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Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Génesis 16-18

La esclava Agar

16 Hasta ese día Saray, la esposa de Abram, no le había podido dar ningún hijo, pero ella tenía una esclava egipcia llamada Agar. Entonces Saray le dijo a Abram:

—Tú sabes que el SEÑOR no me ha permitido tener hijos, así que ten relaciones sexuales con mi esclava. Tal vez yo pueda tener un hijo por medio de ella.

Abram hizo lo que Saray le dijo. Cuando Abram llevaba diez años viviendo en la tierra de Canaán, su esposa Saray tomó a su esclava Agar y se la dio como mujer a su esposo Abram.

Abram tuvo relaciones sexuales con Agar y ella quedó embarazada. Cuando ella se enteró de que estaba embarazada, empezó a creerse más que Saray. Entonces Saray le dijo a Abram:

—Tú eres el culpable de lo que me está pasando. Yo misma entregué a mi esclava en tus brazos y cuando ella vio que estaba embarazada, me volví despreciable para ella. Que el SEÑOR decida quién, entre tú y yo, tiene la razón.

Pero Abram le dijo a Saray:

—Mira, esa esclava es tuya, haz con ella lo que tú quieras.

Entonces Saray trató mal a la esclava, y la esclava huyó.

Ismael, el hijo de Agar

Un ángel del SEÑOR la encontró en el desierto cerca de una fuente de agua que está en el camino de Sur, y le dijo:

—Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y para dónde vas?

Y ella respondió:

—Estoy huyendo de mi señora Saray.

Después el ángel del SEÑOR le dijo:

—Regresa a tu señora y sométete a su autoridad.

10 Además el ángel del SEÑOR le dijo:

—Multiplicaré a tus hijos grandemente, tanto que no podrán contarse.

11 El ángel del SEÑOR también le dijo:

—Ahora que estás embarazada,
    darás a luz a un hijo al que llamarás Ismael[a]
    ya que el SEÑOR ha escuchado tu tristeza.
12 Será tan libre como un asno salvaje.
    Luchará contra todo el mundo
    y todo el mundo luchará contra él.
    Vivirá en desacuerdo con todos sus hermanos.[b]

13 Como el SEÑOR le había hablado, ella le puso por nombre: «Eres el Dios que me ve»[c], porque como ella dijo: «En realidad he visto aquí a Aquel que me ve».[d] 14 Por eso, esa fuente fue llamada «Pozo del Ser Viviente que me ve»[e], y todavía está ahí, entre Cades y Béred.

15 Agar dio a luz al hijo de Abram, y Abram lo llamó Ismael. 16 Abram tenía 86 años de edad cuando Agar dio a luz a su hijo Ismael.

La circuncisión, señal del pacto

17 Cuando Abram tenía 99 años, se le apareció el SEÑOR y le dijo:

—Yo soy el Dios Todopoderoso[f]. Vive como a mí me agrada, siéndome completamente fiel. Si haces esto, yo confirmaré el pacto entre tú y yo, y multiplicaré en gran número a tus descendientes.

Luego Abram se postró rostro en tierra y el Señor le dijo:

—Este es mi pacto contigo: Serás el padre de muchas naciones. Tu nombre ya no será Abram[g] sino Abraham[h] ya que te haré padre de muchas naciones. Te haré muy, pero muy fértil, y yo haré que salgan de ti reyes y naciones enteras. Estableceré mi pacto entre tú, tus descendientes a través de las generaciones y yo. Este será un pacto para toda la eternidad. Prometo ser tu Dios y el de tus descendientes. Te daré a ti y a tus descendientes la tierra en la que están ahora como extranjeros, toda la tierra de Canaán. Te daré a ti y a tus descendientes esta tierra como lugar de habitación, será de ustedes para siempre. Y yo seré su Dios.

Luego Dios le dijo a Abraham:

—Tú y tus descendientes cumplirán este pacto, de generación en generación. 10 Es mi pacto que tú cumplirás. En esto consiste mi pacto entre tú y yo, y tus descendientes a través de las generaciones: Todo hombre entre ustedes debe ser circuncidado. 11 Circuncidará la carne de su prepucio. Esa será la señal de que ustedes aceptan el pacto entre ustedes y yo. 12 A través de todas las generaciones, todo varón entre ustedes deberá ser circuncidado cuando cumpla ocho días de nacido. Aquellos que nazcan en tu hogar también deben ser circuncidados. Y todo esclavo comprado de un extranjero con tu dinero debe ser circuncidado aunque no sea uno de tus descendientes. 13 Tanto el esclavo nacido en tu tierra como el comprado a un extranjero, deben ser circuncidados. De esta forma tu cuerpo estará marcado con la señal de mi pacto eterno. 14 Un hombre sin circuncisión debe ser eliminado de tu pueblo por romper mi pacto.[i]

15 Dios le dijo a Abraham:

—Tu esposa Saray[j] ya no se llamará así, su nombre será Sara[k]. 16 Le daré mi bendición. A ti te daré un hijo por medio de ella y ella se convertirá en la madre de muchas naciones. De ella nacerán reyes para las naciones.

17 Luego Abraham se postró rostro en tierra por respeto a Dios, pero se rió para sus adentros y pensó: «¿Podrá acaso un hombre de 100 años tener un hijo? o ¿Sara, que tiene 90 años de edad, podrá dar a luz a un niño?»

18 Y Abraham le dijo a Dios:

—Espero que Ismael pueda disfrutar de tu bendición.

19 Dios le dijo:

—No, tu esposa Sara te dará un hijo al que llamarás Isaac[l]. Yo mantendré mi pacto con él y sus descendientes eternamente. 20 He escuchado lo que has dicho con respecto a Ismael. Yo le daré mi bendición, tendrá muchos hijos y se convertirá en un pueblo numeroso. Será el padre de doce príncipes y convertiré a toda su familia en una gran nación. 21 Pero haré mi pacto con Isaac, el hijo que Sara te dará dentro de un año por este mismo tiempo.

22 Cuando Dios terminó de hablar con Abraham, desapareció de su vista. 23 Así que Abraham tomó a su hijo Ismael, reunió a todo esclavo nacido en su casa o comprado con su dinero y a todo varón de su casa, y ese mismo día los circuncidó, tal como Dios le había dicho. 24 Abraham tenía 99 años de edad cuando fue circuncidado. 25 Y su hijo Ismael tenía 13 años de edad cuando fue circuncidado. 26 En ese mismo día Abraham y su hijo Ismael fueron circuncidados. 27 Y todos los esclavos nacidos en su casa o comprados con su dinero a un extranjero fueron circuncidados con él.

Los tres visitantes

18 El SEÑOR se le apareció a Abraham al lado de los robles de Mamré mientras estaba sentado en la entrada de su carpa a la hora más calurosa del día. Levantó los ojos y vio a tres hombres de pie frente a él. Cuando los vio, corrió desde la entrada de su carpa para encontrarse con ellos, se postró rostro en tierra y dijo:

—Señor, si he merecido su aprobación, por favor quédese conmigo. Yo soy su siervo. Permítanme traerles un poco de agua. Luego laven sus pies y descansen bajo un árbol. Traeré un poco de pan para que repongan sus fuerzas. Después podrán continuar su camino. Permítanme hacer esto ya que han venido hasta aquí, donde está su siervo.

Entonces ellos dijeron:

—Haz lo que has dicho.

Inmediatamente Abraham corrió a su carpa, donde estaba Sara, y le dijo:

—Rápido, saca tres medidas de harina fina, amásala y prepara pan.

Luego Abraham corrió hacia el rebaño y tomó un cordero bueno y tierno, y se lo dio a su siervo quien se fue rápidamente a prepararlo. Después tomó unas cuajadas, leche y el cordero que había preparado y los colocó ante ellos. Abraham se quedó de pie al lado de ellos mientras comían debajo del árbol, listo para atenderlos.

Entonces ellos le dijeron:

—¿Dónde está tu esposa Sara?

Y él les respondió:

—Ahí en la carpa.

10 Uno de ellos dijo:

—Te aseguro que regresaré el próximo año por este mismo tiempo y tu esposa Sara tendrá un hijo.

Sara estaba escuchando la conversación a la entrada de la carpa que estaba detrás de él. 11 Tanto Abraham como Sara ya eran muy viejos, y a Sara ya no le venía el período menstrual. 12 Así que se rió silenciosamente y dijo: «Estando yo tan vieja y acabada, y siendo mi esposo un anciano, ¿aun sentiré placer sexual?» 13 Luego el SEÑOR le preguntó a Abraham:

—¿Por qué Sara se rió y dijo: “Será posible que yo tenga un hijo siendo tan vieja”? 14 ¿Acaso existe algo imposible para el SEÑOR? Regresaré por este mismo tiempo, en la primavera del próximo año, y Sara tendrá un hijo.

15 Pero Sara se asustó y lo negó diciendo:

—Yo no me reí.

Y el Señor le dijo:

—Sí, tú te reíste.

16 Luego los tres hombres se fueron de allí, miraron hacia Sodoma y se fueron en esa dirección. Abraham los acompañó para despedirlos.

Abraham ruega por Sodoma

17 El SEÑOR dijo: «No le voy a ocultar a Abraham lo que voy a hacer. 18 Se convertirá en una nación grande y poderosa y todas las demás naciones del mundo encontrarán bendición en él. 19 Lo elegí a él para que enseñe a sus hijos y a su gente a vivir de la manera que el SEÑOR quiere que vivan, haciendo lo que es bueno y justo. Si les enseña a vivir así, entonces yo, el SEÑOR, le daré a Abraham lo que le he prometido». 20 Luego el SEÑOR dijo:

—Existen tantas quejas en contra de Sodoma y Gomorra, y sus pecados son tan grandes, 21 que he decidido bajar a ver si en realidad han hecho todas las cosas malas que me han dicho. Y si no las han hecho, yo lo sabré.

22 Finalmente los dos hombres se marcharon de ahí y caminaron hacia Sodoma. Pero Abraham se quedó de pie ante el SEÑOR. 23 Se le acercó y le dijo:

—¿En realidad vas a destruir a los justos junto con los perversos? 24 Tal vez haya 50 justos en la ciudad. ¿Aun así la destruirías? ¿No perdonarías a toda la ciudad por esos 50 justos que viven en ella? 25 Tú no harías algo así: matar a la gente justa junto con la perversa. Si así fuera, el justo sería tratado de la misma manera que el perverso. Ni se te ocurra. ¿Acaso el Juez del mundo no debe hacer justicia?

26 Luego el SEÑOR dijo:

—Si llego a encontrar 50 justos en Sodoma, por ellos perdonaré a toda la ciudad.

27 Entonces Abraham dijo:

—Ya que me he atrevido a hablarte así, aunque no soy más que polvo y cenizas, 28 ¿qué pasará si sólo hay 45 justos? ¿Acaso destruirás a toda la ciudad sólo porque faltan cinco?

Y el Señor dijo:

—No destruiré la ciudad si llego a encontrar 45 justos.

29 Entonces Abraham volvió a rogar:

—¿Qué pasará si sólo encuentras a 40 justos?

Y el Señor le dijo:

—No la destruiré si hay 40 justos.

30 Abraham volvió a hablarle al Señor y le dijo:

—Señor, por favor no te enfurezcas conmigo si te vuelvo a hablar. Tal vez sólo haya 30 justos.

Y el Señor le respondió:

—No lo haré si encuentro a 30 justos.

31 Entonces Abraham dijo:

—He sido demasiado atrevido al hablarle al Señor, pero ¿qué pasará si sólo hay 20 justos?

Y el Señor dijo:

—Si hay 20 justos no la destruiré.

32 Finalmente Abraham dijo:

—Señor, por favor no te enojes conmigo por hablar tan sólo una vez más, ¿qué pasará si sólo encuentras diez justos?

Y el Señor dijo:

—No la destruiré para salvar a esos diez.

33 Cuando terminó de hablar con Abraham, el SEÑOR se fue y Abraham volvió a su casa.

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