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Read the Gospels in 40 Days

Read through the four Gospels--Matthew, Mark, Luke, and John--in 40 days.
Duration: 40 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Mateo 21-22

La entrada triunfal

21 Ya cerca de Jerusalén, en el pueblo de Betfagué, junto al monte de los Olivos, Jesús envió a dos de los discípulos al pueblo cercano.

A la entrada del pueblo les dijo: «Hallarán una burra atada y junto a ella un burrito. Desátenlos y me los traen. Si alguien les pregunta algo, díganle que el Maestro los necesita y que luego se los devolverá».

Así se cumplió la antigua profecía:

«Díganle a Jerusalén: “Tu Rey vendrá a ti sentado humildemente sobre un burrito”».

Los dos discípulos obedecieron, y poco después regresaron con los animales. Pusieron luego sus mantos encima del burrito para que Jesús se montara. Cuando Jesús pasaba, algunos de entre el gentío tendían sus mantos a lo largo del camino, otros cortaban ramas de los árboles y las tendían delante de él. Y delante y detrás del cortejo, el pueblo lo aclamaba:

―¡Viva el Hijo del rey David! ¡Alábenlo! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Gloria a Dios!

10 Cuando entraron a Jerusalén, toda la ciudad se conmovió.

―¿Quién será este? —preguntaban.

11 ―Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea.

Jesús en el templo

12 Jesús se dirigió al templo y echó fuera a los que allí vendían y compraban, y volcó las mesas de los que cambiaban dinero y las sillas de los que vendían palomas. Y dijo:

13 ―Las Escrituras afirman que el templo de Dios es casa de oración, pero ustedes lo han convertido en cueva de ladrones.

14 Entonces se le acercaron los ciegos y los cojos y los sanó allí mismo en el templo. 15 Los principales sacerdotes y los demás jefes judíos vieron aquellos sorprendentes milagros; y cuando escucharon a los niños que gritaban en el templo: «¡Viva el Hijo de David!», se perturbaron y se llenaron de indignación. Entonces le dijeron a Jesús:

16 ―¿No oyes lo que están diciendo esos niños?

―Sí —respondió Jesús—. ¿No dicen acaso las Escrituras que “aun los recién nacidos lo adoran”?

17 Después de esto regresó a Betania, donde pasó la noche.

Se seca la higuera

18 Cuando regresaba a Jerusalén a la mañana siguiente, tuvo hambre. 19 Se acercó a una higuera del camino con la esperanza de encontrar en ella higos, ¡pero sólo encontró hojas!

―¡Nunca jamás produzcas fruto! —le dijo.

Y la higuera se secó. 20 Al verlo, los discípulos se preguntaron llenos de asombro:

―¿Cómo es que la higuera se secó tan pronto?

21 Y Jesús les respondió:

―Pues les repito que si tienen fe y no dudan, podrán hacer cosas como esta y muchas más. Hasta podrán decirle al Monte de los Olivos que se quite y se arroje al mar, y los obedecerá. 22 Cualquier cosa que pidan en oración la recibirán, si de veras creen.

La autoridad de Jesús puesta en duda

23 Ya de regreso en el templo, y mientras enseñaba, los principales sacerdotes y otros jefes judíos se le acercaron a exigirle que les explicara por qué había echado del templo a los mercaderes y quién le había dado autoridad para hacerlo.

24 ―Lo explicaré si ustedes me contestan primero esta pregunta —les respondió Jesús—. 25 ¿Quién envió a Juan a bautizar? ¿Fue Dios o no?

Como era una pregunta difícil de contestar, se pusieron a discutirla entre ellos en voz baja:

―Si decimos que Dios lo envió, nos preguntará por qué no creímos en él. 26 Y si decimos que no fue Dios el que lo envió, el pueblo se enojará, porque casi todo el mundo cree que Juan era profeta.

27 Por fin le respondieron:

―La verdad es que no sabemos.

Y Jesús les dijo:

―Pues yo tampoco les voy a decir quién me dio autoridad para hacer estas cosas.

Parábola de los dos hijos

28 »Pero, ¿qué les parece? Un padre que tenía dos hijos le dijo al mayor: “Hijo, ve a trabajar hoy a la finca”. 29 Y el hijo le respondió: “Lo siento; no tengo deseos de trabajar hoy en la finca”. Pero luego, arrepentido, fue. 30 Cuando el padre le pidió al menor que fuera, este le respondió: “¡Con mucho gusto! ¡Ahora mismo voy!”. Pero no fue. Díganme: 31 ¿Cuál de los dos obedeció a su padre?

―El primero, por supuesto —le respondieron los principales sacerdotes y los jefes judíos.

―Pues los despreciados cobradores de impuestos y las prostitutas llegarán al reino de Dios antes que ustedes, 32 puesto que Juan el Bautista les dijo que se arrepintieran y se volvieran a Dios, y ustedes no le hicieron caso. Los cobradores de impuestos y las prostitutas, en cambio, sí que creyeron el mensaje de Juan. Y aun viendo que esto sucedía así, ustedes se negaron a arrepentirse y a creer en él.

Parábola de los labradores malvados

33 Entonces les contó la siguiente parábola:

«Cierto hombre plantó una viña, la cercó, construyó una torre de vigilancia, y la arrendó a varios labradores. Según el contrato, estos habrían de compartir con el dueño el producto de la viña. El dueño se fue a otra región. 34 Cuando se acercó el tiempo de la cosecha, envió a empleados suyos a recoger lo que le correspondía. 35 Pero los labradores los atacaron: a uno lo golpearon, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon. 36 Entonces el dueño envió un grupo mayor de hombres a cobrar, pero estos corrieron la misma suerte. 37 Por último, envió a su hijo con la esperanza de que lo respetarían por ser quien era. 38 Pero cuando los labradores vieron que se acercaba, se dijeron: “Este no es nada menos que el heredero. Matémoslo y así nos quedaremos con la herencia”. 39 Y, en efecto, lo sacaron de la viña y lo mataron.

40 »¿Qué creen ustedes que hará el dueño cuando regrese?».

41 Los dirigentes judíos respondieron:

―Pues matará sin misericordia a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le paguen lo convenido.

42 Entonces Jesús les preguntó:

―¿Han leído alguna vez en las Escrituras aquello que dice: “La piedra que rechazaron los constructores ha sido puesta como piedra principal. ¡Qué interesante! El Señor lo hizo y es maravilloso”? 43 Con esto quiero decirles que a ustedes Dios les va a quitar el reino de los cielos, y se lo dará a gentes que den los frutos que él espera. 44 El que tropiece con la Roca de la verdad se hará pedazos; y al que la piedra le caiga encima quedará pulverizado.

45 Al darse cuenta los principales sacerdotes y los demás jefes judíos que Jesús se refería a ellos, que ellos eran los labradores de la parábola, 46 sintieron deseos de apresarlo, pero no se atrevieron porque el pueblo tenía a Jesús por profeta.

Parábola del banquete de bodas

22 Jesús les relató otras parábolas que describían el reino de los cielos:

«El reino de los cielos puede ilustrarse con el cuento de un rey que preparó un gran banquete en celebración de la boda de su hijo. Envió muchísimas invitaciones, y cuando el banquete estuvo listo, mandó un mensajero a notificar a los convidados que ya podían ir. ¡Pero nadie fue! Envió a otros siervos a decirles que fueran pronto, que no se demoraran, que ya los asados estaban listos. Algunos de los invitados se rieron de los mensajeros y se fueron a sus labranzas o negocios; y los otros tomaron a los mensajeros y, tras golpearlos y afrentarlos, los mataron. El rey, enojado, ordenó al ejército que acabara con aquellos asesinos y quemara la ciudad. Entonces dijo: “El banquete está listo, pero los que estaban invitados han mostrado que no eran dignos de la invitación. Por eso, vayan ahora por las esquinas e inviten a todo el mundo”.

10 »Los siervos obedecieron y trajeron a cuantos hallaron, lo mismo malos que buenos. Las mesas se llenaron de invitados. 11 Pero cuando el rey fue a ver a los convidados, vio que uno no traía puesto el vestido de boda que había comprado para los invitados. 12 “Amigo mío”, le dijo, “¿cómo entraste sin el vestido de boda?”. Como no le respondió, 13 el rey ordenó: “Átenlo de pies y manos y échenlo en las tinieblas de afuera. ¡Allí será el llorar y el crujir de dientes! 14 Porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos”».

El pago del impuesto al César

15 Los fariseos se reunieron para tramar la manera de enredar a Jesús en sus propias palabras y hacerle decir algo que lo comprometiera. 16 Decidieron enviar a algunos de sus hombres, juntamente con algunos herodianos,[a] a formularle algunas preguntas.

―Señor —le dijeron—, sabemos que amas la verdad y que la enseñas sin miedo a las consecuencias. 17 Dinos, ¿debe uno pagar impuestos al gobierno romano?

18-19 Jesús, que sabía lo que se traían entre manos, les dijo:

―¡Hipócritas! ¿A quién se creen que están tratando de engañar con preguntas como esas? Enséñenme una moneda.

Y ellos le mostraron una moneda romana de plata.

20 ―¿De quién dice ahí que es esa imagen? —les preguntó.

21 ―Del César —respondieron.

―Pues denle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

22 Sorprendidos y avergonzados, se fueron.

El matrimonio en la resurrección

23 Aquel mismo día, algunos de los saduceos (que eran los que no creían en la resurrección de los muertos), le preguntaron:

24 ―Señor, Moisés dijo que si un hombre muere sin tener hijos, uno de sus hermanos debe casarse con la viuda para que ella tenga hijos que reciban la herencia familiar del muerto. 25-26 Pues bien, hubo una vez una familia de siete hermanos. El primero de estos se casó y murió sin tener hijos, por lo cual la viuda se casó con el segundo hermano. Aquel hermano también murió sin tener hijos, y la esposa se casó con el siguiente hermano. El caso se fue repitiendo de manera tal que aquella señora fue esposa de los siete hermanos. 27-28 Pero a la mujer le llegó también la hora de morir. Dinos, ¿de cuál de los hermanos será esposa cuando resuciten? ¡En vida lo fue de los siete!

29 ―Pues ustedes se equivocan por ignorar las Escrituras y el poder de Dios —les dijo Jesús—. 30 En la resurrección no habrá matrimonios, porque todos serán como los ángeles del cielo. 31 Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no se han fijado que las Escrituras dicen: 32 “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.

33 El gentío se quedó boquiabierto ante aquella respuesta.

El mandamiento más importante

34 Los fariseos no se dejaron amedrentar por la derrota de los saduceos 35 y se les ocurrió una nueva idea. Uno de ellos, abogado, preguntó a Jesús:

36 ―Señor, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley de Moisés?

37 Jesús respondió:

―“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. 38 Este es el primero y el más importante de los mandamientos. 39 El segundo es similar: “Amarás a tu prójimo con el mismo amor con que te amas a ti mismo”. 40 Los demás mandamientos y demandas de los profetas se resumen en estos dos mandamientos que he mencionado. El que los cumpla estará cumpliendo todos los demás.

¿De quién es hijo el Cristo?

41 Aprovechando la ocasión de estar rodeado de fariseos, Jesús les preguntó:

42 ―¿Qué opinan ustedes del Mesías? ¿De quién es hijo?

―De David —le respondieron.

43 ―Entonces, ¿por qué David, inspirado por el Espíritu Santo, lo llama “Señor”? Porque fue David quien afirmó:

44 »“Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que haya puesto a tus enemigos bajo tus pies”.

45 »¿Creen ustedes que David habría llamado “Señor” a su hijo?

46 ―No —le respondieron—. Y desde entonces nadie se atrevió a preguntarle nada.

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