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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Biblia del Jubileo (JBS)
Version
Eclesiastés 7-12

¶ Mejor es el buen nombre que el buen ungüento; y el día de la muerte que el día del nacimiento.

Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del convite; porque aquello es el fin de todos los hombres; y el que vive se advertirá.

Mejor es el pesar que la risa; porque con la tristeza del rostro se enmendará el corazón.

El corazón de los sabios está en la casa del luto; mas el corazón de los locos, en la casa del placer.

Mejor es oír la reprensión del sabio, que la canción de los locos.

Porque la risa del loco es como el estrépito de las espinas debajo de la olla. Y también la risa o la prosperidad del loco es vanidad.

¶ Ciertamente la opresión hace enloquecer al sabio; y la dádiva corrompe el corazón.

Mejor es el fin del negocio que su principio; mejor es el sufrido de espíritu que el altivo de espíritu.

No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque la ira reposa en el seno de los locos.

10 Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueran mejores que éstos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría.

11 ¶ Buena es la ciencia con herencia; y es la excelencia de los que ven el sol.

12 Porque en la sombra de la ciencia, y en la sombra del dinero reposa el hombre; mas la sabiduría excede en que da vida a sus poseedores.

13 Mira la obra de Dios; porque ¿quién podrá enderezar lo que él torció?

14 En el día del bien goza del bien; y en el día del mal abre los ojos y aprende. Dios también hizo esto (el día del mal) delante de lo otro, para que el hombre no halle nada después de él.

15 Todo lo he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.

16 No seas demasiado legalista ni muy sabio en tus propios ojos, ¿por qué te destruirás?

17 No seas muy listo a condenar, ni seas loco; ¿por qué morirás en medio del hilo de tus empresas?

18 Bueno es que tomes de esto, y también de aquello no apartes tu mano; porque el que a Dios teme, saldrá con todo.

19 La sabiduría fortifica al sabio más que diez poderosos príncipes que haya en la ciudad.

20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.

21 Tampoco apliques tu corazón a todas las cosas que se hablaren, para que no oigas a tu esclavo que dice mal de ti;

22 porque tu corazón sabe que tú también dijiste mal de otros muchas veces.

23 ¶ Todas estas cosas probé con sabiduría, diciendo: Me haré sabio; mas ella se alejó de mí.

24 Lejos está lo que fue; y lo muy profundo ¿quién lo hallará?

25 Yo he rodeado con mi corazón por saber, y examinar, e inquirir la sabiduría, y la razón; y por saber la maldad de la locura, y el desvarío del error;

26 y he hallado más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón es redes y lazos; y sus manos ligaduras. El que agrada a Dios escapará de ella; mas el pecador quedará preso en ella.

27 He aquí, esto he hallado, dice el Predicador, pesando las cosas una por una para hallar la razón;

28 lo que aún busca mi alma, y no encuentro: un hombre entre mil he hallado; mas mujer de todas éstas nunca hallé.

29 He aquí, solamente he hallado esto: que Dios hizo al hombre recto, mas ellos buscaron muchas perversiones.

¶ ¿Quién como el sabio? ¿Y quién como el que sabe la interpretación de las cosas? La sabiduría de este hombre hará relucir su rostro, y la tosquedad de su semblante se mudará.

Yo te aviso que guardes el mandamiento del rey y la palabra del pacto que hiciste con Dios.

No seas ligero a rebelarse contra él, ni en cosa mala persistas; porque él hará todo lo que quisiere;

porque la palabra del rey es su potestad, ¿y quién le dirá, qué haces?

El que guarda el mandamiento no experimentará mal; y el corazón del sabio conoce el tiempo y el juicio.

¶ Porque para toda voluntad hay tiempo y juicio; porque el mal del hombre es grande sobre él;

porque no sabe lo que será; ni cuándo haya de ser, ¿quién se lo enseñará?

No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte; y no valen armas en tal guerra; ni la impiedad librará al que la posee.

¶ Todo esto he visto, y he puesto mi corazón en todo lo que se hace debajo del sol; el tiempo en que el hombre se enseñorea del hombre para mal suyo.

10 Entonces vi también que los impíos sepultados vinieron aún en memoria; mas los que frecuentaban el lugar santo, fueron luego puestos en olvido en la ciudad donde con rectitud habían obrado. Esto también es vanidad.

11 Porque no se ejecuta en seguida la sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está en ellos lleno para hacer mal.

12 Aunque el que peca haga mal cien veces, y le sea prolongado el juicio, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temieren ante su presencia;

13 y que al impío nunca le irá bien, ni le serán prolongados los días, que son como sombra; por cuanto no temió delante de la presencia de Dios.

14 ¶ Hay otra vanidad que se hace sobre la tierra: que hay justos los cuales son pagados como si hicieran obras de impíos; y hay impíos, que son pagados como si hicieran obras de justos. Digo que esto también es vanidad.

15 Por tanto alabé yo la alegría; que no tenga el hombre bien debajo del sol, sino que coma y beba, y se alegre; y que esto le quede de su trabajo los días de su vida que Dios le dio debajo del sol.

16 Por lo cual yo di mi corazón a conocer sabiduría, y a ver la ocupación que se hace sobre la tierra (porque hay quien ni de noche ni de día ve sueño en sus ojos).

17 Y he visto acerca de todas las obras de Dios, que el hombre no puede alcanzar a entender la obra que se hace debajo del sol; por mucho que trabaje el hombre buscándola, no la hallará; aunque diga el sabio que sabe, no la podrá alcanzar.

¶ Ciertamente a todo esto di mi corazón, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; y que no sabe el hombre ni el amor ni el odio por todo lo que pasa delante de él.

Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso tiene el justo y el impío; el bueno y el limpio y el no limpio; el que sacrifica, y el que no sacrifica; como el bueno, así el que peca; el que jura, como el que teme el juramento.

Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que todos tengan un mismo suceso, y también que el corazón de los hijos de los hombres esté lleno de mal, y de enloquecimiento en su corazón durante su vida; y después, a los muertos.

¶ Porque hay esperanza para todo aquel que está aún entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.

Porque los que viven saben que morirán; mas los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.

Aun su amor, y su odio y su envidia, fenecieron ya; ni tienen ya más parte en el siglo, en todo lo que se hace debajo del sol.

Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; para que tus obras sean agradables a Dios en este tiempo.

En todo tiempo serán blancos tus vestidos, y nunca faltará ungüento sobre tu cabeza.

Goza de la vida con la esposa que amas, todos los días que has de vivir en este lago de vanidad, que te son dados; todos los días de tu vanidad debajo del sol; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo en que trabajas debajo del sol.

10 Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo con todas tus fuerzas; porque en el Seol, adonde tú vas, no hay obra, ni industria, ni ciencia, ni sabiduría.

11 ¶ Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes la gracia; sino que tiempo y ocasión acontece a todos.

12 Porque el hombre tampoco conoce su tiempo; como los peces que son presos en la mala red, y como las aves que se prenden en lazo, así son enlazados los hijos de los hombres en el tiempo malo, cuando cae de repente sobre ellos.

13 ¶ También vi esta sabiduría debajo del sol, la cual me es importante:

14 una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la cerca, y edifica contra ella grandes baluartes;

15 y se halla en ella un hombre pobre, sabio, el cual libra la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel pobre hombre.

16 Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fortaleza; aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras.

17 Las palabras del sabio con reposo son oídas, más que el clamor del señor entre los locos.

18 Mejor es la sabiduría que las armas de guerra; pero un pecador destruye mucho bien.

10 ¶ Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al ungüento del perfumador; así una pequeña locura, al que es estimado por sabio y honorable.

El corazón del sabio está a su mano derecha; mas el corazón del loco a su mano izquierda.

Y aun mientras va el loco por el camino, le falta cordura; y dice a todos, que es loco.

¶ Si el espíritu del señor se exaltare contra ti, no dejes tu lugar; porque la mansedumbre hará reposar grandes pecados.

Hay otro mal que debajo del sol he visto; como salido de delante del gobernador por yerro:

La locura está colocada en grandes alturas, y los ricos están sentados en lugar bajo.

Vi esclavos en caballos, y príncipes que andaban como esclavos sobre la tierra.

El que hiciere el hoyo caerá en él; y al que aportillare el vallado, le morderá la serpiente.

El que mudare las piedras, tribulación tendrá en ellas; el que cortare la leña, en ella peligrará.

10 Si se embotare el hierro, y su filo no fuere amolado, hay que añadir entonces más fuerza; pero excede la bondad de la sabiduría.

11 Si mordiere la serpiente no encantada; no es más el lenguaraz.

12 ¶ Las palabras de la boca del sabio son gracia; mas los labios del loco lo echan a perder.

13 El comienzo de las palabras de su boca es locura; y el fin de su charla nocivo desvarío.

14 El loco multiplica palabras, y dice: no sabe el hombre lo que será; ¿y quién le hará saber lo que después de él será?

15 El trabajo de los locos los fatiga; porque no saben por dónde ir a la ciudad.

16 ¶ ¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es niño, y tus príncipes banquetean de mañana!

17 ¡Bienaventurada, tú, tierra, cuando tu rey es hijo de nobles, y tus príncipes comen a su hora, para reponer sus fuerzas, y no por el beber!

18 Por la pereza se cae la techumbre, y por flojedad de las manos se llueve la casa.

19 Por el placer se hace el convite, y el vino alegra los vivos; y el dinero responde a todo.

20 Ni aun en tu pensamiento maldigas al rey, ni en los secretos de tu cámara maldigas al rico; porque las aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas harán saber la palabra.

11 ¶ Echa tu pan sobre las aguas; que después de muchos días lo hallarás.

Reparte a siete, y aun a ocho; porque no sabes el mal que vendrá sobre la tierra.

Si las nubes fueren llenas de agua, sobre la tierra la derramarán; y si el árbol cayere al mediodía, o al norte, al lugar que el árbol cayere, allí quedará.

El que al viento mira, nunca sembrará; y el que mira a las nubes, nunca segará.

Como tú no sabes cuál es el camino del espíritu, o cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas.

Por la mañana siembra tu simiente, y a la tarde no dejes reposar tu mano; porque tú no sabes cuál es lo mejor, si esto o lo otro, o si ambas son igualmente buenas.

¶ Suave ciertamente es la luz, y agradable a los ojos ver el sol;

mas si el hombre viviere muchos años, y en todos ellos hubiere gozado de alegría; si después trajere a la memoria los días de las tinieblas, que serán muchos, todo lo que le habrá pasado, dirá haber sido vanidad.

Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu juventud; y anda en los caminos de tu corazón, y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te traerá Dios a juicio.

10 Quita pues la tristeza de tu corazón, y aparta el mal de tu carne; porque la niñez y la juventud son vanidad.

12 ¶ Y acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los malos días, y lleguen los años, de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento.

Antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelven las nubes tras la lluvia;

cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas, porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas;

y las puertas de afuera se cerrarán, por la bajeza de la voz de la muela; y se levantará a la voz del ave, y todas las hijas de canción serán humilladas;

cuando también temerán de lo alto, y los tropezones en el camino; y florecerá el almendro, y se cargará la langosta, y se perderá el apetito; porque el hombre va a la casa de su siglo, y los endechadores andarán en derredor por la plaza.

Antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo;

y el polvo se torne a la tierra, como era antes, y el espíritu se vuelva a Dios que lo dio.

¶ Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo vanidad.

Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios.

10 Procuró el Predicador hallar palabras de voluntad, y escritura recta, palabras de verdad.

11 Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados, las de los maestros de las congregaciones, puestas por debajo de un Pastor.

12 Hijo mío, a más de esto, sé avisado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es aflicción de la carne.

13 ¶ El fin de todo el sermón es oído: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es toda la felicidad del hombre.

14 Porque Dios traerá toda obra a juicio, el cual se hará sobre toda cosa oculta, buena o mala.

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