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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Esdras 4-6

Oposición samaritana

Cuando los enemigos de Judá y de Benjamín oyeron que los cautivos habían regresado y estaban reconstruyendo el templo, se acercaron a Zorobabel y a los demás jefes, y les dijeron:

―Permítannos que trabajemos con ustedes, porque nosotros también adoramos a su Dios, y le hemos estado ofreciendo sacrificios desde que el rey Esarjadón, de Asiria, nos hizo venir aquí.

Pero Zorobabel, Jesúa y los demás jefes judíos les respondieron:

―No, ustedes no pueden tener parte en este trabajo. El templo del Dios de Israel debe ser edificado exclusivamente por los israelitas, porque así lo ha ordenado el rey Ciro, de Persia.

4-5 Entonces los habitantes de aquellos lugares trataron de desalentar y amedrentar a los judíos, para que no continuaran con el trabajo de reconstrucción. Hasta se atrevieron a pagarles a algunos de los consejeros, para que convencieran a la gente de que no siguieran trabajando. Esto ocurrió durante todo el reinado de Ciro, y hasta el de Darío, quienes fueron reyes de Persia.

Después, cuando comenzó a reinar el rey Asuero, conocido también como Jerjes, le escribieron una carta acusando a los habitantes de Judá y de Jerusalén. Tiempo después, cuando Artajerjes comenzó a reinar en Persia, le enviaron una carta escrita en arameo y traducida al persa. Los que enviaron esa carta fueron: Bislán, Mitrídates, Tabel y sus compañeros.

8-9 También el comandante Rejún y el secretario Simsay le enviaron al rey Artajerjes una carta en contra de los habitantes de Jerusalén. Esta carta iba firmada, además, por jueces, gobernadores y los funcionarios de Persia, Érec, Babilonia y Susa, es decir, Elam. 10 Así mismo la firmaron los representantes de las demás naciones, cuyos habitantes habían sido sacados de su tierra y llevados a vivir en Jerusalén, Samaria y en la región que está al occidente del río Éufrates. El que hizo esto fue el famoso y respetado Asnapar.

11 Este es el texto de la carta que le enviaron al rey Artajerjes:

Al rey Artajerjes: Lo saludan sus leales súbditos de la orilla occidental del Éufrates. 12 Queremos informarle que los judíos enviados a Jerusalén desde Babilonia están reedificando su ciudad. La gente de esa ciudad tiene fama de ser rebelde y malvada. Ya han reedificado sus muros, y han reparado los cimientos del templo.

13 Pero nosotros queremos que usted sepa que si esta ciudad es reconstruida, la tesorería real saldrá perjudicada, porque se negarán a pagar los impuestos. 14 Su Majestad, nosotros hemos decidido informarle de esto, porque estamos muy agradecidos con usted, y no queremos que se le deshonre de ninguna manera. 15 Sugerimos que busque en los archivos para que vea cuán rebelde ha sido la gente de esta ciudad en el pasado. Es más, esa ciudad fue destruida debido a su larga historia de rebelión contra reyes y naciones que trataron de dominarla. 16 Queremos que usted sepa que si esta ciudad es reconstruida y se reedifican sus muros, bien puede olvidarse de la parte de su imperio de este lado del Éufrates, pues la habrá perdido.

17 El rey envió esta respuesta a Rejún, el gobernador, a Simsay, el secretario, y a sus compañeros que vivían en Samaria y en el resto del área occidental del río Éufrates.

18 Señores, reciban mis saludos. La carta que ustedes enviaron me fue traducida y leída. 19 Ordené buscar las crónicas, y he encontrado que Jerusalén, en el pasado, fue cuna de sublevaciones contra muchos reyes. La rebelión y la sedición son normales para la gente de esa ciudad. 20 He descubierto, además, que hubo en Jerusalén grandes reyes que dominaban todo el territorio de ese lado del río Éufrates y a quienes se le pagaba tributos, impuestos y rentas. 21 Por lo tanto, mientras no reciban una nueva orden de parte mía, ordenen que esa gente suspenda los trabajos de reedificación de esa ciudad. 22 No sean negligentes en esto, porque no podemos permitir que el mal aumente y el reino se vea perjudicado.

23 Cuando Rejún, Simsay y sus compañeros leyeron esta carta del rey Artajerjes fueron a Jerusalén y obligaron a los judíos a detener la construcción. 24 Las obras quedaron suspendidas hasta el segundo año del reinado del rey Darío, de Persia.

Se reinicia la reconstrucción del templo

Los profetas Hageo y Zacarías hijo de Idó le dieron a la gente de Judá y de Jerusalén un mensaje de parte del Dios de Israel, que era quien protegía a su pueblo. Cuando Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac oyeron el mensaje, decidieron reiniciar la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén. Y los profetas Hageo y Zacarías los ayudaban.

Entonces Tatenay, gobernador de la región al occidente del Éufrates, y Setar Bosnay y sus compañeros, fueron a Jerusalén y preguntaron: «¿Quién les dio permiso para reedificar este templo y restaurar las murallas?». Pidieron además los nombres de los que estaban trabajando en ello. Pero como Dios protegía a los jefes del pueblo judío, los enemigos les permitieron continuar los trabajos hasta que llegara la respuesta del rey Darío, a quien se le consultaría sobre el asunto.

De modo que Tatenay, gobernador de la región al occidente del Éufrates, y Setar Bosnay y sus compañeros, y los demás funcionarios enviaron la siguiente carta al rey Darío:

Saludamos al rey Darío, y le deseamos paz.

Queremos informarle que fuimos al templo del gran Dios, y descubrimos que está siendo reconstruido con grandes piedras. Además vimos que se están colocando maderas en las murallas de la ciudad. La obra está avanzando con gran rapidez y éxito.

Preguntamos a los dirigentes: ¿Quién les dio permiso para hacer esto? 10 Pedimos, además, los nombres a fin de notificárselo a usted. 11 Ellos nos respondieron:

«Somos siervos del Dios del cielo y la tierra, y estamos reedificando su templo que fue construido hace muchos siglos por un gran rey de Israel. 12 Pero después nuestros antepasados hicieron enojar al Dios del cielo, y él los entregó en las manos de Nabucodonosor, quien lo destruyó y se llevó cautivo al pueblo a Babilonia.

13 »Ellos insisten en que el rey Ciro, de Babilonia, durante el primer año de su reinado, emitió un decreto en el cual autorizaba reconstruirlo. 14 Dicen, además, que el rey Ciro devolvió los utensilios de oro y plata que Nabucodonosor se había llevado del templo de Jerusalén, y los colocó en el templo de Babilonia. Dicen que estos utensilios fueron entregados al cuidado de un hombre llamado Sesbasar, a quien el rey Ciro nombró gobernador de Judá. 15 Que el rey dio órdenes de devolver los utensilios a Jerusalén, y dejar que el templo de Dios fuera reconstruido en su sitio. 16 Entonces Sesbasar vino y echó los cimientos del templo en Jerusalén. El pueblo ha estado trabajando en ello desde entonces, pero aún no han terminado. 17 Si Su Majestad está de acuerdo, le pedimos que ordene investigar en la tesorería real de Babilonia si es verdad que el rey Ciro promulgó ese decreto. Le rogamos que nos haga saber entonces cuál es su decisión en este asunto».

Decreto de Darío

Entonces el rey Darío ordenó investigar en los archivos de la tesorería de Babilonia, que era donde se guardaban los archivos. Y se halló en el palacio de Ecbatana, en la provincia de Media, un rollo en el cual estaba escrito lo siguiente:

Primer año del reinado de Ciro. En cuanto al templo de Dios en Jerusalén, el rey Ciro decreta: Que se echen los cimientos y se reconstruya el templo para que los judíos puedan ofrecer los sacrificios. La altura será de veintisiete metros, y el ancho será de veintisiete metros. Tendrá tres hileras de piedra en los cimientos y una hilera de madera nueva. Todos los gastos los pagará el rey. Los utensilios de plata y de oro, que Nabucodonosor sacó del templo de Dios, serán devueltos a Jerusalén y serán puestos en el templo, donde estaban antes.

Entonces el rey Darío envió este mensaje al gobernador Tatenay, a Setar Bosnay y a los demás funcionarios de la región occidental del Éufrates:

Salgan de Jerusalén y dejen que el gobernador de Judá y los jefes de Judá sigan reconstruyendo este templo en el mismo lugar donde estaba antes.

Aún más, decreto que ustedes deben pagar, sin tardanza, todos los gastos de construcción, tomando el dinero de los impuestos recolectados en su territorio. Además, cada día, deberán darles becerros, carneros, y corderos para los holocaustos al Dios del cielo. También les darán trigo, vino, sal, aceite de oliva y todo cuanto los sacerdotes les soliciten. 10 Así los judíos podrán ofrecer sacrificios aceptables al Dios del cielo, y orar por mí y por mis hijos.

11 Si alguien intenta alterar este decreto de alguna manera, se quitará un madero de su casa, y con él se construirá una horca en la cual será colgado. Y su casa será reducida a escombros. 12 El Dios que ha escogido la ciudad de Jerusalén destruirá a cualquier nación que altere este mandamiento y destruya este templo. Yo, Darío, he promulgado este decreto. Por lo tanto, debe cumplirse con toda diligencia.

Terminación y dedicación del templo

13 Por eso, el gobernador Tatenay, Setar Bosnay y sus compañeros cumplieron inmediatamente el mandato del rey Darío. 14 Así que los jefes de los judíos continuaron su trabajo y terminaron la reconstrucción, de acuerdo con la palabra de Dios dada por medio de los profetas Hageo y Zacarías hijo de Idó. Gracias al mandato de Dios y a los decretos de Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia, los judíos pudieron terminar la reconstrucción. 15 El templo fue terminado el día tres del mes de Adar, en el sexto año del reinado del rey Darío, 16 y fue entonces dedicado con gran gozo por los sacerdotes, los levitas y todos los que habían regresado del cautiverio.

17 Durante la celebración de la dedicación se ofrecieron en sacrificio cien becerros, doscientos carneros, y cuatrocientos corderos. Además, como ofrenda por el pecado, se ofrecieron doce chivos, uno por cada una de las tribus de Israel. 18 Los sacerdotes y levitas fueron instalados en sus diversos cargos, para hacer la obra de Dios, tal como está establecido en las leyes de Moisés.

Celebración de la Pascua

19 También celebraron la fiesta de la Pascua el día catorce del mes primero. 20 Para esa fecha, los sacerdotes y levitas ya se habían purificado, y ofrecieron los sacrificios por el pueblo, por sus compañeros sacerdotes y por ellos mismos. 21-22 Los judíos que habían regresado de la cautividad en Babilonia celebraron la Pascua. También se les unieron aquellos que vivían entre ellos, y que habían abandonado las costumbres perversas de los pueblos vecinos, y habían decidido adorar al Señor, Dios de Israel. La celebración de la fiesta de los Panes sin levadura duró siete días. La festejaron con mucho júbilo, porque el Señor les había llenado de alegría al permitir que el rey de Asiria los tratara con tanta benevolencia y les hubiera ayudado a reconstruir el templo del Dios de Israel.

Salmos 137

137 Llorando nos sentábamos junto a los ríos de Babilonia pensando en Sion. Hemos abandonado nuestras liras, colgadas de las ramas de los sauces. Allí, los que nos tenían cautivos nos exigían que cantáramos. Nuestros verdugos nos pedían un himno alegre, nos decían: «Cántennos uno de esos cantos de Sion». Pero ¿cómo cantaremos los himnos del Señor en una tierra extraña? Si llego a olvidarte, oh Jerusalén, ¡que mi mano derecha olvide cómo tocar el arpa! Si no me acordara de ti, ni fueras tú mi más grande gozo, que la lengua se me pegue al paladar.

Señor, no olvides lo que estos edomitas hicieron aquel día en que los ejércitos de Babilonia tomaron Jerusalén. «¡Arrásenla hasta el suelo!», gritaban. Oh Babilonia, que serás destruida; dichoso el que te haga pagar por lo que nos has hecho. ¡Dichoso el que tome a tus niños y los estrelle contra las rocas!

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