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Read the Bible from start to finish, from Genesis to Revelation.
Duration: 365 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Isaías 9-12

El pueblo que a oscuras caminaba

vio surgir una luz deslumbradora;
habitaban un país tenebroso
y una luz brillante los cubrió.
Multiplicas el gozo,
aumentas la alegría;
se alegran ante ti
igual que al cosechar,
lo mismo que gozan
al repartir el botín.
Pues como hiciste el día de Madián
has roto el yugo que lo oprimía,
la soga sobre su hombro,
la vara de su opresor.
Y todas las botas
que retumban al pisar
y todas las capas
bañadas en sangre,
acabarán quemadas,
pasto del fuego.
Pues nos ha nacido un niño,
un hijo se nos ha dado:
trae el señorío
encima de sus hombros,
y tiene como nombre:
Consejero Admirable,
Héroe Divino,
Padre Eterno,
Príncipe Pacífico.
Para aumentar el señorío
con una paz sin fronteras
sobre el trono de David;
lo asentará en todo su territorio
con seguridad y firmeza,
con justicia y con derecho,
desde ahora y para siempre.
El celo del Señor del universo
piensa ejecutar todo esto.

De nuevo la mano amenazante del Señor

El Señor ha mandado un aviso a Jacob,
que caerá sobre Israel.
Todo el pueblo podrá entenderlo,
Efraín y quien habite en Samaría,
que dicen orgullosos y altaneros:
“Si fallan los ladrillos,
construiremos con piedra,
si talan los sicómoros,
los cambiaremos por cedros”.
10 El Señor los lanzará contra Israel,
instigará a sus adversarios contra él:
11 por oriente los arameos,
los filisteos por la espalda,
se comerán a Israel a dos carrillos.
Con todo, su cólera persiste,
su mano sigue amenazante.
12 Y el pueblo no vuelve a quien lo hiere,
no consulta al Señor del universo.
13 El Señor cortó cabeza y cola,
palmas y juncos en un solo día.
14 Son la cabeza el anciano y el noble;
la cola, el profeta experto en mentiras.
15 Sus propios guías al pueblo extravían,
los guiados desaparecen engullidos.
16 Por eso, el Señor no hará caso de los jóvenes,
tampoco se apiadará de huérfanos y viudas,
pues todos son impíos y malvados,
toda boca profiere necedades.
Con todo, su cólera persiste,
su mano sigue amenazante.
17 La maldad arde como fuego
que devora zarzas y cardos,
se ceba en la fronda del bosque,
y se alzan remolinos de humo.
18 La ira del Señor del universo abrasa al país,
el pueblo se convierte en pasto de las llamas.
Nadie se compadece de su prójimo,
19 cada cual devora a su hermano,
dentellea a la derecha y sigue con hambre,
come a la izquierda y no se sacia:
20 Manasés a Efraín, Efraín a Manasés,
los dos juntos a Judá.
Con todo, su cólera persiste,
Su mano sigue amenazante.

10 ¡Ay de quienes dictan leyes injustas,

de quienes firman decretos opresores,
para impedir que se haga justicia a los débiles,
para privar del derecho a los pobres de mi pueblo,
para hacer de las viudas su presa
y dedicarse al saqueo de huérfanos!
¿Qué harán cuando les pasen cuentas,
cuando se acerque de lejos la tormenta?
¿A quién acudirán en busca de auxilio?
¿Dónde dejarán su riqueza?
Irán abatidos como prisioneros,
caerán como los heridos de muerte.
Con todo, su cólera persiste,
su mano sigue amenazante.

Asiria, vara del Señor, se extralimita

¡Ay de Asiria, vara de mi cólera,
que empuña el bastón de mi furor!
La envío contra una nación impía,
la mando contra el pueblo objeto de mi cólera,
para que lo saquee y lo expolie a placer,
para que lo pisotee como el barro de las calles.
Mas ella no pensaba así,
eso no entraba en sus planes:
pensaba sólo en masacrar,
en destruir no pocos pueblos.
Decía:
“¿No son reyes mis ministros?
¿No es Calno como Carquemis?
¿No es Jamat igual que Arpad?
¿No es Samaría como Damasco?
10 Igual que me apoderé
de aquellos reinos paganos,
con dioses más numerosos
que en Jerusalén y Samaría,
11 eso mismo he hecho también
con Samaría y sus ídolos,
eso mismo pienso hacer
con Jerusalén y sus dioses”.

12 Cuando termine el Señor su tarea en el monte Sión y en Jerusalén, pasará cuentas al rey de Asiria del resultado de sus planes orgullosos y castigará su mirada satisfecha y altanera.

13 Decía [el rey de Samaría]:
“Lo he hecho con la fuerza de mi mano,
con mi sabiduría y con mi perspicacia.
Desvié las fronteras de los pueblos,
me he apropiado de todos sus tesoros,
abatí como un héroe a sus reyes.
14 Me he apoderado, como si fuera un nido,
de todas las riquezas de los pueblos;
como quien recoge huevos abandonados,
me hice dueño de toda la tierra,
sin nadie que siquiera aleteara,
que abriese el pico y piara”.
15 ¿Cree ser más el hacha que quien la blande?
¿Se cree superior la sierra al aserrador?
Como si el bastón moviese a quien lo levanta,
como si la vara manejase a quien no es un leño.

El fuego aniquilador del Señor

16 Por eso, el Señor del universo
hará macilenta su gordura,
y en su esplendor estallará
como un incendio de fuego.
17 La luz de Israel será fuego,
su Santo será una llama,
quemará y devorará sus zarzas,
sus cardos en un solo día;
18 destruirá el esplendor de su huerto,
la savia y la madera de su bosque,
como un carcomerse de carcoma.
19 Pocos árboles quedarán en su bosque,
hasta un niño podrá contarlos.

Vuelta confiada del resto de Israel

20 Aquel día el resto de Israel,
quienes queden en la casa de Jacob,
no volverán a apoyarse en su agresor;
se apoyarán en el Señor,
en el Santo de Israel.
21 Un resto volverá,
un resto de Jacob,
hacia el Dios guerrero.
22 Aunque fuese tu pueblo, Israel,
lo mismo que la arena del mar,
sólo un resto volverá.
La destrucción decretada desborda justicia.
23 Dios, el Señor del universo, va a llevar a término
la destrucción decretada
en medio de todo el país.

Inminente liberación del yugo asirio

24 Por eso, así dice Dios, el Señor del universo:

No temas a Asiria, pueblo mío
que habitas en Sión,
aunque te azote con la vara
y te amenace con el bastón,
como suele hacer Egipto.
25 Pues dentro de muy poco
mi ira los consumirá,
mi cólera los destruirá.
26 El Señor del universo empuñará
su látigo contra ella,
como cuando el azote de Madián
en la roca de Oreb,
o cuando alzó su bastón sobre el mar,
como ocurrió en Egipto.
27 Aquel día caerá su carga de tu hombro,
será arrancado su yugo de tu cuello.

Asiria avanza hacia Jerusalén

28 Subiendo desde Samaría,
ya va llegando hasta Ayat;
cruza luego por Migrón,
deja el bagaje en Micmás;
29 va y cruza el desfiladero,
pasa la noche en Gueba.
Tiembla de miedo Ramá,
huye Guibá de Saúl.
30 Grita fuerte, Bat Galín;
Lais, escúchala tú;
dale respuesta, Anatot.
31 Madmená no sabe adónde va,
los de Guebín buscan seguridad.
32 Un día para hacer alto en Nob
y ya alarga su mano hacia el monte Sión.
33 Mas vean cómo el Señor del universo
desgaja las ramas con el hacha:
troncos corpulentos abatidos;
los más empinados, por el suelo.
34 A hachazos cortará las frondas del bosque,
el Líbano caerá con todo su esplendor.

Un reino mesiánico de paz

11 Un rebrote saldrá del tocón de Jesé,
de sus raíces brotará un renuevo.
El espíritu del Señor en él reposará:
espíritu de inteligencia y sabiduría,
espíritu de consejo y de valor,
espíritu de conocimiento y de respeto al Señor.
Se inspirará en el respeto al Señor.
No juzgará a primera vista
ni dará sentencia de oídas;
juzgará con justicia a los pobres,
con rectitud a los humildes de la tierra;
herirá al violento con la vara de su boca,
con el soplo de sus labios matará al malvado;
la justicia será su ceñidor,
la lealtad rodeará su cintura.
El lobo vivirá con el cordero,
la pantera se echará con el cabrito,
novillo y león pacerán juntos,
y un muchacho será su pastor.
La vaca pastará con el oso,
sus crías se echarán juntas;
el león comerá paja como el buey.
Jugará el lactante junto a la cueva del áspid,
el niño hurgará en el agujero de la víbora.
Nadie hará daños ni estragos
en todo mi monte santo,
pues rebosa el país conocimiento del Señor
como las aguas colman el mar.
10 Aquel día la raíz de Jesé
será el estandarte de los pueblos,
a ella acudirán las naciones
y será esplendorosa su morada.

Vuelta de los deportados

11 Aquel día tenderá otra vez su mano el Señor
y rescatará al resto de su pueblo:
lo que quedó de Asiria y de Egipto,
de Patros, de Cus y de Elam,
de Senaar, de Jamat y de las islas.
12 Alzará un estandarte a las naciones
y reunirá a los dispersos de Israel,
congregará a los diseminados de Judá
de los cuatro extremos de la tierra.
13 Acabarán los celos de Efraín,
cesará la enemistad de Judá;
Efraín no tendrá celos de Judá,
Judá no oprimirá a Efraín.
14 Juntos atacarán por occidente a Filistea,
unidos saquearán a la gente de oriente.
Su mano caerá sobre Edom y Moab,
los de Amón serán sus vasallos.
15 El Señor secará el canal de Egipto,
descargará su mano contra el Éufrates,
su potente aliento lo golpeará,
dividiéndolo en siete riachuelos,
y podrá ser cruzado en sandalias.
16 Existirá una calzada
para el resto de mi pueblo,
para el resto que quedó de Asiria,
lo mismo que la hubo para Israel
el día que salió de Egipto.

Alabanza de los rescatados

12 Aquel día dirás:

Te doy gracias, Señor. Estabas airado,
pero desviaste tu ira y me consolaste.
Pues Dios es mi salvación,
en él confío y nada temo;
Dios es mi fuerza y mi canto,
el Señor es mi salvación.
Sacarán agua gozosos
del manantial de la salvación.
Aquel día dirán:
Den gracias al Señor,
invoquen su nombre;
cuenten entre los pueblos sus gestas,
proclamen que su nombre es excelso.
Canten al Señor, porque ha hecho proezas,
difundan la noticia por toda la tierra.
Griten, vitoreen, habitantes de Sión,
que es grande entre ustedes el Santo de Israel.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España