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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
2 Crónicas 1

Salomón pide sabiduría(A)

Salomón hijo de David fue afirmado en su reino, y el Señor su Dios estaba con él y lo encumbró. Salomón convocó a todo Israel y a los jefes de millares y de centenas, lo mismo que a los jueces y a todos los jefes de familia de Israel, y él y toda la asamblea se dirigieron al lugar alto que había en Gabaón, pues allí estaba el tabernáculo de reunión de Dios que Moisés, el siervo del Señor, había hecho en el desierto. David había traído el arca de Dios de Quiriat Yearín al lugar que le había preparado en Jerusalén,(B) donde él le había levantado una tienda Delante del tabernáculo del Señor estaba el altar de bronce(C) que había hecho Besalel hijo de Uri, hijo de Jur, y allí fueron Salomón y la asamblea para consultar al Señor. Una vez allí, y en presencia del Señor, Salomón subió al altar de bronce que estaba en el tabernáculo de reunión, y sobre él ofreció mil holocaustos.

Esa misma noche Dios se le apareció a Salomón y le dijo:

«Pídeme lo que quieras que yo te dé.»

Y Salomón le dijo a Dios:

«Tú has tenido gran misericordia de David, mi padre, y a mí me has puesto en su lugar como rey. Señor y Dios, confirma ahora la promesa que le hiciste a David, mi padre, pues tú me has puesto como rey de un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra.(D) 10 Por favor, dame sabiduría y conocimiento para presentarme delante de este pueblo. A decir verdad, ¿quién podrá gobernar a tu pueblo? ¡Es tan grande!»

11 Y Dios le dijo a Salomón:

«Por haber pensado así, y por no haber pedido riquezas, ni bienes ni gloria, ni la vida de los que no te quieren, ni una larga vida, sino que has pedido tener sabiduría y conocimiento para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto como rey, 12 recibirás sabiduría y conocimiento, y además te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca antes tuvieron los reyes que te antecedieron, ni tendrán los reyes que te sucedan.»

13 Salomón se apartó entonces del tabernáculo de reunión, y desde el lugar alto que estaba en Gabaón volvió a Jerusalén para reinar sobre Israel.

Salomón comercia en caballos y en carros(E)

14 Salomón acumuló carros de guerra y gente de a caballo, y llegó a tener mil cuatrocientos carros de guerra y doce mil jinetes,(F) los cuales guardaba en las fortalezas construidas para tal efecto, y también con él en Jerusalén. 15 También acumuló en Jerusalén plata y oro, como quien amontona piedras,(G) y el cedro abundaba como los cabrahigos de la llanura. 16 Los mercaderes del reino compraban al mayoreo para Salomón(H) caballos y lienzos finos de Egipto. 17 Iban a Egipto y compraban un carro de guerra por seiscientas piezas de plata, y un caballo por ciento cincuenta, y todos los reyes hititas y sirios los compraban por medio de ellos.

1 Juan 1

La palabra de vida

Lo que era desde el principio,(A) lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos referente al Verbo de vida, la vida que se ha manifestado, y que nosotros hemos visto(B) y de la que damos testimonio, es la que nosotros les anunciamos a ustedes: la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos ha manifestado. Así que, lo que hemos visto y oído es lo que les anunciamos a ustedes, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. Porque nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Les escribimos estas cosas, para que el gozo de ustedes sea completo.

Dios es luz

Éste es el mensaje que hemos oído de él, y que les anunciamos a ustedes: Dios es luz, y en él no hay tiniebla alguna. Si decimos que tenemos comunión con él, y vivimos en tinieblas, estamos mintiendo y no practicamos la verdad. Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

Miqueas 7

Corrupción moral de Israel

¡Ay de mí! Estoy como el que, en su apetito, desea comerse los primeros frutos y se encuentra con que ya se han recogido los frutos del verano, con que ya se han rebuscado las últimas uvas de la vendimia. Ya no hay en el país gente misericordiosa. Ya no hay una sola persona honrada. Todos están a la espera de matar a otros; todos le tienden trampas a su prójimo. Para colmo de su maldad, los gobernantes extorsionan y los jueces dictan sentencia a cambio de sobornos; los poderosos no disimulan sus malos deseos, sino que los confirman. El mejor de ellos es peor que un espino; el más recto es más torcido que una zarza. ¡Pero ya viene el día de su castigo, el día que anunciaron sus vigilantes, y entonces se verán confundidos. No creas, pues, en tus amigos ni confíes en tus gobernantes. Ten cuidado de la que duerme a tu lado, y no abras la boca. Porque el hijo deshonra al padre, la hija se rebela contra la madre, y la nuera contra la suegra, y todo el mundo tiene al enemigo dentro de su propia casa.(A)

Yo, por mi parte, pondré la mirada en el Señor, y esperaré en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios habrá de escucharme!

El Señor trae luz y libertad

Tú, enemiga mía, no te alegres de mí. Aunque he caído, habré de levantarme; aunque ahora viva yo en tinieblas, el Señor es mi luz. He pecado contra el Señor, y soportaré su ira hasta que él juzgue mi causa y me haga justicia. Y él me sacará a la luz, y veré su justicia. 10 Tú, enemiga mía, lo verás, y quedarás cubierta de vergüenza. Tú solías decirme: «¿Dónde está el Señor, tu Dios?» ¡Pues con mis propios ojos he de ver cuando seas pisoteada como el lodo de las calles!

11 Jerusalén, viene el día en que tus murallas serán reconstruidas, y en ese día se extenderán tus límites. 12 En ese día vendrán a ti desde Asiria y las ciudades fortificadas, desde las ciudades fortificadas hasta el río, y de mar a mar, y de monte a monte. 13 Y el país será destruido por causa de sus habitantes y por el fruto de sus obras.

Compasión del Señor por Israel

14 Señor, guía con tu cayado a tu pueblo, al rebaño de tu propiedad, que vaga solo en la montaña, y llévalo a un campo fértil. Permítele buscar pastos en Basán y en Galaad, como en los días de antaño. 15 ¡Muéstrale tus maravillas, como el día que lo sacaste de Egipto!

16 Cuando las naciones vean tu poderío, quedarán en vergüenza. Se llevarán la mano a la boca, y se taparán los oídos. 17 Lamerán el polvo como las culebras, como las serpientes de la tierra, y temblarán de miedo en sus escondites. Amedrentados ante tu presencia, Señor y Dios nuestro, se volverán a ti.

18 ¿Qué otro Dios hay como tú, que perdona la maldad y olvida el pecado del remanente de su pueblo? Tú no guardas el enojo todo el tiempo, porque te deleitas en la misericordia. 19 Tú volverás a tener misericordia de nosotros, sepultarás nuestras iniquidades, y arrojarás al mar profundo todos nuestros pecados. 20 Les cumplirás a nuestros padres Jacob y Abrahán la fidelidad y la misericordia que les prometiste desde los tiempos antiguos.

Lucas 16

Parábola del mayordomo infiel

16 Jesús también les dijo a sus discípulos: «Había un hombre rico, que tenía un mayordomo, el cual fue acusado de malgastar los bienes de su amo. Ese hombre llamó al mayordomo, y le dijo: “¿Qué es esto que me dicen de ti? Ríndeme cuentas de tu mayordomía, porque no puedes seguir siendo mi mayordomo.” Entonces el mayordomo se puso a pensar: “¿Qué voy a hacer si mi amo me quita la mayordomía? ¿Cavar la tierra? ¡No soy capaz! ¿Pedir limosna? ¡Qué vergüenza! ¡Ya sé lo que haré! Así, cuando se me quite la mayordomía, seré bien recibido en cualquier casa.” Llamó entonces a cada uno de los deudores de su amo, y al primero le dijo: “¿Cuánto le debes a mi amo?” Aquél respondió: “Cien barriles de aceite.” El mayordomo le dijo: “Toma tu cuenta y, enseguida, siéntate y anota cincuenta.” A otro le dijo: “Y tú, ¿cuánto debes?” Y aquél respondió: “Cien sacos de trigo.” El mayordomo le dijo: “Toma tu cuenta, y anota ochenta.” Y el amo elogió al mal mayordomo por haber actuado con tanta sagacidad, pues en el trato con sus semejantes los hijos de este mundo son más sagaces que los hijos de la luz.

»Por tanto, les digo: Háganse de amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, sean ustedes recibidos en las mansiones eternas.

10 »El que es confiable en lo poco, también lo es en lo mucho; y el que no es confiable en lo poco, tampoco lo es en lo mucho. 11 Porque si en el manejo de las riquezas injustas ustedes no son confiables, ¿quién podrá confiarles lo verdadero? 12 Y si con lo ajeno no resultan confiables, ¿quién les dará lo que les pertenece? 13 Ningún siervo puede servir a dos señores, porque a uno lo odiará y al otro lo amará. O bien, estimará a uno y menospreciará al otro. Así que ustedes no pueden servir a Dios(A) y a las riquezas.»[a]

14 Los fariseos, que eran avaros, también escuchaban estas cosas, y se burlaban de él. 15 Entonces Jesús les dijo: «Ustedes se justifican a ustedes mismos delante de la gente, pero Dios conoce su corazón; pues lo que la gente considera sublime, ante Dios resulta repugnante.

La ley y el reino de Dios

16 »La ley y los profetas llegan hasta Juan. Desde entonces se anuncian las buenas noticias del reino de Dios, y todos se esfuerzan por entrar en él.(B) 17 Pero más fácilmente pasarán el cielo y la tierra, a que deje de cumplirse una sola letra de la ley.(C)

Jesús enseña sobre el divorcio(D)

18 »Todo el que se divorcia de su mujer, y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con la divorciada, también comete adulterio.(E)

El rico y Lázaro

19 »Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y cada día celebraba espléndidos banquetes. 20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que lleno de llagas pasaba el tiempo echado a la puerta de aquél, 21 ansioso de saciarse con las migajas que caían de la mesa del rico, y hasta los perros venían y le lamían las llagas. 22 Llegó el día en que el mendigo murió, y los ángeles se lo llevaron al lado de Abrahán. Después murió también el rico, y fue sepultado. 23 Cuando el rico estaba en el Hades, en medio de tormentos, alzó sus ojos y, a lo lejos, vio a Abrahán, y a Lázaro junto a él. 24 Entonces gritó: “Padre Abrahán, ¡ten compasión de mí! ¡Envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y me refresque la lengua, porque estas llamas me atormentan!” 25 Pero Abrahán le dijo: “Hijo mío, acuérdate de que, mientras vivías, tú recibiste tus bienes y Lázaro recibió sus males. Pero ahora, aquí él recibe consuelo y tú recibes tormentos. 26 Pero, además, hay un gran abismo entre nosotros y ustedes, de manera que los que quieran pasar de aquí a donde están ustedes, no pueden hacerlo; ni tampoco pueden pasar de allá hacia acá.” 27 Aquél respondió: “Padre, entonces te ruego que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, 28 donde tengo cinco hermanos, para que les advierta, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.” 29 Pero Abrahán le respondió: “Pero ellos tienen a Moisés y a los profetas. ¡Que los escuchen!” 30 Y aquél contestó: “No lo harán, padre Abrahán. Pero si alguien de entre los muertos va a ellos, sí se arrepentirán.” 31 Abrahán le dijo: “Si no han escuchado a Moisés y a los profetas, tampoco se van a convencer si alguien se levanta de entre los muertos.”»

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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