Chronological
1 1-2 Estimado pueblo santo de Dios que es fiel a Jesucristo y vive en la ciudad de Éfeso.[a]
Un cordial saludo de Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios.
Que la paz y las bendiciones de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo estén con ustedes.
Bendiciones espirituales en Cristo
3 Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo que nos ha dado toda clase de bendiciones espirituales en el cielo a través de Cristo. 4 Dios quiere bendecirnos de esta manera porque nos eligió por amor antes de la creación del mundo para que fuéramos su pueblo santo sin falta ante él. Por el amor que tiene, 5 Dios decidió adoptarnos como hijos suyos a través de Jesucristo. Eso era lo que él tenía planeado y le dio gusto hacerlo. 6 Dios nos eligió para que así se le honre por su grandioso amor, que nos dio gratuitamente por medio de su Hijo amado. 7 La sangre que Cristo derramó en su muerte pagó el rescate para librarnos de la esclavitud. Es decir, que Dios es tan generoso que perdona nuestras faltas, y 8 nos mostró abundantemente su bondad. Con completa sabiduría y entendimiento 9 nos ha dado a conocer su plan secreto. Esto fue lo que con gusto Dios quiso hacer por medio de Cristo. 10 El plan de Dios, que se cumplirá a su debido tiempo, es poner bajo el mando de Cristo todo lo que hay en el cielo y en la tierra.
11 Dios nos eligió por medio de Cristo para ser su pueblo, tal como ya lo tenía planeado, pues él actúa de manera que todo lo que suceda salga de acuerdo con su voluntad. 12 Nosotros los judíos ya estábamos esperando al Cristo desde hace tiempo. Fuimos elegidos para alabarle por su grandeza, 13 y esto mismo sucede con ustedes: oyeron el mensaje de la verdad, o sea, las buenas noticias de su salvación y creyeron en Cristo. Por medio de él, Dios les puso el sello del Espíritu Santo que había prometido. 14 El Espíritu es un adelanto que se nos da como garantía de que recibiremos lo que Dios prometió, quien usó la garantía del Espíritu para darnos libertad. Como resultado Dios será alabado por su grandeza.
Oración de Pablo
15 Por eso, desde que supe que ustedes tienen fe en el Señor Jesús y que aman a todo el pueblo de Dios, 16 siempre los recuerdo en mis oraciones y ruego a Dios por ustedes. 17 Ruego que Dios, el Padre glorioso de nuestro Señor Jesucristo, les dé el Espíritu, fuente de sabiduría, quien les revelará la verdad de Dios para que la entiendan y lleguen a conocerlo mejor.
18 Pido que Dios les abra la mente para que vean y sepan lo que él tiene preparado para la gente que ha llamado. Entonces podrán participar de las ricas y abundantes bendiciones que él ha prometido a su pueblo santo. 19 Verán también lo grande que es el poder que Dios da a los que creen en él. Es el mismo gran poder 20 con el que Dios resucitó a Cristo de entre los muertos y le dio el derecho de sentarse a su derecha en el cielo. 21 Dios ha puesto a Cristo por encima de cualquier gobernante, autoridad, poder y dominio, tanto de este mundo como del que está por venir. 22 Dios puso todo bajo sus pies y lo nombró como cabeza de todo para bien de la iglesia, 23 la cual es su cuerpo. Cristo, quien llena todo en todo momento, llena la iglesia con su presencia.
De la muerte a la vida
2 Hace tiempo ustedes estaban espiritualmente muertos a causa de sus pecados y sus ofensas contra Dios. 2 Antes vivían pecando, igual que todo el mundo, y se dejaban guiar por el que gobierna las fuerzas de maldad que están en el aire y que todavía actúa por medio de los que desobedecen a Dios. 3 Todos nosotros vivíamos así antes. Nuestra forma de vida era complacer los deseos perversos de nuestra naturaleza carnal. Hacíamos cualquier cosa que la naturaleza carnal deseara o que la mente pudiera imaginar. Tal como los demás, merecíamos que Dios nos castigara con su enojo. 4 Pero la compasión de Dios es muy grande, y él nos amó con un inmenso amor. 5 Estábamos muertos espiritualmente a causa de nuestras ofensas contra Dios, pero él nos dio vida al unirnos con Jesucristo. Fíjense, ustedes fueron salvos sólo gracias a la generosidad de Dios. 6 Él nos levantó de la muerte junto con Cristo y nos sentó junto a él en el cielo. 7 Dios hizo esto para mostrar en el futuro su inmensa generosidad siendo bondadoso con nosotros a través de Jesucristo. 8 Ustedes fueron salvos gracias a la generosidad de Dios porque tuvieron fe. No se salvaron a sí mismos, su salvación fue un regalo de Dios. 9 La salvación no es algo que ustedes hayan conseguido, pues nadie puede decir que se salvó a sí mismo. 10 Nosotros somos obra de Dios, creados en Jesucristo para realizar las buenas obras que Dios ya planeó de antemano para que nos ocupáramos de ellas.
Somos uno en Cristo
11 Recuerden que ustedes no nacieron como judíos, quienes se llaman a sí mismos «circuncidados» y los llamaban a ustedes «no circuncidados», pero la circuncisión es sólo algo que ellos se hacen en el cuerpo. 12 Recuerden que ustedes no tenían a Cristo: no eran ciudadanos de Israel, no tenían nada que ver con los pactos ni con las promesas de Dios. Ustedes vivían sin Dios en el mundo y sin ninguna esperanza. 13 Pero ahora, unidos a Jesucristo ya no están lejos de Dios porque la muerte[b] de Cristo los acercó a Dios.
14 Cristo nos trajo la paz y es quien nos ha unido a todos en un solo pueblo. Antes, los judíos y los que no son judíos se odiaban y estaban divididos como si un muro los separara, pero Cristo murió para derrumbar ese muro de odio. 15 La ley tenía muchos mandamientos y normas, pero Cristo acabó con esa ley para que los dos grupos se conviertan en un solo pueblo con él, y así hizo la paz. 16 Cristo murió en la cruz y con su muerte terminó la enemistad entre los pueblos, hizo que todos estuvieran en paz con Dios y que fueran un solo cuerpo. 17 Él vino y proclamó la paz tanto a ustedes que estaban lejos de Dios como a los que estaban cerca de él. 18 Por medio de Cristo todos podemos acercarnos al Padre en el mismo Espíritu.
19 Por lo tanto, ustedes los que no son judíos, ya no son inmigrantes ni exiliados, sino ciudadanos junto con el pueblo santo y forman parte de la familia de Dios. 20 Ustedes los creyentes son esa casa, construida sobre una base sólida formada por los apóstoles y profetas, siendo Cristo mismo la piedra más importante de la construcción. 21 Todo el edificio se mantiene unido debido a él, quien hace que crezca y se convierta en un templo santo para el Señor. 22 Gracias a Cristo, ustedes y los judíos forman parte del mismo templo donde vive Dios a través del Espíritu.
Misión de Pablo a los no judíos
3 Así que yo, Pablo, soy prisionero de Jesucristo para bien de ustedes que no son judíos. 2 Seguramente habrán oído del trabajo que Dios, en su generoso amor, me ha dado para ayudarles a ustedes. 3 Por revelación, él me dio a conocer su plan secreto, como antes les escribí brevemente. 4 Si ustedes leen lo que escribí, podrán captar cómo entiendo el plan secreto que se ha dado a conocer con Cristo. 5 En otras generaciones ese plan secreto no se dio a conocer a la gente, pero ahora Dios, por medio del Espíritu, lo ha revelado a los santos apóstoles y profetas. 6 Este es el plan secreto: los que no son judíos recibirán lo mismo que Dios les ha prometido a los judíos. Los judíos y los que no son judíos son miembros del mismo cuerpo y participan juntos de la promesa que Dios hizo en Jesucristo. Los que no son judíos reciben todo esto por medio de la buena noticia de salvación.
7 Por el generoso amor de Dios quien quiso actuar en mí con poder, recibí el don de ser un siervo dedicado a anunciar la buena noticia de salvación. 8 Aunque soy el menos importante del pueblo de Dios, él me concedió el privilegio de anunciar a los que no son judíos la buena noticia de las infinitas riquezas de Cristo. 9 Dios me encargó el trabajo de sacar a la luz su plan secreto, pues él, Creador de todo lo que existe, tenía oculto su plan desde el principio. 10 Esto sucedió para que todas las autoridades y poderes en el cielo conocieran por medio de la iglesia la sabiduría de Dios en todas sus formas. 11 Esto está de acuerdo con el plan eterno que Dios cumple en Nuestro Señor Jesucristo. 12 Por nuestra fe en Cristo[c] tenemos la libertad de presentarnos ante Dios con plena confianza para hablar con él. 13 Por eso les ruego que no se desanimen por los sufrimientos que soporto por ustedes; al contrario, mis sufrimientos deben ser un honor para ustedes.
El amor de Cristo
14 Por eso me arrodillo para orar ante el Padre, 15 de quien toda familia en el cielo y en la tierra recibe su verdadero nombre. 16 A él le pido que en su infinita grandeza les conceda a ustedes fortaleza interior a través del Espíritu. 17 Pido al Padre que Cristo viva en ustedes por la fe y que su amor sea la raíz y el cimiento de su vida. 18 Así podrán comprender con todo el pueblo santo de Dios cuán ancho y largo, cuán alto y profundo, es su amor. 19 El amor de Cristo es tan grande que supera todo conocimiento. Pero a pesar de eso, pido a Dios que lo puedan conocer, de manera que se llenen completamente de todo lo que Dios es.
20 Por el poder de Dios que obra en nosotros, él puede hacer mucho más de lo que jamás podríamos pedir o imaginar. 21 ¡Gloria a Dios en la iglesia y en Jesucristo por todas las generaciones para siempre! Así sea.
La unidad del cuerpo de Cristo
4 Yo, Pablo, preso por la causa del Señor, les ruego que vivan de acuerdo con el llamamiento que recibieron de Dios. 2 Sean siempre humildes, amables, tengan paciencia, sopórtense con amor unos a otros. 3 El Espíritu los ha unido con un vínculo de paz. Hagan todo lo posible por conservar esa unidad, permitiendo que la paz los mantenga unidos. 4 Así como ustedes forman un solo cuerpo y hay un solo Espíritu, Dios también los llamó a una sola esperanza. 5 Hay un solo Señor, una sola fe y un solo bautismo. 6 Hay un solo Dios y Padre de todos que gobierna a todos, trabaja por medio de todos y vive en todos nosotros.
7 Cristo en su generosidad nos dio un don a cada uno. 8 (A)Por eso dice:
«Cuando subió a los cielos,
se llevó a los prisioneros
y entregó dones a la gente».[d]
9 ¿Qué significa eso de que «subió»? Pues significa que primero descendió a las partes más bajas de la tierra.[e] 10 Cristo fue el mismo que descendió y luego subió a lo más alto de los cielos para llenarlo todo con su presencia. 11 Cristo mismo le dio dones a la gente: a unos, el don de ser apóstoles; a otros el de ser profetas; a otros el de anunciar la buena noticia de salvación; y a otros el de ser pastores y maestros. 12 Él dio esos dones para preparar a su pueblo santo para el trabajo de servir y fortalecer al cuerpo de Cristo. 13 Este trabajo debe continuar hasta que estemos todos unidos en lo que creemos y conocemos acerca del Hijo de Dios. Nuestra meta es convertirnos en gente madura, vernos tal como Cristo y tener toda su perfección.
14 Así no nos portaremos como niños, ni seremos como un barco a la deriva arrastrados por cualquier nueva enseñanza de quienes buscan engañarnos con sus trampas. 15 Por el contrario, maduraremos y seremos como Cristo en todo sentido, enseñando la verdad con amor. Cristo es la cabeza, y 16 el cuerpo entero depende de él. Por medio de él, todas las partes del cuerpo están ligadas y se mantienen unidas. Cada parte cumple su función y así todo el cuerpo crece y se fortalece por el amor.
Vida nueva en Cristo
17 Lo que les voy a decir es una advertencia del Señor: dejen ya de vivir como los que no son creyentes, porque ellos se guían por pensamientos inútiles. 18 Su entendimiento está oscurecido porque están separados de la vida que viene de Dios y porque son ignorantes debido a lo terco que es su corazón. 19 Han perdido la vergüenza, se han dedicado a la inmoralidad y se entregan cada vez más a cometer toda clase de perversiones. 20 Pero esa clase de vida no tiene nada que ver con la instrucción que recibieron de Cristo. 21 Sé que ustedes han recibido su mensaje y han aprendido la verdad que está en Jesús. 22 Se les enseñó a dejar atrás la forma de vida que llevaban antes. Ese viejo ser va de mal en peor por los deseos engañosos. 23 Aprendieron a renovar su forma de pensar por medio del Espíritu,[f] 24 y a revestirse del nuevo ser que Dios creó a su imagen para que practique la justicia y la santidad por saber la verdad.
25 (B)Así que dejen las mentiras y «díganse siempre la verdad unos a otros»[g] porque todos formamos parte del mismo cuerpo. 26 (C)«No permitan que la ira los haga cometer pecados»[h]; que la noche no los sorprenda enojados. 27 No le den ninguna oportunidad al diablo para que los derrote.
28 El que era ladrón deje de robar y trabaje haciendo algo provechoso con sus manos, así podrá compartir con el que no tiene nada.
29 No digan malas palabras, sino palabras que ayuden y animen a los demás, para que lo que hablen le haga bien a quien los escuche. 30 No hagan poner triste al Espíritu Santo, quien es la garantía para su completa liberación en el día señalado. 31 Quítense de ustedes toda amargura, ira y enojo, gritos, calumnias y malicia. 32 Sean amables y considerados unos con otros, y perdónense como Dios los ha perdonado a través de Cristo.
5 Así que sean imitadores de Dios, pues ustedes son sus hijos amados. 2 Sigan el camino del amor así como Cristo nos amó y ofrendó su vida por nosotros como un sacrificio voluntario cuyo agradable olor sube a Dios.
3 Ustedes son el pueblo santo de Dios; por lo tanto, ¡entre ustedes no debe existir ni la más mínima indicación de inmoralidad sexual ni ningún otro exceso! 4 Tampoco digan groserías, tonterías ni hagan bromas vulgares, pues no convienen; más bien, den gracias a Dios. 5 Pues pueden estar seguros de que el que cometa pecados sexuales no tendrá parte en el reino de Cristo y de Dios, ni el que haga inmoralidades, ni tampoco el que siempre quiera tener más cosas para sí, porque eso es como adorar a un dios falso.
6 No permitan que nadie los engañe con ideas falsas porque Dios se enoja con los que no lo obedecen. 7 Así que no tengan nada que ver con esa clase de gente 8 porque ustedes estaban antes en la oscuridad, pero ahora están en la luz del Señor. Por lo tanto, vivan como hijos que pertenecen a la luz. 9 La luz trae bondad, justicia y verdad en abundancia. 10 Traten de aprender qué es lo que agrada al Señor. 11 No participen de los actos sin fruto que se hacen en la oscuridad, más bien desenmascárenlos, 12 pues hasta da vergüenza hablar de lo que esa gente hace a escondidas. 13 Todo lo que se expone a la luz, se puede ver con claridad, 14 pues todo lo que se saca a la luz se convierte en luz. Por eso decimos:
«Despiértate, tú que duermes,
levántate de entre los muertos,
y Cristo te iluminará».
15 Por eso hay que tener mucho cuidado con la forma de vivir. No vivan como la gente necia, sino con sabiduría. 16 Esto quiere decir que deben aprovechar toda oportunidad para hacer el bien, porque estamos en una época llena de maldad. 17 No sean tontos, mejor traten de entender cuál es la voluntad del Señor. 18 No se emborrachen, porque así echarán a perder su vida, mejor llénense del Espíritu Santo. 19 Anímense entre ustedes con salmos, himnos y cantos de alabanza. Canten de corazón melodías al Señor. 20 Siempre den gracias por todo a Dios Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Cristo y la pareja
21 Sírvanse unos a otros por respeto a Cristo. 22 Esposas, estén dispuestas a servir a su esposo así como sirven al Señor. 23 El esposo es la cabeza de la esposa, así como Cristo es la cabeza de la iglesia. Cristo es el Salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. 24 Así como la iglesia sirve a Cristo, también la esposa debe servir en todo a su esposo.
25 Esposos, amen a su esposa así como Cristo amó a la iglesia y entregó su vida por ella. 26 Cristo murió para hacer que la iglesia fuera declarada santa, purificándola con el lavamiento del agua y un pronunciamiento suyo, 27 para presentársela a sí mismo como una novia, llena de esplendor y belleza. Cristo murió para que la iglesia fuera pura, sin mancha ni arruga, ni nada semejante. 28 El esposo debe amar a su esposa así como ama a su propio cuerpo; el que ama a su esposa, se ama a sí mismo 29 porque nadie odia a su propio cuerpo. Todo lo contrario, lo alimenta y lo cuida, así como Cristo cuida a la iglesia 30 porque formamos parte de su cuerpo. 31 (D)«El hombre dejará a su papá y a su mamá para unirse a su esposa y los dos serán un solo ser».[i] 32 Este es un misterio muy grande pero tiene que ver con Cristo y la iglesia. 33 En todo caso, cada uno de ustedes ame a su mujer como a sí mismo, y la mujer respete a su marido.
Relación entre padres e hijos
6 Hijos, obedezcan a sus padres como lo manda el Señor, porque esto es justo. 2 (E)«Respeta a tu papá y a tu mamá»,[j] ese es el primer mandamiento que está acompañado por una promesa: 3 (F)«Así te irá bien en todo y tendrás una larga vida en la tierra».[k]
4 Padres, no hagan enojar a sus hijos sino edúquenlos con la disciplina y la enseñanza del Señor.
Relación entre amos y esclavos
5 Esclavos, obedezcan a sus amos aquí en la tierra. Obedezcan con mucho respeto y sinceridad como si estuvieran obedeciendo a Cristo. 6 No trabajen sólo cuando los estén vigilando, sino como esclavos de Cristo, cumpliendo la voluntad de Dios de todo corazón. 7 Hagan su trabajo de buena gana, como si estuvieran sirviendo al Señor y no a los seres humanos. 8 Recuerden que cuando uno hace algo bueno, recibe recompensa del Señor, no importa si uno es esclavo o es libre.
9 Ustedes amos, traten bien a sus esclavos y no los amenacen, pues recuerden que su amo y el de ellos está en el cielo y él trata a todos por igual.
La armadura de Dios
10 Finalmente, confíen en el gran poder del Señor para fortalecerse. 11 Protéjanse contra los engaños del diablo con toda la armadura que les da Dios. 12 Nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra gobernantes, contra autoridades, contra poderes de este mundo oscuro y contra fuerzas espirituales malignas del cielo. 13 Por esa razón, vístanse con toda la armadura de Dios. Así soportarán con firmeza cuando llegue el día del ataque de Satanás y después de haber luchado mucho todavía podrán resistir. 14 Entonces manténganse firmes, pónganse el cinturón de la verdad y protéjanse con la coraza de la justicia. 15 Prepárense poniéndose el calzado de anunciar las buenas noticias de la paz. 16 Pero sobre todo, tomen el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del maligno. 17 Utilicen la salvación como casco protector. Tomen la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. 18 Oren y pidan siempre con la ayuda del Espíritu. Manténganse alerta y no dejen de orar por todo el pueblo santo.
19 Oren también por mí para que yo tenga valor cuando esté anunciando la buena noticia y que los que escuchen puedan entender el plan secreto de Dios. 20 Mi trabajo es ser delegado de Dios para anunciar su mensaje y por eso estoy preso. Oren a Dios para que yo diga ese mensaje como debo hacerlo, sin miedo.
Saludos finales
21 Les envío al estimado hermano Tíquico, fiel ayudante en el Señor, quien les contará todo acerca de mi situación. 22 Envío a Tíquico porque quiero que sepan cómo estoy y para que los anime.
23 Hermanos, que la paz, el amor y la fe de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo estén siempre con ustedes. 24 Que Dios bendiga en abundancia a los que aman profundamente a nuestro Señor Jesucristo.
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