M’Cheyne Bible Reading Plan
Las ofrendas
2 ”Cuando alguien ofrezca oblación al Señor, su ofrenda será de flor de harina, y sobre ella echará aceite e incienso; 2 la llevará a los sacerdotes, hijos de Aarón, y un sacerdote tomará un puñado de la flor de harina y del aceite, junto con todo el incienso, y lo quemará sobre el altar como memorial. Se trata de una ofrenda encendida, de olor grato para el Señor. 3 La parte restante de la ofrenda será para Aarón y sus hijos. Es una parte santísima de las ofrendas que se queman en honor del Señor.
4 ”Cuando presentes una ofrenda cocida al horno, ésta debe ser de tortas de flor de harina sin levadura, amasadas con aceite, y de hojaldras sin levadura untadas con aceite. 5 Pero si presentas una ofrenda de sartén, ésta debe ser de flor de harina sin levadura, amasada con aceite; 6 la partirás en pedazos, y sobre ella echarás aceite. Se trata de una ofrenda.
7 ”Si presentas una ofrenda cocida en cazuela, ésta debe ser de flor de harina con aceite. 8 La llevarás ante el Señor, es decir, ante el sacerdote, y éste la llevará al altar. 9 Allí el sacerdote tomará parte de la ofrenda como su memorial, y lo quemará sobre el altar. Se trata de una ofrenda encendida de olor grato para el Señor. 10 La parte restante de la ofrenda será para Aarón y sus hijos. Ésta es una parte santísima de las ofrendas que se queman en honor del Señor.
11 ”No presentarás al Señor ninguna ofrenda con levadura ni con miel. Nada de esto se quemará ante el Señor como ofrenda. 12 Se le podrán presentar como ofrenda de primicias, pero no se elevarán sobre el altar en olor grato.
13 ”Toda ofrenda que presentes la sazonarás con sal. No permitas jamás que en tu ofrenda falte la sal del pacto de tu Dios. Toda ofrenda tuya la ofrecerás con sal.
14 ”Si presentas al Señor una ofrenda de primicias, tostarás las espigas verdes y ofrecerás el grano desmenuzado como ofrenda de tus primicias. 15 Pondrás sobre ella aceite e incienso. Se trata de una ofrenda. 16 El sacerdote hará arder como memorial suyo una parte del grano desmenuzado y del aceite, junto con todo el incienso. Se trata de una ofrenda encendida en honor del Señor.
Ofrendas de paz
3 ”Cuando alguien presente ante el Señor un sacrificio de paz de su ganado vacuno, debe ofrecer un macho o una hembra sin defecto. 2 Pondrá la mano sobre la cabeza del animal ofrendado, y lo degollará a la entrada del tabernáculo de reunión, y los sacerdotes hijos de Aarón rociarán la sangre sobre el altar y alrededor de éste. 3 Luego el que ofrece el sacrificio de paz presentará como ofrenda encendida al Señor la grasa que recubre los intestinos, toda la grasa que está sobre las entrañas, 4 los dos riñones, la grasa que recubre los riñones y los ijares, y junto con los riñones quitará la grasa de los intestinos que está sobre el hígado. 5 Los hijos de Aarón quemarán esto en el altar, sobre el holocausto que estará sobre la leña encendida. Se trata de una ofrenda de olor grato para el Señor.
6 ”Si su sacrificio de paz al Señor es de ovejas, debe ofrecer un macho o una hembra sin defecto. 7 Si su ofrenda es un cordero, lo ofrecerá delante del Señor 8 poniendo la mano sobre la cabeza de su ofrenda, y después la degollará delante del tabernáculo de reunión, y los hijos de Aarón rociarán la sangre sobre el altar y alrededor de éste. 9 Del sacrificio de paz ofrecerá al Señor, como ofrenda encendida, la grasa, la cola entera con todo el espinazo, y toda la grasa que recubre todos los intestinos y las entrañas, 10 los dos riñones y la grasa que los recubre, y la grasa que está sobre los ijares, junto con los riñones, y quitará la grasa del hígado. 11 Luego el sacerdote quemará esto sobre el altar. Se trata de una vianda, de una ofrenda encendida en honor del Señor.
12 ”Si la ofrenda es una cabra, la ofrecerá ante el Señor 13 poniendo la mano sobre la cabeza de la cabra, y la degollará delante del tabernáculo de reunión. Los hijos de Aarón rociarán la sangre sobre el altar y alrededor de éste. 14 De la cabra presentará al Señor, como ofrenda encendida, toda la grasa que recubre los intestinos y las entrañas, 15 los dos riñones y la grasa que recubre a éstos y a los ijares, y junto con los riñones quitará la grasa que recubre el hígado, 16 y el sacerdote quemará esto sobre el altar. Se trata de una vianda que se quema como ofrenda en olor grato para el Señor. Toda la grasa le pertenece al Señor.
17 ”Éste será un estatuto perpetuo para ustedes y para sus descendientes, dondequiera que ustedes habiten. No comerán ninguna grasa ni ninguna sangre.”»
Jesús se aparece a siete de sus discípulos
21 Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos, junto al lago de Tiberias; y lo hizo de esta manera: 2 Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, conocido como el Dídimo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos. 3 Simón Pedro les dijo: «Voy a pescar.» Ellos le dijeron: «También nosotros vamos contigo.» Fueron, y entraron en una barca; pero aquella noche no pescaron nada.(A)
4 Cuando ya estaba amaneciendo, Jesús se presentó en la playa; pero los discípulos no se dieron cuenta de que era Jesús. 5 Y él les dijo: «Hijitos, ¿tienen algo de comer?» Le respondieron: «No». 6 Él les dijo: «Echen la red a la derecha de la barca, y hallarán.» Ellos echaron la red, y eran tantos los pescados que ya no la podían sacar.(B) 7 Entonces el discípulo a quien Jesús amaba le dijo a Pedro: «¡Es el Señor!» Y cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se puso la ropa (porque se había despojado de ella) y se echó al mar. 8 Los otros discípulos vinieron con la barca, arrastrando la red llena de pescados, pues estaban como a doscientos codos de la orilla.
9 Al descender a tierra, vieron brasas puestas, un pescado encima de ellas, y pan. 10 Jesús les dijo: «Traigan algunos de los pescados que acaban de pescar.» 11 Simón Pedro salió del agua y sacó la red a tierra, llena de grandes pescados. Eran ciento cincuenta y tres, y a pesar de ser tantos la red no se rompió. 12 Jesús les dijo: «Vengan a comer.» Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Tú, quién eres?», pues sabían que era el Señor. 13 Entonces, Jesús tomó el pan y les dio de él, lo mismo que del pescado. 14 Ésta era la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos.
Apacienta mis ovejas
15 Cuando terminaron de comer, Jesús le dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos?» Le respondió: «Sí, Señor; tú sabes que te quiero.» Él le dijo: «Apacienta mis corderos.» 16 Volvió a decirle por segunda vez: «Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?» Pedro le respondió: «Sí, Señor; tú sabes que te quiero.» Le dijo: «Pastorea mis ovejas.» 17 Y la tercera vez le dijo: «Simón, hijo de Jonás, ¿me quieres?» Pedro se entristeció de que la tercera vez le dijera «¿Me quieres?», y le respondió: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas. 18 De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te vestías e ibas a donde querías; pero cuando ya seas viejo, extenderás tus manos y te vestirá otro, y te llevará a donde no quieras.» 19 Jesús dijo esto, para dar a entender con qué muerte glorificaría a Dios. Y dicho esto, añadió: «Sígueme».
El discípulo amado
20 Al volverse Pedro, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y que le había dicho: «Señor, ¿quién es el que te entregará?»(C) 21 Cuando Pedro lo vio, le dijo a Jesús: «Señor, ¿y éste, qué?» 22 Jesús le dijo: «Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme.» 23 De allí surgió la idea entre los hermanos de que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría. Sólo le dijo: «Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?»
24 Éste es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y que las ha escrito. Y sabemos que su testimonio es verdadero.
25 Jesús también hizo muchas otras cosas, las cuales, si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.
18 El egoísta sólo piensa en sí mismo,
y se entromete en cualquier asunto.
2 Al necio, la inteligencia no le causa placer;
tan sólo le interesa exhibir lo que piensa.
3 Llega el impío, llega el desprecio;
con la deshonra viene la afrenta.
4 Los dichos del hombre son aguas profundas,
pero la sabiduría es una fuente inagotable.
5 No está bien favorecer al impío
y no hacerle justicia al hombre honrado.
6 Las palabras del necio provocan contiendas;
sus labios convocan a los golpes.
7 El necio provoca su propio mal;
con sus propios labios se tiende una trampa.
8 Los chismes empalagan,
pero calan hasta lo más profundo.
9 El que es negligente en su trabajo
es también íntimo amigo de gente nociva.
10 El nombre del Señor es una fortaleza
a la que el justo acude en busca de ayuda.
11 El rico piensa que sus riquezas
son una fortaleza de altas murallas.
12 El orgullo humano es presagio del fracaso;
la humildad es preludio de la gloria.
13 ¡Cuán presuntuoso y ridículo se muestra
el que responde antes de oír!
14 El espíritu humano sostiene al enfermo,
pero al espíritu angustiado, ¿quién lo sostiene?
15 La mente inteligente adquiere sabiduría,
y los oídos sabios van en pos de la ciencia.
16 Los obsequios te allanan el camino
y te llevan ante grandes potentados.
17 El primero en defenderse alega inocencia,
hasta que llega su adversario y lo desmiente.
18 Las suertes ponen fin a las querellas,
y dictan sentencia entre los litigantes.
19 El hermano ofendido es más impenetrable
que una ciudad amurallada;
persisten más los pleitos entre hermanos
que los cerrojos de una fortaleza.
20 Hay quienes, con lo que dicen,
logran satisfacer su hambre.
21 El que ama la lengua comerá de sus frutos;
ella tiene poder sobre la vida y la muerte.
22 ¿Hallaste esposa? ¡Has hallado el bien!
¡Has alcanzado el favor del Señor!
23 El pobre habla con ruegos;
el rico responde con rudeza.
24 Hay amigos que no son amigos,
y hay amigos que son más que hermanos.
Saludo
1 Yo, Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, 2 a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Que la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo sean con ustedes.
Pablo pide sabiduría espiritual para los colosenses
3 Siempre que oramos por ustedes, damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 4 pues hemos recibido noticias de la fe de ustedes en Cristo Jesús, y del amor que tienen por todos los santos, 5 a causa de la esperanza que en los cielos les está reservada. Ustedes ya han sabido de esto por el evangelio, que es la palabra de verdad, 6 y que ha llegado hasta ustedes, así como a todo el mundo, y que desde el día que ustedes la escucharon y la comprendieron claramente, y conocieron la gracia de Dios, crece en ustedes y produce fruto. 7 Esto lo aprendieron por medio de Epafras,(A) nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para ustedes, 8 quien también nos ha hablado del amor que ustedes tienen en el Espíritu.
9 Por eso nosotros, desde el día que lo supimos, no cesamos de orar por ustedes y de pedir que Dios los llene del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, 10 para que vivan como es digno del Señor, es decir, siempre haciendo todo lo que a él le agrada, produciendo los frutos de toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; 11 todo esto, fortalecidos con todo poder, conforme al dominio de su gloria, para que puedan soportarlo todo con mucha paciencia. Así, con gran gozo, 12 darán las gracias al Padre, que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; 13 y que también nos ha librado del poder de la oscuridad y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados.(B)
Reconciliación por medio de la muerte de Cristo
15 Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación. 16 En él fue creado todo lo que hay en los cielos y en la tierra, todo lo visible y lo invisible; tronos, poderes, principados, o autoridades, todo fue creado por medio de él y para él. 17 Él existía antes de todas las cosas, y por él se mantiene todo en orden. 18 Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia.(C) Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para tener la preeminencia en todo, 19 porque al Padre le agradó que en él habitara toda plenitud, 20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.(D)
21 Y también a ustedes, que en otro tiempo eran extranjeros y enemigos, tanto en sus pensamientos como en sus acciones, ahora los ha reconciliado completamente 22 en su cuerpo físico, por medio de la muerte, para presentárselos a sí mismo santos, sin mancha e irreprensibles, 23 siempre y cuando en verdad permanezcan cimentados y firmes en la fe, inamovibles en la esperanza del evangelio que han recibido, el cual se predica en toda la creación debajo del cielo; del cual yo, Pablo, he llegado a ser ministro.
Ministerio de Pablo a los no judíos
24 Ahora me alegro de lo que sufro por ustedes, y completo en mi cuerpo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la iglesia, que es su cuerpo; 25 de la cual llegué a ser ministro, según el plan que Dios me encomendó para el bien de ustedes, de anunciar cabalmente la palabra de Dios, 26 el misterio que había estado oculto desde los tiempos antiguos, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, 27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los no judíos, y que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria. 28 Nosotros anunciamos a Cristo, y amonestamos y enseñamos a todo el mundo en toda sabiduría, a fin de presentar perfecta en Cristo Jesús a toda la humanidad. 29 Con este fin, trabajo y lucho con todas mis fuerzas y con el poder que actúa en mí.
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas