Chronological
4 Lo acompañaban Sópater de Berea(A), hijo de Pirro; Aristarco(B) y Segundo de los tesalonicenses(C); Gayo(D) de Derbe(E), y Timoteo(F); Tíquico(G) y Trófimo(H) de Asia[a](I). 5 Pero estos se habían adelantado y nos(J) esperaban en Troas(K). 6 Nos embarcamos(L) en Filipos(M) después de los días de la Fiesta de los Panes sin Levadura[b](N), y en cinco días llegamos adonde ellos estaban en Troas(O); y allí nos quedamos siete días.
Despedida de Pablo en Troas
7 El primer día de la semana(P), cuando estábamos reunidos(Q) para partir el pan(R), Pablo les hablaba, pensando salir al día siguiente, y prolongó su discurso[c] hasta la medianoche. 8 Había muchas lámparas(S) en el aposento alto(T) donde estábamos reunidos. 9 Y estaba sentado en la ventana un joven llamado Eutico. Como Pablo continuaba hablando, Eutico fue cayendo en un profundo sueño hasta que, vencido por el sueño, se cayó desde el tercer piso y lo levantaron muerto. 10 Pero Pablo bajó y se tendió sobre él(U), y después de abrazarlo, dijo: «No se alarmen[d], porque está vivo[e](V)».
11 Volviendo arriba, después de partir el pan(W) y de comer[f], conversó largamente con ellos hasta el amanecer, y entonces se marchó. 12 Al muchacho se lo llevaron vivo, y quedaron grandemente[g] consolados.
Viaje de Troas a Mileto
13 Entonces nosotros(X), adelantándonos a tomar la nave, salimos para Asón, con el propósito de recoger allí a Pablo, pues así lo había decidido, deseando él ir por tierra[h] hasta Asón. 14 Cuando nos encontró en Asón, lo recibimos a bordo y nos dirigimos a Mitilene. 15 Saliendo de allí, al día siguiente llegamos frente a Quío; y al otro día atracamos en Samos. Habiendo hecho escala en Trogilio[i], al día siguiente llegamos a Mileto(Y). 16 Porque Pablo había decidido dejar a un lado a Éfeso(Z) para no detenerse en Asia(AA), pues se apresuraba para estar, en Jerusalén(AB) el día de Pentecostés(AC) si le era posible.
17 Desde Mileto mandó mensaje a Éfeso(AD) y llamó a los ancianos(AE) de la iglesia.
Despedida en Mileto
18 Cuando vinieron a él, les dijo:
«Ustedes bien saben cómo he sido con ustedes todo el tiempo, desde el primer día que estuve[j] en Asia(AF). 19 He servido al Señor con toda humildad, con lágrimas y con pruebas que vinieron sobre mí por causa de las intrigas de los judíos(AG). 20 Bien saben cómo no rehuí declararles a ustedes(AH) nada que fuera útil, y de enseñarles públicamente y de casa en casa[k], 21 testificando(AI) solemnemente, tanto a judíos como a griegos, del arrepentimiento(AJ) para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo(AK).
22 »Ahora yo, atado en espíritu[l], voy a Jerusalén(AL) sin saber lo que allá me sucederá, 23 salvo que el Espíritu Santo(AM) solemnemente me da testimonio(AN) en cada ciudad, diciendo que me esperan cadenas y aflicciones(AO). 24 Pero en ninguna manera estimo(AP) mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera[m](AQ) y el ministerio(AR) que recibí del Señor Jesús(AS), para dar testimonio(AT) solemnemente del evangelio de la gracia de Dios(AU).
25 »Y ahora, yo sé que ninguno de ustedes, entre quienes anduve predicando el reino(AV), volverá a ver mi rostro. 26 Por tanto, les doy testimonio[n] en este día de que soy inocente[o](AW) de la sangre de todos, 27 pues no rehuí declararles(AX) todo el propósito[p] de Dios(AY).
28 »Tengan cuidado de sí mismos y de toda la congregación(AZ), en medio de la cual el Espíritu Santo les ha hecho obispos[q] para pastorear la iglesia de Dios(BA), la cual Él compró[r] con Su propia sangre(BB). 29 Sé que después de mi partida, vendrán lobos feroces(BC) entre ustedes que no perdonarán el rebaño(BD). 30 También de entre ustedes mismos se levantarán algunos[s] hablando cosas perversas para arrastrar a los discípulos(BE) tras ellos. 31 Por tanto, estén alerta, recordando que por tres años(BF), de noche y de día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas(BG).
32 »Ahora los encomiendo a Dios[t](BH) y a la palabra de Su gracia(BI), que es poderosa para edificarlos(BJ) y darles la herencia entre todos los santificados(BK). 33 Ni la plata, ni el oro, ni la ropa de nadie he codiciado(BL). 34 Ustedes saben que estas manos(BM) me sirvieron para mis propias necesidades y las de los que estaban conmigo(BN). 35 En todo les mostré que así, trabajando, deben ayudar a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: “Más bienaventurado es dar que recibir”».
36 Cuando Pablo terminó de hablar[u], se arrodilló y oró(BO) con todos ellos. 37 Comenzaron todos a llorar desconsoladamente[v], y abrazando a[w] Pablo, lo besaban(BP). 38 Estaban afligidos[x] especialmente por la palabra que había dicho de que ya no volverían a ver su rostro(BQ). Y lo acompañaron(BR) hasta el barco.
Despedida en Tiro
21 Después de separarnos(BS) de ellos, salimos y navegamos con rumbo directo(BT) a Cos, al día siguiente a Rodas, y de allí a Pátara. 2 Al encontrar un barco que iba para Fenicia(BU), subimos a bordo y nos hicimos a la vela.
3 Cuando vimos la isla de Chipre(BV), dejándola a la izquierda, navegamos hacia Siria(BW), y desembarcamos en Tiro(BX) porque la nave(BY) debía dejar allí su cargamento. 4 Después de hallar a los discípulos(BZ), nos quedamos allí siete días, y ellos le decían a Pablo, por el Espíritu[y](CA), que no fuera a Jerusalén[z].
5 Pasados aquellos días[aa] partimos y emprendimos nuestro viaje mientras que todos ellos, con sus mujeres e hijos, nos acompañaron(CB) hasta las afueras de la ciudad. Después de arrodillarnos y orar(CC) en la playa, nos despedimos unos de otros. 6 Entonces subimos al barco y ellos regresaron a sus hogares(CD).
Pablo en Cesarea
7 Terminado el viaje desde Tiro(CE), llegamos a Tolemaida, y después de saludar a los hermanos(CF), nos quedamos con ellos un día. 8 Al día siguiente partimos y llegamos a Cesarea(CG), y entrando en la casa de Felipe, el evangelista(CH), que era uno de los siete(CI), nos quedamos con él. 9 Este tenía cuatro hijas vírgenes que profetizaban(CJ).
10 Y deteniéndonos allí varios días, descendió de Judea cierto profeta llamado Agabo(CK), 11 quien vino[ab] a vernos, y tomando el cinto de Pablo(CL), se ató las manos y los pies, y dijo: «Así dice el Espíritu Santo(CM): “Así atarán(CN) los judíos en Jerusalén al dueño de este cinto, y lo entregarán en manos de los gentiles(CO)”».
12 Al escuchar esto, tanto nosotros como los que vivían allí[ac] le rogábamos que no subiera a Jerusalén(CP). 13 Entonces Pablo respondió: «¿Qué hacen, llorando y quebrantándome el corazón? Porque listo estoy no solo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús(CQ)». 14 Como no se dejaba persuadir, dejamos de insistir, diciéndonos: «Que se haga la voluntad del Señor(CR)».
15 Después de estos días nos preparamos y comenzamos a subir hacia Jerusalén(CS). 16 Nos acompañaron también algunos de los discípulos(CT) de Cesarea(CU), quienes nos condujeron a Mnasón, de Chipre(CV), un antiguo(CW) discípulo con quien deberíamos hospedarnos.
Pablo en Jerusalén
17 Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos(CX) nos recibieron con regocijo. 18 Al día siguiente Pablo fue[ad] con nosotros a ver a Jacobo[ae](CY), y todos los ancianos(CZ) estaban presentes. 19 Después de saludarlos, comenzó a referirles una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles(DA) mediante su ministerio(DB).
20 Ellos, cuando lo oyeron, glorificaban a Dios(DC) y le dijeron: «Hermano, ya ves cuántos miles[af] hay entre los judíos que han creído, y todos son celosos de la ley(DD). 21 Se les ha contado acerca de ti, que enseñas a todos los judíos entre los gentiles que se aparten de Moisés(DE), diciéndoles que no circunciden(DF) a sus hijos ni observen[ag] las tradiciones(DG). 22 Entonces, ¿qué es lo que se debe hacer? Porque sin duda la multitud se reunirá[ah] pues oirán que has venido.
23 »Por tanto, haz esto que te decimos. Tenemos cuatro hombres que han hecho un voto[ai](DH); 24 tómalos y purifícate junto con ellos(DI), y paga sus gastos[aj] para que se rasuren la cabeza(DJ). Así todos sabrán que no hay nada cierto en lo que se les ha dicho acerca de ti, sino que tú también vives ordenadamente, guardando la ley. 25 Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito, habiendo decidido que deben abstenerse de todo lo que ha sido sacrificado a los ídolos, de sangre y de comer carne de animales estrangulados y de fornicación(DK)».
26 Entonces Pablo tomó consigo a los hombres, y al día siguiente, purificándose[ak] junto con ellos(DL), fue al templo, notificando de la terminación de los días de purificación(DM), hasta que el sacrificio se ofreciera por cada uno de ellos.
El tumulto en el templo
27 Cuando estaban para cumplirse los siete días(DN), los judíos(DO) de Asia[al](DP), al verlo en el templo alborotaron a todo el pueblo y le echaron mano, 28 gritando: «¡Hombres de Israel[am], ayúdennos! Este es el hombre que enseña[an] a todos, por todas partes, contra nuestro pueblo, la ley y este lugar(DQ). Además, incluso ha traído griegos al templo, y ha profanado este lugar santo(DR)». 29 Pues anteriormente habían visto a Trófimo(DS) el Efesio(DT) con él en la ciudad, y pensaban que Pablo lo había traído al templo.
30 Se alborotó toda la ciudad, y llegó el pueblo corriendo de todas partes[ao]. Apoderándose de Pablo lo arrastraron fuera del templo(DU), y al instante cerraron las puertas. 31 Mientras procuraban matarlo, llegó aviso al comandante[ap] de la compañía[aq] romana(DV) que toda Jerusalén estaba en confusión. 32 Inmediatamente tomó consigo algunos soldados y centuriones, y corrió hacia ellos; cuando el pueblo vio al comandante y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo(DW).
33 Entonces el comandante llegó y lo arrestó, y ordenó que lo ataran(DX) con dos cadenas(DY), y preguntaba quién era y qué había hecho. 34 Pero entre la muchedumbre unos gritaban una cosa y otros otra(DZ), y como él no pudo averiguar con certeza los hechos, debido al tumulto, ordenó que llevaran a Pablo al cuartel(EA). 35 Cuando Pablo llegó a las gradas(EB), los soldados tuvieron que cargarlo por causa de la violencia de la turba[ar]; 36 porque la multitud del pueblo lo seguía, gritando: «¡Muera(EC)!».
Defensa de Pablo en Jerusalén
37 Cuando estaban para meterlo en el cuartel(ED), Pablo dijo al comandante: «¿Puedo decirte algo?». Y él dijo*: «¿Sabes griego? 38 ¿Entonces tú no eres el egipcio que hace tiempo[as] levantó una revuelta y sacó los 4,000 hombres(EE) de los asesinos[at] al desierto(EF)?».
39 Pablo respondió: «Yo soy judío de Tarso(EG) de Cilicia(EH), ciudadano de una ciudad no sin importancia. Te suplico que me permitas hablar al pueblo». 40 Cuando el comandante le concedió el permiso, Pablo, de pie sobre las gradas(EI), hizo señal al pueblo con su mano(EJ), y cuando hubo[au] gran silencio, les habló en el idioma hebreo[av](EK):
22 «Hermanos y padres, escuchen(EL) mi defensa que ahora presento ante ustedes», decía Pablo.
2 Cuando oyeron que se dirigía a ellos en el idioma hebreo[aw](EM), observaron aún más silencio. El continuó*:
Pablo da testimonio de su conversión
3 «Yo soy judío(EN), nacido en Tarso(EO) de Cilicia(EP), pero criado en esta ciudad, educado bajo[ax] Gamaliel(EQ) en estricta conformidad(ER) a la ley de nuestros padres[ay], siendo tan celoso de Dios como todos ustedes lo son(ES) hoy. 4 Perseguí este Camino(ET) hasta la muerte, encadenando y echando en cárceles tanto a hombres como a mujeres(EU), 5 de lo cual pueden testificar[az] el sumo sacerdote(EV) y todo el Concilio[ba] de los ancianos(EW). De ellos recibí cartas(EX) para los hermanos[bb](EY), y me puse en marcha para Damasco con el fin de traer presos[bc] a Jerusalén(EZ) también a los que estaban allá, para que fueran castigados.
6 »(FA)Y aconteció que cuando iba de camino, estando ya cerca de Damasco, como al mediodía, de repente una luz muy brillante fulguró desde el cielo a mi alrededor. 7 Caí al suelo y oí una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. 8 Y respondí: “¿Quién eres, Señor?”. Y Él me dijo: “Yo soy Jesús el Nazareno(FB), a quien tú persigues”.
9 »Los que estaban conmigo vieron la luz(FC), ciertamente, pero no comprendieron[bd] la voz(FD) de Aquel que me hablaba. 10 Y yo dije: “¿Qué debo hacer(FE), Señor?”. Y el Señor me dijo: “Levántate y entra a Damasco; y allí se te dirá todo lo que se ha ordenado que hagas”.
11 »Pero como yo no veía por causa del resplandor[be] de aquella luz, los que estaban conmigo me llevaron de la mano y entré a Damasco(FF). 12 Y uno llamado Ananías(FG), hombre piadoso según las normas de la ley, y de quien daban buen testimonio todos los judíos(FH) que vivían allí, 13 vino a mí, y poniéndose a mi lado, me dijo: “Hermano Saulo, recibe la vista(FI)”. En ese mismo instante[bf](FJ) alcé los ojos y lo miré.
14 »Y él dijo: “El Dios de nuestros padres(FK) te ha designado[bg](FL) para que conozcas Su voluntad, y para que veas(FM) al Justo(FN) y oigas palabra[bh] de Su boca. 15 Porque tú serás testigo(FO) Suyo a todos los hombres de lo que has visto y oído(FP). 16 Y ahora, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate(FQ), y lava tus pecados(FR) invocando Su nombre(FS)”.
17 »Cuando regresé a Jerusalén(FT) y me hallaba orando en el templo, caí en un éxtasis(FU), 18 y vi al Señor que me decía: “Apresúrate y sal pronto de Jerusalén porque no aceptarán tu testimonio acerca de Mí(FV)”.
19 »Entonces yo dije: “Señor, ellos saben bien que en las sinagogas, una tras otra, yo encarcelaba(FW) y azotaba(FX) a los que creían en Ti. 20 Cuando se derramaba la sangre de Tu testigo Esteban, allí estaba también yo dando mi aprobación, y cuidando los mantos de los que lo estaban matando(FY)”. 21 Pero Él me dijo: “Ve, porque te voy a enviar lejos, a los gentiles(FZ)”».
Pablo bajo vigilancia del comandante
22 La multitud lo oyó hasta que dijo esto[bi], entonces alzaron sus voces y dijeron: «¡Quita de la tierra a ese hombre(GA)! No se le debe permitir que viva(GB)».
23 Como ellos vociferaban, y arrojaban sus mantos(GC), y echaban polvo(GD) al aire, 24 el comandante[bj] ordenó que llevaran a Pablo al cuartel(GE), diciendo que debía ser sometido(GF) a[bk] azotes para saber la razón por qué la gente gritaban contra él de aquella manera. 25 Cuando lo estiraron con[bl] correas, Pablo dijo al centurión que estaba allí: «¿Les es lícito azotar a un ciudadano[bm] romano(GG) sin haberle hecho juicio?».
26 Al oír esto el centurión, fue al comandante y le avisó: «¿Qué vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano romano». 27 Vino el comandante a Pablo y le dijo: «Dime, ¿eres ciudadano romano?». «Sí», contestó él. 28 Y el comandante respondió: «Yo adquirí esta ciudadanía por una gran cantidad de dinero». «Pero yo soy ciudadano romano de nacimiento», le dijo Pablo.
29 Entonces los que iban a someterlo a[bn] azotes(GH), al instante lo soltaron[bo]. También el comandante tuvo temor cuando supo que Pablo era ciudadano romano(GI), y porque lo había atado con cadenas(GJ).
Pablo ante el Concilio
30 Al día siguiente, queriendo el comandante saber con certeza(GK) la causa por la cual los judíos lo acusaban a Pablo, lo soltó, y ordenó a los principales sacerdotes y a todo el Concilio[bp](GL) que se reunieran. Después llevó[bq] a Pablo y lo puso ante ellos(GM).
23 Entonces Pablo, mirando fijamente al Concilio[br](GN), dijo: «Hermanos[bs](GO), hasta este día yo he vivido delante de Dios con una conciencia perfectamente limpia[bt](GP)».
2 Y el sumo sacerdote Ananías(GQ) ordenó a los que estaban junto a él, que lo golpearan(GR) en la boca. 3 Entonces Pablo le dijo: «¡Dios lo golpeará a usted, pared blanqueada(GS)! ¿Se sienta usted para juzgarme conforme a la ley, y viola la ley ordenando que me golpeen(GT)?».
4 Los que estaban allí observando, dijeron: «¿Al sumo sacerdote de Dios injurias?». 5 Y Pablo dijo: «No sabía, hermanos, que él era el sumo sacerdote; porque escrito está: “No hablarás mal de una de las autoridades de tu pueblo(GU)”».
6 Entonces Pablo, dándose cuenta de que una parte eran saduceos y otra fariseos(GV), alzó la voz en el Concilio(GW): «Hermanos[bu](GX), yo soy fariseo(GY), hijo de fariseos. Se me juzga a causa de la esperanza de[bv] la resurrección de los muertos(GZ)». 7 Cuando dijo esto, se produjo un altercado entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió. 8 Porque los saduceos dicen que no hay resurrección(HA), ni ángel, ni espíritu, pero los fariseos creen todo esto.
9 Se produjo entonces un gran alboroto. Y levantándose algunos de los escribas del grupo de los fariseos(HB), discutían enérgicamente, diciendo: «No encontramos nada malo en este hombre(HC); pero ¿y si un espíritu o un ángel le ha hablado(HD)?». 10 Al surgir un gran altercado, el comandante[bw] tuvo temor de que Pablo fuera despedazado por ellos, y ordenó que las tropas descendieran, lo sacaran de entre ellos a la fuerza y lo llevaran al cuartel(HE).
11 A la noche siguiente el Señor se le apareció a Pablo y le dijo(HF): «Ten ánimo(HG), porque como has testificado fielmente(HH)de Mi causa en Jerusalén(HI), así has de testificar también en Roma».
Conspiración de los judíos contra Pablo
12 Cuando se hizo de día, los judíos tramaron una conspiración[bx](HJ) y se comprometieron bajo juramento[by], diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubieran matado a Pablo(HK). 13 Los que tramaron este plan eran más de cuarenta hombres, 14 los cuales fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: «Nos hemos comprometido bajo solemne juramento[bz] a no probar nada hasta que hayamos matado a Pablo(HL). 15 Ahora pues, ustedes y[ca] el Concilio(HM), avisen al comandante para que lo haga comparecer[cb] ante ustedes, como si quisieran hacer una investigación más minuciosa para resolver su caso. Nosotros por nuestra parte estamos listos para matarlo antes de que llegue».
16 Pero el hijo de la hermana de Pablo se enteró de la emboscada, y fue y entró[cc] al cuartel(HN) y dio aviso a Pablo. 17 Pablo, llamando a uno de los centuriones, dijo: «Lleva a este joven al comandante, porque tiene algo que informarle».
18 Él entonces, tomándolo consigo, lo condujo al comandante, y le dijo*: «Pablo, el preso(HO), me llamó y me pidió que te trajera a este joven, pues tiene algo que decirte». 19 El comandante, tomándolo de la mano, y llevándolo aparte, le preguntó: «¿Qué es lo que tienes que informarme?».
20 Y el joven respondió: «Los judíos se han puesto de acuerdo en pedirle que mañana lleve a Pablo al Concilio(HP) con el pretexto de hacer una indagación más a fondo sobre él(HQ). 21 Pero no les preste atención[cd], porque más de cuarenta hombres de ellos, que se han comprometido bajo juramento[ce] a no comer ni beber hasta que lo hayan matado(HR), esperan emboscados(HS). Ellos ya están listos esperando promesa de parte suya[cf]». 22 Entonces el comandante dejó ir al joven, encomendándole: «No digas a nadie que me has informado de estas cosas».
23 Y llamando a dos de los centuriones, dijo: «Preparen 200 soldados para las nueve de la noche, con[cg] setenta jinetes y 200 lanceros[ch], para que vayan a Cesarea(HT)». 24 Debían preparar también cabalgaduras para Pablo y llevarlo a salvo al gobernador Félix(HU).
Carta de Claudio Lisias a Félix
25 También el comandante escribió una carta en estos términos:
26 «Claudio Lisias, al excelentísimo(HV) gobernador Félix: Salud(HW).
27 Cuando este hombre fue arrestado por los judíos, y estaba a punto de ser muerto por ellos, al saber que era romano(HX), fui con las tropas y lo rescaté(HY).
28 Queriendo cerciorarme de la causa por la cual lo acusaban, lo llevé a su Concilio(HZ)
29 y hallé que lo acusaban sobre cuestiones de su ley(IA), pero no de ningún[ci] cargo que mereciera muerte o prisión[cj](IB).
30 Cuando se me informó de que había un plan(IC) en contra del hombre, se lo envié enseguida, instruyendo también a sus acusadores(ID) que presenten los cargos[ck] contra él delante de usted[cl]».
31 Así que los soldados, de acuerdo con las órdenes que tenían, tomaron a Pablo y lo llevaron de noche a Antípatris. 32 Al día siguiente regresaron al cuartel(IE) dejando que los de a caballo(IF) siguieran con él, 33 los cuales, después de llegar a Cesarea(IG) y de entregar la carta al gobernador(IH), le presentaron también a Pablo.
34 Cuando el gobernador leyó la carta, preguntó de qué provincia(II) era Pablo. Y al enterarse de que era de Cilicia(IJ), 35 dijo: «Te oiré cuando estén presentes también tus acusadores(IK)». Y mandó que lo guardaran(IL) en el Pretorio[cm] de Herodes.
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