán de la guardia, los deportó a Babilonia. 10 Pero Nabuzaradán, capitán de la guardia, hizo que en tierra de Judá se quedaran los pobres del pueblo, los que nada tenían, y les dio viñas y heredades.

Nabucodonosor cuida de Jeremías

11 Nabucodonosor había dado órdenes a Nabuzaradán, capitán de la guardia, acerca de Jeremías, diciendo: 12 «Tómalo y vela por él; no le hagas mal alguno, sino haz con él como él te diga.» 13 Por tanto, Nabuzaradán, capitán de la guardia, el jefe de los eunucos Nabusazbán, el alto funcionario Nergal-sarezer y todos los jefes del rey de Babilonia 14 enviaron entonces a traer a Jeremías del patio de la cárcel, y lo entregaron a Gedalías hijo de Ahicam hijo de Safán, para que lo llevara a casa. Y habitó en medio del pueblo.

Dios promete librar a Ebed-melec

15 Estando preso Jeremías en el patio de la cárcel, le vino palabra de Jehová, diciendo: 16 «Ve, habla a Ebed-melec, el etíope, y dile: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yo traigo mis palabras sobre esta ciudad para mal y no para bien. Y esto sucederá en aquel día en presencia tuya. 17 Pero en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes. 18 Ciertamente te libraré y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín, porque tuviste confianza en mí, dice Jehová.”»

Salmos 13-14

Plegaria pidiendo ayuda en la aflicción

Al músico principal. Salmo de David

13 ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre?
¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro?
¿Hasta cuándo tendré conflictos en mi alma,
con angustias en mi corazón cada día?
¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?

Mira, respóndeme, Jehová, Dios mío;
alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte,
para que no diga mi enemigo: «Lo vencí.»
Mis enemigos se alegrarán si yo resbalo.

Mas yo en tu misericordia he confiado;
mi corazón se alegrará en tu salvación.
Cantaré a Jehová
porque me ha hecho bien.

Necedad y corrupción del hombre(A)

Al músico principal. Salmo de David

14 Dice el necio en su corazón:
«No hay Dios.»
Se han corrompido, hacen obras despreciables,
no hay quien haga lo bueno.

Jehová miró desde los cielos
sobre los hijos de los hombres,
para ver si había algún entendido
que buscara a Dios.
Todos se desviaron,
a una se han corrompido;
no hay quien haga lo bueno,
no hay ni siquiera uno.

¿No tienen discernimiento todos los que cometen maldad,
que devoran a mi pueblo como si comieran pan
y no invocan a Jehová?
Ellos temblarán de espanto,
porque Dios está con la generación de los justos.
De los planes del pobre se han burlado,
pero Jehová es su esperanza.

¡Ah, si de Sión viniera la salvación de Israel!
Cuando Jehová haga volver a los cautivos de su pueblo,
se gozará Jacob, se alegrará Israel.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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