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Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
2 Samuel 7-10

Dios hace una promesa a David

(1 Cr 17:1-15)

Cuando el rey David se instaló en su palacio, el SEÑOR le dio descanso de todos los enemigos que lo rodeaban. El rey David le dijo al profeta Natán:

—Mira, ahora vivo en una buena casa hecha de cedro, mientras que el cofre de Dios se encuentra en una carpa.

Natán le respondió:

—Disponga Su Majestad, que el SEÑOR está con usted.

Pero aquella noche, la palabra del SEÑOR vino a Natán, diciendo:

«Dile a mi siervo David que el SEÑOR dice: “No eres tú quien me construirá una casa para que yo viva en ella. Cuando saqué de Egipto al pueblo de Israel, no vivía en una casa, sino que viajaba en una carpa que era mi casa. He estado por todo Israel pero ¿acaso he pedido a alguno de los jefes que elegí para que guiara a mi pueblo que me construyera una casa de cedro?” También dile: “Esto dice el SEÑOR Todopoderoso: Yo te elegí cuando pastoreabas las ovejas, te saqué de eso y te hice el líder de mi pueblo, Israel. He estado contigo dondequiera que has ido. He derrotado a tus enemigos y te haré uno de los personajes más famosos del mundo. 10 También elegí un lugar para mi pueblo Israel. Lo he establecido en ese lugar para que tenga un sitio propio y allí nadie los moleste ni la gente mala los oprima como sucedió antes, 11 cuando envié jefes para que dirigieran al pueblo de Israel. Te libraré de todos tus enemigos y yo, el SEÑOR, quiero que sepas que te daré descendencia.[a]

12 »”Cuando llegues al final de tu vida, morirás y serás sepultado con tus antepasados, pero entonces haré rey a uno de tus hijos y protegeré su reino. 13 Él me construirá una casa para mi nombre, y yo fortaleceré su reino para siempre. 14 Yo seré su padre y él será mi hijo.[b] Cuando peque, lo castigaré como un padre azota a su hijo. 15 Pero yo nunca le quitaré mi fiel amor, como se lo quité a Saúl a quien hice a un lado cuando me dirigí a ti. 16 Puedes estar seguro de que en tu familia seguirá habiendo reyes. Porque yo te favorezco, tu dinastía durará para siempre”».

17 Natán le informó a David sobre esa visión y todo lo que Dios había dicho.

Oración de David

18 Entonces el rey David fue y se sentó en la presencia del SEÑOR[c] y le dijo:

«Mi Señor DIOS, ¿por qué soy tan importante para ti? ¿Por qué es importante mi familia? ¿Por qué me has hecho tan importante? 19 Mi Señor DIOS, he recibido tanto y aun así te ha parecido poco, pues me has hecho a mí, siervo tuyo, grandes promesas sobre el futuro de mi dinastía. ¿Es esta la manera que usas para tratar con la gente, Oh Señor mi DIOS?[d] 20 ¿Qué más puedo decirte? Mi Señor DIOS, tú sabes que yo sólo soy un siervo. 21 Has hecho todo esto que es tan grande para tu siervo[e] porque así lo decidiste, y todo esto se lo has revelado a tu siervo. 22 Mi Señor DIOS, ¡por eso eres tan grande! Todo lo que hemos escuchado con nuestros propios oídos nos lleva a una sola conclusión: tú eres el único Dios y no existe nadie como tú. 23 ¿Qué otra nación en la tierra es como tu pueblo Israel? Tú lo salvaste para hacerlo tu pueblo e hiciste que tu nombre se conociera al hacer por tu pueblo prodigios y maravillas. Tú expulsaste a las naciones y a sus dioses delante de tu pueblo que rescataste de Egipto.[f] 24 SEÑOR, tú mismo te convertiste en Dios de Israel y lo hiciste tu pueblo. Israel es tu pueblo por siempre y tú eres su Dios.

25 »Ahora, SEÑOR mi Dios, confirma para siempre tu promesa con respecto a mí, tu siervo, y a mi dinastía. Haz conforme a todo lo que has dicho. 26 Entonces tu nombre recibirá honor por siempre y el pueblo dirá: “El SEÑOR Dios Todopoderoso reina sobre Israel. Que la dinastía de tu siervo David siga fuerte a tu servicio”. 27 Tú, SEÑOR Todopoderoso, Dios de Israel, has revelado a tu siervo que establecerás mi dinastía, por eso yo, tu siervo, me he atrevido a hacer esta oración. 28 Mi Señor DIOS, tú eres Dios y tus palabras son verdaderas. Tú le has prometido todo este bien a tu siervo. 29 Te ruego el favor de bendecir a mi dinastía para que siga por siempre a tu servicio. Mi Señor DIOS, como lo prometiste, has bendecido a mi dinastía de una manera que será bendita para siempre».

Victorias de David

(1 Cr 18:1-13)

Después de un tiempo, David atacó y puso a los filisteos bajo su control. Y les quitó Meteg Amá[g] del poder de los filisteos. David también derrotó a los moabitas. Los obligó a tenderse en el suelo y los midió con una cuerda: mató a los que quedaban dentro de cada dos medidas de la cuerda, y a los que quedaban dentro de una medida les perdonó la vida. De esa manera, los moabitas se convirtieron en siervos de David y le pagaban tributo.

David fue al área cercana al río Éufrates para levantar ahí un monumento a sus triunfos.[h] Ahí David venció al rey de Sobá, Hadad Ezer hijo de Rejob. David capturó 1000 carros de combate, 7000 jinetes[i] y 20 000 soldados de infantería de Hadad Ezer. También les cortó las patas a los caballos que tiraban de los carros,[j] dejando sanos sólo a 100.

Los sirios de Damasco acudieron en auxilio de Hadad Ezer, rey de Sobá, pero David los derrotó matando a 22 000 sirios. Luego David puso tropas en Damasco. Los sirios pasaron a ser siervos de David y le pagaban tributo. El SEÑOR le daba la victoria a David dondequiera que iba.

David tomó todos los escudos[k] de oro que llevaban los oficiales de Hadad Ezer y se los llevo para Jerusalén. También tomó muchos objetos de bronce de Tébaj[l] y Berotay, ciudades que habían pertenecido a Hadad Ezer.

Cuando Tou, rey de Jamat, se enteró de que David había derrotado a todo el ejército de Hadad Ezer, 10 envió a su hijo Jorán a ver al rey David para saludarlo y felicitarlo por su victoria contra Hadad Ezer, pues Tou también había peleado antes contra Hadad Ezer. Jorán le trajo obsequios de plata, oro y bronce. 11 David los tomó, los consagró al SEÑOR y los puso con los otros objetos que había tomado de las naciones que había derrotado, los cuales también había consagrado. 12 David derrotó a Edom, a Moab, a los amonitas, a los filisteos y a los amalecitas. También derrotó a Hadad Ezer, hijo de Rejob, rey de Sobá. 13 David se hizo aun más famoso cuando regresó a su casa después de derrotar a 18 000 edomitas[m] en el valle de la sal. 14 David instaló tropas por toda la tierra de Edom. Todos los edomitas pasaron a ser siervos de David y el SEÑOR le daba la victoria a dondequiera que iba.

Funcionarios de David

(2 S 20:23-26; 1 Cr 18:14-17)

15 David gobernó sobre todo Israel con justicia y equidad para todo el pueblo. 16 Joab hijo de Sarvia era el comandante del ejército. Josafat hijo de Ajilud era el cronista. 17 Sadoc hijo de Ajitob y Ajimélec hijo de Abiatar eran sacerdotes. Seraías era el secretario. 18 Benaías hijo de Joyadá estaba a cargo de los mercenarios cretenses y filisteos,[n] y los hijos de David eran sacerdotes.

Actitud de David hacia la familia de Saúl

David preguntó:

—¿Queda alguno de la familia de Saúl a quien yo pueda beneficiar en memoria de Jonatán?

Los siervos de David mandaron llamar a un siervo llamado Siba de la familia de Saúl. El rey David le preguntó:

—¿Tú eres Siba?

Y Siba dijo:

—Sí, yo soy su siervo Siba.

El rey dijo:

—¿Queda alguien más aquí de la familia de Saúl a quien yo pueda beneficiar en el nombre de Dios?

Siba le dijo al rey David:

—Jonatán tiene un hijo que está tullido de ambos pies.

El rey le preguntó a Siba:

—¿Dónde está?

Siba le respondió:

—En Lo Debar, en la casa de Maquir hijo de Amiel.

Entonces el rey David envió a sus oficiales a Lo Debar para buscar al hijo de Jonatán en la casa de Maquir hijo de Amiel. Mefiboset hijo de Jonatán y nieto de Saúl, fue a donde estaba David y se postró rostro en tierra frente a él.

David le dijo:

—¿Eres tú Mefiboset?

Mefiboset le respondió:

—Sí señor, a las órdenes de Su Majestad.

David le dijo:

—No temas. Yo quiero beneficiarte en memoria de tu papá Jonatán. Te devolveré toda la tierra de tu abuelo Saúl, y siempre podrás sentarte a mi mesa.

Mefiboset se inclinó ante David de nuevo y dijo:

—Yo no valgo más que un perro muerto, y sin embargo Su Majestad me trata con bondad.

Entonces el rey David llamó a Siba, siervo de Saúl, y le dijo:

—Le he dado a la familia de Saúl todo lo que pertenecía al nieto de tu amo. 10 Tú, tus hijos y tus siervos trabajarán la tierra de Mefiboset y guardarán las cosechas para que el nieto de tu amo tenga comida en abundancia. Pero Mefiboset, el nieto de tu amo, siempre podrá sentarse a mi mesa.

Siba tenía 15 hijos y 20 siervos.

11 Siba le dijo al rey David:

—Tu siervo hará todo lo que mi señor el rey le ordena.

Así Mefiboset se sentaba a la mesa de David como si fuera uno de los hijos del rey. 12 Mefiboset tenía un hijo llamado Mica. Toda la familia de Siba estaba al servicio de Mefiboset 13 en Jerusalén. Tullido de ambos pies, Mefiboset se sentaba a la mesa del rey todos los días.

David derrota a los amonitas

(1 Cr 19:1-19)

10 Después de un tiempo, murió el rey de los amonitas y su hijo Janún reinó en su lugar. David pensó: «Como Najás fue leal conmigo, yo seré leal con Janún». Así que envió a sus funcionarios para expresar sus condolencias a Janún por la muerte de su papá y ellos fueron a la tierra de los amonitas. Pero los líderes amonitas le dijeron a su amo Janún: «¿En verdad cree Su Majestad que David está honrando la memoria de su papá enviando a sus hombres a darle el pésame? David en realidad envió a sus hombres para espiar la ciudad y luego planear cómo combatirlo».

Entonces Janún mandó arrestar a los oficiales de David, hizo que les rasuraran media barba y que les quitaran la ropa de la cintura para abajo. Luego los envió de regreso. Cuando se le informó a David lo que había pasado, envió mensajeros para que encontraran a los oficiales, pues los hombres estaban avergonzados. El rey David les dijo: «Esperen en Jericó hasta que les crezca la barba de nuevo y luego regresen».

Al darse cuenta de que se habían convertido en enemigos de David, los amonitas contrataron sirios de Bet Rejob y Sobá. Contrataron a 20 000 soldados de infantería y al rey de Macá con 1000 hombres y 12 000 más de Tob. Al enterarse David envió a Joab con todos los soldados del ejército. Los amonitas se alistaron para la batalla y avanzaron hacia la entrada de la ciudad. Los sirios de Sobá y Rejob y los hombres de Tob y Macá se colocaron aparte en campo abierto.

Al verse con enemigos por el frente y por la retaguardia, Joab escogió a las mejores tropas israelitas y las formó para combatir a los sirios. 10 Luego encargó los demás hombres a su hermano Abisay para que enfrentaran a los amonitas. 11 Joab le dijo a Abisay: «Si los sirios son más fuertes que yo, ven en mi ayuda. Si son más fuertes que tú, yo iré en tu ayuda. 12 Esfuérzate y luchemos con valentía por nuestro pueblo y las ciudades de nuestro Dios y que SEÑOR haga su voluntad».

13 Entonces Joab y sus hombres atacaron a los sirios, quienes huyeron de ellos. 14 Al ver que los sirios huían, los amonitas huyeron de Abisay y regresaron a su ciudad. Así, Joab suspendió la batalla y regresó a Jerusalén.

15 Al verse derrotados por Israel, los sirios se unieron y formaron un gran ejército. 16 Hadad Ezer envió mensajeros para que trajeran a los sirios que vivían al otro lado del río Éufrates, los cuales fueron a Jelán, bajo el mando de Sobac, el comandante del ejército de Hadad Ezer.

17 Cuando David se enteró de esto, reunió a todos los israelitas y juntos cruzaron el río Jordán rumbo a Jelán. Al llegar, los sirios se prepararon para la batalla y atacaron, 18 pero resultaron huyendo de los israelitas. David mató a 700 soldados de los carros y 40 000 de caballería y también mató a Sobac, comandante del ejército sirio. 19 Al ver que los israelitas los habían derrotado, los reyes que servían a Hadad Ezer pactaron la paz con Israel y se sometieron. Los sirios tuvieron miedo de volver a ayudar a los amonitas.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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