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Read the Gospels in 40 Days

Read through the four Gospels--Matthew, Mark, Luke, and John--in 40 days.
Duration: 40 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Marcos 13-14

Jesucristo predice la destrucción del templo

13 Cuando salía del templo, le dice uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras tan enormes y qué construcciones tan magníficas.

Jesús le dijo: ¿Ves estas grandiosas construcciones? No quedará ni una piedra sobre otra que no sea totalmente derruida.

Señales antes del fin

Y estando él sentado en el monte de los Olivos frente por frente del templo, le preguntaban en privado Pedro, Jacobo, Juan y Andrés:

Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y cuál será la señal cuando todas estas cosas estén para cumplirse?

Y Jesús comenzó a decirles: Mirad que nadie os engañe.

Vendrán muchos usurpando mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo. Y engañarán a muchos.

Cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no os alarméis; tiene que ocurrir, pero todavía no es el fin.

Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá terremotos en diversos lugares, habrá hambres. Estas cosas son principio de los dolores de alumbramiento.

Pero vosotros estad alerta sobre vosotros mismos; os entregarán a los tribunales y seréis azotados en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por causa de mí, para testimonio a ellos.

10 Pero primero debe ser proclamado el evangelio a todas las naciones.

11 Y cuando os conduzcan para entregaros, no os preocupéis de antemano por lo que vais a hablar, sino hablad lo que se os comunique en aquel momento; porque no sois vosotros los que estáis hablando, sino el Espíritu Santo.

12 Y entregará a la muerte hermano a hermano, y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres, y los matarán.

13 Seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, ése será salvo.

14 Pero cuando veáis la abominación de la desolación [de que habló el profeta Daniel][a] erigida donde no debe (el que esté leyendo, que lo entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes;

15 el que esté en la azotea, no baje ni entre a llevarse algo de su casa;

16 y el que haya marchado al campo, no se vuelva atrás para tomar su manto.

17 ¡Ay de las que estén encintas y de las que estén amamantando en aquellos días!

18 Orad para que no suceda en invierno.

19 Porque aquellos días serán una tribulación, tal como no la hubo desde el principio de la creación que Dios hizo hasta ahora, ni la habrá jamás.

20 Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días, no se salvaría ninguna vida, pero en atención a los escogidos que él eligió, acortó los días.

21 Entonces, si alguien os dice: Mira, aquí está el Cristo; o: Mira, allí está, no lo creáis.

22 Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas y harán señales y prodigios a fin de extraviar, de ser posible, a los elegidos.

23 Vosotros, pues, estad sobre aviso; os lo he dicho todo por anticipado.

La venida del Hijo del Hombre

24 Pero en esos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor;

25 las estrellas estarán cayendo del cielo, y los poderes que hay en los cielos serán sacudidos.

26 Y entonces verán al Hijo del Hombre que viene en las nubes con gran poder y gloria.

27 Entonces enviará a los ángeles, y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.

28 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se vuelve tierna y brotan las hojas, conocéis que el verano está cerca.

29 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.

30 En verdad os digo que de ningún modo pasará esta generación hasta que todas estas cosas sucedan.

31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

32 Pero de aquel día o de aquella hora, nadie sabe, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.

33 Estad atentos, velad y orad; porque no sabéis cuándo es el tiempo señalado.

34 Es como un hombre que se fue de viaje y, al dejar su casa, dio atribuciones a sus siervos, a cada uno su tarea, y encargó al portero que velara.

35 Por tanto, velad; porque no sabéis cuándo viene el dueño de la casa, si al atardecer, a la medianoche, al canto del gallo, o de madrugada;

36 no sea que venga de repente y os encuentre durmiendo.

37 Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: Velad.

El complot para prender a Jesús

14 Faltaban dos días para la pascua y para la fiesta de los panes sin levadura; y los principales sacerdotes y los escribas buscaban la manera de prender a Jesús con engaño para darle muerte;

pues decían: No durante la fiesta, no sea que haya un tumulto del pueblo.

Jesucristo es ungido en Betania

Estando él en Betania, en la casa de Simón el leproso, sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro, de mucho precio; quebró el vaso de alabastro, y derramó el perfume sobre la cabeza de él.

Pero había algunos que se decían entre sí, indignados: ¿Para qué se ha hecho este derroche de perfume?

Porque este perfume podía haber sido vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y estaban irritados contra ella.

Pero Jesús dijo: Dejadla; ¿por qué la molestáis? Ha realizado en mí una buena obra.

Porque a los pobres siempre los tenéis con vosotros, y les podéis hacer bien cuando queráis, pero a mí no siempre me tendréis.

Ella ha hecho lo que ha podido; se ha anticipado a ungir mi cuerpo para el sepelio.

Y en verdad os digo: Dondequiera que se proclame el evangelio, en el mundo entero, se dirá también en memoria de ella lo que ha hecho.

Judas se ofrece a entregar a Jesús

10 Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregarlo a ellos a traición.

11 Ellos, al oírle, se alegraron y prometieron darle dinero; y él andaba buscando la manera de entregarlo en un momento oportuno.

Institución de la Cena del Señor

12 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando estaban sacrificando el cordero pascual, le dicen sus discípulos: ¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la pascua?

13 Envía entonces a dos de sus discípulos y les dice: Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; seguidle,

14 y donde él entre, decid al dueño de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está mi aposento, en el cual pueda comer la pascua con mis discípulos?

15 Y él os mostrará un aposento grande en el piso superior, amueblado y preparado; hacednos allí los preparativos.

16 Salieron los discípulos, llegaron a la ciudad y encontraron tal como les había dicho, y prepararon la pascua.

17 Al atardecer, llega con los doce.

18 Y cuando estaban sentados a la mesa comiendo, dijo Jesús: En verdad os digo que uno de vosotros me traicionará, uno que está comiendo conmigo.

19 Ellos comenzaron a entristecerse y a decirle uno por uno: ¿Acaso yo?

20 Él les dijo: Uno de los doce, uno que moja conmigo en el plato.

21 Porque el Hijo del Hombre se va, tal como está escrito de él; pero ¡ay de aquel hombre por medio del cual es traicionado el Hijo del Hombre! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.

22 Y mientras comían, tomó un pan, habiendo bendecido, lo partió, se lo dio, y dijo: Tomad; esto es mi cuerpo.

23 Luego tomó una copa, dio gracias y les dio: y bebieron de ella todos.

24 Y les dijo: Esto es mi sangre del pacto, que es derramada en favor de muchos.

25 En verdad os digo que no beberé ya más del fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo en el reino de Dios.

26 Y después de cantar un himno, salieron hacia el monte de los Olivos.

Jesús anuncia la negación de Pedro

27 Entonces, les dice Jesús: Todos sufriréis tropiezo, pues está escrito: Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas.

28 Pero después de que haya sido resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.

29 Entonces le dijo Pedro: Aunque todos sufran tropiezo, yo no.

30 Jesús le dice: En verdad te digo que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces.

31 Pero Pedro decía con más insistencia: Aunque tenga que morir contigo, de ninguna manera te negaré. Lo mismo decían también todos.

Jesús ora en Getsemaní

32 Llegan a una finca llamada Getsemaní, y les dice a sus discípulos: Sentaos aquí hasta que yo haya orado.

33 Toma entonces consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan; y comenzó a sentir pavor y angustia.

34 Y les dice: Mi alma está abrumada de una tristeza mortal; permaneced aquí y velad.

35 Y él se fue un poco más adelante, cayó en tierra y comenzó a orar que, si era posible, pasara de él aquella hora.

36 Y decía: Abbá, Padre; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieras.

37 Viene entonces, y los encuentra dormidos; y le dice a Pedro: Simón, ¿estás durmiendo? ¿No tuviste fuerzas para velar por una sola hora?

38 Velad y orad para que no caigáis en tentación; pues el espíritu es animoso, pero la carne es débil.

39 Se fue otra vez y oró, diciendo las mismas palabras.

40 De nuevo vino y los encontró durmiendo, porque sus ojos estaban muy cargados, y no sabían qué contestarle.

41 Viene por tercera vez, y les dice: Dormid, pues, y descansad. ¡Ya basta! Ha llegado la hora; mirad, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores.

42 ¡Levantaos! ¡Vamos! Mirad, el que me entrega está aquí.

Prendimiento de Jesús

43 Todavía estaba él hablando, cuando de pronto se presenta Judas, uno de los doce, y con él una multitud con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes, de los escribas y de los ancianos.

44 Y el que le entregaba les había dado una contraseña, diciendo: Al que yo bese, ése es; prendedle y conducidle con seguridad.

45 Inmediatamente después de llegar, se acerca a él y le dice: Rabí, Rabí [Rabí][b], y le besó.

46 Entonces ellos le echaron las manos y le prendieron.

47 Pero uno de los que estaban cerca, sacó la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja.

48 Jesús se dirigió a ellos y les dijo: ¿Como contra un salteador habéis salido con espadas y palos a prenderme?

49 Todos los días estaba frente a vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis; pero es así para que se cumplan las Escrituras.

50 Entonces, todos le abandonaron y huyeron.

El joven que escapó

51 Cierto joven le seguía, cubierto solamente con una sábana sobre su cuerpo desnudo, y le detienen.

52 Pero él dejó en pos de sí la sábana y escapó desnudo.

Jesús ante el sanedrín

53 Condujeron a Jesús ante el sumo sacerdote, y se reúnen todos los principales sacerdotes, los ancianos y los escribas.

54 También Pedro le siguió de lejos, hasta dentro del palacio del sumo sacerdote; allí estaba sentado con los guardias, calentándose junto a la lumbre.

55 Los principales sacerdotes y el sanedrín entero andaban buscando contra Jesús un testimonio para darle muerte, y no lo encontraban;

56 pues muchos daban falso testimonio contra él, pero los testimonios no concertaban.

57 Y algunos, levantándose, daban falso testimonio contra él, diciendo:

58 Nosotros le oímos decir: Yo destruiré este templo hecho con mano, y en tres días edificaré otro no hecho con mano.

59 Pero ni aun así era idéntico el testimonio de ellos.

60 Entonces se levantó el sumo sacerdote, y adelantándose al centro, interrogó a Jesús, diciendo: ¿No respondes nada a lo que éstos testifican contra ti?

61 Pero él callaba y no respondía nada. Volvió a preguntarle el sumo sacerdote, diciendo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?

62 Y Jesús dijo: Yo soy, y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder, y viniendo en las nubes del cielo.

63 Entonces el sumo sacerdote, rasgando sus vestidos, dice: ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos?

64 Oísteis la blasfemia; ¿qué os parece? Y todos le condenaron, diciendo que era reo de muerte.

65 Y algunos comenzaron a escupirle, a cubrirle el rostro, a darle de puñetazos, y a decirle: ¡Profetiza! Y los guardias le recibieron a bofetadas.

Pedro niega conocer a Jesús

66 Estando Pedro abajo en el patio, llega una de las criadas del sumo sacerdote,

67 y al ver a Pedro calentándose, después de mirarle fijamente, le dice: También tú estabas con Jesús el Nazareno.

68 Pero él lo negó, diciendo: Ni sé, ni entiendo qué es lo que tú estás diciendo; y salió afuera, a la entrada, [y cantó un gallo][c].

69 La criada lo vio, y comenzó otra vez a decir a los que estaban allí: Éste es de ellos.

70 Pero él lo negó de nuevo. Poco después, los que estaban allí volvieron a decirle a Pedro: De seguro que tú eres de ellos, pues de cierto eres galileo, [y tu manera de hablar es semejante][d].

71 Pero él comenzó a maldecir y a jurar, diciendo: No conozco a ese hombre que decís.

72 E inmediatamente, por segunda vez, cantó un gallo. Y Pedro recordó la frase que Jesús le había dicho: Antes que un gallo cante dos veces, me negarás tres veces; y, al darse cuenta, comenzó a llorar.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.